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Los Sentimientos A Veces Cambian por LadyDeltaPhantomhive

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Notas del capitulo: Hola jejeje e.e emmn la verdad no sé que decir por mi atraso perooo...aqui está el siguiente jejeje n.n a leer!
Lord Daijiro no supo que pensar al escuchar a Kouga decirle que deseaba ir al reino Oeste, le decia que queria disculparse formalmente con los lords de ese reino y lo entendia, pero, lo otro...

— ¿Hablas encerio hijo? -no dejo disimular su sorpresa en el tono de su voz.

— Por supuesto Padre, deseo reaudar el compromiso y por lo que me dijiste de todas formas me harias cumplirlo ¿no? -dijo con tranquilidad, tenia un mal presentimiento y sentia la urgencia de ir con su cachorro lo mas pronto posible.

— Si pero...¿hoy?

— ¿No se puede?

— Si, si se puede es solo que deberiamos avisar primero ¿no crees? -dijo su padre viendolo extrañado, ¿ahora no se quejaba?

— Es que pense hacerlo hoy Padre, quisiera tambien pedir disculpas a los señores Taisho, si no le ves inconveniente -pregunto algo ansioso, insistente en hacerlo hoy mismo.

Pasaron unos momentos de silencio en el cual su padre lo veía fijamente, tratando tal vez, de ver que otra razon tenia ademas de disculparse, se puso más nervioso bajo su penetrante mirada. Al final el mayor terminó suspirando pesadamente.

— Esta bien, tú sabrás lo que haces.

— Gracias Papá -dijo con una radiante sonrisa mientras escuchaba a su padre decirle a uno de los soldados que escoltaban el carruaje que avisara a su madre y después decirle al cochero que cambiara de dirección.

Suspiró, sentia esa necesidad de estar con Inuyasha en esos momentos, estaba inquieto y ansioso de llegar lo antes posible y por ahora no alcanzaba a entender el porqué.

*************************************

— Inuyasha -se escuchó la voz de Kagome que venia en su dirección.

El día estaba espléndido y decidió dar un paseo por los jardines, deteniendose un momento en la hermosa fuente del centro, escuchó a la joven y volteo a verla con una sonrisa.

— ¿Qué pasa? -preguntó extrañado de verla agitada, tal vez era algo urgente y tan pronto ese pensamiento paso por su mente se preocupo.

— Es...es tu...hermano -dijo entrecortado buscando calmar su respiración.

— ¡¿Le pasa algo a Sesshoumaru?! -se levantó de un salto totalmente asustado y pálido de imaginarlo.

— No, no es eso, tranquilo jeje -dijo sonriendo viendo la reacción de su amigo.

— ¡Tonta, no me asustes así! -dijo algo molesto, tremendo susto que le dió, ella solo rió- ¿entónces?

— Pues solo venia para decirte que esta aquí, acaba de llegar y vine lo más rapido que pude para ...avisarte -lo último ya lo dijo más para ella misma pues ni bien terminó de hablar cuando el peliplata salió disparado hacia el castillo, rió divertida y ya mas calmada volvió dentro.

Como bien le dijo la joven, su hermano se encontraba saludando a su madre cuando él apareció, al verlo corrió hacia él abrazandolo con todas sus fuerzas.

— Te prometí que vendría ¿no es así cachorro? -decia con una suave sonrisa el mayor mientras correspondia al abrazo.

— Sí, es verdad pero no pense que fuese tan rápido -dijo el menor mientras seguía aferrado a él.

— Bien, creo que los dejaré a solas para que platiquen -Izayoi les sonreía dulcemente- Sesshoumaru quedate el tiempo que desees, sabes que esta siempre será tu casa.

— Gracias -respondió respetuosamente inclinando la cabeza.

Inuyasha se emocionó con escuchar eso y en cuanto su madre se retiró no dudó en preguntar.

— ¿Te quedarás? ¿cuánto tiempo? ¿no te iras pronto cierto? -las preguntas fueron una tras otra, no dándole tiempo al mayor de contestar.

— Ey con calma Inuyasha -dijo divertido, el menor se sonrojó y lo miró sonreirle apenado, acarició su cabeza de forma cariñosa- Sí, por dos semanas y no creo que sea pronto.

— Dos semanas para mí lo es -dijo murmurando bajo.

