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Circus Of Monster por Mariela

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LA NIÑA QUE TRAE LA FELICIDAD

-¿Cómo deje que me convencieras de esto, Takano-san?-gruñía cierto castaño mientras cruzaba los brazos

-Oh, vamos Onodera. Un poco de diversión no te haría mal. Quizás, hasta dejes de ser tan amargado

-¡Cállate! Además, no creo que un circo de terror pueda ayudarme con eso

-Por supuesto que sí, a menos que seas un llorón-se acercó a su oído y susurro con sensualidad-Aunque no me molestaría consolarte

El castaño se sonrojo a mas no poder, y enojado le arrojo un puño de palomitas a la cara del peli-negro, quien solo soltó una pequeña risa divertida ante su reacción.

“¡Takano-san, BAKA!”-Ritsu desvió su mirada hacia el público que murmuraba impaciente el inicio de la función. Vaya que el Circus Of Monster era muy famoso, todos los asientos estaban llenos, había niños, niñas, bebes, adultos, ancianos, de todo, y eso a pesar de que no era un circo cualquiera que llegaba a la fama por hacer reír a la gente.  No. Todo lo contrario.

El CIRCUS OF MONSTER  se especializaba en lo terrorífico, era…como una casa embrujada, solo que este estaba presente todos los días del año. Cada noche, listo para llenar de miedo a los corazones del público.

El castaño recorrió con la vista todo el lugar, y ahí, en los asientos bajos a su izquierda, se encontró con su compañero de trabajo Kisa Shouta, sentado al lado de un chico alto de cabellos castaños claros y ojos del mismo color-“¿Kisa-san?”-De pronto, como si este lo hubiera escuchado, el oji-café volteo a verlo reconociéndolo al instante. Se levantó, y lo saludo alzando su mano lo más que podía, embozando una sonrisa en sus labios. Ritsu le correspondió de la misma manera, pensando en lo infantil que podía ser Kisa para actuar así, como si de un niño se tratara.

OOOOO

-¿A quién saludas Kisa-san?-pregunto el castaño, confundido por la acción de su pareja

-A Ricchan- volvió a sentarse-Es un amigo del trabajo

-Ya veo-sonrió con su aura de príncipe, lo cual hizo sonrojar al menor

OOOOO

“¿Are? ¿También Hatori-san y Yoshikawa-sensei?”-El oji-esmeralda no pudo mostrarse más sorprendido al encontrarse con dichos personajes sentados cómodamente a tres filas debajo de donde se encontraba. Nunca pensó que alguien tan serio como el peli-café pudiera visitar ese tipo de lugares, de Yoshikawa-sensei se lo esperaba, pero no de Hatori. Eso sí que lo había sorprendido.

 Takano, por su parte, estaba celoso y molesto por la forma en la que su pequeño amante miraba al editor. Parecía como si estuviera atento a cada uno de sus movimientos, lo cual le hacía pensar que se estaba enamorando de él o algo por el estilo, y eso no ayudaba en nada a que su ira se aplacara. Había intentado tranquilizarse comiendo palomitas de a puño, pero casi logra atragantarse con eso, por lo que decidió distraerse de otra manera.

Sin embargo, llego un momento en el que ya no pudo soportarlo, y tomo el mentón de Onodera para obligarlo a mirarlo a los ojos.

-¡Oe! ¿Qué  estas-ngh-no termino la frase, ya que sus labios fueron reclamados inmediatamente por el peli-negro

Su cuerpo se estremeció al sentir una lengua traviesa invadir su cavidad, explorando hasta el último centímetro de ella. Sus mejillas se tornaron rojas debido al calor que empezaba a sentir, mientras el mayor tomaba su cintura y la atraía a su cuerpo, para desaparecer toda distancia entre ellos.

El beso se hizo cada vez más profundo, provocando que el menor cayera cada vez más en el, dejándose llevar por el calor de sus cuerpos. Sin embargo, eso no duraría mucho, ya que justo cuando Ritsu estaba por rodear con sus brazos el cuello del peli-negro, todas las luces del circo se apagaron, dejando que los reflectores purpuras se lucieran iluminando el escenario, es cual tenía una cortina de este mismo color.

Entonces, la mente de Onodera vio con claridad, y aparto al mayor bruscamente, limpiándose sus labios con desesperación.

-Bueno-cruzo los brazos despreocupadamente-Fue placentero mientras duro

-¡¿Ah?!-exclamo sonrojado-Pa-para mi-mi no…ja-jamas…¡Takano baka!

