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Del porqué Harry Potter no debería enfermarse por Tony Trinket

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Notas del capitulo:

¡Segundo capitulo a la orden! (?)

Harry mantenía aferrada la mano de Draco, cómo si en ello se le fuera la vida. El rubio, por su parte, trataba de apartarlo, pero es que el muy jodido azabache era insistente.

--Potter... Suéltame… --Malfoy movía sus manos con brusquedad tratando de soltarse, pero Harry aprovecho aquello para tirar de él.

Draco trastabillo. Semi-agachado en el suelo no pudo evitar que el tirón de Potter lo hiciera caer... Sobre él. El ojigris trato de incorporarse en el momento, mas no pudo ya que Harry lo envolvió con sus brazos.

--Mmmmhh... No... Draco.. --¿cómo mierda el muy cabrón podía tener 42° de fiebre y sin embargo mantener tanta fuerza?-- . Quédate conmigo...

Malfoy bufó cansado. Fue en ese momento, que por azar, su mirada se desvío hacia la entrada de la sala; allí parados, con idénticas caras de incredulidad y diversión, estaban Albus y Scorpius. Los chicos con un balde de agua y varios trapos en mano, no sabían si reír o ayudar al pobre Draco.

--Papá, si sólo querías un momento de intimidad tenías que decirlo... --se atrevió a bromear Scorpius, Albus dejó escapar una pequeña risotada, parecido al ruidito de un cerdo. Draco les envió una mirada que claramente expresaba "se callan". Harry, mientras tanto, canturreaba cosas como "Draco, Draco, Draquito..." con cara de demente psicópata.

Observando la cara del medimago, los dos adolescentes, decidieron obedecer.

--Señor Malfoy... ¿Cómo es que --Harry emitió un pequeño sonido ronco. Al mirarlo vieron que se había quedado dormido.

Draco apartó los brazos de Harry en cuanto lo notó, no se preocupó en ser delicado, pero tampoco fue lo suficientemente violento cómo para despertar a Potter. Aunque dudaba que pudiera hacerlo por más brusco que fuera, a consideración de la fiebre intensa.

--No lo sé, creo que verdaderamente esta delirando... --echó una mirada al azabache mayor para luego suspirar.

Decidió entonces comenzar a emplear sus conocimientos de medimago adquiridos luego de la guerra. Comenzó a preguntar a Albus:

-- ¿Hace cuanto esta así?

-- ¿Desmayado? Desde hace media hora. --contestó ciertamente confundido. Draco luchó por no poner los ojos en blanco, pero era un tanto complicado puesto que Albus ponía esa cara de inocencia.

--Se refiere a desde cuando está enfermo, Al. --respondió con tranquilidad Scorp.

--Ah, eso. Creo que desde hace una semana, más o menos --contestó--. Desde el lunes ya lo comenzamos a ver enfermo con mi hermano James…

-- ¿Sabes si ingirió algún alimento fuera de estado?

r13;No lo se... Pero no lo creo...

Draco suspiró nuevamente, un tanto exasperado.

-- ¡Ya se! --exclamó de pronto Scorp. Ambos lo observaron sin entender-- Al, ¿recuerdas la carta en la que me decías cómo James había meado el retrato de Walburga Black?

¿Qué cosa...?
 Draco se sorprendió por el vocabulario para nada refinado que su hijo había optado por utilizar.

r13;Oh, sí, sí. Lo recuerdo r13;Albus se permitió una pequeña risa antes se preguntarr13;. ¿Pero qué tiene que ver?

Esto no estaba llevando a nada...

--Ay, Albus --rodó los ojos con exasperación--. A veces eres lento --Draco se permitió una pequeña sonrisa de lado ante el comentarior13;. Tu me dijiste en aquella carta que unas Doxys habían salido de su escondite cuando tu padre dejó caer unas escobas...

Claro, si Potter era más torpe que... Momento, ¿Doxys?

-- ¿Has dicho Doxys? --preguntó Draco, con un disimulado tono de preocupación en su voz.

Oh, no.

O-O-O

-- ¿Crees que se encuentre bien, Scorp? --preguntó Albus, con voz apagada. El joven Potter sabía lo peligroso que podía llegar a ser una mordida de Doxy, algunos caían en coma... Y otros... No, no podía pasar algo así.

Ambos adolescentes estaban apoyados en la cabecera de la cama de Albus. Esperaban impacientes a que Draco los llamara para anunciarles el estado de Harry, después de examinarlo.

--Albus. Él estará bien, estoy seguro. Es tu padre, a fin de cuentas, no es para nada débil --trató de tranquilizar Scorp. Le dolía ver en ese estado a Albus. Tan... Débil e inseguro; cómo cuando lo conoció en el compartimiento del expreso a Hogwarts. Aquél niño asustado y confundido por ser apuntado, temeroso de su destino en el colegio--. Estoy contigo, Al.

Con un brazo envolvió al azabache, atrayéndolo para darle un abrazo, tratando de reconfortarlo. Albus no se opuso, dejó caer su cabeza en el hombro del muchacho rubio. Scorpius comenzó a acariciar el cabello de su amigo.

--Lo sé, Scorp. Siempre estás para mí --susurró--. Siempre lo has estado.

Sonrió un poco, contra el cuello del otro, inmensamente agradecido por el apoyo que constantemente le prestaba el rubio platinado.

