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Pedir calaverita por sleeping god

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Notas del capitulo:

Se me hicieron unas largas vacaciones de Halloween, una gran disculpa.

Sin más, continuo.

Levantó un grito a la noche mientras estiraba sus manos hacia el arriba, que es el abajo natural. Sus dedos rasparon la ultima capa que cubre el espacio y una leve brisa le dio la bienvenido a sus yemas, con otro gemido gélido dio un tirón a su cuerpo para aferrarse a la superficie y liberarse de su prisión. Fueron como dos horas salir de su ataúd y otra más para desenterrarse pero de qué se quejaba, no sentía cansancio, en realidad tampoco pensaba muy bien con medio cerebro devorado por los gusanos, por qué si lo hiciera no entendería de dónde provenía la fuerza para salir si los músculos no funcionaban… ¡peor aún, estaba muerto no debería salir de su descanso eterno!

Giró su cabeza a la que sería la cabecera de su cama y ahí se encontraba su epitafio.

Buzzard Black

1987-2015

Querido amigo, que descanses en paz. Nos veremos del otro lado

Maldijo a Jugo y luego a sí mismo. Qué parte de ser ateo no entendió ¿Cuál otro lado? Momento, si lo analizaba quizá daría con esa duda de todos los tiempos: ¿Qué pasa después de la muerte? Sí, solo debía pensarlo y…

-¡Vuelve bajo tierra, maldito zombie!—ordenó Kempachi hundiéndolo tan profundo que atravesó el ataúd y rompió el cráneo putrefacto—malditos muertos necios—Siguió hundiendo cabezas en la tierra pero parecía no tener fin.

******

Hace tres días hojeó una revista que encontró repulsiva pero increíblemente se sentía emocionado de verla y cuando se lo contó a sus amigos ellos estaban impresionados con él, por un momento se creyó el niño más importante de toda la escuela, y pudo seguir creyéndolo cuando descubrió que ese material era decomisable y castigable hasta con 15 días de encierro en la habitación, así que al instante de saber que papá no estaría en casa el Halloween y que mamá iría a una fiesta con su tía Paty no le quedó más remedio que decirle a su hermano que o lo llevaba a pedir dulces o lo entregaría a las autoridades. La amenaza funcionó pero seguía esperando a que su hermano recogiera su tarea de casa de su vecina. Ya iba media hora.

Dio un suspiro, se quitó la máscara de kitsune y vio un extraño perrito a la lejanía. Se levantó de la banqueta donde estaba sentado y entrecerró los ojos. No pudo creerlo, el perro era rosa y estaba medio pelón, o eso creía pues estaba a unos diez metros de él.

-Ven, inu-chan—le llamó haciendo pequeños aplausos para llamar su atención.  Al principio lo ignoraron completamente hasta que, después de clavarle la vista penetrantemente, fue corriendo a su encuentro. Llevaba algo en la boca. A los tres metros descubrió que no era una vara lo que tenía en el hocico y que tampoco era un perro.

Dio un grito, haciendo que su hermano se subiera los pantalones y saliera corriendo para encontrar a su hermano menor llorando y balbuceando que una niña lobo rosa se le acercó con un brazo cercenado entre los dientes. No le creyó pero siguió alimentando su pesadilla, así nunca más volverían a chantajearlo.

La pequeña niña lobo hundió los dientes en el brazo y siguió su camino entre ramas secas y árboles muertos. No andaría vagando si le hubieran vendido las cadenas que quería.

******

-¿Cómo que no lo encuentras?

-Lo siento, Mayuri-sama.

Un brazo para él, una parte de su cuerpo insignificante para ella, pero al final era evidencia de su atroz crimen de investigación de la vida humana. Tan poco ético y tan punible.

-Eres una tonta, ahora debemos encontrar tu brazo.

******

En realidad no le gustaba esa canción, era tan poco actual y aun así era la quinta vez en la noche que la escuchaba.

Maldito Michael Jackson y su Thriller.

Se puso a bailarlo por segunda vez para irse acercando un poco más a ese chico que le gustaba. Harían una linda pareja, ella como angelita y aquel como un diablo. Sin embargo nunca fue muy suertuda y, además, no era exactamente una belleza a pesar de matarse de hambre por días para entrar en ese vestido, así que ahí estaba una chica vestida de diabla bailando con él.

