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Solo cambiemos el rumbo por ItIsOnlyLove

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¿Se acuerdan que hace poco comente mi aceptación de aquel amor no correspondido? ¿Sí? Pues déjenme decirles... ¡Qué Iluso fui! Pues claramente ya estaba a mitad del curso ya habían pasado las vacaciones de navidad, enserio que trate, al menos me metí con un cuarto de las chicas de Durmstrang, cuando llegaba aquel momento donde se suponía que me volvería todo un hombre digno del apellido Potter, la imagen de Scorpius aparecía en mi mente y no podía evitar pensar que le era infiel.

¡Tengan compasión de mí! Aparte de que me cree un hermano, parece que tendré que volverme un monje ya que mis sentimientos al parecer son demasiado fieles hasta en una relación inexistente. Era algo parecido a que Scorpius Malfoy era mi novio, pero faltaba el pequeño detalle de decírselo a él. Así era como me sentía.

Después de tratar lo más que pude y ganarme la calidad de impotente entre todas las chicas deje de cortejar una posible pareja y pensé en volverme un sacerdote que predicaba la grandeza de Merlin y Morgana. Una vida patética.

Mire de soslayo, vale que al parecer las hormonas han atacado a todas las chicas, porque aunque sean unas duras norteñas dejan salir suspiros y grititos agudos cuando avisaron una posible salida a un pueblo cercano donde se rumoreaba se quedaba un jugador de Quidditch famosísimo, que claramente yo desconocía su nombre por completo.

- ¡Albus! –dijo un chico de mi curso -¡Deja esa cara tan larga amigo mío! Se supone que debes estar ansioso. ¡Saldremos del castillo sin tener que colocar nuestros pellejos en peligro! ¡Nada de animales salvajes! ¡Ni Hipotermia, ni inanición! Solo nosotros en un pueblo y las chicas colocándose bastantes lindas...

- Si, como digas –dije desinteresado.

- Me llegaron ciertos comentarios –dijo con una sonrisa traviesa -¿Qué escapas cuando intimidas?

Le mire con claro fastidio y le di un fuerte puñetazo en el estómago... En definitiva el norte endurecía el corazón... y los nudillos.

- ¡Hombre! –dijo sin are-¿Quién pensaría que eres un delicado Ingles? ¡Te ha sentado la vida en la esquina del mundo!

Comencé a caminar ignorándole por completo, luego se colgó Astrid y un sequito de mujeres aparecieron... Espero que se quemen en el infierno.

- ¡Al! –dijo Astrid con voz chillona -¿Nos acompañas a dar un paseo en el pueblo?

- No

- ¿Quieres comer un helado?

- Astrid... estamos en una tormenta de nieve, por supuesto no quiero comer un helado.

- ¿Un estofado?

- No

- ¿Quieres que te preste mi bufanda?

- No, puede tener Amortenia.

- ¡Solo paso una vez!

- ¡Fueron cuatro! –dije zafándome de su agarre.

Astrid me miro con un puchero y luego se fue con su sequito de locas a acosar a alguna pobre con el cabello un poco desaliñado. Las norteñas eran un dolor en el trasero.

- ¡Los de cuarto año! –dijo un señor barbudo y con un gracioso bigote -¡Ya llego su bus! ¡Suban por favor!

Poco a poco todos se arremolinaron al bus que acababa de estacionarse, luego hicieron una ordenada fila y entraron lentamente al bus. Yo iba de últimas, al entrar varias personas fijaron su mirada en mí y trate de buscar una silla, pero no se encontraba ninguna desocupada.

- ¿Te quedaste sin puesto chico? –dijo el tipo con bigote gracioso, yo me limite a asentir -¡Vaya! Tendrás que esperar el bus de quinto.

- ¡No! –dijo Astrid -¡Puedo cederle mi asiento.

- No lo quiero –dije simplemente antes de bajar del bus.

- ¡Chico! Esta el asiendo de copiloto ¿lo quieres?

- Bueno –dije con monotonía.

Volví a entrar en el cálido bus, me senté al lado del conductor y el bus comenzó su marcha.

***

¿Has estado tanto tiempo sentado que dudas tener trasero? Bueno eso me sucede en estos momentos, he estado sentado al menos 4 horas y el conductos dice que faltan al menos otras 2, si esto seguía así para cuando lleguemos la rayita que separa las nalgas se habria fundido formando una sola nalga. Encantador.

