-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-Flash Back-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Era un día común y corriente de otoño, las cosas que habían pasado entre Minato a la reducida edad de 15 años y su pareja de notables 27 habían sido simplemente algo apresuradas, debido a que a pesar de ser tan joven, Minato había quedado embarazado de Nagato, un asistente de una pequeña empresa y pareja secreta del rubio, apenas llevaba un mes y había hablado de manera seria ante el pelirrojo, quien al principio había dudado un poco debido a los antecedentes de su padre, sabia por excelencia que este era un hombre severo y perdía la cabeza a la primer inconformidad relacionada con su familia o alguna deuda que pudiera tener, era el típico caso de “nadie le dice nada a mis hijos o esposa porque te mato” pero debido a la insistencia que había tenido Minato con él accedió a dar las inesperadas nuevas a la familia Namikaze, esperando que almenos pudiera dejarle con vida para poder darle todo lo que había prometido a su futura familia.
-Nagato-san, he estado pensando en que tal vez no sea el momento de hablarlo con mis padres.
-Me convenciste para hacerlo, no hagas que esas botellas de vino y esos cigarrillos que he consumido para darme valor hayan sido en vano.
-Que gracioso, está bien, es solo que estoy nervioso de que conozcas a mis padres en estas situaciones tan incómodas, ni siquiera saben que llevamos un año saliendo y de repente te presento diciendo que eres mi novio y que además estoy embarazado de un mes.
-Minato, a veces asi de loca suena la verdad, pero tampoco puedo dejarte solo, ese bebé es mío y me hare responsable y sacaré adelante a esta familia.
-Gracias Nagato-san, aunque también lo lamento, debimos tener más cuidado.
-No lo lamentes ahora, era de esperarse con nuestros descuidos y sabiendo que eres un doncel era más que predecible, y si a ti no te importa estar con un viejo a mí no me importará lo que digan tus padres.
-Eres todo un rebelde Nagato…
La pareja sonrió mientras se encontraban en un pequeño parque, en donde se habían conocido por casualidad en un día lluvioso. Nagato tenía que llegar a una importante reunión pero la lluvia y la falta de paraguas se lo impedían, justo después había llegado Minato con el necesitado objeto, el rubio miraba al impaciente pelirrojo mirando una y otra vez su reloj, por lo que se le acercó con mucha curiosidad y terminó por prestarle su sombrilla y regresando totalmente mojado a casa con la excusa de que lo había olvidado en la escuela y que al día siguiente lo recuperaría, además de que era en parte verdad porque el pelirrojo acordó esperarlo en ese lugar para devolvérselo, comenzando así una atracción mutua y secreta que terminó por ser origen de ese pequeño milagro del amor.
En casa estaban todos reunidos, la visita de Nagato era un poco incómoda para los adultos, no sabían qué hacia ese desconocido en casa y el asunto empeoró cuando le soltaron la noticia de su relación, y todo se fue al caño al momento en que Minato confesó su embarazo, pensaban que sólo le castigarían encerrándolo lejos de Nagato, pero nunca esperaron que Jiraiya tuviera las agallas para echarlo de casa, arrojó unas maletas desde la puerta y la cerró con una fuerza sobrehumana. La noche era lluviosa y Ambos tuvieron que correr de refugio en refugio hasta llegar a casa del pelirrojo que era un reducido apartamento.
-Espero y sea suficiente, pero ser un simple asistente no me deja hacer mucho para mantenernos a mi familia y a mí.
-¿Familia? ¿Tienes una familia?
-Sí, pero no es lo que crees, así que cálmate, a mi hermana le agradarás mucho.
Decía el pelirrojo rebuscando en sus bolsillos encontrando un simple llave para abrir el apartamento, y a la primera persona que vio dentro de la casa fue a una pelirroja muy parecida a Nagato, pero mucho más joven.
-Bienvenido, no me dijiste que traerías visitas.
-Él es Minato, ya había baldo de él, trátalo bien porque será tu nuevo cuñado.
-Ah sí, el chico que te quita el sueño ¿Pero no es muy joven?
-Sí, pero es muy lindo y maduro, además de que pronto tendrá a tu sobrino.
La chica lo miró, Minato estaba totalmente nervioso y sonrojado, y la chica le sonrió tratando de ganar su confianza…
-Soy Kushina Uzumaki, llámame sólo Kushina, tengo 18 años ¿Tu cuantos tienes?
-Q-quince.
La chica borró su sonrisa y miró a Nagato con sorpresa.
-Ya hablaremos después pero ahora no me vengas con que soy un irresponsable, lo amo ¿Si? No dejaré que esté solo, tiene un hijo mío y me hace feliz.
Instalaron a Minato junto con Nagato y comenzaron una vida de casados sin estarlo. Su nueva cuñada Kushina le enseñó a hacer de todo, desde cocinar hasta a tejer, desde que ambos llegaban de la escuela era siempre aprendizaje con la pelirroja y cuando Nagato llegaba a casa el rubio siempre estaba ahí para recibirlo con la sonrisa impecable de siempre. Los meses pasaron rápidamente y Minato tuvo que abandonar la escuela para dedicarse a su embarazo por completo. Nagato tampoco se ha había llevado fácil, con el trabajo extra y a veces los cambios de humor del rubio no le dejaban descansar completo porque Minato simplemente ya no se sabía si iba a estar de humor para recibirlo de buena gana, y lo que le interesaba ahora era mejorar su puesto para poder hacerse cargo de su familia y almenos cubrir más necesidades de su familia, porque desde luego, la escuela de Kushina no era barata y Minato cada vez estaba más rechoncho y lindo, pero aun más demandante de tiempo, y conseguir su ascenso le daría la oportunidad de salir más temprano de esa molesta oficina. Justo al cumplir los siete meses la familia abandonó el apartamento para mudarse a una casa de mediana posición fruto del esfuerzo conseguido por el pelirrojo por su familia. Justo al final de los ocho meses, Minato tuvo a su pequeño Deidara, pero Nagato no había estado presente, pues había salido en un viaje de negocios, porque a pesar de haber ascendido las obligaciones eran también mayores, así que tuvo un parto en casa, con solo una partera y su amiga y cuñada Kushina.
CONTINUARÁ…