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Los Sentimientos A Veces Cambian por LadyDeltaPhantomhive

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Notas del capitulo: Hola :D aqui les traigo el capi!! ¿creian que los habia dejado? Pues no! e.e ya veran, este es laaaargo jejeje me dio el ataque de inspiración n.n...en el anterior les drjé un momento tierno, antes del desastre ewe jejeje y pues, gracias por sus comentarios, me animan un monton y pues creo que ya vamos en la recta final de este fic, y entonces...a leer!!
La luz del Sol ya estaba asomándose entre los arboles, la ligera neblina mañanera cubria el suelo, estaba parada en la entrada de la cueva, ya habia notado que se acercaba pero aún así no daria la vuelta hasta que él hablara, cosa que no tardó mucho en hacer.

— ¿Ya estás lista, querida? -dijo Naraku al verla, en su voz dejó ver la emoción que sentia en estos momentos junto a su oscura sonrisa.

— Sí...lista -respondió Kagura mientras suspiraba y daba la vuelta para verlo, aunque también para ver detrás de él, como lo esperaba, no lo harían solos.

— Entónces...vamos -dijo el ojirojo emprendiéndo el camino y mientras se alejaba alcanzó a escuchar- ya sabes qué hacer.

Kagura sin que dijera nada más, no tardó en montar en la pluma gigante y emprender el vuelo rumbo al palacio, comenzándo así con el plan de aquel hombre.

*************************************

— Bien Inuyasha, ¿preparado? -preguntó Lord Daijiro al joven que estaba a su lado, los dos parados frente a la puerta que daba al inmenso jardín.

— Sí señor -contestó con firmeza, mientras lo miraba fijamente a los ojos.

El lord asintió y dándole un pequeño apretón con la mano en el hombro en señal de apoyo, le dió un leve empujón para que saliera, el menor suspiró y como normalmente lo hacia, salió para dar su paseo rutinal por el jardín, lo hacia todas las mañanas porque le gustaba sentirse rodeado de los aromas y sonidos naturales, aunque esta vez, era distinto. Acordaron que fingirían no saber del ataque de Naraku ese día, actuarían con normalidad para evitar que este sospechara; entre los árboles, ocultándose de la vista se encontraban algunos guardias, sus amigos, hermano y Kouga, aguardándo al momento propició para aparecer, obviamente no esperaban que sólo fuesen dos los atacántes y por ese motivo estaban preparados con los refuerzos.

El menor siguió su camino fingiéndo muy bien aunque sus sentidos estaban alertas, veía las flores y aspiraba su aroma, se detuvo un poco más lejos de dónde habia salido y cerró los ojos dejándose embriagar por los sonidos de su alrededor.

— “Aún no siento nada...tal vez sea porque estoy cerca del palacio" -pensaba con nerviosísmo, suspiró- “Me alejaré un poco más" -siguiendo esa idea, hizo su camino un poco más al fondo, pasó por la fuente y siguió hasta estar suficientemente alejado de la puerta por la que salió; volvió a detenerse frustrado ante la tardanza del asunto.

Entre los árboles los demas esperaban expectantes, Kouga comenzaba a impacientarse, los nervios no estaban ayudando y ver a su cachorro allí, indefenso ante cualquier cosa lo estaba desesperando. Entonces su cuerpo se tensó, los demas se colocaron en posición para atacar, bien, ya lo sentía, al fin le vería la cara al idiota que comenzó todo esto.

Inuyasha estaba en guardia, veía a los lados y concentraba todos sus sentidos al máximo, sin dudar saltó a su derecha lo más rápido posible, un gran estruéndo se dejó escuchar, el lugar dónde habia estado tenia un gran crater, bufó y sonrió de lado, “Ya era hora" fué el pensamiento que surgió en su mente.

Se puso en pie y miro a todas partes, un ataque a su izquierda, volvió a esquivarlo, tan pronto puso un pie en el suelo volvieron a atacarlo, esta vez lo hicieron caer al suelo; rapidamente se colocó de pie y los ataques no daban tregua a que intentara nada, fue cuando dejó pasar uno y vió en la dirección de donde vino, levantó el brazo derecho dispuesto a usar sus garras de acero cuando algo impactó duramente en su espalda haciéndolo caer, aún estaba aturdido cuando quizo levantarse y sintió algo posarse encima suyo, al levantar la mirada vió a un enorme demonio de horrible apariencia y que lo observaba burlon, comenzó a forcegear.