--Y siempre lo estaré... Pase lo que pase, compañero.

Albus levantó la cabeza, despegándola del hombro de Scorp. Los mechones de cabello de Scorpius, que caían por su cuello despeinadamente (gracias al estar acostado por al menos cuarenta minutos), le hacía cosquillas en las mejillas del de ojos verdes.

El de ojos grises alejo su espalda del cabezal de la cama, agradeciendo mentalmente por parar el dolor de ésta, ocasionado por aguantar doble peso sobre ella: dícese Albus.

--Gracias.

--No tienes que agradecer. Lo hago por gusto --el rubio le sonrió de costado, levantando apenas la comisura de los labios. Albus le sonrió de vuelta--. Eres mi mejor amigo, y haría cualquier cosa por ti. --le dijo poniéndose un poco más serio.

--Y yo por ti, Scorp. --sus sonrisas se ensancharon, mostrando las hileras de blancos dientes en ambas bocas. Volvieron a rodearse el uno al otro con los brazos. Esta vez fue Albus quien apoyo su espalda contra la cama, dejando que su amigo se recargara en él para apoyarse sobre su hombro.

A ellos no les parecía extraño estar así, abrazados, muy cerca. Es más, les gustaba la sensación que sacudía a sus estómagos al hacerlo.

Además, en ese mismo momento, Albus no podía encontrar el contacto como algo mas que relajante, tranquilizador y reconfortante.

Hablaron por un momento, Scorpius trataba de distraer a Albus, mientras le contaba algunas cosas que había hecho desde el inicio del verano. Luego de diez minutos de charla, el rubio sintió la respiración del cuerpo bajo suyo un poco mas pausada.

-- ¿Al? --recibió un pequeño murmullo por respuesta, lo que aseguraba qué, efectivamente, el de cabello negro azabache estaba dormido. Scorpius rodó los ojos--. ¿Qué haré contigo Potter?

O-O-O

Draco esperó que su suspiro de alivio no se hubiera escuchado muy fuerte. Aunque, verdaderamente, no le importaba demasiado.

Y no era que estuviera preocupado por Potty ¡qué va!, no, a él no le interesaba para nada lo que le sucediera. Era simple amabilidad, y, en parte, beneficio propio; el que Harry Potter muriera mientras él estaba presente, no traería mas que mala fama a su apellido, más de la que ya tenía, y disiparía todo lo bueno que había hecho para tratar de regresar el honor a su hogar y a su estirpe. Ademas, el hecho, de que si Harry moría, el hijo de éste (no fingiría que no se sabía el nombre, después de tanto escucharlo salir de boca de su propio hijo estaba seguro que se sabía hasta su grupo sanguíneo) estaría de luto, lo que dejaría bastante deprimido a Scorpius y no, su hijo no podía,no debía deprimirse. Si Draco podía evitarlo, haría cualquier cosa por ver una sonrisa cada día en labios de su hijo.

Inclusive si eso acarreaba tener que hacer de enfermera personal de Harry Potter.

--Draco... --el susodicho bajo la vista hacia el sillón donde se encontraba el Elegido.

-- ¿Que sucede, Harry? --sí, hasta seria Miss Simpatía con el que en su momento fue su enemigo jurado.

--Dile a Albus que estoy bien... Se preocupa fácilmente... Porque... Estoy bien, ¿verdad? --Draco suspiro, rodando levemente los ojos.

-- Pues sí, en lo que cabe... No morirás, de eso puedes estar seguro --anunció--. Sin embargo no seas tan idiota y la próxima vez que una Doxy te muerda o rasguñe (que seguro sucederá, no me mires así, Potter) haz el favor de ir a un medico.

Harry, a pesar de todo sonrió. Tal vez era la fiebre, o el que estuviera medio inconsciente, pero se sentía... Liberado. Como si pudiera decir todo lo que se le venía a la mente.

-- ¿Qué es esto, Malfoy? ¿Te preocupas por mí? --le dijo Harry, picando en el punto perfecto. Draco rodó los ojos por decimocuarta vez desde que había llegado a aquella casa (era sorprendente que aun no le agarrara algo en los ojos).

--Oh claro, Potter. Es más, estoy tan preocupado que probablemente te haga una comida de cinco estrellas, te la sirva y te dé de comer en la boca mientras con una tercer mano (no preguntes de donde la sacaré o diré que de tu culo) te daré un masaje --añadió--. ¿Quieres un baño de espuma también?

--Ow, a veces eres tan dulce conmigo, cariño. Y sí, quiero ese baño. Claro, si tú te bañas conmigo. --continuó molestando Harry.

Draco bufó.

--Sí, por supuesto --comentó comenzando a subir las escaleras para llamar a Albus y a su hijo-- y yo frotare tu espalda…

¿Cómo es que Scorp soporta a aquel niño? Espero que no sea como su padre.

Caminó por el pasillo directo a la habitación de Albus. Supuso que sería la última, puesto que era la única con la puerta abierta.

Por poco se le cae la boca al suelo.

Scorpius y Albus se encontraban sentados en la cama del último. El azabache estaba por poco sentado en las piernas del de ojos grises, enterrando la cabeza en el cuello de éste. El rubio mantenía firme al de ojos verdes, tomándolo de la cintura con un brazo. Mientras que con el otro se dedicaba a acariciar su espalda, su cabello y su cuello.


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