Capítulo 101
El avión finalmente aterrizó y recientemente había amanecido, nuestra problemática y elocuente pareja que parecía de los más incómoda ante la situación, y es que a fin de cuentas el azabache se las había arreglado para poder convencer de alguna manera a su rubio acompañante de cometer actos impuros dentro del baño del avión.
Se podía observar a un calmado y hasta sonriente azabache acompañado de un asustado y perturbable Uzumaki que deseaba que la tierra se lo tragara o que al menos nadie lo haya escuchado.
-Definitivamente han sido las mejores vacaciones de mi vida.
-¡Cállate!
-Vamos Dei no fue tan malo, aunque sinceramente no sabía que los baños de un avión fueran tan pequeñas.
-¡¿Tienes que recordarmelo?!
-Eso sin duda es digno de recordarse, no sabía que fueras tan flexible.
Eso ultimo lo dijo acercándose peligrosamente al oído del rubio, sintiendo después de eso un fuerte golpe en la cabeza que casi le podía hacer ver estrellas.
-¡Vuelve a decir eso y te juro que vete olvidando de eso que te cuelga entre las piernas!
Y justo al decirlo no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas debido a que había llamado la atención de la gente almenos que estaba cerca de ahí.
-Lo siento Dei, no te escuché ¿Qué me decias?
-¡Olvidalo idiota!
-Te amo Dei…
-¡No digas eso tan a la ligera!
-Sé que algún día me corresponderás…
El azabache siguió de cerca al Uzumaki hasta la salida y se detuvieron fuera del aeropuerto debido a que ahora debían pedir un taxi que los llevara a la residencia Uzumaki, en donde aceptaría su muerte como el hombre que era, porque después de todo Deidara lo valía (sigo diciendo que es un masoquista).
Apenas era mediodía cuando ambos se encontraban por fin en el patio de la residencia de sus padres, Deidara estaba deseando que Kami tuviese piedad de su alma e Itachi… Bueno, Itachi estaba ahí aceptando su muerte con una sonrisa. El rubio tocó la puerta e inmediatamente los recibió un pelirrojo con el cabello desordenado que se sorprendió de ver a su hijo ahí presente.
-¡Dei! ¡Tu… Maldito Uchiha!
Fulminó con la mirada a su acompañante que no era nadie más ni nadie menos que Itachi Uchiha.
-Tranquilo suegro… está sano y salvo, no tiene por qué matarme cuando le entrego a su hijo en perfectas condiciones…
-¿Su-suegro?
Era lo único que podía repetir el pelirrojo, pero ni tardo ni perezoso salió un rubio que parecía incluso más molesto que este…
-¡¿Dónde estaban?! ¡¿Qué te atreviste a hacerle imbécil?!
-Cálmese señor Minato, Dei estuvo muy bien (lo que le sigue de bien) y le aseguro que puede confiar en mí…
-No me pidas que confíe en ti, y tu Deidara ¿Cómo se te ocurre no ponerte en contacto con nosotros?
-Yo…
-Escuchen, Dei no tiene la culpa, yo lo forcé a ir conmigo en mis locos viajes…
Dijo el Uchiha lo que claramente era mentira pero era capaz de hasta encubrir al rubio que parecía bastante nervioso y que le miró con sorpresa tomando toda la culpa de lo que había acontecido en los días anteriores.
-Sé que no debí hacer esto pero quería tratar de convencer a Dei de que soy el mejor partido para él y quiero ser merecedor de su cariño si es que el me permitiera ser sí pareja…
Este teatro ya se estaba prolongando bastante, la habladuría del azabache sin duda sonaba convincente, tanto que hasta Minato estaba relajando su humor, pues al parecer no le venía nada bien a su embarazo que este estuviese con su humor de perros siempre que veía a un Uchiha o escuchaba hablar de alguno de ellos.
-Solo espero que la próxima vez no seas tan exagerado de secuestrar a mi hijo de esa manera, porque sino ten por seguro que La próxima vez no te va a ir tan bien Uchiha.
-Lo entiendo señor Minato, en todo caso nos veremos mañana en la celebración del cumpleaños de Asahi.
-Ah, sí, Dile a Mikoto que no se preocupe por la ayuda, no queremos molestarle.
-Esta bien, entonces me retiro, busnas noches Dei, señores Uzumaki…
Cuando el azabache se marchó la pareja miró al rubio quien inmediatamente se tensó y se puso nervioso, podrían jurar que de haber sido un gato, estaría con todo el pelo encrespado y buscando un lugar al cual huir.
-No creas que nos hemos olvidado de este “pequeño” asunto.
-Ya les dijo que no pasó nada, sólo trató de sacarme información sobre mi vida privada.
-¿Tan insistente es ese Uchiha? ¿Y entonces por qué esa vez que fuimos por ti y caminabas raro?
-El idiota de Itachi hizo que practicara senderismo con él y terminé cayendo ppt una pendiente…
Esa mentira le había salido tan natural que hasta el mismisimo rubio padre de los desconfiados se la tragara después de preguntar tres veces y recibir la misma version por parte de su hijo. Nagato igualmente celebró que su hijo mayor siguiera igual de puro e inmaculado que como lo había visto por ultima vez. Haciéndome llegar a la conclusión de que los cabezas de familia o eran distraidos de primera o cortos de memoria...
-En ese caso sube a darte un baño y descansa un rato, en un momento acompañarás a Nagato para comorar decoraciones para le fiesta de Asahi.
-Esta bien.
Y así pasó el rubio antes de ir al baño a asearse pasó por las habitaciones de sus hermanos, la de Naruto estaba vacía y Gaara seguía en la suya con su pequeño, como siempre ajeno a las discusiones de abajo.
-Dei, me alegro que pudieras llegar a tiempo ¿Cómo te fue?
Preguntó como si no fuera claro que Dei parecí sumamente estrezado.
-Bien, pero quiero que me hagas un favor, ni podré confiar en nadie mas que tu.
-Esta bien ¿Qué necesitas?
Preguntó sin duda curioso, pues no todos los días Dei necesitaba favores de los demás.
-Necesito que nos acompañes a papá y a mi cuando vayamos por las cosas de mañana.
-¿Por qué o para qué?
-Necesito que me consigas algunas cosas mientras yo estoy con él, sabes que no me dejará solo ahora que regresé de mis “vacaciones” y no parará de preguntarme detalladamente sobre a dónde fui llevado y qué estuve haciendo ¿Me entiendes?
-Esta bien ¿Y qué clase de cosas necesitas?
-Pues…
CONTINUARÁ...