-Eres rápido para planear todo.
-Querrás decir eficiente.
-¿Cómo se tomaran esos tres el hecho de que de la nada hemos llegado a vivir a donde ellos? ¿No nos tomarán como unos acosadores?
-En el amor todo se vale Sasuke, incluso el acoso y hasta el secuestro…
-¿Acaso eres idiota? El secuestro no cuenta como amor si solo vas a terminar abusando sexualmente de ellos.
-Está bien, no todo se puede en el amor ¿Y qué piensas hacer con “tu chica”?
-Todo lo que haría cualquier tipo normal, la invitaré a salir apenas la encuentre.
-Pero lo que hace un sujeto normal, primero tendrías que hacer una buena amistad…
-Está bien, yo quiero ir correctamente con Naruko, no la forzaré y dejaré que venga por sí sola a mí.
-Suena razonable, te deseo mucha suerte…
Sasuke salió de la habitación para dirigirse a la propia y poder mandarle un mensaje de texto a la “chica” rubia, rió al ver su bandeja, esa chica nunca le contestaba, incluso estaba dudando en que si ese era efectivamente su número de teléfono real, no le quedaba más que confiar y reírse de sí mismo con lo patético que se podía ver ahí esperando una respuesta que jamás llegaría.
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Deidara se había comenzado a preocupar por su pequeño hermano, sus cambios de actitud habían empeorado cada vez más con su familia, cada vez que se tocaba el tema de un bebé en casa el pelirrojo se ponía terriblemente serio y enojado, su actitud calmada y sonriente moría cada día, tanto era que en la escuela Naruto se había dado cuenta de que Gaara no estaba por ahí con sus amigos y él, ya no salía a pasear con Kushina y Tsunade, o ya no hablaba con el abuelo Jiraya y evitaba dar la cara a Minato, con el único que conservaba su actitud amable era con Deidara, lo que a Naruto le daba algo en qué sospechar, ya que será distraído, pero el rubio no era ningún idiota, sólo esperaría el momento para poder enfrentar a sus dos hermanos.
En cambio, resto de la familia tomaba el repentino cambio de humor de Gaara como algo normal, Minato asumía que su pequeño había alcanzado el nivel de madurez que él tenía a esa edad y ahora si se enfocaba en sus estudios, cosa que pensaba ya era hora, Kushina tampoco le daba mucha importancia al asunto, estaba orgullosa de su hijo y que fuera mejorando poco a poco, aunque en ciertas ocasiones si le inquietaba un poco lo fría que podía portarse con su abuela, pero Tsunade también podía ser muy severa en cuanto a la formación de sus nietos. Jiraya estaba tan metido en sus asuntos que simplemente no le tomaba mucho en cuenta, aunque disfrutaba más a ese chiquillo con su actitud seria, simplemente era un alboroto menos en la casa, ahora solo faltaban Deidara y Naruto por dejar de pelear por tonterías.
El tiempo parecía volverse más rápido en cuanto a la espera del viaje y Gaara debía comenzar a empacar porque se marchaba en tan solo tres días, estaba algo preocupado que simplemente se desahogaba con su hermano mayor y cómplice: Deidara.
-¿Y si me pasa algo en el avión? Será un viaje muy largo y sabes que odio estar quieto mucho tiempo.
-No te arrepientas ahora, aunque no suena tan mal hablar con nuestros padres.
-¿Qué? Está bien, solo asegúrate de no decirle nada a nuestros padres.
-Ya sé, aunque ha sido muy difícil tener que empacar todas esas cosas para cuidar a tu pequeño
-No seas ruidoso.
-Oye, al propósito, te he comprado un regalo…
-¿Qué? No era necesario…
-¡Sorpresa!, ya que esa barriga crecerá más que la de un oso en invierno, asumí que las necesitarías para tener espacio para esa barriga…
Deidara le obsequio unas camisetas de maternidad, una de color rosa, otra verde, una azul, amarilla, todas con tirantes de listón de los colores característicos y un gran camisón blanco que almenos le llegaría hasta las rodillas…
-Enserio, no era necesario… ¿Cómo te atreviste?
-Pues no fue fácil, regresaba de la uni cuando me encontré con Naruto, fue muy difícil deshacerme de él para poder comprarlas…
-¿Y cuánto tiempo llevas con ellas?
-Dos semanas, lo que dice que ya no puedo devolverlas, la fecha para poder hacerlo fue hace una semana, así que tendrás que usarlas, no sabes cuánto desearía verte con eso puesto, apuesto a que te verías demasiado lindo…
-¿Y Naruto no te siguió?
-No, le dije unas cosas que me hicieron sentir avergonzado para que decidiera no acompañarme y dudo mucho que almenos quisiera seguirme… Le dije que iba a comprar condones, ya sabes que porque ya estoy mayorcito y puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo y puedo andar con quien yo quiera, que para eso era la universidad, así que aprécialo, es un sacrificio que estoy haciendo por ti…
-Está bien… ¿Pero enserio para eso es la universidad?
-¿Qué? ¿Cómo crees? Si fuera para eso tú te habrías esperado…
-Deja de bromear con eso por favor, suficiente tengo con los mareos que me hace sentir y las noches que no deja de mandarme al vomitar al baño…
-Está bien, pero cuando vuelvas quiero que hables con nuestros padres, con los abuelos y por supuesto con Naruto, sabes que nunca nos hemos guardado secretos entre nosotros, así que no esperes que se lo tome muy bien cuando vuelvas.
-Apenas me voy y tú ya me estas asignando tareas para cuando vuelva.
-Es solo que no me siento muy bien mintiéndole y ocultándole las cosas, él confía en nosotros con sus cosas.
-Pero no todo se le puede decir, por cómo es querrá hacer todo un escándalo, por eso Naruto no debe saber nada de esto.
-¿Decirme que?
-Na-Naruto…
Dijeron ambos chicos al unísono al ver al rubio entrando a la habitación y sorprendiendo a sus hermanos en medio de una plática secreta que era más que obvio que no querían que se enterara.
-No es nada, solo unos problemas…
-Nada, pero mencionaron mi nombre, por lo que quiero saberlo todo, hay algo que no quieren decirme, lo he notado desde hace unas semanas y he querido hablarles sobre eso desde hace tiempo, y les advierto que no me iré de aquí sin recibir respuestas.
-Está bien Naruto, pero antes de que lo sepas quiero decirte que no tienes que entrar en pánico, ponerte colérico y sobre todo, SOBRE TODO no debes decírselo a nuestros abuelos ni a nuestros padres.
-¡Deidara, lo prometiste!
-Pero no soy mentiroso, así que no hay de otra… Naruto, Gaara…
Deidara miró a Gaara, quien lo miraba con tristeza y un poco de decepción, algo que no podía aguantar, algo que le convertiría en un gran mentiroso.
-Gaara prometió que me presentará a un chico de Suna…
CONTINUARÁ…