Takano rio divertido ante el rostro rojo de su amante e iba a decir algo cuando de pronto, voces tenebrosas e incomprensibles empezaron a escucharse en todas las direcciones. Entonces, los presentes centraron su atención al escenario, donde repentinamente apareció un hombre envuelto en humo que pronto se disipo.  El sujeto era alto, de complexión semi-musculosa, cabellos ondulados anaranjados, con una máscara de arlequín sonriente que cubría todo su rostro, y vestido con un traje negro. Con su aparición, todo el público se quedó en total silencio, esperando a que el hombre comenzara el espectáculo de esa noche.

-Damas y caballeros, niños y niñas, sean todos bienvenidos al Circus Of Monster….el circo del infierno-dijo, recibiendo a cambio los aplausos emocionados de los presentes-Bien, que comience el espectáculo-y desapareció de la misma manera en la que había llegado.

Dicho esto, todos los payasos salieron al escenario haciendo maniobras por demás espeluznantes para todo el público. Aquellos  payasos eran demasiado extraños; unos tenían “mascaras deformes” (o lo que la gente interpreto como mascaras), otros no tenían rostros, y los demás tenían trajes de calaveras bien hechos, tanto que realmente parecían esqueletos vivientes. Pero en general, todos los payasos vestían con ropas sombrías que, técnicamente, eran iguales a las normales, solo que con colores oscuros.

Eso en cuento  a su apariencia. Lo que más asustaba a la gente era lo que hacían. Los deformes se comían entre sí, los que no tenían rostros jugaban malabares con los huesos de los cuerpos muertos de los deformes, y los esqueletos “fingían” comer carne humana viva que los hacia recuperar la suya.

-Ngh- gimió Ritsu repentinamente

-¿Qué? ¿Ya te asustaste?-se burló el mayor-Pareces un crio, aunque pienso que…

-¡BUAAGG!

Takano se sobresaltó al ver como el castaño sacaba el desayuno.

-Oe, Oe, tranquilo. Siquiera usa una bolsa, ¡que asco!-se quejó, entregándoles la bola de sus palomitas

El oji-esmeralda la tomo e inmediatamente comenzó a utilizarla. Ver a esos payasos y sus rutinas provocaron que el estómago se le revolviera, quizás, aquella pequeña bolsa de palomitas no iba a ser suficiente.

Estuvo así por un largo rato, casi todo el show, hasta que sintió su estómago más calmado. Solo así, pudo disfrutar del circo. Después del primer número entraron los domadores de bestias, con animales tan feroces que no pertenecían a ninguna raza conocida. Eran tan grandes y monstruosos. ¿De dónde habían salido tales criaturas?

A nadie le preocupaba, solo se divertían viendo a ese grupo de hombres “disfrazados” de deformes domando a las bestias, las cuales dieron por hologramas muy bien hecho y reales, nada que fuera de otro mundo.

En el tercer número aparecieron las trapecistas. Mujeres “disfrazadas” de seres extraños con piel reseca, que poseían cuerpos tan perfectos para su acto al cual le gente nunca dejo de ovacionar de pie.

-¡Increíble! ¡Increíble!-decía Kisa emocionado

-Me pregunto cuanto habrán trabajado  para lograr volar así-se preguntaba Yukina  totalmente sorprendido

Al terminar, las chicas se despidieron lanzando algodones de azúcar a todo el público, ganándose aún más su adoración. Luego, al escenario salió un flautista con una melodía escalofriante, la cual atraía a las ratas, si es que se les podía llamar así, ya que el hombre deforme dejaba que las ratas lo devoraran. Se podía ver claramente como le arrancaban pedazos de piel del cuerpo, y entre más tocaba,  más lo devoraban.

 -To-Tori, ¿No te da escalofríos este acto? Parece que de verdad se los están comiendo

-Tranquilo Yoshino-volteo a verlo con su típica mirada seria-Solo son excelentes efectos especiales, nada es real. ¿O acaso crees que un hombre  va a dejar que se lo coman? Nadie en su santo juicio lo permitiría

-Bu-Bueno….en eso tienes razón

Cuando ya no hubo carne que devorar, las ratas se dispersaron dejando un gran charco de sangre en el lugar donde estaba parado el hombre, además de los que vendrían siendo sus huesos. Unas sirvientas “disfrazadas” de muñecas de trapo vivientes limpiaron el escenario en menos de 15 minutos, dejándolo impecable para el siguiente acto.

