El par que se encontraba ahí, tratando de concluir su encuentro era filmado por Obito quien no sabía si reírse o ponerse a dormir, pues de tan ebrios que estaban esos dos, era apenas un logro que Itachi lograra quitarse los pantalones, pero luego de ya casi veinte minutos y de que ninguno de los dos habia avanzado de los besos y las caricias, ocasionalmente Itachi se dirigía a besar y morder el cuello del rubio, pero volvía a subir a los labios de Deidara, como si estuviesen asustados de pasar a la siguiente fase.
Con Naruto.
-¿Y te va bien con Nagato-san?
-Es muy buena persona, aunque siento un poco de pena por él, mi padre no ha admitido que volverán a estar juntos, pero aun asi no quiere que hable con nadie que sea mujer o doncel, se pone celoso de su asistente y hasta de la sirvienta.
-Debe ser complicado con lo tsundere que es tu padre...
-¡¿Que dijiste teme?!
-Lo siento, pensé en voz alta, lo que quise decir fue que debe ser una situación bastante complicada.
-Complicada casi no, lo que sí es, debo admitir, es que es un poco incómodo cuando mi padre le hace esas escenas de celos ya sea fuera o dentro de la casa, llama bastante la atención y termina peleando por todo, cuando llego de la escuela debo verlos en el sofá con sus melosidades y cuando se dan cuenta de mi presencia es cuando vuelve a ser el obstinado de siempre.
-Por eso digo que tu padre es un tsundere, pero lo comprendo con tan solo ver a mi hermano.
-¿Tu hermano es igual?
-No, pero es tan similar su situación con tu hermano Deidara que tengo que ayudarle a superar sus locuras.
-Tú no eres tan diferente, todos nosotros les hemos causado uno que otro problema.
-Pero eso no me ha detenido a quererte.
-Gracias por traerme a este lugar, es en verdad agradable.
-Para suerte tuya podrás venir aquí cada vez que quieras, después de todo, es la parte trasera de mi casa...
-¡¿Tu casa?! Nunca me dijiste que fuera tan grande.
-Lo siento, pero es verdad que puedes venir cada vez que quieras...
La atmosfera era de lo mejor, pero con los Uchiha nada puede salir bien, en un cómodo silencio se escuchó timbrar el teléfono del azabache, sin embargo esta era una video llamada.
- ¿Obito?
-Hola mini Itachi.
-No me llames asi ¿Y qué es lo que quieres?
-Solo quería saber por qué no has aparecido, la fiesta esta de locos, además de que hay algunos que ya están entrando en ambiente.
-No me interesa eso...
-Que mal, pensaba que tal vez si te dijera que Itachi y Dei-chan ya habían entrado en calor vendrías.
-¡¿Itachi que?!
-¡¿Dei que?!
Preguntaron Sasuke y Naruto al unísono totalmente alarmados.
-Véanlo por ustedes mismos...
Obito volteó su cámara y ahí, desnudos y sobre la cama se encontraban Deidara, quien era abrazado por un azabache que ambos conocían ya bastante bien.
-Estos chicos sí que saben divertirse. ¿Y van a venir o que...?
Sasuke finalizo la llamada aun en shock.
-Cielos, no puedo creerlo. Naruto, quiero que mantengas la calma y no denuncies a mi familia...
-¿Por qué debería alarmarme?
-¿Eh?
-Si te soy sincero no me sorprende mucho, es una sorpresa que sucediera tan pronto, pero es mejor que se quede con uno de unos pocos años mayor, descubrí que ese tal Kakashi tiene 28, además espero que de esa manera se le quite lo amargado a mi hermano.
-Vaya que eres extraño.
-Qué lindo, Uchiha, pensé que me querías. ...
Con Minato y Nagato.
-Creo que se ve muy bien ¿Que dices Minato?
-Te has superado, nunca te habia visto tan dedicado a decorar la habitación de un bebé.
-No es cualquier bebé, es MI NIETO Minato le sonrió, pero esa sonrisa no duro tanto al ver la expresión seria que puso el pelirrojo.
-Minato, he querido preguntarte esto desde salimos esa vez. ¿Qué clase de relación tenemos?
El rubio se quedó callado, era verdad, desde esa vez no habia vuelto a tocar el tema, no habían vuelto a tener una conversación tan entretenida desde aquella vez, no volvieron a hablar de eso, ni siquiera le habia dejado besarle, dormían en habitaciones diferentes y cada vez que estaban juntos el único en soltar frases cursis era el pelirrojo, Minato no ponía nada de su parte, como si no quisiera estar ahí con él.
-N-no lo sé.
-Creo que no tiene caso entonces, yo quiero estar a tu lado, pero me siento excluido de tu vida, te preocupas demás por nuestros hijos y no has aceptado que ellos hagan sus vidas, intentas ayudar al Uchiha pero solo estás saboteándolo, le llenas la cabeza de odio a nuestros hijos para mantenerlos a tu lado, no sonaré de mandante ni exigente, pero su mundo no debe estar atado al tuyo.
-Lo siento Nagato, pero nunca pensé que después de tanto tiempo podríamos volver a estar juntos, aun no me acostumbro y no sé cómo actuar.
-Eso me hace pensar que tal vez ya no soy digno de ti ¿Qué quieres que haga? ¿Qué puedo darte para que vuelvas a ser feliz a mi lado?
-No necesito nada para estar a tu lado, el hecho de saber que has regresado por mí me basta para ser feliz, pero...
