Flash Back
Desde que tenía memoria, la escuela primaria de Suna había sido pequeña y con muy poco alumnos, entre ellos destacaba un peculiar azabache con bastante facilidad para hacer amigos, era conocido como Obito Uchiha, y siempre estaba rodeado de niños y niñas quienes le seguían por su característico buen humor y porque parecía tan diferente a todos ahi, pues el famoso Uchiha había llegado desde Konoha, y por alguna razón el único que no se le acercaba era un pelirrojo bajito al que siempre señalaban por ser solitario, serio y grosero.
Pero para Obito quién le había estado observando desde su primer receso en esa escuela le parecía además de lindo, algo reservado, pues conocía a su primo Sasuke que también parecía que odiaba al mundo y el mundo lo odiaba a él por ese parecido a una niña.
-¡Hola! ¿Quieres jugar? Nos falta uno y...
-No gracias, no sé jugar...
Dijo evitando la charla y dedicarse a mirar al suelo mientras comía.
-Soy Obito Uchiha...
-Sasori...
-Bueno, al menos ahora sé que no me odias, bueno... si no juegas... ¿Qué te gusta hacer?
-Deberes...
-En verdad te hace falta un amigo...
Se quedó sentado a su lado mientras veía a los niños que habían iniciado el juego sin ellos, cosa a la que no le dio más importancia.
Y así siguieron con esa peculiar amistad en donde poco a poco y con anécdotas de sus vidas comenzaban a llevarse mejor, el pelirrojo era cada vez más abierto con él, aunque fuese mayor.
-¡Sasori! Hoy no estarán mis padres hasta la tarde... y me olvidé de las llaves de mi casa... ¿puedo ir a la tuya?
Preguntó llevándose una sorpresiva cara del pelirrojo, pues nunca en su vida había llevado a alguien a su casa, sabiendo los problemas que había nunca había tenido ese interés. Y claro que el azabache también había mentido, pues era un niño privilegiado y no necesitaba llaves para entrar, siempre había gente esperándolo en casa y a la que avisó que llegaría más tarde por ir a visitar a un amigo, el diablillo tenía todo muy bien planeado.
Y ahí estaban... No sabía cómo había logrado convencerlo pero la enorme casa del pelirrojo era diferente a como la había esperado, era inmensa. Pero al entrar no pudo evitar notar algo de nervios en su amigo.
-¿Pasa algo?
Preguntó a lo que Sasori le miró serio.
-No... Nada... BuenoBueno, mis padres se están separando, así que no les prestes mucha atención. Vamos a ir directo a mi cuarto.
Dijo simplemente haciendo sentir un poco incómodo al azabache, pero ya estaba ahí y no iba a retractarse de visitar a su amigo, y a su pequeño primer amor, pues últimamente comenzaba a sentirse bastante extraño hasta que su propia nana le había dicho que eso era una señal de estar enamorado, y no pensaba contradecir la, iba pensando en ello hasta que se toparon con una mujer de avanzada edad a la que su amigo le llamó "abuela".
-Sasori... Buenas tardes.
Dijo sería al notar el azabache.
-Hola, soy Obito Uchiha... Amigo de Sasori... mucho gusto abuela de Sasori.
La mujer le observó detenidamente y procedió a preguntar.
-¿Acaso eres un varón?
-Eh... si... Mi examen fue hace un par de semanas...
La mujer le miró y después a su nieto con algo de desaprobación, no diciendo nada más y dejándoles marcharse.
-Tu familia es algo rara.
-Lo siento...
-Descuida, no hay problema... Pero ¿por qué me preguntó si era un varón? ¿Qué problema hay si soy un doncel?
-A mi abuela le desagradan los donceles, aquí en Suna de hecho debiste notar ya que hay muchos de ellos... Y en la familia heredan las empresas a sus hijos, con la única condición de que sean varones.
-Bueno... pero he sabido que las mujeres no pueden dar a luz a donceles ¿No crees que deberías dejar de preocuparte demasiado por eso?
-Esa es la cuestión... Ella no es mi mamá, es la segunda esposa de mi padre, mi padre es un doncel.
Todo eso resultaba bastante difícil de comprender para el azabache, quien después de algunas palabras de aliento y tratando de darle algo de confianza continuaron con su itinerario de actividades y juegos, en donde parecieron disfrutarlo ambos hasta que el tema de la familia volvió debido a una visita de su abuela quien además de decirle que era tarde, exhortaba al azabache a irse.
-¿Puedo preguntarte una cosa más?
-Claro...
-¿Tus padres te dejarán venir alguna vez a mi casa?
-Mi tutela la tiene mi abuela, ella es quien decide... LeLe preguntaré.
-A decir verdad... La verdadera pregunta es si te llevas bien con ella.
Dijo agachado un poco la mirada avergonzado, no queriendo inmiscuirse más en los asunto de su familia.
-No... Me cuida desde que mi padre se divorció por primera vez, por ordenes de ella no estuve en su segunda boda, de hecho... Yo soy la causa por la que se divorcian... yo y una amante embarazada... por eso te hice atravesar la casa por el patio trasero... Ellos viven en la mansión principal y yo no tengo permitido ir ahí ... hasta que sepan si soy un varón o un doncel me dejarán volver a estar con él y aprender.
El azabache se molestó por unos instantes pero no pudo hacer nada, fue entonces que después de otra charla se dispuso a regresar a casa en medio de pensamientos que le daban a entender que él sería bastante importante para que su amigo pudiera mejorar su vida y de paso pudiera confesarle sus sentimientos... IbaIba a ser complicado pero debía intentarlo.
Regresó sin mayor problema a su casa en donde fue recibido por su padre quien le Saludó y preguntó en donde había estado.
-Padre... ¿Tu conoces a los padres de Sasori?
-Si, pero son personas algo reservadas, y a decir verdad, no sabía que tenía un hijo hasta que me dijiste sobre él ¿por qué la pregunta?
-No es nada... Creo que me gusta...
Continuará...