Los hermanos siguieron charlando de manera graciosa, estaban teniendo un momento grato que fue interrumpido por la entrada de sus padres y el hecho de que era hora de irse.
-Bueno, te ayudaré con Asahi-chan mientras Dei te ayuda a vestirte ¿De acuerdo?
Dijo Minato ya más relajado, pasaron veinte minutos y Dei ayudaba a su hermano menor a subir al asiento trasero del auto de su padre Nagato. Pasaron cinco minutos y se encontraban frente a la casa de la otra vez familia Uzumaki, Gaara no habia estado ahí antes, pero debía aceptar que aquella casa esa parecida a la enorme vivienda de los Uchiha cuando Vivian en la otra ciudad, era una casa enorme con un precioso jardín frontal.
-¿Esta es la casa de Nagato-san?
-Sí, pero preferiría que me dijeras "Otto-san"
-Etto...
-Bueno, ya te acostumbraras, mientras tanto, te tengo un regalo, bueno, es más para Asahi-chan.
Gaara no contestó, Deidara volvió a ayudarle, tanto como a salir del auto como a subir por las escaleras hasta el segundo piso, en donde después de cruzar un pasillo bien decorado se encontró con una puerta blanca, esta tenía su madre junto con el de su hijo. Al abrir la puerta vio que habia una pequeña cuna de color blanco con decoraciones verdes y amarillas, la habitación estaba completamente pintada de un azul pastel, el piso estaba tapizado de una alfombra color verde claro y habia cientos de peluches y juguetes, en el fondo habia un cambiador a juego con la cuna, y al lado de esta se encontraba una cama de corte matrimonial solo para él.
- Espero que sea de tu agrado, Nagato, tu padre me ayudo a escoger los muebles y a pintar la habitación. Gaara miró a Minato, este le hablaba de manera amable como antes.
-Ahora comenzaremos a hacer la habitación de Dei.
-Dijo en tono burlón Nagato ganándose una mirada de odio por parte de Minato y de su hijo. Gaara en cambio no entendió.
-Debes estar cansado, le diré a Matsuri que te traiga algo para cenar, Minato y yo saldremos por un rato a visitar a Orochimaru y Kabuto, Deidara quedas a cargo.
Se despidió Nagato dejando a Deidara y Gaara solos. -¿Quién es Matsuri?
-Es la chica que trabaja en la casa.
-Ya veo, entonces nuestro padre.
-Pues terminó por ser un empresario adinerado.
-Eso explica la casa y todo esto, ¿Y cómo ha estado Naruto? Solo fue a visitarme una vez y ya no lo he visto.
-Debió haber salido con nuestros amigos.
El sonido de la puerta les interrumpió y de ahí entró una chica de unos 20 años aproximadamente, quien le dirigió la palabra a los chicos que la miraban. -Disculpe Deidara-sama tiene visitas. -Voy en un momento, Gaara ahora vuelvo. -En un momento le traigo su cena Gaara-sama.
De esa manera se despidió la chica que salió de la habitación detrás de Deidara.
El rubio atendió a la puerta encontrándose con Sasori quien no estaba del todo solo, pues se encontraba acompañado de los sujetos a los que habia conocido en aquella descabellada fiesta, pero al igual que sus recuerdos de haberse acostado con Itachi, sus nombres eran otra cosa que habia olvidado.
-Pero si son... em. …
-Tobi, Zetzu, Konan, Pain y chico atún. Señalo el chico efusivamente nombrándose primero... todos traían consigo un presente para Gaara, o más bien, para su hijo.
-Espero que nuestra visita no sea molesta a esta hora, pero estábamos llegando al hospital cuando los vimos salir.
-¿Y cómo sabían en donde encontrarnos?
-Fue fácil, los seguimos, aunque nunca me imaginé que vivieran en la misma casa que Nagato -san. -¿Conocen a nuestro padre?
-¡¿Es tu padre?!
Preguntó aún más sorprendido el azabache, sin embargo, dejando de ignorar a sus amigos, Obito se adentró a la casa como quien dice "Juan por su casa" y los demás chicos le imitaron asintiendo con la cabeza como modo de saludo, Sasori fue el único que se detuvo a estrechar la mano de Deidara y a intercambiar unas cuantas palabras.
-Perdona la incerteza y por la visita tan repentina, es solo que partiremos esta noche y queríamos despedirnos de Gaara, y decirle que pronto volveremos.
-¿Todos ustedes?
-Asi es, como puedes notar no me librare de estos sujetos tan fácilmente.
Deidara rio, a pesar de ser mayor, Sasori era un buen partido para su hermanito, y que mejor que alguien que si le quisiera de verdad.
-Pasa por favor.
Los chicos encontraron la habitación por su cuenta y ahí estaba Gaara siendo atendido por la chica que trabajaba ahí, este estaba terminando de agradecer cuando Obito en su plan infantil se abalanzó sobre el pretendido de su mejor amigo.
