-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-Con los Uchiha-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
-Todo está listo ¿Podemos irnos ya?
-No estoy seguro Itachi, tengo un mal presentimiento.
-¿Mal presentimiento?
-Siento que si perdemos este día no los volveremos a ver en un largo tiempo.
-Siempre tan intuitivo como siempre, pero para empezar ni siquiera sabemos en dónde viven, Konoha no será grande, pero quiero irme a lo seguro y conseguir su dirección primero.
-¿Y por qué tanto interés en visitar a Orochimaru-san?
-Pues, no es que me guste el chisme, pero quiero enterarme de todo lo que le ha pasado.
Sasuke no dijo nada más, rodó los ojos, suspiró profundo y ambos se pusieron en marcha, la casa de Orochimaru quedaba algo cerca de donde estaban, solo debían caminar dos calles a la derecha, otras dos a la izquierda y tres calles más sin tomar desviaciones para poder llegar cruzando por Narnia y frente a mi casa (bueno, la casa de mi novio y mía… ok no XD)… la sorpresa que se llevaron los Uchiha fue grande, la casa de Orochimaru estaba en todo su esplendor, la casa estaba perfectamente pintada en color blanco, las tejas totalmente bien puestas y limpias, por primera vez vieron que en el patio de enfrente podía crecer ahí, había pasto perfectamente cortado y varias flores de colores, todo indicaba que la vida de ese hombre al que casi consideraban como un padre (porque era mucho mayor que esos dos azabaches)había cambiado casi de noche a la mañana, algo que asustaba a esos dos ¿Y si se habían equivocado de casa?
-Itachi ¿Esta es la dirección correcta?
-Sí, me dijo que seguía viviendo en la misma casa desde hace años.
-Pero esta no se parece a la casa de todos los años ¿Dónde está su casa de indigente?
-Bueno Sasuke, todos tienen el derecho de cambiar su vida, y Orochimaru no es la excepción, ahora señorito hazme el favor de tocar el timbre.
-¿Y qué pasa si me pasa lo de la vez pasada?
-No creo que su nueva vida le haya permitido dejar el timbre con esa falla, ya no serás electrocutado, espero.
-Mejor toca tú, no desconfió, pero tampoco estoy muy seguro…
-Y aquí es cuando me arrepiento de no haber obligado a Sai de venir…
Itachi acercó dudosamente su mano hacia el pequeño botón color gris, y de este se escuchó el tono característico de este, Itachi estaba sorprendido, este funcionaba perfectamente, se relajaron un poco y su sorpresa incluso aumentó cuando vieron salir por la puerta principal a un chico peliblanco muy serio de ojos negros que usaba unos delgados lentes totalmente redondos, de facciones finas y serenas, era un chico joven de apariencia, y lo más escandaloso de su apariencia es que este lucía una enorme barriga tan redonda como la luna.
-¿Puedo ayudarles en algo?
Los Uchiha seguían mirándolo de una manera que el propio desconocido hubiera calificado como “descortés”
-B-buscamos a Orochimaru-san, pero creo que nos hemos equivocado de casa…
Dijo Itachi nervioso sin apartar la mirada del vientre del desconocido y al notar eso, el peliblanco fruncía un poco el ceño, esos azabaches eran enserio irrespetuosos…
-Orochimaru, le llamaré, esperen.
Este volteó su mirada al interior de la casa y gritó tan fuerte como podía…
-Orochimaru-san, te buscan en la puerta…
El hombre de cabello negro se acercó al peliblanco y le acaricio la barriga, inmediatamente su vista se fijó en los azabaches que seguían mirándolos totalmente confundidos, sorprendidos y buscando explicaciones en el hombre…
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Deidara se encontraba un poco pensativo ¿Habrá hecho lo correcto al mentir de manera tan descarada a su hermano? Comenzaba a arrepentirse de haber abierto la boca en protección de su hermanito, ahora Naruto se la pasaba alrededor de él con cualquier comentario indecoroso a cualquier hora, durante la mañana, en el desayuno, comida y cena, sin importarle que sus padres y abuelos estuvieran ahí, ahora él había perdido toda la inocencia a vista de sus familiares, ahora era como ver a un precoz caliente a sus diecisiete años, algo que preocupaba a Kushina y no le sentaba para nada a Minato, quien siempre de las arreglaba para poder dar unas cuantas lecciones de sexualidad a su hijo, no quería verlo cometiendo errores, era demasiado joven para tener ese tipo de intereses, sobre todo porque no faltaba algún patán que quisiera una cita con su hijo, y ese era otro problema de dos palabras: Hatake Kakashi.
Ese peligrís había estado pretendiendo a Deidara casi desde que llegaron, el hombre estaba de visita casi cada fin de semana y nunca faltaba a comer con la familia, sin importar qué tan molesto era para Minato y cuan furioso se ponía Deidara tan solo con mencionar, oír o pensar en ese nombre, en cambio, Kushina parecía mirar al mayor con buenos ojos, era un hombre gracioso, caballeroso y hasta un poco infantil y aventurero, pero ella pensaba que tal vez esa clase de hombres le caerían muy bien a Deidara, y para poder empeorar la cosa, Kakashi siempre llevaba consigo unas cuantas botellas de Sake que hacía que tanto Tsunade como Jiraiya lo adoraran, era simplemente el lambiscón más inteligente que había pisado la casa de los Uzumaki para pretender a un hijo de la familia…
-Así que tú quieres tirarte a mi hermano…
-¡NARUTO!
-No solo quiero eso, quiero llevar las cosas con calma, quiero que me ame, que se case conmigo y yo con mucho gusto besaré el suelo por donde camine…
-(Lo que me faltaba: otro con el complejo “Uchiha”)
Era lo que pensaba Deidara con una total frustración y ganas de echar al peligrís patadas de la casa de sus abuelos y con mucho gusto en ese momento podría alcanzar el avión y acompañar a Gaara en su viaje…
-Miren la hora, señor Kakashi, no es por ser irrespetuoso, pero los chicos aun manejan un horario estricto para ir a hacer sus tareas y...
-Por favor Minato, llámeme solo Kakashi, no soy casado, a menos de que quiera entregarme la mano de su hijo en matrimonio, en ese caso llámeme señor.
-Hágame el favor de retirarse ya…
-Bien, entonces nos veremos la próxima semana, hasta entonces, Dei-chan
-¡LÁRGUESE DE UNA VEZ!
Algo había muy claro y era que Deidara traería unos cuantos problemas para Minato, tantos que incluso este pensaba en no volver a dejar que su hijo saliera de casa, no sin cubrirse de la cabeza a los pies como una mujer musulmana.
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-Veníamos por ti…
-¿Por mí?
-Saldremos a una noche de chicos y quien mejor para celebrar con nosotros nuestra llegada que nuestro segundo padre…
-Eso suena genial pero…
El peliblanco serio carraspeó llamando la atención de los tres azabaches…
-Sí, tengo unas cuantas cosas de las cuales ocuparme…
El peliblanco se acercó para ser abrazado por los hombros del azabache…
-Al propósito, él es mi pareja, Namikaze Kabuto…
CONTINUARÁ…