El sol ha salido hace ya mas de dos horas, pasaba de medio día y un doncel azabache seguía “muerto“ boca abajo; sus dos celulares sonaban, el número de su casa también, pero eso no fue lo que lo despertó, sino el fuerte dolor en sus caderas y ardor en su zona baja, la cual también tenia algo... Algo colgando.
El doncel no quería abrir los ojos, mas tenia que hacerlo, ya eran muchos factores molestos a su alrededor como para seguir recostado -y es que para nada podría seguir durmiendo-, por lo que se terminó sentándose en la cama, pero al hacerlo, un fuerte punzar le hizo ponerse de lado y llevo su mano con nerviosismo a su entrada y ahí, medio encajada, por así decirlo, se hallaba una tarjeta de presentación y la dirección de la empresa mas grande que dirigía, luego con una flechita le marcaba le diera la vuelta a la misma, lo hizo y ahí estaba escrita una pequeña nota :
“Prepárate, pasado mañana se repetirá… Y mas te vale alejarte de ese tal Kiba, eres mío ahora Uchiha”
-El doncel no sabia si asustarse o no, mas sin embargo si se pasó un pensamiento por su cabeza- “Genial un nuevo acosador… No, más que eso, él me ha violado...” -Abrazó la almohada mas cercana y la arrojó lejos, pues olía al Uzumaki. Se hizo bolita en la cama pero no tardó en erguirse rápido, todo tenia el olor del varón, inclusive él mismo, poseía tanto el olor como la esencia en él, no, no podía con ello.
Dando un brinco salió de la cama, cayendo de bruces contra el suelo debido al estado de su cadera y piernas, pero esto poco le importó. Como pudo se encaminó al baño tras haberse puesto de pie, sin mencionar que al desplazarse se aferraba de todo cuanto le rodeaba. Abrió la llave a todo lo que daba, sin fijarse en absoluto en la temperatura de la misma, y comenzó a tallarse, sin importarle los mechones de cabellos que se le caían por tallase tanto y tan fuerte, o los arañazos a su piel por pasarse tan fuerte la esponja sobre ésta.
Pasó por los momentos de ansiedad que le explicaban sus pacientes, y lentamente cayó al suelo, mientras su vista periférica se perdía: ahí, con la puerta de la ducha abierta y el cancel igual, veía directo a su cama y su mente le traicionó pues pudo observar la imagen de Naruto de espaldas y a él mismo siendo embestido, siendo besado, y él… Él le correspondía mientras mantenía los ojos cerrados. ¿Era violación aunque correspondiera al suceso luego? ¡No! ¡No se sumó a tal acto! ¡Se dejó hacer, pues no podía contra el varón! ¡No! ¡No se dejó hacer, se quedó sin fuerzas!
Con esos pensamientos y más, Sasuke tomó uno de los mechones de cabello que estaban en el piso y se molestó al recordar cómo el mayor los besaba. Salió así, desnudo, y se paró frente al espejo de cuerpo entero y aún más molesto comenzó a cortar sus largos y sedosos cabellos azabaches. No, no iba a dejarse vencer por un loco violador. Él iba a salir con la cabeza en alto como todo buen Uchiha y lo superaría, era un riesgo que corrió y del cual le advirtieron en la Academia, pero no se dejaría vencer… Ese fue el último pensamiento de Sasuke antes de caer de nueva cuenta desmayado gracias al cansancio físico y mental.
…
Sasuke había despertado pero no en su habitaron, sino en la de de un hospital y alguien sostenía su mano, era una un poco más pequeña que la suya y suavecita, con flojera volteó su rostro y ahí vio a Hinata, su boba y tierna amiga Hinata. No la quería despertar tan rápido y de manera brusca, por lo que sólo le comenzó a dar suaves apretones a su mano y esta se fue enderezando de apoco sin soltarle. Al momento que ambas miradas se cruzaron, los dos azabaches se sonrieron y la fémina se lanzó hacia el doncel, estrechándole entre sus brazos.