-Damas y caballeros, a continuación el hechicero más sorprendente  de todo Japón, el único e inigualable Yokozawa Takafumi, el Mago Rojo, y su bella asistente, Kirishima Hiyori-presento una voz desconocida

Con esto, un hombre vestido de traje negro con una capa carmesí y sombrero de copa, salió al escenario acompañado de una hermosa niña de 10 años de vestido blanco, con un sombrero similar al del mayor. Ambos sonreían de oreja a oreja, recibiendo los fuertes aplausos de la multitud. Como primer acto, la niña se metió a una caja mágica en donde el mago fue introduciendo cuchillos, y con cada uno que enterraba, más sangre salía de ella. Pronto se empezaron a escuchar gritos de dolor tan desgarradores que aterrorizaban al público, seguidos de chorros de sangre que manchaban el escenario. Sin embargo, en ningún momento el mago se detuvo. Cuando hubo enterrado todos los cuchillos, se volvió hacia los espectadores y abrió la caja, revelando a la pequeña Hiyori con una gran sonrisa en su rostro, sin ninguna herida en su cuerpo.

Todos los presentes se conmocionaron y aplaudieron fuertemente de pie, un truco  cotidiano, pero con una pisca de terror y realismo en él. No era algo que se viera todos los días.

Los trucos que siguieron dejaron al público impresionado, cada acto estaba lleno de horror, eran demasiado macabros, y para finalizar, el hombre aseguro que podía hacer desaparecer a la gente, enviándolos a una dimensión desconocida ante el mundo.

-Para este acto necesito a dos voluntarios, ¿Quién se ofrece?-pregunto Yokozawa a los espectadores

-¡¡¡NOSOTROS!!!-grito Kisa desde su asiento, levantando la mano de Yukina

-Excelente-sonrió macabramente-Vengan aquí, Hiyori, ayúdalos

-¡Si!

-Kisa-san-le susurro el castaño-¿Estás seguro de esto? Ese hombre no parece de fiar

-Relájate Yukina, solo es un juego. Anda, vamos

Hiyori gui a ambos al escenario, donde los ubico justo en donde todo el público pudiera verlos: en el centro. Yokozawa se paró frente a ellos  y con unos movimientos de su mano, la pareja desapareció ante los ojos de todo el mundo.

-¡GUAU!

La gente inmediatamente comenzó a aplaudir impactada por tal acto, mientras el peli-azul y Hiyori daban inclinaciones en forma de agradecimiento, para luego salir del escenario embozando grandes sonrisas.

Cuando las ovaciones pararon,  el mismo hombre de la máscara de arlequín apareció frente al público repentinamente, sin que nadie supiera de donde había salido.

-Como último acto de la noche…les voy a contar una historia-sonrió escalofriantemente mientras todas las luces se apagaban y el reflector purpura lo iluminaba-Una vez, en las entrañas del infierno, un juez quemado por corrupto junto a su hija invalida, se encontró, un día de los tantos que había vagado en la oscuridad, con un hombre que llevaba los mismos años cumpliendo la misma condena-de pronto despareció en humo rojo, y su voz resonó tenebrosa en todo el lugar sin que nadie supiera de donde provenía-Ambos hombres al verse se enamoraron, aunque no puedo negar que el Juez Maldito hizo su lucha para hacer que el otro le confesara sus sentimientos, pero al final…lo logro.

-Sabes Onodera, eso me recuerda a ti-le murmuro Takano

 -¡¿AH?!

-Quizás, haya sido por el hecho de que ambos cargaban con dos pecados capitales o porque estaban destinados a encontrarse, pero jamás se había visto un amor tan grande como el de ellos

-Siento que eso es muy exagerado, ¿no lo crees, Tori?

-Yo creo que es demasiado irreal-cruzo los brazos con molestia

-Los amantes y la niña recorrieron su condena durante siglos que jamás se imaginarían, cargando con cadenas que les causaba mucho dolor, así que  un día….hicieron un trato demoniaco con el Maestro del Infierno. A cambio de dejarlos vagar con libertad en la tierra, ellos le entregarían todas las almas que pudieran conseguir cada noche que pasaran ahí-y ¡PAM!  Un escandaloso ruido sobresalto al público-Aceptaron-las luces volvieron a prenderse, y el hombre apareció nuevamente en el escenario-El Juez Maldito, quemado en su hogar por pecar de avaricia, El Príncipe Monstruo pecando de gula, muerto ante su propia mordida, y la Niña que Trae la Felicidad, quemada invalida junto a su padre, pecando de asesina y pereza, construyeron un circo que atrajera a los vivos hacia ellos, uno del cual nadie volvía a salir. Y adentro, la Familia Demoniaca sacio sus pecados que por mucho tiempo desearon saciar

  -JAJAJAJAJAJA-resonó la carcajada de un hombre entre el publico

Kirishima alzo la mirada para enfocar a un sujeto de cabellera negra, ojos felinos, y piel blanca reírse como “loco” ante su historia, mientras su acompañante  de cabello castaño trataba de hacerlo callar.