Cuando por fin llegamos la nevada era tan fuerte que no podíamos pasar el día fuera de un hotel con aguas termales. En resumen estuvimos encerrados en un hotelucho y no podíamos salir. Simplemente patético e inútil.

***

- ¡Ya llego! –grite emocionado con el elegante sobre de color azul acero y letras plateadas.

Lo mire tratando de contener un grito, se leía perfectamente Sr. Albus Severus Potter. Hice un patético movimiento de pies y me dispuse a abrirla.

Señor Albus Severus Potter

Es la dicha de:

Draco Lucius Malfoy & Astoria Malfoy

Invitarlo a la celebración del cumpleaños número dieciséis de nuestro hijo Scorpius Hyperion Malfoy.

Se realizara el día Marzo 15, en la Mansión Malfoy.

Esperamos con ansias su asistencia.

Ir en etiqueta.

Abrace la invitación y me dispuse a leer la carta.

Para Albus.

¡Amigo mío!

Ya cumpliremos dieciséis años, ¿Quién lo diría? Pasa el tiempo extremadamente rápido, pronto ya nos graduaremos de Hogwarts –Ya que estoy totalmente convencido que terminaras tus estudios aquí en Inglaterra y no en la nevera de Durmstrang - ¿Puedes creerlo? Parece ayer cuando nos conocimos en aquel tren... Ahora que lo pienso eras toda una ternurita, que claramente se ha borrado luego de tantos años.

Espero poder verte el día de mi fiesta, estoy muy ansioso especialmente por tu venida, los chicos también están terriblemente ansiosos, ellos no te han visto por casi dos años. Les relate lo que vi en Durmtrang, pero aquella vez te vi totalmente mal herido así que no puedo hacer una buena apreciación de cuanto has cambiado.

¡Escríbeme pronto! Necesito saber si puedes asistir a la fiesta... si no puedes, tal vez con ayuda de los muchachos te podamos raptar de aquel frio lugar.

Con alegría y emoción

Scorpius H. Malfoy.

Cerré de nuevo la carta y la coloque en la caja donde siempre las guardaba, saque rápidamente pergamino y una pluma.

Para Scorpius.

¿Cómo estas Scorpius?

Me acaba de llegar la carta y la invitación, estoy realmente emocionado. ¡Claro que iré a tu fiesta de cumpleaños! ¿Cómo faltaría? Solo espero que no haya muchos invitados, sabes que no se me dan bien las multitudes, ni la etiqueta, solo espero saber para que sirve la linea interminable de tenedores.

También ansió ver a los muchachos, Rose me ha dicho que se han vuelto todos unos casanovas, excepto Nathan que al parecer sigue siendo Mamá-Nathan. ¡Diles que me escriban más seguido! Ya que yo por ciertos comportamientos (que incluye faltar a clases, robasr instrumentos de trabajo y de profesores, bromas y apuestas) estoy castigado, solo recibo cartas de mi familia y un amigo de elección. Claramente te elegí a ti Scorpius, amigo mío.

Y aunque pienses así de este castillo, es realmente cálido... Bueno teniendo en cuenta que afuera en estos momentos se desate una tormenta bastante fuerte, las personas también son cálidas y siempre tienen para ofrecer cocoa caliente para los viajeros. Así son los norteños, de aspecto fuerte pero de corazón suave. Nadie podría sobrevivir a este infierno de hielo solo.

De nuevo lo digo, iré a tu fiesta aunque tenga que llegar en dragón ¿Te parece?

Con cariño

Albus S. Potter

La cerré y la coloque encima de mi escritorio, faltaban dos días para que yo pudiera mandar mi carta según mi horario.

En este tiempo ya estaba bastante acostumbrado a la vida en Durmstrang, cada actividad y entrenamiento espartano me parecí realmente fácil, los superaba ágilmente, no es por parecer un presumido, pero vaya que mi aspecto físico estaba en sus mejores condiciones, y ahora que sabía de la invitación de Scorpius colocaría mayor empeño para que este me elogiara. Un "¡Que guapo!" sería suficiente como para satisfacer mi narcisismo que nació gracias a Scorpius.

Trate de acomodar un mechón de cabello que parecía ser más rebelde que mi demás cabello, pero después de al menos diez minutos de intentarlo finalmente me rendí. Salí insatisfecho de mi cuarto a mi entrenamiento semanal para los TIMO's del próximo año, ya que aquí en Durmstrang también incluían Supervivencia en sus TIMOS's.

