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Quidam. [EXO] por Annie_Park

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Sehun está demasiado enfadado con Chanyeol y Jongin como para devolverles las llamadas, además se encuentra sumamente ocupado con su nueva vida como homosexual, intentando superar a la perra insensible de Miranda.

Es algo extraño, pero Sehun siempre se ha sentido exclusivamente gay, se atreve a decir que dentro del vientre de su madre él sabía que su vida social consistiría en observar más traseros de hombres que de mujeres y no por envidia o para convencerse que él tenía mejores pompas, sino por gusto, una simple y peligrosa atracción por ver los traseros masculinos que lo hacen morderse el labio inferior y gruñir como perro en época de apareamiento.

Claro, está su corta pero apasionada relación con Miranda Kerr, pero muy profundamente en su cabeza, siempre supo que la perra era bastante ligera y, además, sólo salía con ella para ganar un poco de popularidad (aunque no niega que le gustaba verla en traje de baño, pero no tanto como ver al hermano mayor de ella en ropa interior cuando iba a su casa en verano). De cualquier modo, sigue enojado con sus amigos sólo porque quiere estar enojado con ellos. Son irritables y su presencia es asfixiante.

When I Gone de Eminem (la canción que toca el corazón de Sehun cada vez que la escucha) deja de sonar en los parlantes de su reproductor de música y The Hampsterdance Song empieza a retumbar por éstos, consiguiendo que un frustrado resoplido se resbale de los labios estrechados de Sehun. Él sabía que: 1) debía eliminar la canción maricona que Chanyeol le envió con muchos corazones y un “escucha esta canción, ¡es tan linda y adorable!”, y 2) no debe de poner el modo aleatorio ya que todas las canciones imbéciles que Chanyeol le pasa saldrán a relucirse y aturdir los oídos del pelinegro.

Antes de que siquiera tenga la oportunidad de moverse un centímetro más de la cama y apagar la tortura china a sus oídos de unos estúpidos hámster cantantes y bailarines, la puerta de su habitación, la cual tiene un enorme cartel que dice específicamente: “Toca antes de entrar, bastardo” echo con sus propias manos, se abre repentinamente y allí está un sonriente Chanyeol tarareando la canción y un asombrado Jongin cruzado de brazos que comienza a reír cuando reconoce aquel pegajoso e infantil ritmo.

—¿Qué sigue, Sehun? ¿Barbie Girl de Aqua para que todo el barrio sepa que eres un flaming fairy*? —Jongin se burla y recibe como respuesta un almohadazo en el rostro que no alcanza a esquivar.

Sehun tiene las mejillas al rojo vivo y camina con pasos fuertes y sonoros hacia su reproductor de música, apagándolo y consiguiendo que la expresión entretenida de Chanyeol pase a un ceño fruncido y dos manos apoyadas en su propia cintura mientras una ofendida mirada fulmina la nuca del dueño de aquella habitación.

—Hey, esa canción es muy buena, ¿por qué la sacaste?

—Dios Santo, ¿oíste eso? ¡Chanyeol es más flaming fairy que yo! —se queja Sehun y luego bufa—. No los quiero aquí, están infectando mi oxígeno con el aire quemado de sus neuronas. Por favor, háganme el favor de irse.

Jongin mira a Chanyeol y ambos ruedan los ojos.

—Te trajimos regalos por tu cumpleaños —anuncia Jongin.

—Y no lo vas a creer, pero Jongin aportó dinero para ellos —agrega Chanyeol.

Los ojos de Sehun se abren un poco (mucho) y mira al moreno con una expresión confusa y asombrada en su rostro, buscando con el movimiento de sus ojos una explicación a tal acto de amabilidad. Jongin es un mezquino cínico que tiene mucho dinero y no lo gasta porque “no quiere ser consumista”.

Patrañas.