-¿Qué es lo que le causa tanta risa amigo?-le pregunto

-JAJAJAJAJA, lo siento, lo siento, pero….-se detuvo, limpiando sus lagrimitas de risa-¿El juez maldito? ¿el príncipe monstruo? ¡¿la niña que trae la felicidad? ¿EN SERIO?

-¿Acaso no cree la historia? Señor….?

-Takano. Y no, no la creo-respondió, cruzando los brazos con arrogancia-Si  quieren asustar a los niños pienso que deberían trabajar en su creatividad. Esa historia suena demasiado irrealista

-Takano-san, ¡Cállate!-lo reprendió Onodera, pero el mayor hizo caso omiso a sus palabras

-Además, creo que todo el mundo sabe que eso del infierno y los muertos entre nosotros tan solo son cuentos de hadas. Nada de eso existe

-Oh! ¿En serio?-su mirada se ensombreció, embozando una sonrisa macabra en su rostro

Repentinamente todas las luces se apagaron dejando el lugar en una total oscuridad, lo suficiente espesa para que la gente no pudiera ni verse a sí misma. Entonces, se escucharon rugidos tan desgarradores que provocaban dolor en los oídos del público, quienes inmediatamente corrieron hacia las salidas del circo. Terrible fue su sorpresa al descubrir que estaban selladas con muros de acero. La gente entro en pánico, sintiendo el miedo calar sus huesos y erizarles la piel, los rugidos de las bestias se detuvieron de pronto, y con eso, los gritos aterradores de las personas se encendieron, seguidos de chorros de sangre que salpicaban a los demás presentes. Todo el mundo se dispersó por el circo, tratando vanamente de salir…sin saber que del Circus Of Monster ya nadie saldría.

Takano y Ritsu corrían desesperadamente por los pasillos de los camarotes, siendo perseguidos por una de esas bestias que devoraban al público. Todo estaba demasiado oscuro, no podían ver nada lo cual provocaba que constantemente tropezaran con algún objeto desconocido y cayeran de bruces al suelo. Corrían a toda velocidad, sintiendo su capacidad corporal llegar cada vez más al límite. El sudor pelaba sus frentes, sus respiraciones eran jadeantes, y el pasillo parecía jamás terminarse.

-ha,ha,ha…Ta-Takano-san, ya-ya no puedo correr…mas-decía el castaño, deteniéndose para descansar

-Va-vamos…Onodera, tenemos que seguir

-Es inútil. No lograremos escapar

-¡Por supuesto que lo haremos! Yo no pienso morir aquí, y tampoco dejare que tú los hagas-exclamo con determinación

-Takano-san-susurro al borde del llanto-¿Qué está pasando? ¿Por qué nos persiguen?

-Cálmate Ritsu-se acercó para estrecharlo entre sus brazos-No sé qué sucede, pero te prometo que saldremos de aquí

-No quiero morir

-Y no lo permitiré

De pronto, una puerta a su derecha se abrió dejando salir la luz de una lámpara del interior. Esto sorprendió a ambos, ni siquiera sabían que había una puerta ahí, quizás no la habían visto por la oscuridad, pero a pesar de eso resultaba demasiado sospechoso que se abriera así de la nada. O al menos, así era como lo creía Takano. Él no podía evitar pensar que  esas personas del circo eran unos asesinos en serie, que lo único que deseaban era asesinarlos a  todos, pero…tampoco podía negar que la bestia de afuera no parecía un truco barato para asustarlos.

El peli-negro paseo su mirada por los alrededores, estudiando cada detalle de este. Era un camarote. Y por lo visto, el de una niña. Quizás, era el cuarto de la pequeña asistente del mago, ya que no había visto otra niña en el personal del circo.

-Takano, ¿crees que la niña este bien?

-Creo que está más que bien-“Ella debe estar con los que hicieron esto”

Justo en ese momento, un aire muy frio los golpeo, meciendo sus cabellos y dándoles un escalofrió que los recorrió por toda su espina dorsal. Ambos se volvieron hacia la entrada, donde apareció la pequeña asisten te del mago embozando una gran sonrisa en su rostro.

-¿Qué hacen aquí?-le pregunto Takano

-Esa debería ser mi línea-respondió Hiyori-¿Qué hacen ustedes en mi camarote?

