Luego de que Sousuke los encontrara, se habían ido conversando hasta una pequeña tienda de comida. El resto del equipo de Tōō también había estando allí, por lo que Rin había podido conocer a la mayoría de los integrantes del equipo, incluyendo a la manager, Satsuki. Y en verdad estaba agradecido con Sousuke porque no recordaba haberse divertido tanto desde hace mucho y además, había tenido la suerte de conocer a alguien que seguro sería una gran estrella del basquet en el futuro. Pero de esa noche, su mayor sorpresa no llegó hasta casi el momento en que se despidieron, fue para entonces que Aomine se acercó y le pidió que intercambiaran números telefónicos.
"Quizá en un futuro pueda invitarlos a ver como ganamos el campeonato" había dicho mientras intercambiaban números. Rin había aceptado con una gran sonrisa y la esperanza de en algún momento, poder ver de nuevo la gran destreza ajena, así como aquella sonrisa que por un momento había visto eclipsada tras el encuentro.
Pero como todo, la visita a Tokyo se había terminado y él había vuelto a Samezuka. Los días habían pasado y nada había sabido para entonces del moreno, quizá su plan de entrenamiento estaba siendo realmente duro para entonces, pero con lo poco que lo había logrado conocer, creía que Aomine daría lo mejor de sí.
"No, no, Aomine es un caso cuando la pereza le gana" le había dicho Sousuke cuando se le ocurrió pensar en lo que el moreno estaría haciendo en voz alta.
Rin había pensado muchas veces en enviarle un mensaje, pero sus dedos se quedaban quietos sobre el teclado del móvil siempre que lo intentaba ¿Qué pensaría el contrario si le enviaba un mensaje alguien que apenas había conocido?
El pelirrojo apoyo la cabeza contra las almohadas de su cama. En verdad, no poderse quitar ese brillo azul de la cabeza era tan extraño, pero creía que podría deberse al asombro de ver alguien tan increíble y aunque Aomine le había dicho que existían seis personas más igual de increíbles, a él le seguía pareciendo que no debían tener el mismo impacto en él.
Rin cerró los ojos en la espera de que el sueño acudiera a él. Desde arriba ya podía sentir la suave respiración de un durmiente Sousuke, así que ahora le tocaba a él también aunque...
De pronto su móvil vibro bajo su almohada. Era raro que alguien le mensajeara a esta hora y el único que podría molestar estaba ahora durmiendo así que ¿quién podía ser? Rin tomó rápidamente el móvil, desbloqueando el mismo para ver que tenía efectivamente un mensaje sin leer y su remitente era...Aomine.
—¿Eh? —Apenas se permitió murmurar antes de abrir el mensaje y no iba a negarlo, la curiosidad le ganaba y es que no se pensó nunca que el moreno le escribiría para ser sinceros.
Aomine Daiki escribió:
"Hey Rin, disculpa la hora, pero desde mañana estaremos en un campo de entrenamiento en Iwatobi y aprovechando que vives por allí ¿Te parecería si nos juntamos en algún momento?
Bueno, era solo eso, ya no te molesto más así que descansa."
El pelirrojo tuvo que leerlo varias veces para comprender lo que había sucedido. Daiki estaría allí por unos cuantos días y se había acordado de que él vivía por allí...aunque probablemente fuera por Sousuke pero...lo había mensajeado aun así ¿Sousuke sabría que venía? Y ¿por qué le avisaba a él?
De pronto una sonrisa apareció en los labios del pelirrojo. No podía ocultarlo, se sentía evidentemente entusiasmado con la idea de volver a ver a Aomine y poder conocerle un poco más. Y fue tanto su entusiasmo que para cuando se dio cuenta, ya tenía abierta la pantalla para responder al mensaje. Nervioso por lo que debiese escribir, terminó por morderse la mejilla por dentro, aunque pronto supo lo que debía escribir.
Matsuoka Rin escribió:
"¡Aomine! No deberías preocuparte por la hora, no me has despertado ni nada pero más importante, que sorpresa que vengas aquí, es decir, sería genial poderte ver de nuevo y...bueno, podemos juntarnos cuando gustes. Te puedo presentar al equipo de natación de Samezuka de paso, seguro que en otros deportes también llegas a ser rápido. Descansa tu también, luego nos ponemos de acuerdo si quieres".
Pero aunque releyó muchas veces el texto, le seguía pareciendo que algo faltaba, que otra cosa quizá estaba de más...era imposible que un mensaje le pusiera así, por lo que sin más terminó presionando el botón de enviar, antes de ocultar la cabeza bajo las almohadas. No quería que Aomine pensara que era una persona extraña y por una vez desde hace mucho sentía interés por conocer más a fondo a alguien. Se giró en la cama intentando conciliar esta vez el sueño, pero su móvil sonó una vez más, esta vez haciéndolo sobresaltar.
Sus dedos presurosos fueron a tomar el móvil otra vez, encontrándose con un nuevo mensaje de parte del contrario.
Aomine Daiki escribió:
"¿Te parece si mañana me paso por fuera de tu escuela? Mándame la dirección mañana y veré de estar allí luego de que termine el entrenamiento."
Pero antes de que Rin siquiera pudiera terminar de comprender lo que había leído, otro mensaje llegó, de parte del mismo moreno.
Aomine Daiki escribió:
"No le digas a Sousuke esta vez, quiero sorprenderlo durante la semana."
Eso le pareció extraño, aunque Rin también tenía su lado aficionado a las sorpresas, sobre todo si eran para Sousuke que solía ser un verdadero despistado. Por lo mismo sonrió emocionado. Quizá Aomine quería a alguien que le guiara por el lugar y no sería mala idea el llevarlo a conocer los alrededores. Volvió a teclear rápidamente en el móvil una respuesta para el contrario:
Matsuoka Rin escribió:
"No te preocupes, no le diré nada y ¡claro! será un placer verte una vez más. Si quieres puedo llevarte a conocer los alrededores de paso.
Mañana te envío la dirección entonces.
( ´ v ` )/; ¡Buenas noches, Aomine!"
Quizá añadir ese emoticón le había hecho lucir algo infantil, pero era uno de sus favoritos a la hora de escribir y ya era cosa casi obligada en sus mensajes.
Esta vez se permitió esperar por unos minutos la respuesta del contrario, aunque no pasó mucho antes de que tuviera un nuevo mensaje en su buzón de entrada.
Aomine Daiki escribió:
"Eso suena bastante bien, no conozco mucho del lugar así que sería genial que me lo mostraras.
Estaré esperando por la dirección.
Buenas noches, Rin. Que descanses."
Tras leerlo soltó un largo suspiro. No supo porqué, pero ansiaba que pronto se hiciera de día y las clases pasaran. Tras tanto pensar en ese rayo azul que salía de los ojos ajenos, por fin podría verlo de vuelta y aquello le hacía sentir cierta calidez, si, justo ahora era seguro que estaba sonriendo como un bobo.
Finalmente volvió a bloquear el móvil y lo dejó nuevamente bajo su almohada. Su cabeza estaba en cualquier lado, pero aun así, deseaba que el sueño llegara pronto para traer consigo un nuevo día. Estaba seguro que esa noche volvería a soñar con ese brillo azulado.