-¡Esto no puede estar pasando!- un chico peli azul gritaba desesperadamente mientras era arrastrado por una veloz corriente.
-¡Ya basta quiero despertar ¡! Nada de esto es real, esto es un sueño! Por favor díganme que estoy soñando.-Una chica de pelo negro lloraba de impotencia mientras su cuerpo era jalado bruscamente.
-¡Maldita sea, maldita sea; Esto no esta absorbiendo. Tenemos que regresar, nos necesitan…no podemos dejarlo así ¡- Gritaba un chico de pelo castaño lleno de impotencia.
- Por favor, chicos no se separen… recuerdo lo que dijo… el señor…Satoshi… esto…esto…-Un chico pelinegro trataba de hablar, mientras intentaba con todas sus fuerza no perder sus anteojos y la poca compostura que le quedaba.
-¡Tengo miedo, mama, papa hermano alguien sálveme por favor!- Gritaba a todo volumen una chica de largos cabellos rubios, que inútilmente agitabas los brazo en busca de quien aferrase.
-¿Que está pasando? Yo estoy… Que está pasando…- Un chico de pelo morado estaba muy aturdido al estar flotando dentro de un feroz remolino.
-¡Chico, chicos…todos aferrasen a alguien …no se separen… debemos estar juntos…- Grito a todo pulmón, a pesar del miedo, un chico de pelo celeste.
-¿Hermano no te alcanzo donde estas?- Una niña de pelo rojo estirando los brazos a ala nada con lagrimas en sus ojos.
-Oigan todo sin importar a donde vayamos debemos buscaron y reunirnos….no hablen con nadie y manténgase a salvo- Dijo el Chico pelinegro de gafas, con la poca fuerza que le quedaba ya que comenzó a perder el conocimiento.
-¡Qué diablos significa eso! ¡Qué demonios…- Trato de hablar el chico peli azul pero también perdió el conocimiento.
-Alguien sálveme- Dijo la chica rubia, al ver por ultima imagen al resto de los chicos ahora todos más cerca el uno que otro e intentando alcanzar alguno, sin lógralo.
-Debo hacer algo- Fue lo último que dijo un castaño antes de cerrar sus ojos con lagrimas y ver a lo lejos a todos dormidos y una extraña luz que se aproximaba.
Aomine Daiki, un joven de 17 años que se encuentra en su último año de bachillerato es de tez morena con ojos al igual que el pelo azules, con poco sentido de las responsabilidades cotidianas; reconocido como parte de la generación de los milagros y actual jugador estrella de la academia Too, con un talento natural para jugar basquetbol. De poco temperamento y paciencia limitada, que suele ser muy brusco para usar las palabras. Ahora se encontraba dormido en medio del sillón de la sala de su casa, sin que nadie lo regañara, ya que sus padres se fueron ayudar a su tío en otra ciudad quien comenzó su propio negocio. La única regla que le impusieron era no destruir nada y que es todo estuviera como cuando se fuero, le dejaría o mandarían dinero si era necesario solo les rogaba ser responsable. Aomine se comprometió y en la última semana más que un vaso roto y algo de desorden todo estaba en su lugar; Hasta ahora cuando su sueño fue perturbado por lo que pareció una caída de algún mueble o una ventana rompiéndose. Rápidamente se levanto y se dirigió hacia el su cuarto en el piso de arriba donde escucho que provino el ruido, se imagino que algún niño tal vez le rompió una ventana, cuando descubriera al culpable le obligaría a pagar todo o sus padre lo matarían.
Aomine se llevo una gran sorpresa a ver que definitivamente su cuarto estaba destrozado, se imagino que era una broma de pésimo gusto su cama está rota y parecía haber sido quemada, y su ventana estaba destruida en mil fragmente. Lo único que llego a ser era maldecir a mi lenguas al culpable, por que sin duda alguien era el responsable, alguien tratando de hacerle una broma le tuvo que a ver tirado algún tipo de cohete o petardo o ambas cosas, al peliazul no le importaba solo esperaba tener al culpable y estrangularlo y solo repetía en su mente que por su bien que sus revista no hayan sufrido ningún daño. Entre su desesperada búsqueda reviso la habitación de sus padres que para su alivio estaba intacta, luego escucho pasos en las escalera, sin duda comprendió que el culpable no solo seguía en la casa sino que trataba de huir. El moreno, no dudo a correr como si su vida dependiera de ello.
Para sorpresa de Daiki cuando logro ver a la persona responsable se encontró con un chico de aproximadamente 12 años de pelo azul y ropa extraña a quien no le veía la cara porque este, acababa de Salir de la casa de Aomine para correr sin rumbo hacia la calle. Daiki lo siguió gritando que se detuviera y maldiciendo con toda su alma, pero el chiquillo no frenaba y por eso no vio la bicicleta que venía al frente chocando y quedando inconsciente.
