La noche apenas habia comenzado para la pareja se recién casados, su pequeño Naoki seria cuidado por Gaara, quien amablemente se habia ofrecido para esa tarea, Kabuto se encontraba dispuesto a ir a dormir tan temprano como acostumbraba, pero habia algo que se lo impedía, y eso era su marido en modo caliente que no paraba de abrazarlo para toquetearlo cada vez que tuviera oportunidad.
-Basta Orochimaru, ya tendrás toda la semana para hacer tus perversiones, ahora solo quiero dormir.
-Pero Kabuto... yo quiero quitarte el vestido y verte debajo de mí suplicando por más y...
-¡Cállate! Demonios, no tienes que dar una descripción detallada de tus pensamientos pervertidos, a veces hasta creo que le harías buena competencia a mi padre.
-¿Enserio lo crees? En ese caso, ayúdame a crear una buena escena digna de un libro erótico...
Esta vez Kabuto no pudo responder, sus labios habían sido aprisionados por los de su ahora esposo y habían comenzado un leve juego con sus manos, Orochimaru se paseaba por la espalda de Kabuto, rozando de vez en cuando el cordón que sostenía el vestido en su lugar, Kabuto por su parte paseaba sus manos por el pecho del mayor.
-¿Podemos parar un momento? No me siento muy bien.
-¿Que pasa Kabuto?
-Lo siento... No termino la palabra cuando corrió al baño de la habitación, Orochimaru lo siguió de cerca y ayudo a Kabuto a terminar de vaciar su estómago.
-¿Te sientes mejor?
-Un poco, almenos nuestro pequeño aguanto tanto tiempo que en la fiesta no nos causó ningún problema.
Dijo esto mientras acariciaba su plano vientre y sorprendía a su esposo en el acto.
-¿Nuestro? ¿Naoki tendrá un hermanito?
-O hermanita
Completó el peliblanco riendo por la cara de sorpresa de Orochimaru.
-Quería decirlo durante el brindis de la fiesta, pero no habia necesidad de que se enteraran, con el tiempo ya se darán cuenta.
Orochimaru abrazo a su esposo, estaba feliz por esa noticia, ahora solo faltaría ver cómo se las arreglarían con el embarazo y el pequeño Naoki, quien aún necesitaba de los cuidados de "mamá" y seria como cuidar gemelos, pues Naoki y el nuevo bebé tendrían una pequeña diferencia de apenas un año.
-Kabuto, contrataremos una nana para que te ayude con la casa y puedas dedicarte a descansar, yo estaré en casa lo más temprano que pueda, incluso ascenderé a Sai para que yo esté al pendiente de ustedes.
-No necesitas ser tan sobreprotector, y eso no quiere decir que...
El azabache no lo dejó terminar cuando volvió a aprisionar los labios de su esposo, volviendo a la posición inicial, fueron recorriendo la habitación hasta que esta vez Orochimaru fue empujado habia la cama por su embarazado peliblanco.
-Si no vas a aguantar hasta la luna de miel, entonces lo haremos bajo mis reglas, cariño.
Dijo decidió Kabuto tomando las riendas de la situación, se colocó sobre su marido para volverse a unir en un apasionado beso, Orochimaru quiso tomarlo por la cintura, pero el peliblanco evitó ese contacto.
-Lo harás hasta que yo diga.
-Pero...
-O aquí paramos.
-Está bien.
Orochimaru solo se apoyó en sus codos para tener un mejor acceso a la boca de su esposo, soltó un pequeño suspiro al sentir como su bello esposo comenzaba a rozar su redondo trasero por su ya excitado miembro, aun tenían ambos ropa, y eso le torturaba, pues su erección habia crecido y le dolía a horrores, pero también sabía que si tomaba el control seria el fin, no obtendría el sexo tan maravilloso que su esposo le ofrecía y terminaría en el sofá con una erección rogándole ser atendida por Manuela la Derecha.