—¿En serio, Jongin? ¿Tan desesperado estás por recibir mi bendecido perdón que fuiste capaz de gastar dinero por mi cumpleaños? ¡Tú! ¡No jodas con algo así, amigo! —Sehun ríe divertido, acercándose a Jongin para golpearlo en el hombro y luego recuerda que está enojado con él, así que se aleja con asco, limpiando una inexistente suciedad de su mano—. En fin, eres un tacaño.

Chanyeol ríe disimuladamente, pero Jongin lo observa por los ojos inexistentes en su nuca y se gira para darle una mirada asesina que logra aniquilar esa risita. Tras eso, vuelve su mirada hacia Sehun, completamente exasperado por su comentario, y procede a juntar sus manos para comenzar con su discurso.

—No se trata de ser un tacaño, joven Sehun —explica Jongin, empujando con delicadeza el cuerpo de su amigo para sentarse en su cama y mirar a ambos chicos con una mirada profesional y la sombra de una sonrisa—. Se trata de ahorrar, de mantener el poder en tus manos y no permitir que éste se te escape para ir a las desagradables garras de las empresas financieras. Soy el Robin Hood del siglo XXI.

—Es siglo veintiuno, no siglo equis, equis, i —lo interrumpe Sehun con una corrección que irrita el carácter podrido de Jongin. Chanyeol, por otro lado, escucha atentamente hasta que una bolsa con caramelos en el escritorio de Sehun llama su atención; sus dientes exigen llenarse de caries y de sólo pensar en el sabor de esos dulces, se le hace agua a la boca—. Y dime, Robin Hood, ¿dónde está tu sombrero y tus flechas? Sólo eres un tacaño, tus padres trabajan en el Madison Square Garden, viajan a todas partes del mundo en las vacaciones, tienes una sirvienta sexy que te lava los calzones, una habitación más grande que el territorio de Texas*, ¡una jodida XBOX One! —continúa Sehun, como el envidioso y pobre infeliz que Jongin siempre le recuerda que es—. Teóricamente eres de alta clase. Un maldito niño rico.

—Que sea rico, no significa que sea un pequeño burgués. No voy a permitir gastar dinero por consumista, jamás dejaría que el banco presencie ese momento. ¡Sobre mi putrefacto cadáver haré lo que el banco espere que haga! —Jongin exclama, con un aura poderosa, sintiéndose un presidente dando un discurso.

—¿A qué te refieres? —Chanyeol termina de masticar el segundo caramelo cuando habla y Sehun le lanza puñaladas en la yugular al ver que se comió los dulces que su abuela le regaló, pero por ser Chanyeol, el dulce e inocente…y torpe Chanyeol, va a dejarlo pasar esta vez.

El tacaño sigue con su discurso anti-bancos.

—Eres tonto, Chanyeol, ¿verdad? ¿Acaso no sabes que el banco prefiere mil veces que uno consuma?

—Ignóralo, Chanyeol. Jongin es una inmunda rata que está asustado por la historia; tiene miedo que nos ocurra lo mismo que Argentina en 2001 o que haya una segunda Gran Depresión, y si eso ocurre, los bancos se cierran, las cuentas bancarias se pierden y Jongin pierde sus ganancias, sus años de ahorros y se queda pobre, el maldito tacaño.

—Esperen... ¿qué es eso de Argentina y Depresión? —Jongin se rasca la nuca y Chanyeol asiente porque tampoco está informado acerca del tema.

Sehun, el que más presta atención a clases y el más inteligente entre aquellos dos asnos, suspira irritado por la ignorancia que lo rodea.

—Vimos el Cacerolazo y la crisis del veintinueve en Historia Mundial de la Economía, al igual que la crisis de la deuda soberana en Grecia, la Gran Recesión, la crisis de México de 2008 hasta 2009 y la crisis española que aún sigue existiendo. También hemos visto en Historia Americana el...