-¿Quieres bailar?—escuchó tras ella a un vampiro de ojos verdes y muy pálido. En su voz neutra solo descifró una cosa: cansancio.

-Mmm, sí—era guapo, nunca lo había visto antes. Quizá estaba desesperada pero cuando la invitaron a salir a hablar a una parte solitaria, oscura y deshabitada de la casa no dijo que no. Ahí estaba lista para su primer beso pero que no esperaba recibiría en el cuello con tremendo dolor sin llegar al placer pues el vampiro la soltó y comenzó a vomitar.

-¡Que mierda! ¡Sabes a medicamentos para adelgazar y grasa!—gritó Ulquiorra arto de que la cuarta persona de la noche tuviera también un asqueroso sabor. Se preguntaba ¿es tan difícil que hagan ejercicio, no traguen medicamentos y coman saludable? Eso agradecía de Grimmjow, su egolatría hacia su propio cuerpo le hacía cuidar la calidad de su organismo y por tanto de su sangre. Escupió al costado del cuerpo que se desangraba y siguió su trayecto. Moría de hambre. Literalmente moría, debía beber unos dos litros como mínimo esa noche.

Ahí vio a una linda chica de negro cabello y oscuros ojos azules, lloraba y corría por la calle, pero lucia tremendamente saludable. Y cuando esta se tropezó y cayó fue a ayudarla. La chica agradeció y se levantó pero no podía dejarla ir así que limpió sus lágrimas con un pañuelo y le ofreció sentarse en la banqueta, quizá hubiera sido mejor idea ir al bosque que se encontraba a una cuadra pero ya no podía caminar. Se quedaron así unos minutos hasta que la joven habló:

-No sé qué estoy haciendo. No tengo a dónde ir.

-¿No puedes volver?

-No, es imposible.

-En ese caso puedes quedarte conmigo.

Rukia, que hasta ese día había perdido la esperanza en la humanidad, la encontraba en un falso humano. Todo en menos de 24 horas.

-Vivo con otro sujeto—continuó—pero no le molestará.

-No puedo aceptarlo. Acabo de conocerte.

-No importa, está bien sonreír hasta el final—sin resistir el hambre le dio un abrazo que guió sus colmillos al cuello.

******

Trescientos caballos de fuerza,  motor V8 de 5.2L que produce 526 c.f. y 429 lb-pie de torsión, control de salida y Bloqueo Electrónico de Línea exclusivo en su clase… es decir, un sueño hecho realidad en autos último modelo. Aceleró en la curva para derrapar y seguir el camino hacia su mansión.

Abarai Renji miró embelesado el mustang 2016 en rojo brillante que los dejaba atrás a él y a su amante. Pensar que al principio comenzó a trabajar para un rico petulante para comprarse uno de esos, luego continuó ahí porque le gustaba el idiota petulante de su jefe y finalmente porque se emparejó con la hermana de este para acercarse mas a él y evitar su inminente despido.

-Byakuya, creo que deberíamos pedir ayuda para buscarla. Ya es tarde y algo puede pasarle.

-No quiero hacer de esto un drama.

-¡Esto ya es un drama! ¡Que peor drama que descubrir a su hermano y a su novio besándose en su propia cama!

-Que nos hubiera visto cogiendo.

-¡Byakuya!

-Solo debemos explicarlo y ella volverá a casa—replicó con calma pero con la mirada atenta a todo y a todos, ninguno debía pasar desapercibido, ni siquiera la pareja de jóvenes besando en la banqueta. Increíblemente no lucían como un dulce y tierno amor juvenil pues los ojos verdes de ese ser pálido eran inquietantemente terroríficos.

******

Hey, all you people that tryin' to sleep 
I'm out to make it with my midnight dream, yeah 
'cause I'm a back door man, the men don't know 

Con pasos de buen bailarín entre las ramas crujientes se dedicaba a cantar al ritmo de Jim Morrison. Arrancó un brazo de árbol y lo tomó como su pareja en ese vals a mitad de la luz lunar . Cuando la canción le indicó que comió mas pollo que nadie, soltó a su pareja y corrió hacia la sombra que apenas pudo divisar. Dio una carcajada y se quitó los audífonos con el teclado aun sonando.