Kabuto tampoco era tonto y podía sentir como el amigo (esa si es una Orochiconda xD) de su esposo crecía imponente dentro de esos pantalones...
-No creo que estés muy cómodo cariño.
Decía el albino mientras quitaba el cinturón de los pantalones de Orochimaru, pero lo hacía tan endemoniadamente lento que solo ocasionaba una tortura para el mayor. Este sintió como el elástico de su ropa interior comenzaba a descender junto con sus pantalones teniendo a la vista la mirada pervertida y lujuriosa de su esposo, ese chico lo sacaba de sus cabales en tan solo una mirada, esta vez sin soportarlo comenzó a pasear sus manos por el cuerpo del peliblanco, comenzando a quitar ese lindo pero estorboso vestido, y es que no era necesario para lo que harían en unos minutos más. Kabuto ya no opuso resistencia ante el toque de su marido, pues la excitación era lo único que predominaba en esa habitación. En ambos el resto de sus prendas fueron dejadas en el olvido a medida de que sus caricias se volvían mas apasionadas y menos vergonzosas, ambos disfrutaban del cuerpo contrario sin prisas pero tampoco si flojera, era un ritmo perfecto en el que incluso sus latidos se encontraban unidos en una sola sinfonía con el universo. Habían estado uno sobre el otro cuando Kabuto volvió a tomar posesión del control de lo que pasaba, volvió a sentarse en el regazo de su esposo frotando su miembro con el de este creando una atmosfera sensual y caliente entre ellos, los movimientos eran lentos y certeros, pero claro que estos no tardarían en subir de velocidad, y a medida que lo hacían, llegaron a un punto en el que ambos desearían cada vez más, pues la fricción en los cuerpos era rápida que Kabuto y Orochimaru no pudieron evitar soltar un pequeño gemido al sentir la corriente eléctrica en sus espinas dorsales al sentir que el miembro de Orochimaru habia tocado la entrada de Orochimaru...
-Tendrás que hacerte responsable de esto Cariño.
Decía el peliblanco mientras tomaba el miembro de su esposo para frotarlo contra su entrada, pronto el mismo Kabuto fue el que se separó de su marido para buscar algo dentro del cajón de la mesita de noche del lado izquierdo de la cama.
-Espera solo un poco, recuerda que no puedes meterlo como si nada.
Sacó una pequeña botella y comenzó a verter el líquido que este contenía sobre el erecto miembro de Orochimaru.
-con eso será suficiente para todo lo que haremos cariño.
El pelinegro adoraba cuando Kabuto se ponía asi, sin duda esa sería su primera noche de casados totalmente perfecta. Frente a la vista hambrienta de su esposo, Kabuto comenzó a quitar el vestido lentamente quedando totalmente desnudo, Orochimaru aun mantenía la vista fija en él, aun cuando el peliblanco volvió a ponerse sobre su abdomen y a comenzar con nuevos movimientos para seguir con esa lujuriosa provocación. La tortura habia comenzado para Orochimaru, pues Kabuto no daba ningún paso hacia querer hacerlo, y su miembro comenzaba a doler, esa atención no era suficiente, tomó a Kabuto por la cintura y lo impulso a bajar de un solo tirón, haciendo que su miembro entrara en el peliblanco, este soltó un gemido de dolor...
-Lo siento Kabuto, lo siento yo...
-No... Importa... esta... bien.
Decía entrecortadamente el peliblanco tratando de articular palabras y acostumbrarse a la intromisión de su marido sin previa preparación.