–¡Hum! ¡No res-piro! ¡Hmm! -Fue lo poco y único que se le entendió al doncel que casi muere de asfixia, por que su delicado rostro fue cubierto por los pechos de la mujer, a quien poco le importó y le abrazó más que feliz de que al fin despertara, y es que había dormido todo el día, pero la chica casi muere de un infarto cuando sintió que ya el azabache no daba pelea, momento en que se sentó en la silla de nueva cuenta - ¡Hinata, tus melonsotes casi me matan! -Grito encolerizado el medio hombre dando una gran y exagerada bocanada de aire, quedando tendido en la cama algo cansado inclusive, escuchando entonces la risa de la mujer, misma que no tardó en contagiársele - … Bueno, ya... Ya basta, por favor dime qué es lo que ha pasa... -Se vio interrumpido, pues la puerta fue abierta dando paso a una mujer con dos coletas rubias y, si Hinata tenia melones, ella se cargaba unas jodidas sandias- “Mierda, por favor que no me abrace…” -Fue lo único que Sasuke pensaba, pero pudo suspirar aliviado al darse cuenta de que no tenía esa intención. Se acomodó mejor en la cama, notando entonces la mirada que le daba y apretó las sábanas, esa mirada le estaba transmitiendo algo de lástima y eso no, ¡eso si que no! Se lo iba a gritar, eso y otras cositas más, pero ella habló primero-
–Uchiha, no te tengo lástima, sólo estoy relajada y aliviada por que a pesar de ser violado, tu aparato reproductor de doncel no se ha dañado y podrás concebir después, pero te hemos inyectado unas vitaminas, y no, no vas a quedar embarazado… -Respondió al rubia al final tras ver la expresión de preocupación que de pronto formó el joven- … Eso es todo, podrás salir ahora mismo, sólo que tu compañera firme el alta. ¿Dudas? -Sasuke negó y Hinata se levantó para poder firmar mientras la ayudante de la doctora le quitaba el torniquete al chico, ayudándole a levantarse en seguida y le pasaba su ropa después-
…
El azabache no decía nada, solo veía el pasar de las calles por la ventana del auto, sonriendo aliviado al ver que llegaban a su hogar, bueno la casa donde el intruso le quitó la inocencia que guardaba. Cuando salió del auto e iba a entrar al edificio, su cuerpo tembló como no recordaba nunca antes lo hubiese hecho, dando un pequeño saltito al sentir la mano de la fémina sobre su hombro al sacarle de sus pensamientos, sorprendiéndole, pero ese mismo tacto luego le reconfortó.
–Sasuke-sama, informé a las autoridades y tam... -No le terminó de decir nada, pues se había puesto en puntas el adverso y así quedar a la misma altura de ella-
–¿¡Les has dicho a mis padres o a Itachi!? ¡Vendrán por mí y me encerrarán en la mansión! ¡Yo quiero seguir con mi trabajo! -Gritó exasperado el doncel dejándose caer de rodillas al piso y se cubrió el rostro con el mismo sentir, no obstante, Hinata se puso a su nivel y aferró al menor a su cuerpo-
–No, iba a decir que también le mencioné al portero y al vigía del lugar que no podrá entrar nadie que no sea conocido o que no avise antes su visita, e hice que te cambiaran las ventanas, no podrá entrar, o al menos no tan fácil… Sasuke-sama, ¿me esta escuchando? -Apartó al medio hombre de su cuerpo y su sorpresa fue grande al verlo mas pálido de lo normal, tal vez sus "amigas" le sacaron el aire-
Con ayuda del portero llevaron al menor a su piso, mas no estaba éste sólo, les esperaba el esposo de su hermano, el "flamante" pelirrojo Sasori de Uchiha, quien les recibió con una gran sonrisa, misma que apareció al ver a su cuñadito que a sus ojos era un bebé, pues lo conoció desde que vino al mundo, así que apenas verlo, lo atrapó entre sus brazos y llenó de besos sus mejillas, Sasori no era de ser tan expresivo a menos que se tratara de Susu-chan, como le decía