-Sal de donde estés, gordo. ¡Vamos, corre más! ¡Diviérteme!—desenfundo su katana y sin pensar que no era un pequeño cuchillo lo lanzó entre un par de arboles, escuchando un grito de cerdo. Se acercó bailando y aplaudiendo, la sonrisa no se le podía quitar.

Al entrar entre los arboles su víctima estaba atrapada por la espada que le atravesó el pie y lo mantenía unido a la tierra.

-He pensado que nunca he volteado a un ser humano.  Y como no me tomó mucho tiempo atraparte creo que lo haré contigo. Si hubieras corriendo con más ímpetu solamente te habría cortado los miembros, gordo.

Ganju odiaba ser llamado gordo por otro que no fuera su hermana que había muerto hacía un año. Ese enojo le sirvió para retirar el arma de su pie y arrojarla al asesino para seguir huyendo.

Tras de él escuchó la risa de un sujeto que aunque le cortaron la mejilla derecha le excitaban las presas difíciles.

-¡Corre, gordo! ¡Corre que cuando te alcance definitivamente te voltearé sobre ti mismo!

Carcajeó una vez más.

-No me gustan los buscapleitos—le dijo Kukaku a Grimmjow. Este giró a ver una muerta en descomposición—y mucho menos si molestan a mi hermano.

Por primera vez en su vida dio un grito de miedo.

******

-¡Cadáveres de mierda! ¡Quédense bajo tierra!—ordenó Kempachi hundiendo nuevamente a los que intentaban escapar hasta que vio a uno fuera, una chica sin un brazo acompañada de un hombre bastante feo. De inmediato dio por zombies a esos dos—No sé cuándo escaparon pero volverán a pudrirse.

Mayuri intuyó que en vez de explicarse de manera científica frente a aquel hombre vestido de shinigami lo mejor era huir, no parecía ser de los que platican antes de actuar.

******

Con una sola mano sujetó la larga capa negra y levantó al vampiro que ya sentía la punta de sus colmillos penetrando la suave piel de la chica.

-¿Cómo te atreves a tocar a mi hermana?—amenazó al ser que con neutralidad solo pidió que lo dejaran tocar el suelo con sus pies.

-¡Nii-sama!—gritó Rukia intentando huir pero siendo detenida por Renji que dio explicación de su comportamiento mientras Byakuya seguía con el ser sobrenatural a la altura de su cara.

Pensó tan fugazmente que era lindo como cuando decidió que la manera más fácil de dejar de ser molestado por Renji era mantener relaciones sexuales.

-Tienes ojos de psicópata—indicó el vampiro.

-Tú tienes ojos vacios.

Ulquiorra lo recorrió para descubrir un cuerpo saludable y una mente fuerte. No parecía tan loco como Grimmjow, sino más refinado y serio. Quizá hasta más maligno.

A ninguno le interesaba que Rukia gritara y Renji se arrepintiera de caer en la trampa de Byakuya.

-Bájame—repitió.

-No—entonces desplegó sus alas para soltarse por sí mismo.

La discusión que ya se estaba tornando en una reconciliación guardó silencio ante el ser extraño de amarillos ojos.

-Muero de hambre, no tengo tiempo que perder—dicho eso fue hacia el bosque a encontrar su alimento preferido.

Silencio.

Byakuya corrió tras el vampiro hasta ser seguido por los otro dos que no comprendían su comportamiento.

Si hubieran corrido delante de él o un poco más rápido, alzando la cara a la luna, habrían visto un atisbo de curiosidad, de interés y codicia. Nunca quiso más otra cosa que a ese ser que no existe.

******

Solo una pequeña parte de su mente pensaba si los arañazos en su rostro se quitarían. Lo demás estaba dividido en dos: 1) un muerto intentaba asesinarlo y 2) debía encontrar otra víctima pues la primera escapó.

Si iba a ir a parar a la cárcel mínimo cometería su último homicidio.

