Con Deidara...
El azabache habia hecho la mejor elección de su vida, habia invitado a salir a Deidara y desde que habían entrado a ese restaurante este parecía haberse transformado en la persona más amable de todo el universo, habia modificado su forma de dirigirse a él y ahora casi para todo le decía Uchiha-kun, toda esa reunión era un éxito, y habría continuado asi de no ser que en ese momento, en ese día, en esa vida estaba entrando el dolor de cabeza de cabellara plateada, que no se detuvo ni a esconder sus celos ni su vergüenza para hacer su escandalosa entrada e ir directamente hacia el azabache que compartía un grato momento (al parecer Deidara podía ser amable de vez en cuando) con lo que "era suyo".
-Deidara, y vaya, que tenemos aquí, Bastardo-kun ¿Que te hizo tomar el valor para poder invitar a salir a este rubio tan encantador si se nota que está a millones de kilómetros fuera de tu alcance?
-Le pido por favor pasar de largo a nuestra persona y vaya a hacer sus asuntos, porque nadie le dio vela en este entierro.
Deidara miraba como entre el peligrís y el azabache se lanzaban sus insultos, atrayendo miradas curiosas de los demás clientes que querían saber quién se quedaba con el "premio".
-Con que te sientes muy hombre ¿Verdad Uchiha? Ya veremos cómo te puedo tirar esa sonrisa arrogante a golpes.
-Cuando quieras, pero si yo fuera tu mejor me andaba con cuidado, abrir la boca te puede costar muy caro...
-No me das ni pizca de miedo mocoso, no porque seas hijo de los dueños de una buena empresa significa que me dejaré intimidar, para que lo sepas yo también tengo mis negocios...
-Pues tal vez sean clandestinos, ni siquiera conozco de que barrio de mala muerte vendrás y no me importa...
-Dile eso a tu madre cuando se entere que su mejor aliado en las finanzas le retirara su apoyo.
-Ya quisieras tener una compañía de renombre como para ser aliado de los Uchiha...
-Y lo soy, la empresa Hatake no se tocara el corazón para acabar contigo Uchiha...
Kakashi se fue del lugar no sin antes mirar nuevamente al azabache con superioridad y desprecio. -Hasta luego Deidara, espero que puedas visitarme algún día. Deidara no dijo nada, sin duda no tenía nada en la cabeza ni se explicaba cómo es que habia llegado a esa situación, y en su cabeza un neuronal solo tenía una conclusión: todo era culpa del Uchiha.
-Lo lamento Deidara, no puedo ni siquiera salir contigo sin que mis problemas me persigan.
-N-no importa, estoy acostumbrado a ver tus tonterías.
-Bueno, sigamos en nuestra cita, dime ¿Cómo te ha ido con Nagato-san?
-¿Eh? P-pues muy bien, hasta ahora no tenemos mucho que hablarnos.
-Debe ser incomodo que siendo tu padre no puedas hablarle con facilidad.
-¿Y tú como sabes?
-Pues lo mismo pasa con mi madre. Desde que mi padre murió no me es fácil hablar con mi madre, sabes que siendo hombre tenemos otras necesidades.
-No sabía lo de tu padre, lo siento.
-No importa ya mucho ya, han pasado ya casi siete años. Ahora que lo pienso es la primera vez que hablamos sin que intentes matarme o que yo te moleste, eres agradable cada vez más, me gusta que me escuchen.
-¿Acaso no lo hacen?
-La verdad con las otras personas que he salido nunca paraban de hablar, planeaban cosas que la verdad nunca haría con ellos y gracias a todo lo anterior puedo sentirme muy especial al hablar contigo. Y ahora háblame de ti ¿Que te gustas? ¿Qué estudias? ¿Tienes algún gusto por algún tipo de chico en especial?
-Me gusta el arte, la música, estoy estudiando artes plásticas, y la verdad he pasado tanto tiempo sin salir con nadie que no me atraen tan fácilmente.
-Pero debes tener algún gusto, por ejemplo si son azabaches, altos, graciosos, o simplemente solo yo te gusto.
-Gracias por arruinarlo... y no tengo un gusto especial por los chicos, aunque me encantaría conocer a algún tipo de chico al que le interese por quien soy y no por cómo me veo.
Itachi se quedó pensando sin reprochar esa respuesta, Deidara era tan perfecto, era atento, responsable, hasta sobreprotector, era desesperado, orgulloso y a veces exageraba las cosas, pero era un doncel claramente interesante, incluso lo escuchaba, aun si después le fuese a regañar, pero siempre escuchaba. Pasaron más tiempo en silencio mientras que solo el sonido metálico de los cubiertos y hasta que terminaron Itachi miro a su reloj de la mano derecha para asegurarse de ver una hora conveniente para marcharse junto a SU rubio...
-Mira la hora, a estas alturas ya debieron de haber llegado todos, vamos Deidara, esta cita aún no termina, estoy seguro de que disfrutaras cada momento.
-Reitero en decirte que las fiestas no son mi estilo ni mi sitio.
-Anda, no necesitas esforzarte mucho, solo entraremos, buscaremos un buen lugar y te presentare a mis amigos, no es nada del otro mundo.
-Está bien, de todas maneras sigo cumpliendo mi apuesta.
-Y por cierto, relájate y mantén ese asunto de la apuesta fuera, diviértete porque enserio quieres no porque esa tonta apuesta te obliga a hacerlo, yo estaré contigo en todo momento.
-Sí, sí, entonces vamos.
Con Naruto…
-¿Que te ha parecido salir conmigo?
-La verdad esperaba que fuera más problemático, aunque aún no doy crédito a que hayas amenazado a ese pobre chico.
-Debes admitir que la manera en la que te miraba no era para nada de confianza y además que descarado al hablarte de esa forma estando en UNA CITA CONMIGO...
-¡No me miraba de manera descarada! ¡Y solo se acercó a pedirme un poco sal! ¿Podrías dejar de pensar que todo el mundo me mira con la misma cara pervertida que tú y mantener la palabra CITA solo en tu pequeña cabecita de una sola neurona? No sabes lo vergonzoso que es que digan que salí con este psicópata que malinterpreta todo lo que ve y escucha. -Lo siento...
-¿Escuche bien? ¿Tu disculpándote?
-No me hagas repetirlo, vámonos de una vez si has terminado de comer...
-¡No, espera! ¡Quiero ahora un extra grande con extra de cerdo!
Sasuke estampó de lleno la cara contra la mesa temiendo a que esa comida se saliera de su presupuesto, y aunque también eso era lo de menos, lo sorprendente es que no sabía cuánto podría aguantar comiendo ramen cuando el apenas habia podido probar los dangos...
-Esta será una noche muy larga...
CONTINUARÁ...