—¿A quién diablos le importa la historia? Lo que les estoy diciendo es que los bancos se benefician del consumista, ya que ellos ganan más y te ponen ganancias, préstamos y esas mentiras, así que no pienso caer en el mundo del parásito capitalista. No tengo cuenta bancaria, me quedaré con mi dinero y no lo desperdiciaré. Lo llevaré en mi corazón el resto de mis años en este deteriorado mundo repleto de capital. Voy a dejar que mi tumba esté tapizada con billetes de cien dólares, me van a llenar el cuerpo como los egipcios, pero con oro. Y nada para el banco. Nada.

El pelinegro mira con tristeza a su amigo, pensando si alguna vez se le irá lo idiota.

—China, Cuba, Laos y Corea del Sur son comunistas —menciona Chanyeol repentinamente, lo único que recuerda acerca de la historia (una materia que detesta) y Sehun se jala los cabellos con desesperación. Ser el cerebro del grupo es cansador.

—¡Corea del Norte! Nosotros somos los malditos surcoreanos, Chanyeol, somos originalmente de Corea del Sur —hace énfasis en el nombre del país con sus dos manos moviéndolas frenéticamente— y nuestro régimen político es absolutamente capitalista, somos las perras de Estados Unidos. Corea del Norte, a pesar de que reniegue del marxismo, es vista como un Estado Socialista con gran uso del…—Sehun hace una pausa y se da cuenta que, nuevamente, su informado cerebro ha tomado el control de sus cuerdas vocales y las ha hecho producir palabras que sus amigos odian oír (sí, ambos odian historia, ambos suspenderán esa materia), por lo que se masajea las sienes y olvida que está enojado con ellos—. Al diablo con ustedes, ignorantes sin futuro. ¿Dónde están mis regalos?

Chanyeol es el primero en reaccionar positivo y sonreír con cierta dulzura que no involucra los caramelos que se comió hace unos minutos, sino una dulzura casta al imaginar el rostro de su amigo al ver los regalos que tanto se esforzaron en buscar exclusivamente para él, su nuevo integrante del grupo “Mejores amigos coreanos abiertamente homosexuales para toda la vida”, más un combo porque es su cumpleaños. Todo es perfecto.

Pero Jongin se adelanta para levantarse de la cama y posicionarse junto a Chanyeol para sonreír con ironía.

—Lo siento, pero te daremos tus regalos en dos días, cuando finalmente cumplas diecisiete malditos años, querido amigo —el moreno anuncia y Sehun frunce su ceño.

—Si no van a darme mis regalos ahora, ¿qué demonios hacen aquí? —pregunta un iracundo Sehun y sólo recibe dos sonrisas brillantes como respuestas. Y una tarjeta con descuento para la función de un circo llamado Quidam, pero Sehun ve tantos colores chillones que sus retinas quieren llorar sangre y aleja la vista, devolviendo la traumática y colorinche tarjeta a Chanyeol—. No, gracias. Los circos y yo no nos llevamos bien.

—Ni siquiera escuchaste lo que tenemos para decirte —se queja Chanyeol, cruzado de brazos—. Hay chicos lindos y…bueno, chicas, por si aún no te acostumbras, pero ¡en serio, Sehun, será fantástico! —lo toma del hombro y sacude su esbelto cuerpo con mucha emoción—. ¡Por favor, lo amarás!

—¡Ni en chiste! Chanyeol, Jongin, este circo está en el Distrito Castro, ¡el jodido Eureka Valley! —hace énfasis en cada nombre y se apresura a explicar—. Es el barrio de la comunidad gay de San Francisco, joder, debe ser el circo más homosexual del mundo, más homosexual que… ¡que ustedes! —Jongin se siente profundamente alagado—. No me verán en un barrio gay nunca.

—Estás en nuestro club gay, Sehun. Eres un gay reprimido —le informa Jongin y Sehun niega.

—Soy bisexual. Un noventa por ciento se lo dedico a las mujeres, lo que queda a alguna excepción de hombres.

—Sí, bueno, como digas.

—Tú puedes ser lo que quieras ser, Sehun —lo anima Chanyeol con una sonrisa en su rostro.