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Midorima shintaro un joven de 17 años, pelo y ojos verde, obsesionado con la suerte y ex jugador de la generación de los milagro y actual jugador de Shutoku. De personalidad tsundere y poco expresiva se encontraba cómodamente viajando en una carreta que arrastraba su compañero y dupla de juego Takao Kazunari quien a pesar de hablarle en todo momento, era ignorado por el peliverde.
-Shin-chan…Shin-chan …¡Shin-chan! No me ignores – Takao no dejaba de hablarle a Midorima mientras paladeaba a toda velocidad, aunque el sabia que el peliverde no le respondería buscaba hacerlo enojar, ya que siempre le parecía n divertidas la reacciones de Midorima- Shin-chan, shin-chan; shin-chan; Shin-chan.
-¡Ya te oí nanodayo! En vez de gritar sin razón apúrate para no llegar tarde- Finalmente Takao hizo enojar al peliverde quien siempre racionaba igual, para ambos esto formaba parte de su rutina diaria de camino al instituto. Quien más se divertía era Tako que se reía disimuladamente mientras seguía con su entretenimiento.
-Pero Shin-chan tu no me estabas escuchando…- Takao no pude decir nada más porque de pronto sintió como la carreta lo jalaba hacia a tras haciendo que volteara hacia está, logrando captara el preciso momento en que algo parecía caer sobre la carreta provocando que esta se destruyera y que el perdiera el equilibrio de la bicicleta cayendo al suelo.
El primero en reaccionar del aturdimiento fue Takao, que rápidamente se levanto del suelo y alejo de la bicicleta para acercarse en donde estaban los restos de la carreta y ver como se encontraba Midorima.
-¡Shin-cha está bien! Te hiciste…- Takao al acercase al peli verde se quedo mudo del asombro, en los brazo de Shintaro había un chico de pelo negro. Midorima quien también reacciono a lo sucedido le costaba creer lo que acababa de suceder pero dejo de lado todas sus dudas a ver el rostro de preocupación de Takao que también tenía claro matices de preocupación.
-Esto bien, pero este niño cayo…aunque me cueste creerlo cayó del cielo- Shintaro se esforzó en hablar más aun cuando ni el mismo entendía bien que pasaba.
-Shin-chan ¿enserio cayó del cielo? ¿Pero si no hay terrazas cercas?- Takao claramente no entendía como un niño aparecía de la nada y destrozaba una carreta, eso para el no tenia lógica alguna.
Antes que alguno pudiera mencionar otra palabra, notaron como el chico en brazo de Midorima empezaba a despertar volteándose y dejando ver su rostro a los presentes, que para sorpresa del Peli verde y el azabache era muy similar al de Shintaro.
-Este niño se…parece…a…ti-dijo Takao asombrado de las semejanza el niño la misma facciones que Shintaro solo que sin gafas y con pelo negro.
-Lose y no… se…significa...esto- Midorima quien no salía de su asombro no dejaba de observar cada detallo de niño entre sus brazo quien poco a poco reaccionaba completamente y de inmediato para desconcierto de los jóvenes, este se alejo rápidamente e intento salir corriendo.
-Espera ¿A dónde vas?- Takao quien noto las intenciones del menor intento frenarlo antes de que se fuera y seguirlo si era necesario, pero no hubo necesidad ya que el chico cayo inconsciente tan solo después de correr unos pasos.
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A Himuro le costaba procesar la situación hace solo 15 minutos estaba cerca de un parque esperando a que Atsushi saliera de la tienda a la que fue a comprar dulces, como este se tardaba bastante se fue a sentar en una de las bancas frente al pequeño lago del parque. No le preocupa Murasakibara porque sabía que el gigante lo encontraría sin problemas, si no fuera que la tienda estaba repleta de personas le habría hecho compañía en la fila. Y así sin más, Himuro fue a sentarse cómodamente hasta que noto como alguien pedía ayuda a gritos y para su sorpresa se trataba de una indefensa niña. Sin perder tiempo Himuro se lanzo al agua para salvarla lográndolo con mucho éxito, al llegar a la orilla fue ayudado por el peli violeta quien al ver la escena de lejos corrió hacia Himuro preocupado tirando todo lo que acababa de comprar.
Himuro al recomponerse un poco vio a la niña de cerca al parecer rondaba los 12 años y su pelo era negro brilloso, Por un momento abrió sus ojos que eran morado intenso y balbuceo unas palabras para volver a caer dormida.
-Otousan….