— ¿No te lo esperabas cierto? -dijo una voz femenina, la reconoció al instante, Kagura.

Esta estaba parada a unos metros de él, habian otro demonios identicos al que lo apresaba detrás de ella, gruño molesto.

— ¡Tú otra vez! -exclamó furioso- ¿Qué demonios haces aquí? No te bastó la paliza del otro día -terminó con sorna, viendola con desprecio.

Kagura torció su rostro en un gesto de fastidio, el ojidorado la veía fijamente y sin mostrar temor debajo de aquel corpulento demonio, “Vaya que tiene agallas" pensó bufando molesta.

— No pienso contestar a eso, sólo me interesa cumplir con mi tarea de una buena vez -dijo fría y viendo de reojo hacia la izquierda de manera nerviosa.

— Oh disculpame, te diste cuenta entónces de que no podias sola contra mí y por eso regresaste con ayuda ¿cierto? -dijo socarrón, escuchó como gruñia en respuesta, rió divertido- pero te diré que ni con eso...-dijo mientras de un rápido movimiento rasguñaba el rostro de su captor que lo liberó al intante y de una rápida patada lo alejaba de él- ¡me detendrás! -sin perder tiempo y en un sólo ataque mató al demonio.

Kagura volvió a usar su abanico y él evadió cada ataque mientras respondia con el de sus garras, la mujer suspiró frustrada y les gritó a los otros que lo detuvieran, comenzaron a rodearlo y ella se detuvo viendo como el menor trataba de quitarselos de encima con golpes y ataques, uno lo abrazó por detrás inmovilizándolo y los otros aprovecharon para sostenerlo fuertemente, empezó a gritar para que lo soltaran y trataba de liberarse, fué cuando Kagura notó quien se acercaba y vió su oportunidad.

— Naraku -dijo en voz alta con la intención de señalarlo mientras veía al hombre de largos cabellos negros.

— Bien hecho querida -respondió mientras sonreía abiertamente y se acercaba al menor, quien trataba de liberar sus extremidades para defenderse, lastimándose un poco por la fuerza con la que era sujetado- Al fin nos conocemos mi ángel -decia con esa sonrisa, mirándolo de arriba a abajo, devorándolo con los ojos.

— ¿Quién demonios eres? -dijo gruñendo el peliplata, viendolo con fastidio, no le iba a dar el gusto de ver lo nervioso que lo ponia su forma de verlo.

— Pero que mal educado soy, disculpa mis modales -dijo con fingida modestia- yo soy Naraku, a tus servicios vida mia -termino acariciándo la tersa piel de la mejilla del joven, quien se estremeció ante ese nada agradable toque.

— ¿Y qué quieres aquí? -pregunto molesto mientras alejaba de forma brusca su rostro, la risa que escuchó le hizo sentir un horrible escalofrío.

— ¿Que qué quiero?...eres muy distraído dulzura -respondió volviéndo a acercarse, Inuyasha se removió y lo tomo del mentón obligandolo a verlo, el menor siguió forcegeándo y Naraku hizo más presión en el agarre- Es muy obvio, lo que quiero es a tí -le susurró al oído viendo como este volvia a estremecerse, sonrió satisfecho y le dió un beso en el cuello.

— ¿¡Qué demonios haces!? ¡ALEJATE DE MI! -gritó furioso mientras volvia a removerse inquieto, no le agradaba para nada ese hombre, aquello le dió asco.

— ¡SILENCIO! -gritó mirándolo molesto, el menor ante eso se quedó paralizado un momento, sorprendido por esa reacción, el pelinegro suavisó un poco sus facciones- Disculpame, no quise asustarte vida mia, es sólo que no quisiera que te pongas difícil, me obligarias a hacerte daño y no queremos eso ¿cierto? -dijo mientras abrazaba la pequeña cintura, acercándo su rostro al menor, con la mano derecha acariciaba su cabello.

Inuyasha temblaba levemente, ese hombre hacia que todos sus sentidos le alertaran del peligro y comenzó a invadirlo una fiera necesidad de poner distancia entre ese sujeto y él.

— Sueltame -exigió con voz fria- No sé qué demonios pretendes con esto pero no me agradas en absoluto -siguió diciéndo mientras lo veía fijamente sin demostrarle como se sentia.