-Gaara, que bueno verte de nuevo, no has cambiado nada en verdad.
-Suelta al pobre chico ¿Que no ves que no lo dejas respirar?
Dijo Konan entrando a la habitación, seguida por el resto del grupo, estuvieron hablando de muchas tonterías, escucharon las discusiones de Kisame y Zetzu con un poco de gracia y Sasori por fin se hizo presente con su característico regalo (flores) y algo más para el pequeño Asahi.
-Lamento la tardanza, Gaara, sé que te habia prometido visitarte, pero al parecer la situación se complicó y...
-Creo que mejor les dejamos solos, no tenemos nada más que hacer, querido Dei-nii, ¿Podrías indicarnos en donde queda tu cocina?
Dijo Tobi con su característico tono infantil, el rubio suspiro y enojado por el “NII” se adelantó a llegar a la puerta.
-Por aquí, Gaara los regreso en un momento, no te olvides de comer, Sasori-kun, te mandare algo también en un momento.
Deidara volvió a salir de la habitación seguido esta vez de todo el grupo de visitantes dejando solamente a ambos pelirrojos.
-Entonces... ¿Has estado bien?
-Sí, gracias, es bueno haber salido del hospital.
El silencio se tornó incómodo para ambos que eran inexpertos para entablar una conversación, fue el llanto agudo de Asahi que logró sacar a ambos de sus pensamientos y miradas avergonzadas. Gaara no dijo nada, se levantó de la cama para poder ir a la cuna a atender a su pequeño.
-¿Que pasa esta vez?
Gaara acercó al pequeño a su pecho pero este lo evitó, fue entonces que se dio cuenta del desagradable aroma que le llegaba desde su bebé.
-¿Otra vez Asahi-chan?
El bebé sonrió y Gaara no tuvo de otra más que dejar a su pequeño sobre la cama a cargo de Sasori mientras él iba por las cosas que necesitaba. Sasori se habia dado cuenta de que ese pequeño era muy diferente a Gaara, era un albino azabache que no parecía guardar parecido con el pelirrojo menor, ni siquiera el color de sus ojos, el maldito de Sai habia hecho del hijo de Gaara un niño con el sello Uchiha en su totalidad. Gaara volvió y procedió a cambiarle el pañal con un poco de torpeza, pues aun no tenía tanta práctica para poder hacerlo con mucha maestría.
-Parece que serás una buena madre Gaa-chan.
-¿T-tú crees?
Respondió con nerviosismo.
-¿Crees que podría sostenerlo?
Pidió Sasori con un poco de curiosidad, que fuera de cierto modo casi idéntico al bastardo padre no podía hacerle perder todo el aprecio que tenía por este, Gaara se lo tendió mientras este le sonreía, cuando lo recibió por primera vez fue una sensación única, nunca habia experimentado tal felicidad, podría haber cargado anteriormente a Karin o haber tenido a cientos de bebés en sus brazos, pero nada, absolutamente nada se comparaba con esa inmensa felicidad.
-Es tan pequeño. No puedo imaginarme lo solitario que será Suna sin ustedes.
Dijo sin pensarlo, no habia enterado a Gaara que partiría, pero su gran boca ya lo habia traicionado...
-¿A-aun piensas marcharte?
-Tengo que hacerlo... además solo me voy a estudiar, no me voy a desaparecer.
-¿Por qué ahora que empezaba a quererte?
-volveré apenas termine, pediré mi traslado a Konoha y poder estar contigo y con...
-Asahi.
-Lindo nombre...
Tocaron la puerta sin siquiera interrumpir pero claramente se escuchó la fastidiosa voz de Tobi al otro lado de la puerta...
-¡Saso-chan, es hora de irnos!
-Te prometo que volveré a su lado.
-¿En verdad?
-Hey, acabas de decir que empiezas a quererme ¿Crees que podría ignorarlo?
No dejó que Gaara respondiera, se acercó lo suficiente como para poder besarlo, Gaara no podía reaccionar, eso habia sido tan repentino e inesperado.
-Ya debo irme, no olvides llamarme todos los días, sino lo haces yo lo haré ¿De acuerdo?
Gaara seguía anonadado por la impresión, su sonrojo era delatador, algo que no pasó desapercibido por Sasori quien sonrió levemente y salió por la puerta volviendo a su actitud de siempre.
Fueron despedidos por Deidara y la chica que atendía la casa, seguían pasando los minutos cuando se volvieron a escuchar toques en la puerta, esta vez fue Deidara quien recibió a la visita, sorprendiéndose de que se trataba de su abuelo Jiraiya.
-Abuelo, que... inesperado, pensé que no querías ni siquiera vernos.
-Lo sé Dei, pero hay algo que quiero hablar contigo.
CONTINUARÁ…