—Sólo admítelo; tú quieres la D* dentro de tu trasero —la burla de Jongin se tarde en entender, ya que Jongin tiene chistes exclusivos que sólo él logra decir, entender y disfrutar con una risa. Pero cuando Sehun logra comprender la extraña jerga de su amigo, su rostro comienza a tornarse cada vez más rojo y su sangre hierve, dispuesta a hacer erupción como un volcán.

A veces Chanyeol se sorprende por los diferentes sinónimos de miembros masculinos que Jongin tiene incorporado en su diccionario mental. A él le da vergüenza decirlo en voz alta, normalmente le da vergüenza decir cualquier cosa relacionada a ese tema, por lo que admira a Jongin por su disposición para ser quien es (aunque sea un rico tacaño y fácil de irritar). Y también admira la inteligencia de Sehun, que también lo hace como es (aunque sea crítico acerca de todo y resentido).

El dueño de aquella simple habitación está echando humo por las orejas y también por los ojos, suele enojarse mucho cuando Jongin lo molesta acerca de su posición en la cama; Sehun no es la clase de casi homosexual (sin confirmar por el momento) que come la almohada. No, al contrario, él es quien sopla nuca y algún día se lo refregará en la cara a ese nigga.

 Los empuja fuera de su habitación gritando algo acerca de una amistad repleta de burlas y bullying, haciéndolos casi tropezarse por las escaleras, pasando por la cocina y disponiéndose a abrir la puerta para cerrársela en el rostro. Su madre se levanta del sofá con una sonrisa, apagando el televisor.

—Hijo, ¿qué pasa? ¿Por qué gritas? —pregunta la mujer y acaricia las hebras de Chanyeol, aunque debe hacer puntitas para llegar a tocarlo correctamente.

—Nada, mamá, nada.

—En verdad, queríamos preguntarle algo, señora Kim —alcanza a decir Chanyeol, sonando inocente al usar el apellido de soltera de la mujer mientras una mueca satisfecha adorna su rostro. Un silencioso plan entre Chanyeol y Jongin se forma en el ambiente, y Sehun quiere destruirlos porque sabe qué harán. Y cuando Jongin le envía una mirada a Chanyeol, como un cliente le envía la invitación a un sicario para matar a su víctima, Chanyeol asiente ahora serio y dispara—. Queríamos saber si Sehun podía venir al circo esta noche.

 

 

La señora Kim en su menudo cuerpo de mujer cuarentona, está tan contenta y emocionada que cocina clam chowder, una exquisita crema de mariscos con almejas, de las comidas más típicas y especiales de San Francisco, junto al pan agrio sourdough bread.Todos están en la mesa, sus dos hijos (Sehun y Sehwa, el hermano mayor), Chanyeol, Jongin y su esposa, Jea, cirujana plástica con una carrera bastante reconocida. No muchos en el instituto lo saben, pero los padres de Sehun están separados luego de que la madre de éste definiera su género y conociera a la doctora Wong, hace años cuando el pelinegro tenía unos cinco años y Sehwa estaba por cumplir doce años.

La crema de mariscos está deliciosa, pero Sehun no termina de disfrutarla porque a él no le gusta el pescado ni nada que provenga del mar, la presencia de sus dos mejores amigos es una pesadilla en esos momentos, y también su madre es una loca apasionada del circo. Chanyeol y Jongin nombraron el circo y ella comenzó a chillar de la felicidad, casi llorando, mientras relataba como su ex esposo y ella se conocieron en una función de circo en San Francisco y, de ese modo, comenzaron su historia de amor, mudándose allí años más tardes, con Sehwa en el vientre. Sehun no estaba planeado en ese entonces…bueno, Sehun nunca fue planeado, pero aun así su madre lo ama y se lo recuerda las veinticuatro horas, los siete días de la semana.

Al acabar la deliciosa cena, Chanyeol y Jongin ayudan a limpiar junto a las dos mujeres y el hermano de Sehun, pero éste último se queda solo en la mesa, pensando en cómo demonios irá a aquel circo si él odia esas cosas y siente vergüenza ajena por las pobres personas que habitan esas carpas calurosas y sucias. No le gustan, las aborrece.