Naraku frunció el ceño y su mirada se torno oscura por unos segundos, el menor sintió como todas sus alarmas se encendian y quizo decir otra cosa hasta que el otro habló.

— No -dijo con voz neutra, sus ojos demostraban su enfado- eres mío y nada de lo que digas me hará cambiar de opinión entiendes -dijo entre dientes mientras el agarre se hacia más fuerte, tanto que comenzó a lastimar al ojidorado, la mano que acariciara sus cabellos ahora lo agarraba del cuello, presionando poco a poco- tú me perteneces, estaras conmigo te guste o no me escuchas y si tengo que obligarte pues que así sea, así que tú elige mi vida, ¿por las buenas o por las malas? -terminó diciendole con sus rostros a sólo centímetros de distancia.

— Bien, te responderé -dijo con algo de dificultad debido a la presión en su cuello- ¡vete al diablo! -dijo con ira y desprecio en su voz.

Lo que siguió ya lo habia intuído, Naraku estaba furioso y se habia arriesgado al darle esa contestación, su mejilla izquierda ardía por la fuerza de esa bofetada, el hombre se alejó de él lo que le dió algo de alivio.

— Como quieras, no queria recurrir a esto, pero en vista de que no me dejaras hacerlo por las buenas... -dijo mientras su mano derecha se dirigía a sacar algo entre sus ropas, cosa que no logró al saltar hacia atrás para evitar la flecha que fue lanzada hacia él, molesto giró viendo de donde venia.

— Aléjate de él -dijo Kagome que estaba apuntándole de nuevo, mirándolo con odio y molesta.

— ¡Mujer insolénte! -gruño furioso con intención de acercarse a ella cuando un boomerang casi lo partía a la mitad de no ser porque había reaccionado rápido.

Sango del otro lado lo miraba con odio mientras volvía a tener el arma en sus manos, Naraku estaba comenzándo a hartarse de esto, las dos jovenes volvieron a atacar al mismo tiempo, flecha que era lanzada le seguía el gran boomerang, Naraku respondía lanzándo esferas de energía oscura de sus manos, todo lo que se escuchaba era estruendos de los ataques.

— ¡Kagura! -gritó más enfadado- ¿¡Qué demonios estas esperando!? ¡Ataca, maldita sea! -gritó mientras les hacia señas a los demonios que sujetaban al príncipe, estos comenzaron a alejarse del lugar.

Kagura empezó a caminar preparándo su abanico, elevó el brazo y de un rápido movimiento se giró atacándo a Naraku, este que estuvo entretenido en las dos mujeres ni lo sintió llegar, el ataque le dió de lleno sin que pudiera hacer nada.

Inuyasha trataba de soltarse pero los demonios lo tenian bien sujeto, impotente se sentia al ver como se alejaban del lugar de batalla, gruño furioso.

— ¡Deténganse malditos! -dijo una voz para nada contenta, Kouga sin pensarlo mucho comenzó a atacar a los demonios con rapidos movimientos y patadas.

Miroku se encargaba de purificar a los horribles seres que el lobo hiba dejando fuera de combate de manera rápida, era divertida la situación, el lobo estaba en verdad molesto, al ver como ese tal Naraku se acercaba a Inuyasha se puso fúrico, fue realmente difícil contenerlo para que el plan no se echara a perder y lo fue aún más al ver como aquel hombre habia golpeado a su amigo; claro que también a ellos no les faltaron ganas de intervenir pero debian seguir con lo que tenian previsto, por lo que ahora el lobo desquitaba esa furia con los demonios.

En cuestion de minutos Inuyasha quedó liberado, aunque la alegria les duró poco, pronto se vieron atacados por más demonios que venian en su dirección, maldijeron mentalmente y cuando estuvieron cerca, fueron sorprendidos por los guardias del palacio, que sin dudar comenzaron a demostrarles el por qué eran los responsables de la seguridad en ese lugar, con esto los tres regresaron para ayudar a las chicas.

Naraku seguía atacando ya en verdad muy molesto, lanzándo ataques a diestra y siniestra, Kagura lanzaba sus cuchillas, seguida de Sango con su boomerang, terminándo con Kagome y sus flechas, trataban de hacerlo simultáneo para evitar que hiciera algo para contrarestarlos; Naraku entonces se vió víctima de otro ataque, un furioso Sesshoumaru comenzó a agitar su látigo de energía tratando de apresarlo, cuando Naraku se alejaba, atacaba con sus garras venenosas sin darle tiempo a nada.

