Se sentía ansioso y cansado porque aún no podía pegar un ojo para dormir en lo que empezó a pensar pervertidamente en Luffy. Si tuviera la oportunidad de entrar en su cuarto y abrazarlo por la espalda, no necesitaría pensar en lo quería después. Seria todo muy simple, pero bueno tener deseos y fantasías era normal, bueno según para el que estaba enamorado de aquel chico con una sonrisa grande en su cara.
A lo poco que podía contenerse para no pensar en aquello, no había sido parado esta vez...
Las habitaciones para los invitados de Luffy constaba de:
1 habitación con 2 camas para Luffy y law, otra para la siguiente pareja barto y Cavendish, e iba a hacer una más para sanji y zoro pero este término siendo dividida.
Eso sí, el único que no tenía problemas o que si fue pensado fue el de kidd.
Sanji como no quería dormir cerca de su amigo dispuso a dormir en el sillón del living, así de paso se despertaría primero para hacer el desayuno. Al menos Luffy había pensado en la comodidad de su amigo aun así no había podido decirle nada más desde que despertó por el golpe que recibió.
En la habitación de Luffy y law –
- ¡No puedes decidir eso por tu cuenta torao! – dijo Luffy enojado, estaba bastante irritado con su pareja desde que no paraba de calmarlo por lo que había visto.
- Será lo mejor para nosotros y para ti, no deseo ver que jueguen contigo – desde que lo había pensado, en que podría haber una mínima posibilidad de que su pareja intente querer a alguien más por su ausencia siempre quiso no pensarlo pero la incertidumbre le ganaba con el paso de los días, haciéndolo que se estrese más... y más.
- No pienso hacerte caso – quería gritarlo pero sabía que algunos dormían así que no quiso subir más su voz y le arrojo una almohada a su cara, luego de aquello se acostó en la cama, nunca lo había visto así de molesto.
Trafalgar solo se sentó en la punta de la cama para seguir pensando en lo que debía hacer ahora.
Caminaba lento para bajar por la escalera y buscar un vaso de agua, se había despertado de la nada, parece que había soñado algo feo pero no podía recordarlo por el momento aun así, debía refrescarse, eran las 2 am y la temperatura aún era intensa. El aire acondicionado no funcionaba por un problema que le había pasado hace unas horas y por ello también podría haberse levantado.
Finalmente bajo, saco una jarra de agua de la heladera para luego reposarla en la mesa y servirse un vaso cuando se dio la vuelta vio que desde ahí podía llegar a ver el sofá donde Sanji dormía plácidamente. Sin pensarlo se acercó con el vaso en mano para luego pensar (- realmente no sé qué es lo que me gusta de ti, pero me molesta -) frunciendo el seño, solo acariciando su mechón derecho que tapaba su ojo con la mano que no estaba ocupada, paso de largo. Prefirió no quedarse mucho tiempo a hacer eso, ya que podía despertar el otro.
Él no era de enamorarse de hombres, básicamente no lo hacía pero con las mujeres que habían salido no eran de su agrado. No las etiquetaba como otros solían hacerlo lo único que sentía él era la experiencia de tenerlas al lado. Y tampoco se dio cuenta de cuando había empezado a amarlo, después de todo era su amigo y puede...que solo esté equivocado como muchos, ya que el amor por la amistad se puede sentir. Pero ya querer estar más cerca de él y amarlo como quería... no podía llamarse eso amistad, además que había tenido celos no era suficiente para no darse cuenta ya...?
Se quedó parado un buen rato mirando el cielo con miles de estrellas, no había salido de la casa podía observar todo por las puertas de vidrio. Luego de eso, subió con el vaso en mano y le dedico una última mirada al sofá, desgraciadamente aún se sentía mal por recordar cuando Sanji fue en ayuda del kidd y no la suya. Pensando eso hizo una mueca y se fue directo a su habitación.
Un ligero sonrojo se formó en la cara del rubio, no estaba durmiendo solo tenía los ojos cerrados ya que tampoco podía obtener el sueño, incluso pensó en ir arriba para estar con kidd pero cuando escucho ruido de pasos que se escuchaban por el piso de madera tuvo que volver a su lugar. Lo único que hizo fue arreglar su mechón de pelo ya que había sido movido, por la mano de su amigo... no le impactaba del todo saberlo por su parte Sanji ya que ahora le importaba otra cosa, simplemente sabía que no iba a aceptarle de "esa forma", por lo que decidió ni seguir pensando en lo que había pasado, volvió a cerrar sus ojos para poder dormir de una vez por todas y así lo hizo.
- Ah... ummg...ah...lu... ahhh...- gemia en voz baja, mientras movía su mano derecha en su miembro masculino, en un movimiento de arriba hacia abajo. Se sentía estresado por lo que podía llegar o querer seguir pensando en lo que hizo con Sanji... por más que haya hecho eso, no dejaría de pensar en Luffy.
Autocomplacerse no era más que para relajarse un momento, dejar de intentar pensar en que debería hacer o no. Mientras más pensaba en él, los movimientos iban acelerando. Su imaginación era la que tomaba control por su parte... Luffy en su fantasía entraría y luego... le haría el amor como nunca antes se lo había hecho.
Fue una lástima que eso al final no resulto o haya resultado así, ya que cuando sin previo aviso su puerta fue abierta él se había venido al mismo momento en que eso paso... no había sido Luffy claro que no, para kid hubiera sido genial (por una parte) que fuera Sanji pero tampoco era...
No sabía cómo tomárselo pero el único que estaba sudando frio era kidd, había caído una gota de su semen en la mejilla del que había entrado a su cuarto, el otro intento parar el chorro con su mano pero no pudo pararlo todo.
No se oía nada más que silencio por parte de ambos, uno muy sonrojado más que el otro, cuando se limpió con su mano la cara, dio una sonrisa pero esta no era de felicidad.
- Eustass-ya ah... quisiera saber si te puedes acostumbrar a no tener un brazo – cuando lo dijo se acercó más al pelirrojo. El otro se levantó los pantalones como pudo, se encerró en el baño que tenía su cuarto. Ni lo había pensado, pero al menos evitaría tener que ser golpeado por alguien más ese día... más bien seguido.
- Abre la puerta eustass-ya, no te hare ningún daño solo quiero hablar contigo – no le parecía convincente lo que escuchaba, pero le fastidiaba esta situación. La peor persona para verla estaba justo ahí, en su cuarto... lo más raro de todo el asunto, era que no podía dejar de tener erecto su pene.