Jongin pasa por su lado y toma su plato.

—Deberías ayudar a juntar, pequeño punk* —murmura lo suficientemente alto para que el pelinegro lo oiga. Sehun arruga su frente, pensando unos segundos en lo que dice, realmente concentrado mientras Jongin va a la cocina y vuelve, hasta que una invisible luz se enciende encima de su cabeza y se levanta con la intención de golpearlo en el rostro para dejarle un ojo morado.

Su madre se acerca secando sus manos y frunce el ceño.

—¡Sehun! ¡¿Por qué no ayudas a limpiar?! Vamos, corazón, no seas haragán —le reprocha y Sehun lanza un juramento, Jongin aún se ríe de él y Chanyeol continúa ayudando a la señora Wong con los objetos de la mesa hasta que ésta está vacía, limpia e impecable.

El espectáculo circense es a las diez en punto, pero recién son las nueve y diez, por lo que Sehun aprovecha para bañarse una media hora. Tarda demasiado a propósito, hasta que su madre entra al baño y literalmente lo saca de la ducha con la revista del cable golpeándolo en la espalda desnuda.

—¡Mamá, basta, no me golpees!

—¡Te me cambias enseguida! ¡No vuelvas a hacer esperar a tus invitados cuando tienes planes, mal aprendido! —aúlla su madre, lanzándole una toalla para que cubra su cuerpo delgado. La mujer suspira cansada y se promete conseguir más revistas para darle unas cuantas lecciones al muchacho.

Sehun se encierra en su habitación sobando su espalda herida por los ataques de su insoportable madre. Con la presión de ella apurándolo del otro lado, Sehun hace berrinche con su boca y golpea el suelo, buscando la ropa más fea, una combinación horrible como cuadros y rayas, prendas de diferentes estaciones, colores fluorescentes o hasta algún vestido de vieja que su madre usa para salir. Pero al final el lado divo a la moda de Sehun le impide vestirse como un pordiosero, por lo que se decide por una remera blanca con estampa, campera y pantalón de jean azulado, y unas zapatillas de color crema. Se acomoda el pelo negro a los costados y se guiña a sí mismo en el espejo porque, sí, lo admite, tiene buen autoestima.

Cuando baja, su madre sale por la puerta en busca del auto (la situación empeora: su madre los lleva) y sus dos mejores-peores amigos lo miran bajar, Chanyeol con su típica mirada de admiración y Jongin con algo estúpido por decir.

Y justamente dice algo estúpido.

—Te ves bien, Sehun. Te ves bien como un taxi boy*.

—¡Cállate la boca, Jongin! Déjalo en paz —Chanyeol defiende al pelinegro y éste le lanza una sonrisa orgullosa, con la promesa de devolverle el favor algún día, muy pronto—. Ahora, ¡vamos al circo! ¡Sí!

Chanyeol parece ser el más emocionado, aunque Jongin también se encuentra emocionado (y un poco nervioso de volver a verlo, a él, el llamado Kyungsoo de bonitos ojos…y trasero). Sehun, por otra parte, prefiere disfrutar de su noche de viernes viendo videos de Eminem, en vez de ir a un circo en el barrio más abiertamente homosexual de la ciudad con dos personas que está comenzando a despreciar más de la cuenta.

Notas finales:

¡Glosario!

 

*flaming fairy: hace referencia a un hada o un ser mágico de fuego. Así se los llama también a los homosexuales en Estados Unidos.

*tú quieres la D: en inglés es ‘You wants the D’, que sería una traducción de ‘vos querés el D’, ‘vos querés el Dick a.k.a querés el pene’. vulgar, jongin, vulgar.

*punk: género musical, que también significa tonto, por lo que Jongin llamó tonto a Sehun.

*taxi boy: hombre que rinde servicios sexuales a personas de su mismo sexo.

*Texas es el segundo estado más grande de los Estados Unidos. Sí, Sehun es un exagerado. O Jongin está forrado en oro.


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