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Medical Love por MedicalKnight

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Notas del capitulo:

No soy muy buena relatando escenas de celos. Ni peleas. No me maten. 

pareció para él.

—Ahí está el pan y en el gabinete la mermelada. —Le dio una sonrisa burlona. —Haz tu desayuno, tienes manos. —Dijo limpiándose la boca con la servilleta y tomando su maletín para irse al trabajo.

—Nos vemos House. —Le dio un casto beso, que junto a su anterior acción dejo estupefacto al nefrólogo.

Se subió al auto y respiró unos segundos antes de arrancar, sabía que el mayor estaba enojado con él, pero no había podido resistir el impulso de ver su cara desencajada ante su “rebelde” actitud.  Condujo con más cuidado que el de siempre, se sentía un poco paranoico pensando que cualquier cosa podía pasarle.

Llegó al P.P en minutos, saludo amablemente a las enfermeras que lo quedaban viendo fijamente con sus sonrisas más depredadoras. Solamente Cuddy y Cameron sabían de la relación que el nefrólogo y el oncólogo tenían, para el mundo ellos seguían igual de solteros que siempre.

—Buenos días doctor Wilson. ¿Ha pasado bien su fin de semana? —Le preguntó una colgándose de su brazo incomodando a James, quien amablemente se la quitó de encima, no se sentía dispuesto a batallar con enamoradas a tan temprana hora.

—He pasado bien mi fin de semana, ahora si me disculpas, tengo algunas cosas que terminar. —Y corrió hasta su despacho cerrando con llave tras de él. Se dejó caer sobre su mullida silla de cuero con rueditas que House y el habían utilizado muchas veces para cosas que aun hacían sonrojar a James.

Dejo su maletín a un lado, y se tomó unos segundos para pensar. Hizo cuentas mentales y con asombro y algo de vergüenza, se dio cuenta de que ya había pasado un mes desde su primera y última cita con Adam. Tenía que llevar el control si no quería que algo se complicara.

 La mera idea de perder a su hijo lo aterraba. Se pasó distraídamente una mano por el plano vientre. Ya hacía un mes que sabía cargaba con una vida y la idea le seguía asombrando. Tomó su celular y marcó el número de Adam para concretar la cita.

—Hola Adam. —Saludó Wilson cuando su amigo contestó.

Wilson amigo, ¿Cómo has estado? —Saludó con voz alegre. —¿El pequeño te ha dado molestias?

—No muchas, solo náuseas y vasca. —Sonrió levemente. —Te llamó para concretar la siguiente cita.

¿Te parece hoy a medio día? A esa hora las enfermeras tienen su descanso.

—Me parece perfecto Adam, nos vemos hoy a medio día, anota la cita. —Habló contento.

Del otro lado de la puerta con una sonrisa se encontraba Lisa Cuddy, la decana del hospital, ya tenía la excusa perfecta para citar a House y hacer que su relación con Wilson se acabará. Después de todo, Gregory solo podía estar con ella.

Y olvidándose del asunto que tenía que discutir con el jefe de oncología del hospital se fue silbando a su oficina regalándole sonrisas algo desquiciadas a toda persona que veía.

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House como siempre iba tarde al trabajo, la actitud de James lo había dejado estupefacto pero al mismo tiempo le había divertido. No todos los días veía esa faceta de la actitud de su pareja.

Su pareja… Qué raro sonaba decirle así. Si bien era cierto que dormían juntos y que vivían en el mismo departamento, se le hacía más fácil pensar en James como un compañero de cuarto que como su amante.

Pero de lo que estaba seguro, es que lo amaba con todo el corazón, aunque no sea propenso a demostrarlo, quiere creer que Wilson lo sabe, y que también lo ama con todo su corazón. La edad, se dijo mentalmente, te estás haciendo un sentimental.

Atrancó su moto donde siempre la dejaba y se mentalizó para un día largo en el hospital. Lo presentía, el aire se sentía pesado y el clima simplemente era malo.

—¿Doctor House? ¡Doctor House! —El aludido apuró el paso tanto como podía con su pierna lastimada y el bastón. —¡La doctora Cuddy quiere verlo!

El nefrólogo soltó un suspiro largo antes de asentir con la cabeza y encaminarse al despacho de la decana con la incógnita del porque lo quería ver. No había matado a nadie y ningún paciente lo había acusado legalmente.

Con frustración y sus planes de hablar con Wilson antes de que su día comenzara oficialmente tocó la puerta del despacho de la doctora y espero unos segundos su contestación.

—Pasa Gregory. —La voz de Cuddy se escuchó contenta, como si le fuera a dar una buena noticia.

—¿Qué quieres Cuddy? —Le preguntó sin rodeos. —Iba a ver a Wilson cuando me han dicho que querías verme.