Ya fuera del bosque y atento a que ya no lo persiguiera el cuerpo de esa mujer se dedicó a recorrer las calles de la ciudad sin ver a nadie, al girar en un mall dio con una chica vestida de caperucita roja y sonrió. Su último blanco tenía que ser esa hermosa joven de naranja cabello.

No le costó entablar una conversación y aunque poco convincente pudo hacerle creer que quería su compañía para visitar la tumba de su padre.

-¿Seguro que es un atajo?—preguntó al poner un pie en el Assassin Wood.

-Seguro, se llega más rápido. No te preocupes, conozco perfectamente el camino—la excitación hacia que olvidara casi por completo que también estaba siendo cazado.

Así ella entró y el comenzó a contarle una historia.

******

Con poca claridad de pensamiento se discutía si enterrarlo a un lado de aquel árbol o si mordisquearlo un poco más y luego plantarlo en aquel hueco ya hecho por el hombre alto de cascabeles.

Al final optó por lo segundo y en la paz que le producía la luna llena escuchó pasos tras ella.

-Mi brazo.

-Quítaselo, Nemu.

Corrió para alejarse de sus persecutores. Podía escuchar cascabeles.

******

El amor es un sentimiento irreverente, descuidado, torpe y a veces hasta desesperante. Por eso estaba seguro que amaba a su mejor amiga que solo le pidió esperar fuera del mall y ahora desaparecía. Buscando logró escuchar su grito dentro de aquel horripilante bosque y ver a un sujeto totalmente arañado atacarla con una katana, solamente pudo empujarlo y colocarse frente a su amiga. El escudo de superman era su única protección contra un asesino a sangre fría.

-En la vida real las cruces no ahuyentan a los malos espíritus—dijo levantándose del piso y recogiendo su arma—en la vida real los héroes no están hechos de hierro y los asesinos no vivimos en pesadillas. Aquí el malo puedo ganar—carcajeó, levantó su arma y detrás apareció aquella zombie.

Pánico.

Los asesinos también sienten miedo de lo desconocido.

Corrió al lado contrario.

Ayudó a su amiga a levantarse.

Superman, el héroe por excelencia.

-Vamos, hay que alcanzarlo—les dijo Kukaku a las chicas que deberían querer venganza tanto como ella.

******

De todo lo que no quería hacer era hablar, pero entonces por qué otro zombie desobediente hablaba con un humano aterrorizado.

-Luego sigues tú. Mejor vuelve a la tierra—le ordenó Kempachi a Kukaku que amenazaba a Grimmjow.

-Tengo cuentas pendientes—respondió.

-Eso me toca a mí. No solo estos dos de enfrente sino que también tú.

-Quizá deberías encargarte de ella primero—convino Grimmjow atrapado contra una tumba, más cerca del cementerio que del bosque.

Yachiru notó que tras las piernas del asesino había un buen escondite así que ahí se colocó y le dio un mordisco al dedo índice de la mano.

-Lo haré en el orden que quiera—respondió para ver que ese hombre desprendía una fuerza digna de una gran maldad.

Era el aura de un asesino fuerte.

-También me encargaré de ti—repuso con alegre sonrisa y cascabeleo, como el de una serpiente.

-¿Yo qué hice?—cuestionó molestó y ofendido. Ahora también un shinigami la traía en su contra.

-Quiero pelear contigo.

Notando su situación, una niña lobo tras su cuerpo, un horrible hombre loco, una monstruo de frankeinstein, una zombie y un par de humanas quizá quitarse a uno no estaría mal.

-Bien, bien… pero primero quítamelos.

******

Desde los cielos dio con que eso parecía un mal chiste y un cuento de hadas ridículo. Pero que le importaba, tenía hambre.

-Grimmjow, quiero beber—le pidió abrazándolo por la espalda.

-Mierda, Ulquiorra. Estoy ocupado—le pidió esquivando los ataques de la humana sin caer con la lobo entre sus piernas y evitando que lo toquen los otros monstruos.

-Debo comer.

Con odio lo amarró por el cuello al murciélago y lo arrojo lejos de él. No dio con el piso, lo sostuvo un psicópata.