–Mi Susu-chan, ¿dónde estabas? El pequeño Itachi y yo te esperamos toda la tarde -Sonriendo abrazó mejor al menor y acaricio sus cabellos maternalmente y Sasuke gustoso se dejo hacer acariciando el vientre de dos meses de su cuñado, pero al mismo tiempo, se podría decir que mató a Hinata con una amenazadora mirada y ésta sólo asintió, manteniéndose en silencio-
–Es que… He sido irregular en mi periodo, así que fui al hospital, pero me dijeron que era normal por la mala alimentación -Se separó un poco del abrazo que mantenían y ahí vio cómo su maquillaje era mas elaborado, no tanto como para llegar a ser exagerado, pero se notaba en esas sombras que hacían contraste con sus ojos delineados y el labial que cargaba- Mnh… Saso-nii, ¿a dónde ira después de aquí y sin mi permiso? -preguntó regalándole un tierno pucherito el cual hizo sonreír enternecido al mayor y negó jalándole con suavidad una mejilla-
–Iremos a un evento, me han mandado por ti... ¡Y no acepto reclamos! -Sasuke apenas iba a abrir la boca pero fue callado de esa forma- Mi osito me lo pidió y lo haré -Sonrió con dulzura al pensar en su adorado esposo y papá de su primer hijo- Sabes que amo la sonrisa de mi Itachi-san, me dijo que iba a sonreír si te llevaba toda la noche; Hinata-kun, ¿usted irá a la reunión de clanes esta noche? Tengo entendido que es del clan Hyuga y su hermana hará su debut afirmando su compromiso con… Neji-san -Hinata solo negó al recordar a ese hombre y sonrió melancólica, haciendo una reverencia terminó por irse- Mnh~, creo aún no lo supera, ¿verdad? Sus... - No había terminado de hablar cuando escucho el portazo en la habitación de su cuñado, y así, así comenzó la guerra campal-
*Horas Después*
Un bello doncel de cabellera oscura, estaba vestido casi por completo de negro, llevaba unos zapatos con un poco de tacón, pantalones por completo ajustados y ¡mierda!, tuvo que ponerse una tanga, su culo aun no estaba al cien, tomando en cuenta que era la segunda vez en usar esas cosas del demonio, pero en fin, subiendo más en su vestimenta, portaba una camisa blanca con manga tres cuartos y un chaleco muy ajustado ombliguero, de no ser por la camisa dejaría ver su vientre. Detestaba usar esa ropa, la odiaba pero no quería hacer enojar a su cuñado, no quería que su sobrinito naciera con cara compungida; pero en cuanto a su rostro, bien podría decirse que se pasó, ¿cómo osaba maquillarlo?, pero viéndose en el reflejo del espejo, debía aceptar que el delineado en sus ojos y la mascara para pestañas le sentaba bien, además del brillo, sí, le sentaba bastante bien, por eso no le reclamaría después, además que le encantaba ver como su esposo y cuñado eran tan felices como en ese momento, su hermano rodeaba la pequeña cintura de su esposo, del cual se podía observar que babeaba por su hermano mayor, se veía el amor, la adoración de su cuñado por el varón, pues se podía adivinar por su mirada, por el hecho de que siempre que podía, le daba suaves y dulces besos, o simplemente por el como se aferraba a él en cada ocasión; y claro, su hermano no se quedaba atrás, pues siempre tomaba de forma posesiva pero tierna a su doncel, esas sonrisas, que ni a él le había dado, con su esposo eran comunes, esos besos en la frente de su doncel, todo eso delataba lo enamorado que estaba por el pelirrojo… Aquello hacía demasiado romántica la escena.
CONTINUARÁ…