Naraku entonces creó una bruma de humo oscuro a su alrededor, lo que lo hizo alejarse un poco de él: veneno. ¡El maldito tenia veneno!...aprovechando su ventaja les lanzó tres marionetas de él mismo, justo en ese instante aparecieron Kouga, Miroku e Inuyasha, las marionetas comenzaron a atacarlos y fue cuando comenzó a dificultarse el asunto.

Sango, Kagome y Kagura se ocupaban de una, Sesshoumaru, Miroku y Kouga de la otra; Inuyasha quizo ayudarles pero se vió interpuesto por la otra marioneta, atacó y esquivó como podia y cuando saltó cerca de ella para cortarle la cabeza, un duro golpe lo mando directamente al suelo golpeándose fuertemente, su cuerpo entero dolió.

Sango y Kagura lanzaron juntas sus ataques logrando partir la marioneta, antes de que regenerara Kagome lanzó una flecha con todas sus fuerzas, esta brilló intensamente con su poder y logró destruirla. Aliviadas buscaron ahora ayudar a los otros, Inuyasha se encontraba en dificultad por lo que corrieron a él, Naraku las vió y volvió a lanzar un ataque hacia ellas lo que las hizo retroceder.

Sesshoumaru ya estaba en verdad molesto, con sus garras y látigo hacia el mayor daño posible, Miroku la paralizaba a momentos con pergaminos y Kouga hacia lo mismo con el peliplata mayor, pero viendo preocupado como Inuyasha se enfrentaba solo a la marioneta restante y a Naraku al mismo tiempo; Miroku volvió a paralizarla y como si se huvieran puesto de acuerdo, los dos atacaron desgarrándola, Sesshoumaru desenfundó su espada y con esta terminó con ese estorbo.

Mientras eso pasaba, Inuyasha enfrentaba a dos adversarios con golpes, patadas y garras, pero cada vez que atacaba a uno, el otro venia sin darle tiempo casi a nada, lograba esquivar algunos movimientos pero no todos y ya se estaba cansando; volvió a usar sus garras de acero contra la marioneta y al partirse esta él saltó a distancia para poder atacar al verdadero Naraku que ya venia en su dirección. Naraku se lanzaba hacia él con golpes y veneno incluso, trataba de esquivar y devolver los ataques, cuando el otro falló en un golpe aprovechó el momento de usar sus garras con todas sus fuerzas, hiriéndole el costado y haciendo que se alejara de él.

— No podrás alejarme por siempre querido -dijo con voz molesta, demostrando la ira que sentia.

— No me llames así -respondió el ojidorado con enojo y desprecio, respirando agitado por todo el esfurzo hecho. Naraku rió divertido.

Sin decir nada más, volvió a cubrirse con veneno pero esta vez lo hizo aparecer como una fuerte ventizca, el menor se cubrió y trató de alejarse pero la marioneta que hasta entónces habia olvidado lo atrapó entre lo que parecian ser tentáculos, dejándolo inmóvil mientras Naraku se acercaba a paso tranquilo, intentó liberarse pero con cada movimiento los tentáculos afianzaban más su agarre comenzando a asfixiarlo, por lo que se detuvo. El ojicarmín veía con satisfacción la escena y de entre sus ropas sacó lo que parecia ser un fragmento grueso, color negro y con ambas puntas de los extremos alargadas, brillaba como si fuera de cristal; la mirada que le dedicaba lo hizo inquietarse aún más e inconsientemente se removió en el agarre aunque dejó de hacerlo apenas comenzó al apretarse más los tentáculos, maldijo mentalmente por haber pasado de la marioneta.

Los demás estaban tratando de llegar al menor, la desesperación por ayudarlo los estaba carcomiendo, intentaban de todo pero el campo de fuerza que Naraku habia puesto a su alrededor se los impedía, nada de lo que hicieran surtía efecto y comenzaban a entrar en pánico. Ese hombre se acercaba al joven que apresado no podia hacer nada, no querian pensar en lo peor, si ese horrible ser estaba obsecionado con Inuyasha no le haria daño ¿cierto?, Sesshoumaru volvió a usar su espada pero fue inútil, Kouga con patadas y garras tampoco lograba nada, Kagome no podia atravesarlo con sus flechas, Sango solo conseguía que el campo repeliera a su boomerang y ni se hable de los intentos de Miroku.