—Creo que después de lo que te diré, no querrás ver a Wilson. —Fingió tristeza. —Eres mi amigo House, y por eso tengo la obligación de decírtelo.

—Cuddy, me estas asustando. —Murmuró al escuchar el tono de voz con el que la mujer hablaba.

—Wilson te está engañando.

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James Wilson se encontraba  con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa luminosa en el rostro. El aparato de ecografías seguía mostrando a aquel diminuto ser que era su hijo, y que crecía dentro de él.

Adam le había dicho que todo estaba perfecto, todo estaba en orden y no había ningún problema por el momento. Que él y su bebé estaban sanos, le habría gustado compartir el momento con House, pero el miedo del rechazo seguía presente en su mente.

—Tienes tres meses de gestación. ­—Le tendió un pedazo de papel para que se limpiara el gel. —Todo está perfecto con tu hijo. Te recetaré nuevas pastillas de ácido fólico.

—Bien. —Meditó unos segundos antes de preguntar. —¿Me podrías dar una foto? —El otro sonrió dulcemente al ver a su amigo tan emocionado. El veía a James como su hermano menor, al haber sido compañeros de cuarto en la universidad y ser el oncólogo dos años menor que él.

—Claro James, aunque; ¿No preferirías que hiciera un archivo con todo lo que hemos visto y cuando lo termine te lo paso? —El castaño asintió. Adam le entregó la receta y la abrió la puerta sin percatarse de que el nefrólogo los observaba y escuchaba atentamente.

—La siguiente cita te parece en ¿Un mes? —Le guiñó el ojo bromeando. —Después de todo sería sospechoso que vinieras tan seguido. Y no queremos que nadie se entere ¿Verdad?

—En un mes Adam. —El médico asintió antes de cerrar la puerta. James se dio la vuelta y la sonrisa se le borró del rostro al ver a su amante con el ceño fruncido y las manos en puños.

—Tenemos que hablar. —Y esa afirmación no presagiaba nada bueno.

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—¡¿Por qué demonios me engañas?! —Fue la primer cosa que House le gritó nada más estuvieron solos. Wilson no sabía de qué engaño estaba hablando. Ni siquiera sabía cómo se había enterado  

 —No sé dé que demonios hablas. —Le contestó calmado, no era bueno para él exaltarse. — ¿De qué engaño hablas House?

—No te hagas el inocente conmigo Wilson. —El tono de voz era ácido. —Se perfectamente que me has engañado con el doctorcito idiota con el que te vi hoy.

—¿Con Adam? —Se comenzó a reír fuertemente. —No te engaño con Adam, sabes bien que soy incapaz de engañarte.

—¿Si? Entonces explícame que hacías ahí hoy. —James se tensó y se quedó callado. —¡¿Ya vez?! No puedes ni dar una excusa decente. Me has visto la cara, te has revolcado con otro cuando jurabas solo amarme a mí.  Fui un iluso al confiar en ti, pensé que tú eras diferente, que me amabas. —Gregory tenía la cara roja de ira. —Pero me equivoqué, no eres más que un maldito, eres una zorra Wilson. —Los ojos del más bajo se llenaron de lágrimas, el ojiazul jamás le había hablado de esa manera. —Debí quedarme con Cuddy, ella es mucho mejor que tú. Cualquiera es mejor que tú.

Y esa fue la gota que derramó el vaso. El impacto resonó por toda la oficina,  la mano de James seguía pegada a la mejilla de House, su cara estaba llena de lágrimas y sus ojos ya no tenían ese brillo característico.  House comprendió que se había pasado de la línea, no lo había ni dejado explicar y de la nada un sentimiento de culpa se apoderó de él.

—Jimmy… —Trató de disculparse sin esperar la reacción del otro.

—No me digas así. —Su voz no fue más que un murmullo. —Ya no tienes por qué decirme así. Me lo hubieras dicho ¿Sabes? Me hubieras dicho que ya no querías estar conmigo…—Su voz se quebró al continuar. —Que querías regresar con Cuddy, que ya te habías hartado de mí. —Se limpió las lágrimas que escurrían. —Que ya te habías cansado de fingir que me amabas, que soy demasiado poca cosa para ti. —House quería que dejara de hablar, nada de eso era cierto. —No tenías que agarrar la primera excusa que se ocurriera, gritarme e insultarme. Lo hubiera comprendido, de verdad lo hubiera hecho. — Y sin más se fue.

Esa noche, Wilson no llegó a dormir, se fue al que era su viejo departamento y se hecho en la cama a llorar. Ninguno de los dos supo cuan lastimado estaba el otro. 

Notas finales:

Dejen sus RW para saber si les gusta y en que debo mejorar. 


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