-Si tienes hambre, bebe—le dijo Byakuya quitándose su bufanda.

Ese tipo, se humano normal, quizá sea mejor que Grimmjow, se dijo mirándole como lo haría solo un monstruo, sin miedo a la parte negra dentro que sale bajo la luna. Bebió.

Solo Rukia y Renji tuvieron tiempo de gritar con esa escena de pesadilla.

******

Por segunda vez salió de la tierra y estiró la mano hacia su pequeño que ahora ya había crecido. No logró tocarlo pues le vio irse hacia donde provinieron unos gritos.

Entre varias tumbas peleaba un shinigami contra lo que creía tres zombies, una lobita causaba problemas a un asesino de defender su vida contra una zombie y un humano mientras intentaba quitar la vida a caperucita roja, un murciélago y un tipo de ojos muertos se abrazaban con fuerza y solo una pareja peleada parecía normal ante la escena.

-¡¿Qué ocurre aquí?!—les gritó Ichigo Kurosaki—¡¿Qué no ven que es un cementerio?! ¡Guarden silencio!

Todo se detuvo.

Mayuri habló, quitándose de encima al shinigami.

-Me parece que todo gira en torno a ese hombre—señaló a Grimmjow.

-¿Qué?

Afirmaron.

-Entonces dales lo que quieren—pidió Ichigo para volver a la tumba de su madre.

-No es tan… sencillo—puntualizó con miedo a entregar al menos dos vidas que no poseía.

-Yo quiero mi brazo—pidió Nemu con calma y respeto. Entonces Ichigo fue a quitarle la mano con delicadeza a la lobita y lo entregó.

-Debo vengarme por mi hermano—indicó Kukaku hasta ver salir a su hermano entre las ramas.

-¿Hermana?—fue corriendo a ella para recibir… un golpe.

-¡¿Cómo puedes ser tan débil que no te puedas salvar tu mismo?!

-Pero…

-Pero nada.

-Yo lo veo bien—dijo Kurosaki—no hay nada que vengar.

Quizá debió haber un reclamo pero el enojo en el adolescente bastaba para aceptar lo que dijera.

-Él atacó a Orihime—comentó Tastuki pero ya esperando que le dijeran que igual no paso nada.

-¿Está herida?

-No…

-Es suficiente—cerró el caso.

-Debo devolver estos cuerpos bajo tierra—especificó Kempachi pero ya Kakaku estaba dispuesta a hacerlo después de beber un poco y Mayuri explicó que Nemu no era un zombue y él menos—En ese caso quiero pelear contra él. Parece alguien fuerte.

-No estoy de acuerdo—votó Grimmjow—Ese cabrón no debería ni existir. Casi ninguno de los que están aquí.

Ulquiorra soltó a Byakuya, sosteniéndole la mano para dar con que aun tenía pulso.

-¿Cómo dices eso si sabes que soy un vampiro?

Le miraron.

-No generalicé.

Bajaron la mirada y suspiraron.

Ichigo notó a la pequeña mordiendo una roca así que la levantó y se la entregó a Kempachi.

-Pelea con ella.

-No digas tonterías—le dijo hasta ser mordido y sorprenderse porque esquivó su golpe.

Todo listo.

******

-¡No tan rápido!—les gritó un brujo—Aun me deben mi pago por hacer posible que hoy se mezclaran los vivos y los muertos—se unió al círculo y con la mirada bajo el sombrero dijo con voz clara y precisa—un cadáver.

Todos los sentimientos anteriores se dirigieron a un individuo que se vio rodeado.

Con que eso se sentía. Con que eso pensaba sus víctimas. En su mente deseaba un héroe y no podía ser él mismo porque su mano no respondía hacia su katana. Cerró los ojos para que la percepción de todo se intensificara a mayor grado, su sudor frio, los latidos del corazón, la respiración entrecortada, las ansias de vomitar y orinar, los dientes apretándose unos contra otros y finalmente el sonido de envolturas danzando juntas siendo depositadas en un sombrero viejo de tela barata.

Alzó los parpados y todas las miradas fueron a dar al brujo viendo que en su sombrero depositaban golosinas.