— Cachorro sabes que tengo responsabilidades y no puedo dejarlas de lado -dijo con voz suave, extrañaba a su hermanito pero no podia quedarse mucho tiempo con él.

Inuyasha suspiró, sabía que tenia razón, bueno, se quedaria dos semanas cosa que no pasa muy seguido así que se conformaría con eso.

— Descuida, entiendo eso -dijo sonriendo con cariño a su hermano- ¿Cómo esta Rin?

Los dos hermanos hicieron su camino al jardin mientras conversaban, reían y se sonreian con amor, aquel amor de hermanos, ese irrompible lazo fraternal que siempre nace por el aprecio y cariño que le tienes a la familia.

Sesshoumaru estaba aliviado de ver que su hermanito estuviera mejor, aquel día lo vió tan triste y esa chispa en sus ojos parecia haberse evaporado, ahora, podía verlo más alegre y mantenia esa actitud jovial y expresiva que lo caraterizaba; aunque no ignoraba el hecho de ver otro brillo en su mirada, era distinto al que siempre tenia, no sabria decir de qué pero era nuevo ese brillo en sus ojos.

Todo estaba en calma mientras se internaban un poco en el bosque, la voz emocionada y alegre del menor resonaba mientras su hermano lo escuchaba y hablaba cuando tenia que dar su opinión de algo que el menor dijera; entonces lo sintió, una presencia que para nada le pareció buena, sus sentidos se pusieron en alerta y comenzó a ver a su alrededor, algo no andaba bien.

Inuyasha observó a su hermano con extrañeza, de la nada se había puesto muy serio y su cuerpo estaba rígido, listo para atacar. El también puso sus sentidos en alerta, agudizó su audición tratando de escuchar, sentía una presencia distinta en el ambiente y su piel erizarse, tratando de enfocar más los sonidos de su alrededor cerro sus ojos para concentrarse. Los dos estaban quietos en su lugar, atentos a lo que fuera que los estuviera rondando, los minutos parecian ir lento y la tensión del lugar era pesada.

— ¡Cuidado! -el grito de Sesshoumaru y el sentir que era empujado de lado lo tomaron por sorpresa, cuando abrió los ojos estaban en el suelo y el árbol que estaba justo frente suyo se partió en dos.

Rapidamente se pusieron en pie tratando de ver de dónde salió el ataque cuando uno nuevo apareció, saltaron para esquivarlo y se pusieron en guardia.

— ¡Muestrate! -grito Inuyasha tratando de ver a su atacante, cosa en que las copas de los árboles no ayudaban mucho.

Más ataques en forma de cuchillas se dirigieron a ellos, las esquivaron con algo de dificultad, pues venian una detras de otra, Sesshoumaru hizo aparecer su látigo de energía y comenzó a partir los troncos de los arboles que los rodeaban, cayendo de forma estruendosa al suelo, entonces una ráfaga de viento demasiado fuerte surgió detrás suyo, lanzándolos por los aires unos metros cayendo al suelo con fuerza.

Apenas reaccionaron para cuando volvieron a atacarlos aquellas cuchillas, esquivaron lo más que pudieron aun cuando algunas lograban dejarles alguno que otro corte, lanzaban sus ataques hacia la dirección en la que aquellas cuchillas venian, esperando herir a su agresor. Se separaron y mientras a Inuyasha lo seguian aquellos ataques, Sesshoumaru aprovecho para usar el poder de colmillo explosivo, eso logró detener al enemigo, viendo como algo emergió de las sombras y cayó a unos metros de ellos.

— ¿Estas bien? -preguntó el mayor que veía a su hermano levantarse del suelo agitado, este asintió en respuesta.

Con cautela se fueron acercándo sin bajar la guardia, sorprendiéndose al ver que era un tronco envuelto en una manta blanca, se vieron con sorpresa, no supieron como reaccionar a eso, sin previo aviso una nueva ráfaga de viento los sorprendió y entonces Inuyasha sintió una presencia detrás suyo, al querer girar esta lo atacó dándole un fuerte golpe en el rostro mandandolo al suelo y después vió como su hermano era atacado por esas cuchillas, se levantó y pudo ver a una mujer, la demonio que los atacaba de ojos carmín mandaba esas cuchillas que salian del abanico que usaba, viendo esto se lanzó hacia ella con las garras listas.