-¿Pero qué Minato?
-Pero no sé cómo podría entregarme a ti sin lastimarte.
Nagato acortó la distancia entre ellos y abrazo al rubio quien habia comenzado a llorar...
-Te amo Nagato.
Minato besó a su aun esposo, y este por supuesto no se negó, sus labios eran tan suaves y tenían un ligero sabor salado debido a sus lágrimas, pero era Minato, jamás se cansaría de besarlo, mientras tuviera vida quería aferrarse a Minato y a sus hijos como su único motivo de vivir.
-Yo también te amo Minato.
Limpió el rastro de lágrimas de su rostro y volvió a besarlo, esta vez de una manera demandante, como si hubiese pasado una eternidad sin hacerlo, Minato no se negaba al toque del pelirrojo, las manos del seguían siendo tan grandes y expertas en ese tipo de roce que no podía pensar en otra cosa que en volver a ser del hombre al que siempre habia amado.
-Nagato... hazme el amor.
-Como tu ordenes.
Volvieron a unir sus labios, entrelazaron sus lenguas en una danza apasionada y demandante, solo dejaron de besarse para respirar y nivelar su respiración un poco, solo un hilo de saliva los unía, a medida en que los besos iban bajando a través del cuello del rubio se deshacía de su camisa, Minato por su parte ayudaba a Nagato con su ropa. Gimió de dolor al sentir una mordida por parte del pelirrojo.
-Sigues queriendo hacerlo duro ¿verdad?
-Podre ser viejo, pero nunca me cansare de hacértelo duro.
Minato rio y termino de quitar la camisa del pelirrojo, pasó sus brazos alrededor del cuello de este y volvió a besarlo. Nagato adentró su mano bajo los pantalones y ropa interior de Minato e introdujo con dificultad el primer digito en la entrada del rubio, causándole un espasmo de dolor.
-¿Te lastimo demasiado?
-N-no, recuerda que es la primera vez que lo hacemos después de 12 años.
-¿Nunca tuviste otro?
-¿Con un marido tan guapo y tan sexy por ahí buscándome?
Nagato rio y comenzó a introducir un segundo dedo dentro del rubio, quien se sintió solamente incomodo por la intromisión, pero que sin embargo comenzaba a auto penetrarse con los dedos de su amado, el pelirrojo movía sus dedos en círculos y en tijera al mismo tiempo en que salía y volvía a entrar en el cuerpo de Minato. Este por su parte habia comenzado a deshacerse de los pantalones de su marido, Nagato ingreso a su entrada con un dedo más, el cual hizo gemir al rubio. Lo colocó sobre el sofá para poco después retirar las prendas restantes, sintiendo cada centímetro de la piel de este, podía ver claramente esa cicatriz por donde Gaara habia nacido y que no dudó en besar delicadamente, abrió las piernas de Minato y se posicionó en medio de estas para poder comenzar a introducir su excitado miembro. Entre tantas caricias que el pelirrojo le habia brindado, esa intromisión en su entrada le habia causado un severo dolor que no paraba, y es que con tantos años de abstinencia Minato aun parecía un virgen.
-Tan estrecho como hace 12 años.
Adivinó sus pensamientos cuando ya estaba invadiendo completamente a Minato, este por su parte ahogaba una mueca de dolor, al igual que sus dientes apretados, no quería preocupar a Nagato, no ahora que todo se habia arreglado, quería solo hacerlo feliz. El dolor paso, pero no en mayoría, aunque sintiera dolor, el placer era aún mayor que este, fue entonces que Minato indico que podía comenzar a moverse.
La habitación se llenó de fuertes gemidos por parte de ambos, el vaivén era lento pero profundo y duro, en ocasiones, Nagato besaba a su rubio quien se sujetaba fuertemente a la espalda desnuda del mayor, dejando a su paso notorios rasguños que arderían después de ese encuentro.
Nagato al sentir que llegaba al orgasmo puso a Minato en cuatro volviendo a penetrarlo fuertemente haciendo gritar al rubio, quien sintió ver estrellas al sentir que Nagato por fin habia tocado el punto que tanto ansiaba. El pelirrojo se abrazó fuertemente a la cintura de Minato, y mientras que lo penetraba mordía su cuello fuertemente, pero el dolor que ese acto le propinaba no era nada comparado con el placer que ahora sentía, y sentir como los dientes de su pareja se marcaban en su piel le excitaba de sobremanera.
-M-me corro Minato...
-Sí, l-lo haces ahora, t-te mato...
Este le sonrió y el pelirrojo no tuvo de otra más que tomar el miembro de Minato y comenzar a masturbarlo a la misma velocidad de sus embestidas, los fuertes gemidos de Minato eran lo único audible en la casa Uzumaki, y solo eso bastaba para él, pronto llegaron al orgasmo, Minato sobre el sofá y las manos del pelirrojo y este en el interior de Minato... Ambos se encontraban recostados, tratando de nivelar sus respiraciones que aún se encontraban agitadas.
-Nagato ¿Puedo volver a dormir contigo?
-Por supuesto, si no quisiste hacerlo desde un principio era por tu orgullo. -Yo no soy orgulloso -(Si como no) Estaré feliz de que vuelvas, Minato...
Estaban a punto de volver a quedarse en silencio, cuando de repente...
-¡Papá! ¡Nagato-Otto san! ¡Estoy de vuelta!
CONTINUARÁ…