-Es calaverita, no cadáver—corrió Ichigo entregándole su pago y volviendo a la tumba de su madre.

Sin hablar se descendieron los puños y cada quien tomó su rumbo excepto el asesino que se enamoró de un héroe. Fue con él y se sentó a su lado.

-¿Tu madre?

-Sí.

Aclaró su garganta. Nunca fue bueno hablando desde el corazón.

-Mi padre también murió. Pero no creo que sea lo mismo, después de todo casi ni lo conocía. Quizá… sí, cuando mi gato fue atropellado me enojé mucho con el imbécil que pasó encima, luego tuve que enterrarlo yo mismo. Eso me hizo sentir mal.

-No eres bueno en esto—dijo el muchacho, viendo la sangre correr por la mejilla derecha del otro, pasó su dedo y lo limpio, luego acariciándole la cara llena de arañazos—pero haces un buen intento.

-Los muertos no vuelven. Los asesinos no viven en las pesadillas. Los malos ganan. Esas son las cosas que yo digo pero… parece que no es siempre cierto lo que digo.

Ichigo se puso de pie y apagó la vela.

-Pero los muertos, o al menos el mío no volvió. Así que tienes razón.

El asesino se colocó a su lado y prendió su encendedor al momento que una nube los dejó a oscuras.

-También decía que no podía sentir nada. Eso decía.

El jovencito, dando una risita, apagó la llama.

-A veces es bueno estar equivocado—se despidió de su madre sin ver el brazo en putrefacción haciendo lo mismo y llevó al otro de la mano. Esa palma era áspera y contaba terribles historias.

Que cálida era.

-¿Cómo te llamas?—preguntó.

-Soy Grimmjow Jagerjaquez—se presentó—y soy un asesino. Gusto en conocerte.

-Soy Ichigo Kurosaki, un simple humano.

 

 

Extras

Sobre un calendario con una imagen santa colocaban el ciclo a seguir.

-Tres veces por semana, descanso de fines de semana y con variaciones sobre las lunas nuevas—ambos estaban de acuerdo. Con Grimmjow nunca calendarizó el beber sangre pero su nuevo compañero era frio, meticuloso y encantador.

-A cambio harás lo que yo diga diario—con Ulquiorra no había peligro, era lo que necesitaba su mente manipuladora y con pocos sentimientos porque amaba a ese joven vampiro.

******

Dio pasos con enojo hasta recoger la bola roja y gritar:

-Se supone que vayas por ella y me la traigas.

-No soy un perro, Ken-chan—dijo Yachiro subiendo a la espalda del muerto que no podía aun ponerle una mano encima.

******

Guardó la investigación de años de su vida en el cajón pensando que el mundo no estaba listo para su genio.

Se levantó del escritorio y tomo sus llaves para llevar a su hija Nemu a la escuela.

******

Era lento el crecimiento pero parecía que se volvería un árbol fuerte. Se alejó tomando la mano del pelirrojo y sonriéndole. La feliz pareja había sembrado en el Assassin Wood un nuevo árbol que representaba su nuevo comienzo.

******

-Ahh… Grim… un mo… momento…—se detuvo de empujar dentro de su novio.

-¿Qué?

-¿De verdad…? ¿De verdad… así dejarás… de asesinar?

-Sí, me distraes—siguió haciéndole el amor sin mencionar que su rutina de homicidio era una vez al año y no cada seis horas.

 

Se volvería difícil regañarlo y mas con lo mentiroso que era. Además, de que ese efecto secundario ya no parecía tan divertido ahora.

-¡Ya, dímelo!

-Ya te dije, está vivo

-¡Grimmjow! ¡No es justo!

-¡Que no distingas entre los que ves si están vivos o muertos no es mi asunto!

-¡Dime si el que está ahí lo acabas de matar o no!

-No…

¿Cómo regañarlo si para él ya no importaba si estaba vivo o muerto? A ambos los veía.

La única pareja posible de un asesino es alguien que ve la muerte como la vida.

-Toma un dulce—le entrega Grimmjow a su novio.

-Lo mataste.

-¿Cómo sabes?

-Me acabas de dar una calaverita.

Notas finales:

Gracias por leer.


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