— Eres muy bello de cerca ¿sabias? -dijo Naraku acariciando su mejilla mientras le sonreía victorioso y complacido- Es una lástima que no accedieras, me hubiera gustado tenerte entre mis brazos.

No le respondió, lo miraba fijamente con todo el odio que estaba sintiendo en ese momento, vió como acercaba a él el fragmento de cristal con la intención obvia de clavarselo, respiró hondo dispuesto a no mostrar miedo, justo antes de que siquiera esa cosa lo tocara se vió un resplandor y seguido a este el campo de fuerza que los rodeaba se desvaneció, la sorpresa de Naraku se dejó ver pero todo tuvo sentido al escuchar esa voz que hizo saltar a su corazón de alegria.

— ¡Aléjate de mi hijo bastardo! -dijo con furia Lord Inuno Taisho al tiempo que atacaba con su espada haciendo a Naraku retroceder, sin perder tiempo giró y en un movimiento se deshizo de la marioneta, liberando a Inuyasha que cayó de rodillas al suelo.

— ¡Papá! -dijo el menor con alivio mientras se levantaba, viendo a su progenitor enfrente suyo.

Naraku entró en furia y comenzó a atacar de nuevo, esta vez Sesshoumaru se interpuso en su camino y con rápidos movimientos de su espada y sus garras lo comenzó a hacer retroceder, Kouga se le unió sin demora, se cobraría con ese idiota todas las que le hizo a él, su padre y a su cachorro. El pelinegro trataba de atacar pero a aquellos dos se les unió el lord, comenzando a estar en desventaja.

— ¿Estás bien? ¿no te hizo nada? -preguntó preocupada Kagome a su lado.

— Sí, no te preocupes, estoy bien -contestó sin apartar la mirada del enfrentamiento, respirando agitado.

Sus amigos se habian puesto a su lado en cuanto comenzaron a atacar a Naraku, Sango y Miroku enfrente junto a Kagura y Kagome se puso a su lado, no tenia que pensar mucho para saber que lo estaban protegiendo de esa manera.

Vió como Naraku lograba alejar a los otros tres con su veneno, aprovechando eso les lanzó un ataque que todos apenas esquivaron, lo que nadie notó fue que al mismo tiempo lanzaba aquel fragmento de cristal, Kagome se estaba levantando cuando sintió que la empujaban de nuevo, en el suelo buscó con la mirada al causante y lo que vió la hizo paralizarse del terror.

— ¡¡NO!! -gritó Kouga, presa del pánico y de la ira se lanzó hacia Naraku sin dudar, sacando fuerzas de saber donde lo fue dejando en desventaja.

— ¡Muere maldito! -dijo Sesshoumaru con la ira refulgiendo en sus ojos dandole un duro golpe que lo hizo retroceder.

Naraku no tuvo tiempo de nada, al retroceder el Lord lo atravezó con su espada, colmillo de acero, y con la rabia impuesta en ese ataque, mató a Naraku con su poder, volviéndolo cenizas; al fin todo habia terminado.

— ¡INUYASHA! -el grito de pánico de Sango se dejó escuchar en todo el jardín, negaba con la cabeza y tenia las manos cubriendo su boca mientras las lágrimas corrian por sus mejillas sin detenerse.

Miroku y Kagome en medio del llanto llamaban a su amigo desesperadamente, estaba en el suelo con los ojos cerrados y aquel fragmento oscuro de dudosa procedencia que traía Naraku, se encontraba enterrado en su pecho de donde comenzaba a hemanar sangre.

Todo quedó sumergido en sollozos desamparados, el miedo y el terror se sentía en el ambiente, los gritos de dolor de los presentes eran lo único que se escuchaba, Kagura alejada un poco de la escena sólo pudo bajar la mirada al suelo ante la pena, su mano derecha posada en su pecho del lado izquierdo, sintiéndo nuevamente y después de tanto tiempo, el palpitar de su corazón.
Notas finales: NO ME MATEN!! *encerrada en una caja blindada* sorry por dejarlos hasta alli jeje bueno, pues cuentenme que les pareció, muchas gracias por leer y...y...hasta el próximo...¡Bye! *sale corriendo*

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