Al llegar al campo de entrenamiento, me saque el abrigo de piel y arremangue un poco el traje rojo sangre característico de Durmstrang, me reuní con los demás estudiantes de cuarto (todos hombres)  y comenzamos a entrenar con la dirección de Trygven, y como su vena sádica le indicaba el día de hoy iríamos a un rio congelado, estaríamos sin camisa contra el hielo por dos horas. Deberían despedirlo por su sadismo.

- ¿Cómo podías aguantarlo? –susurro un compañero.

- Pues estaba en una carrera de vivir o morir, o al menos eso pensaba yo –dije frunciendo los hombros dándole un toque cómico a la situación –Así que realmente seguí lo que me decía sin prestar o analizar bien lo que me pedía.

- Al parecer eres o muy inteligente o demasiado estúpido –dijo empujándome amigablemente con el codo.

- Me gusta creer que soy un mezcla bastante peligrosa de las dos.

- ¡Mocosos! –dijo Trygven -¡Ya saben lo que deben hacer, dos horas con la espalda en el hielo!

- ¡Si señor! –dijimos al unísono.

- ¡Vámonos!

Después todos fuimos trotando hasta el rio más cercano, quedaba a unos tres kilómetros, ¿Les trae recuerdos? Fue en ese que pesque un salmón enano. Estábamos a unos 30 metros en el follaje del bosque cuando todos nos quitamos la camisa, fue bastante curioso ver que todos teníamos buena figura, hasta la persona que pensé estaba algo pasada de peso lo que parecía ser sobrepeso bajo el abrigo ahora sin él parecía una mole, un amasijo de puro musculo.

- ¡Preparados! Ahora no quiero casos de niñitas que tengan síntomas hipotermia en la enfermería ¿Entendido?

- ¡Si señor!

- Muevan entonces sus traseros de abuelito

Todos gritamos y nos dirigimos al rio, que aunque normalmente en esta época del año está congelado solo tenía pequeños bloques de hielo.

- Vaya, esto cambia los planes –dijo pensativo Trygven –Menos mal que soy previsivo, ahora que el rio se encuentra así. ¡Todos al agua! Una hora hundidos hasta el diafragma.

Todos nos miramos pensativos y luego comenzamos a meternos poco a poco en las heladas aguas del rio, yo simplemente sentí un suave escalofrió y me quede debajo del agua, era cristalina y pura, podía ver como algunos peces nadaban apresurados por nuestra intromisión en el agua, luego salí debajo del agua  y coloque mi cabello para atrás.

- ¡Una hora desde ahora!

Así comenzó una hora sumergidos en un rio congelado, si esto no es entrenamiento espartano, realmente no entiendo que lo será.

***

Ya habían pasado 30 minutos, al menos la mitad había salido del agua, ya tenían síntomas de hipotermia, al ser un entrenamiento no era obligatoria permanecer la hora, pero vaya que era sumamente vergonzoso.

45 minutos, solo quedaban un cuarto de los estudiantes, yo no me sentía ni entumecido ni agarrotado, desde la experiencia del cascaron de hielo me había vuelto más tolerante al frio.

52 minutos, lastimosamente ya uno se había desmayado, los demás comenzaron a salirse, solo quedábamos 4 personas en el agua. La mole, un chico que parecía recitar mantras, un chico que lo pasaba bastante bien tratando de atrapar un salmón con sus manos y yo, que debes en cuando me sumergía en la helada agua.

Al pasar la hora, quedamos las mismas personas, nos ordenaron salir y observe como el chico salía triunfante con un enorme salmón, todos reímos ante la situación, nos colocamos los abrigos y comenzamos a trotar de vuelta al castillo.

En el camino sentí la conocida sensación de congelamiento, que parecía trepar desde mis pies, al llegar al castillo en mi habitación observe algo preocupado como el hielo estaba acumulado en mis piernas, lance varios hechizos de calefacción hasta que mi habitación quedara parecido a un sauna, luego de unas horas el hielo había desaparecido. Este tipo de poder era una gran molestia.

Me levante para ir al comedor cuando sentí una presencia en la habitación, saque mi varita rápidamente.

- ¿Quién está ahí? –dije colocándome en posición de ataque.

- Tanto tiempo sin vernos Albus Potter –dijo suavemente una voz -¿Cómo has estado?

- ¿Gil?

 


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