— ¡Garras de acero! -grito viendo como la mujer recibia el ataque de sorpresa cayendo al suelo con unas heridas algo profundas- ¿Quién demonios éres y porqué nos atacas? -pregunto amenazante a unos pasos de la mujer, esta hizo esfuerzo en levantarse, definitivamente no se esperó eso.

— ¡tsk! Eso...¡no te interesa! -respondió volviendó a usar aquel abanico, haciéndolos alejarse de ella, la demonio volvió a usar su ataques.

— Ya me harté de tus juegos -dijo el mayor de los peliplatas mientras volvia a usar su espada, ella saltó esquivando como pudo el ataque.

— ¡Caiste! -Inuyasha la atacó de sorpresa mientras ella se concentró en su hermano, no le dió oportunidad de reaccionar- ¡Garras de acero!

Kagura sintió como el ataque le dió de lleno en el costado derecho, mandandola con fuerza al suelo haciendo un gran estruendo, se levantaba con dificultad con nuevas heridas de ese lado cuando el mayor volvió a atacarla usando el látigo de energía queriendo apresarla con él, lo trataba de esquivar cuando sintió al menor acercarse por detrás y se puso furiosa, creó de nuevo la fuerte ráfaga de viento logrando alejarlos y sin perder tiempo tomo la pluma de su cabello haciéndola más grande, montada en ella se elevó y volando se alejó lo más rapido que pudo.

— ¡Keh! Cobarde -dijo Inuyasha viendo con fastidió a la mujer alejarse- ¿qué demonios queria?

— No tengo idea pero no habrá que bajar la guardia, si no obtuvo lo que queria puede que vuelva -dijo serio y frío mientras enfundaba su espada.

— Tienes razón -dijo pensativo, ¿por qué los atacó? no entendía nada de lo que acababa de pasar.

— Por cierto, hace mucho que no te veía comportarte así -el mayor lo veía divertido y algo burlón.

Inuyasha lo miró sorprendido para después sonrojarse lleno de verguenza, tenia su lado rebelde y altanero, lo sabía, se conocía bien, pero generalmente lo demostraba en peleas o cuando lo irritaban y enfadaban, así que normalmente no era así y su actitud era otra, ¡Dios, era un príncipe después de todo!

— ¡No te burles! -decia sonrojado mientras se cruzaba de brazos- es que...no a habido motivo como pa-para...ggrrr...¡no me veas así! -grito totalmente rojo y algo molesto.

El mayor comenzó a reir haciendo enfadar mas al otro, sabia que el menor seguía la etiqueta con la que se había criado y por eso esa actitud lo llenaba de pena.

— Idiota -dijo Inuyasha haciendo un puchero mientras comenzaba a caminar hacia el palacio dejándo al mayor atrás.

— Ese lenguaje cachorro -respondió para molestarlo aún más.

Inuyasha gruño en respuesta lo que hizo reir al otro, su hermano aún sonriente y divertido lo siguió mientras se “disculpaba" con su hermanito, que al final terminó riendo también junto al mayor.

*************************************

Cerca de un río se encontraba la mal herida de Kagura, maldiciendo al idiota que tenia por jefe, ya que después de todo, esto era su culpa.

— No pensé que fueran así de fuertes, del mayor quizas pero de ese niño...grrr ni siquiera lo aparentaba -se quejaba mientras se limpiaba las heridas- tal vez el secuestrarlo no vaya a ser tan fácil como lo supuse en un principio...maldición...tengo que pensar bien cómo hacer esto, quiza tenga alguna debilidad solo debo observar con más atención -suspiró y recargada en el tronco de un árbol cercano cerro los ojos, no había pensado encontrar al mayor con él eso fue una sorpresa, aún así tendria que pensar en alguna forma de tomar desprevenido al menor, claro, sin que tenga que hacerle tanto daño y de eso se lamentaba ahora, aunque no fueron muy profundos le hizo rasguños, maldijo mentalmente, “bueno, quizas en estos dias sanen y cuando se lo lleve Naraku no lo notará" se tranquilizo un poco con eso, ademas de que ella también debía sanar.
Notas finales: ¿Y? ¿que tal este primer ataque? Como ven no se la dejaron fácil a la pobre se Kagura e.e jejeje bueno, hasta el siguiente ¡matane!

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