-Bueno….-intento responder el castaño

-¡¿Qué “que” hacemos en tu camarote?!-grito el mayor-¿Acaso no sabes lo que está pasando afuera? ¡HAY UNA MASACRE! ¿Dónde…¡¿DONDE ESTA ESE MALDITO DE LA MASCARA DE ARLEQUIN? ¿EH?-la tomo de los hombros y la zarandeo bruscamente

-Takano-san, ¡Baka!-intento detenerlo, pero el peli-negro  lo ignoro y siguió lastimando a la niña

-¡NO! ¡ESTOY SEGURO QUE ESE MALDITO TIENE ALGO QUE VER CON ESTO! ANDA NIÑA, ¡HABLA!

Hiyori solo ensombreció su mirada, observando tristemente toda la historia de los amantes. Con el mas mínimo rose con su piel, era capaz de ver las memorias y recuerdos de cualquiera que aun siguiera vivo. Vio en ellos una gran frustración, un gran dolor que la deprimía. Así que, como buena persona que era, decidió ayudarlos a descansar de sus problemas.

 -Tranquilos-murmuro, sonriendo alegremente-Los ayudare a ser felices

-¡¿Qué?!

La pequeña se liberó de Takano, y extendió hacia los lados, mientras murmuraba palabras incomprensibles para los amantes. Entonces, de sus manos comenzó a salir una nube rosa que cubría lentamente toda la habitación, enterándolos a ambos dentro de ella.

-¿Qué estás haciendo? ¡DETENTE!

-¡Takano-san!

-¡Ritsu!

Pronto, los dos se vieron enterados bajo un espeso algodón de azúcar. Intentaron liberarse escavando, pero esos solo empeoraba las cosas.  Parecía que estaban enterrados en nieve.

-Ta-Takano-san…

-¡MALDICION! ¡Estamos atrapados!

-Takano, ¿Qué hacemos?

-¡…!

El peli-negro no sabía que decir, por más que removía el dulce, mas toneladas caían sobre ellos, y lo peor, era que ya se les estaba acabando el aire. Por alguna razón desconocida, no podían respirar. ¿Qué debían hacer= sentía que podían morir si se quedaban más tiempo ahí-“JODER, ¡Este dulce pesa como si…¡ALTO!”-abrió los ojos como platos-“Eso es”

-¡Devóralo!-le grito a Ritsu

-¿Qué?

-Solo es dulce Onodera, ¡Comételo! Es la única manera de salir

Con toda confianza, los dos dieron el primer bocado al algodón de azúcar, y continuaron hasta despejar su camino. Pero, entre más comían más cansados se sentían. Poco a poco, la frustración mental y física se disminuyó al punto de desaparecer, todo sentimiento de angustia y dolor se esfumo de sus corazones, al igual que el estrés con el que cargaban. Todo en ellos entro en paz, relajación, serenidad, cerrando lentamente los ojos se dejaron caer a un profundo sueño eterno del cual nunca volverían a despertar. Hiyori era una buena niña, tan buena que ayudaba al mundo a ser feliz. No podía eliminar el dolor, las angustias, el estrés, la frustración y los problemas de la vida, todo aquello que ella te causaba, pero si podía ayudar  a las personas a ser felices.

Cuando estuvo viva, sufría de lo mismo que los demás. Condenada a una silla de ruedas para siempre, y cuando murió…en un sueño del cual despertó en el infierno, se sintió tan dichosa al ver que sus problemas habían desaparecido. Podía caminar, no había dolor, no había angustia, no había estrés. Todo había sido borrado. Entonces, cuando se les permitió subir a la tierra, decidió que ayudaría a todos cuantos pudiera a alcanzar la felicidad. Los haría descansar y dejar el trabajo y los obstáculos para dormir, pecando así de pereza. Y al sumergirlos al sueño de la muerte, peco de asesina. Pero eso jamás lo aceptaría.

 Hizo un movimiento con su mano, y todo el algodón de azúcar desaparecido. Miro alegre los cuerpos “dormidos” de Ritsu y Takano,, había logrado su objetivo.

-Ahora han alcanzado la felicidad. Dormidos no podrán sufrir. Descansen, que el cielo los espera-dijo, para luego darse la vuelta y marcharse del lugar

 

La Niña que Trae la Felicidad.

Los algodones de azúcar que te harán dormir para siempre.

El veneno oculto en el dulce manjar de rosa.

La hija del Juez Maldito te hará olvidar todas tus penas.

Y tu…¿quieres alcanzar la felicidad?

-Jajajajajaja

 

 

 

¡CIRCUS OF MONSTER!


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