Permanecieron acariciándose mutuamente para después comenzar con un lento vaivén que comenzaba a tornarse demasiado lento debido a la poca dilatación de la entrada del menor, podía escuchar los quejidos del peliblanco pero no se detenía de ayudar a Orochimaru a auto penetrarse. Pronto Orochimaru quedó sobre su esposo y comenzó a sentir que su entrada succionaba su pene impidiendo su salida, pero eso era lo que esperaba, sabia por eso que Kabuto estaba dilatado y ya no sentiría tanto dolor, las estocadas habían comenzado a ser rápidas, pero no demasiado, pues aún no se sentía totalmente seguro de que Kabuto habia dejado de sentir dolor. Cambio la posición sin salir de su pareja quedando el sobre Kabuto y comenzar a sentir como este movía su cadera buscando contacto más profundo, Orochimaru no ignoró la petición, las embestidas se volvieron rápidas y duras haciendo delirar de placer a Kabuto y haciendo gruñir seductoramente a Orochimaru quien no se detenía ni por sentir las uñas de su esposo en su espalda enterrándose con fuerza en su piel.
-M-mas...ha, más rápido...O-Orochi...maru
Kabuto no estaba consciente de sus palabras, solo decía lo que el placer le ordenaba y Orochimaru tampoco estaba para no complacer a su embarazada pareja, asi que siguió moviendo su cadera en un vaivén tan rápido como su cuerpo se lo permitía, emitiendo esta vez sonoros gemidos, y que decir de Kabuto, él estaba totalmente ido gritando el nombre de su esposo y enterrando las uñas en su espalda.
El orgasmo no tardó en llegar, primero en Kabuto debido a la fricción del torso de Orochimaru y el de el que le daban la atención perfecta a su miembro que habia quedado en medio de ambos cuerpos y después de unas estocadas más Orochimaru se corrió dentro de Kabuto, quien lo recibió en sus brazos...
-Esa espalda te dolerá mañana.
-Valió la pena... Kabuto, te amo, me has dado lo más importante de la vida, te tengo a ti como mi hermoso esposo, me has dado un hijo al cual amo con locura y ahora su hermanito o hermanita en canido ¿Qué fue lo que hice para merecer tanta felicidad?
Kabuto no dijo nada solo besó a Orochimaru transmitiéndole todos sus sentimientos antes de quedar ambos dormidos.
Al día siguiente...
-Y no vayas a dejar que Naruto le de ramen, ese chico no sabría cuidar un bebé.
-Está bien hermanito, no te preocupes, lo cuidare muy bien, además tendrá a Asahi para que juegue con él.
Era lo que hablaban Minato y Kabuto llegando a una organización, esa mañana partirían a su esperada luna de miel fuera de Konoha (nótese que no sé a dónde se van a ir) por una semana.
-Entonces me voy sin preocupaciones, te dejo lo más preciado que tengo.
-Anda Kabuto o perderemos el vuelo.
-Ya voy, ya voy, bueno, nos vemos en una semana nao-chan.
Dijo Kabuto besando la frente de su retoño y se fue junto a Orochimaru quien ya se habia despedido de todos.
El viaje duró casi 4 horas contando la llegada al hotel y Kabuto aún se sentía entusiasmado de viajar con su marido, aunque su carácter del demonio volvió cuando en el pasillo para llegar a su habitación Orochimaru se vio rodeado de diferentes mujeres quienes no paraban de adular al mayor, Kabuto molesto por eso se atrevió a decir lo más vergonzosamente molesto de su vida.
-¡Fuera de aquí arrastradas, esta polla tiene dueño y dos hijos!
Dijo gritando y mostrando su anillo de matrimonio y ofendiendo a las presentes.
-Si, como él dijo, con permiso señoritas.
Entraron a su habitación ignorando a las mujeres que se quedaron maldiciendo a su compulsivo esposo, sin embargo eso se le hacía adorable, no la escena de celos perfecta, pero adorable, cuando la puerta estuvo cerrada y con el letrero de "no molestar" colgado en el picaporte Orochimaru abrazó por la espalda a Kabuto y le susurro al oído...
-¿Listo para ponerle los deditos al bebé? Recuerda que son cinco por mano y pie.
CONTINUARÁ...