n la casa Uchiha había un ambiente bastante incómodo, pues la visita de Obito había sido una sorpresa bastante grande hasta para el pelirrojo con quien había estado liado desde hacía bastante tiempo ya, y solo cruzando un total de hirientes palabras que terminaban en un complejo proceso de ignorar al otro, pues nada puede salir bien cuando se tiene amigos en común y ninguno da su brazo a torcer ante sus comentarios.
-Oye Itachi ¿qué tal va tu relación con Dei? Parece que por fin te está tratando como el princesito Uchiha merece.
-Sigue queriendo... Es la fiera más sarcástica y sensual del mundo... Por él me he dejado de todo, si tan solo lo vieras desnudo.
Dijo metiéndose en su ensoñación y haciendo sentir incómodo al azabache pues en la actualidad nadie creía que el azabache hubiese tenido la oportunidad de verle tan siquiera un hombro desnudo, pero todo el mundo le dejaba ser y se dedicaban a darle por su lado, Sasori en cambio se limitaba a guardar silencio, pues a pesar de que habían hablado la noche en la que el mayor había llegado, frente a todos sus amigos aún debían mantener una relación en donde parecían simples extraños, y sobre todo desagradables el uno para el otro, aumentando de esa manera la tensión que todos sentían en el ambiente.
-Bien, debo irme
Dijo Itachi saliendo de aquella sofocante habitación, siendo seguido por el resto hasta dejarles en un incómodo silencio.
-¿Cuánto tiempo te quedarás?
-Es más mi casa que tuya, así que eso no te importa.
-Pero aún así es incómodo que llegues sin avisar.
-Lo dices como si no hubieses estado ignorando me todo el tiempo desde que me fui... Descuida, solo vine por un par de días, me marcharé apenas termine mis asuntos.
-Esta bien.
El pelirrojo se quedó en silencio viendo al azabache salir de la habitación, sentándose mientras soltaba un sonoro suspiro, a veces el azabache lo irritaba bastante.
Con Itachi.
El Uchiha estaba bastante distraído ese día, el rubio se había ofrecido a ser el que lo visitara esa tarde, pues a Minato lo habían dado de alta y no quería que hicieran tanto escándalo, Sai llevaba algunos días sin pisar la vivienda pero no era algo que le interesada meramente, pues se había ido con Orochimaru y Kabuto, pues continuaba con unas lecciones en cuanto a saber cuidar bebés se trataba, pues tenía un hijo y quería darle una buena batalla al pelirrojo quien no sabía ni limpiar un biberón o algo así había dicho.
Salió de su ensoñación al escuchar una malhumorada voz que parecía cada vez más a su pareja.
-¿Es acaso la voz de un ángel?
-No idiota, soy yo.
-Por un momento creí que podría ser romántico contigo.
Bufó haciendo reír al menor quien se acercó a besar su mejilla.
-¿Estoy soñando? Me has besado sin que yo te obligara ...
-No me hagas arrepentirme... ¿Cómo estás? Pareces distraído.
-Descuida, todo está bien, el problema es con otros chicos problemáticos dentro de casa.
-¿Sasori y Obito otra vez?
-Exacto, aunque parezca que todos tratamos de ignorar el problema éste no hace más que seguirnos a todos lados, había pensado en este verano poder ir todos a pasar un agradable tiempo, pero mientras ellos sigan peleando como desconocidos no se va a poder convivir con ellos en ningún lugar.
-¿Y no han pensado en simplemente que todos pueden hablar con ellos al mismo tiempo? Supongo que saben por qué pelean ¿no?
-Creo tener una idea, algo sobre que Obito quiere tener una relación con Sasori, pero él está prendado de tu hermano... Pero... encontré algo muy interesante.
Dijo sacando una hoja de papel arrugado de su bolsillo trasero y entregándolo al rubio quien lo revisaba bastante confundido.
-Por eso agradezco que hayas venido, necesitaba hablar de esto con alguien, eres una de las únicas personas sensatas que conozco y quería una segunda opinión sobre esto... lo encontré sacando la basura hace dos días.
-¿revisas la basura de tu casa? Que asco...
-Concentremonos ¿Quieres? Esto es lo importante... ¿ya llegaste a esa parte?
Preguntó serio el azabache haciendo a Deidara volver su mirada al papel, leyendo tan rápido como podía, abriendo los ojos a medida que avanzaba en su lectura.
-¿Qué tan legítimo es este documento?
Preguntó una vez terminó de leer, era sin duda una sorpresa.
-Eso es lo que quiero saber, y quiero que esta cita la ocupemos para ir a buscar a ese doctorsucho y pedirle que pueda legitimar este documento y para conseguir una explicación que pueda ayudarnos a resolver este conflicto de una vez por todas.
Comentó Itachi quitando el papel de las manos de su novio y rodear le por sobre los hombros.
-Entonces ¿Vienes?
-Está bien... Sólo porque esto de alguna involucra a Gaara.
-Bien, y de regreso te Llevaré a un lugar lindo a cenar.
El rubio Sonrió y ambos se marcharon de la vivienda Uchiha, en búsqueda del doctor que podría explicar la condición de Sasori y quizás poder tener tranquilos a los dos conflictivos para poder marcharse de una vez por todas a sus tan ansiadas vacaciones y poder secuestrar a su lindo novio y robarle unos cuantos besos.
Con Sai
El azabache no se encontraba en una mejor situación, pues de todos los lugares que pudo haber elegido su primo, había elegido su habitación y a él para desquitar sus frustraciones.
-¿Quisieras calmarte ya y dejarme en paz?
-Por favor Sai, tu lo sabes mejor que nadie, la razón de por qué he venido aquí...
-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué te felicite? Aún tienes que convencer a ese pelirrojo para que acepte siquiera esa estúpida idea tuya.
-Me esforcé mucho, y no me iré hasta que al menos lo sepa, y nadie dijo que iba a decirlo directamente. Esperaré a mañana por la noche durante la cena, así que espero que todos estén reunidos, es mi paso adelante...
-Vaya, has madurado en estos meses... por cierto... felicidades por tu compromiso.
CONTINUARÁ...