Gaara y Shino comenzaron con los planes de su ayuda para Deidara, solo necesitaban presentarse en la casa de los Uchiha para pedir ayuda al mayor de los hermanos. Sin embargo tendrían que buscar una excusa para poder salir temprano por la mañana.
Al día siguiente...
Con Kakashi...
Se encontraba un peligrís apenas despertando, las ventanas anunciaban el inicio de la mañana y extendiendo su brazo derecho tanteó el otro lado de la cama encontrándolo vacío, con un poco de pereza se levantó, fue al baño para darse una ducha rápida, después de eso bajo al primer piso buscando a quien no habia encontrado a su lado al despertar.
Siguió a la cocina y ahi se encontraba un castaño sosteniendo una taza de humeante café, al parecer seguía molesto por lo que habia pasado apenas la noche anterior.
-¿Esta bueno el café?
-Idiota, dame una buena razón por la que deba estar contento porque mi maldito novio está comprometido con un niño menor de edad.
-Ya te dije que no tenía idea... pero quiero arreglarlo, porque el chico solo acepto por rencor, pero está loco por un Uchiha.
-¿Y esa es suficiente razón? Kakashi, es una horrible excusa...
-Lo sé, pero sabes que yo no podría casarme con otra persona que no fueras tú.
-Deja de leer a ese podrido escritor, que cites sus libros no tiene nada de especial...
Kakashi en un segundo se puso serio y miro al castaño de frente...
-Como hubiese querido hacerlo son otras circunstancias pero veo que no me creerás...
Salió de la cocina para volver con una pequeña caja de color azul.
-Pensaba hacerlo desde hace un mes, tenía todo planeado, quería llevarte a pasear a París, regalarte una galería de arte, en la noche antes de tener sexo quería pedirte matrimonio, y a la mañana siguiente anunciar nuestro compromiso a la prensa... pero tienes que creerme te amo, asi que Umino Iruka, di que te casaras conmigo y solucionare cualquier malentendido de este asunto, lo juro.
Dijo el peligrís ahora dejando la pequeña caja a un lado y tomando la mano izquierda del castaño con ambas manos y besándola.
-Prometo que seré solo tuyo, el resto de mi vida...
-Kakashi, solo cúmplelo ¿Esta bien?
-¿Aceptas?
-Si idiota, como negarme a una propuesta de este tipo, solo espero que tengas una buena idea para salir de este problema.
-Iruka... gracias
Abrazo al castaño fuertemente, este le correspondió con una pequeña sonrisa, cuando se separaron Kakashi volvió a tomar la caja y mostro el contenido, era un anillo plateado con muchos pequeños brillantes incrustados en él, volvió a tomar la mano de su novio y poniendo la argolla en el dedo que correspondía.
-Desde ahora presúmeles en esa oficina que eres solo mío, y dile a Azuma que si sigue coqueteando contigo lo despediré, dile que ahora eres el prometido del dueño de las industrias Hatake y no solo un oficinista más...
El peligrís le dio un corto beso, pero el sonido del teléfono de Kakashi interrumpió el cálido momento.
-Demonios, ¿Quién molesta ahora?
Sin siquiera mirar el identificador contestó escuchando la parsimoniosa voz de la matriarca Uchiha.
En la llamada
-Estas tarde ¿Recuerdas que hoy hablaríamos sobre el asunto del compromiso?
-Es cierto, vamos en un momento.
-Te conviene venir, tendremos más aliados.
Kakashi colgó y dejo salir un sonoro suspiro.
-¿Pasa algo?
-Te prometí que solucionaría el malentendido del compromiso ¿No es asi? Vamos, acompáñame...
-¿A dónde?
-A la casa Uchiha. Tenemos que comenzar a planear nuestra boda.
Iruka con un ligero rubor asintió y salió de la cocina para poder bañarse y salir con su ahora prometido rumbo a su destino. Despues de media hora se encontraban ambos hombres frente a la señora Mikoto acompañada por dos de sus tres hijos y por otros chicos a los que conocía muy bien y se trataban de Naruto y Gaara Uzumaki y sus amigos.
-Llegas tarde Kakashi, y asumo que él es tu novio.
-Prometido Mikoto, es por eso que le digo que no puedo casarme con Deidara.
-Tu punto lo entiendo Kakashi, por eso es que te pedí que esta vez te acompañara tu pareja. Estos jovencitos me han ayudado a encontrar una forma de ayudarlos a todos a poder solucionar este arreglo.
-¿Enserio le dejara el peso de este asunto a los Uzumaki?
-¿Que tenemos de malo eh? ¿Acaso no quiere salir de este problema?
-Disculpe a Naruto, el día de hoy esta de muy mal humor.
Se disculpó Gaara pero realmente estaba molesto por cierto azabache que no paraba de mirarlo embobado y eso ponía de nervios al rubio.
-Solamente quisiera escuchar la idea que tienes Gaara, pues para que tú decidieras venir a hablar con los Uchiha me da a entender que tú fuiste el de la brillante idea.
-Ciertamente, pero necesitamos que tampoco mi hermano Deidara conozca los detalles que tengo planeado, pues esta resignado a su horrible destino, sin ofender.
-Bien, entonces te escucho...
Con Sai.
Por primera vez en su vida o la de Asahi y gracias a la indulgencia de Mikoto Sai se encontraba en la cocina tratando de preparar un simple biberón para el que en teoría era su hijo, Asahi era un niño tranquilo pero a la vez enérgico, observaba todo a su alrededor y no paraba de mordisquear una de las muchas galletas que Gaara cargaba para él.
Asahi se encontraba en la remesa de la cocina y dentro de un portabebés, su mirada negra y verdosa se encontraban puestas sobre Sai, como si estuviese inspeccionando minuciosamente cada movimiento del azabache, Sai se encontraba siguiendo las instrucciones que venian descritas en la lata de la formula láctea del pequeño. El bebé sonrió apenas la mirada negra de Sai se posó sobre él.
-¿Te resulto tan patético?
No hubo respuesta, pero en cambio el bebé soltó una pequeña carcajada (hasta yo pienso que hasta le dijo “Eres un perdedor”).
-Pequeño, tienes la energía de Gaara, pero te pareces tanto a mí.
Asahi esta vez botó la galleta y estiro sus bracitos en direccion del azabache. -Oh, no, sabes que no puedo hacerlo, tu madre me mataría, acordamos que yo no te tocaría en la vida.
El bebé hizo una cara de molestia e inmediatamente comenzó a llorar, Sai trató de llamar su atención con la galleta que habia dejado a su lado, entonces fue cuando entró Gaara a ver qué habia hecho esta vez el idiota del azabache.
-Antes de que me quieras golpear por algo que no hice, el niño solo quería que lo cargara, pero entiendo que tú no quieres que lo toque.
-Si Asahi quiere eso entonces hazlo...
Dijo saliendo de la cocina, Sai pensó que quizás era momento de poner su orgullo de lado y hablar con el pelirrojo.
Tomó al niño en brazos quien dejó de llorar y volvió a tener su carácter alegre de hace unos momentos.
-Gaara, espera, quiero hablar contigo.
-Ahora estoy ocupado, solo vine a ver que estabas haciendo y porque mi hijo estaba llorando.
-Quiero pedirte disculpas... y que... vuelvas a quererme...
CONTINUARÁ...