Con Minato…
-¡No puedo creer que mi propio hijo se largara con ese malnacido Uchiha!
Decía un rubio haciendo su rabieta justo cuando acababan de bajar del avión…
-Minato, no te exaltes, le harás daño al bebé…
Decía pacíficamente el pelirrojo que acompañaba al inmaduro de su pareja.
-Deben tener una buena razón.
-¡Si! ¡Ese Uchiha lo secuestró!
-¿Ahí vas otra vez? ¿Te has puesto a pensar que tal vez Dei no es secuestrado sino que acompaña a Itachi de manera voluntaria?
-¡¿Qué insinuas de mi bebé?!
-Es NUESTRO hijo, y si, él ya no es un niño, tiene 18 años, es lo suficientemente mayor para saber lo que quiere.
-Hagamos un trato.
-¿Si? Te escucho.
-Dejaré que Itachi se lleve a nuestro hijo…
-Eso no suena como un trato…
-Pero tú te quedas dos años en abstinencia…
Minato no dijo nada, se calmó y siguió su camino sin esperar a ver la cara de Nagato o al menos su respuesta...
El pelirrojo sin duda estaba casi en blanco sin saber qué decir o qué hacer, estaba sacrificando una vida dedicada a “reafirmar” su relación con su aún esposo por defender a su hijo que ahora había vuelto a ser un bebé que no sabía lo que hacía.
-Minato, cuando Dei e Itachi vuelvan prometo hacerlos escarmentar pero no tomes decisiones tan precipitadas.
-¿Acaso dijiste algo?
-Esta bien no…
Dijo Nagato para seguir a su rubia pareja quien estaba esbozando una sonrisa de satisfacción, esas discusiones no eran para hacerlas en público, nada como la comodidad del hogar para tener una amena y corta conversación…
Con Deidara…
El rubio se encontraba realmente fastidiado, pues a Itachi no le importaba en donde estuviera, siempre que tuviera la oportunidad se las apañaba para robarle un beso y dedicarle unas miradas coquetas mientras se encontraba rodeado de mujeres que halagaban al poderoso y adinerado Uchiha, las mujeres miraban con odio a Dei ya que pensaban que era la única “chica” a la que el azabache había besado y ellas no habían obtenido nada a cambio sin importar cuantos halagos o “masajes en los hombros” le hubiesen dado, el azabache simplemente las ignoraba solo para ver a esa rubia sin chiste y sin educación y sobretodo con muy mal gusto ya que siempre que el azabache la besaba esta le dedicaba un adjetivo descalificativo seguido de una leve bofetada y un empujón.
-¡Dei, son nuestras vacaciones!
-Pues yo no te pedí nada…
-No comiences otra vez, no debiste aceptar venir conmigo entonces.
-¡No es eso idiota!
Dijo molesto el rubio para dirigirse a su habitación dentro del hotel, Itachi por su parte dejó de tomarle importancia al hecho de que Deidara le hiciera sus típicas escenas públicas y no cedería esta vez, Dei debía comenzar a ser más expresivo ante sus celos y no solo a limitarse a hacerse el ofendido por lo que sea que se haya ofendido.
-Bueno chicas, lamento la escena que le hizo mi acompañante, son los cambios de humor por el clima.
-¿Es tan delicada?
-Si, lo es, es gritona, malhumorada, egoísta y violenta, pero es toda una estrella porno en la cama…
-¿Solo eso? Cualquiera podría darte lo que esperas.
-No gracias señoritas, será pésimo su carácter pero es la persona con el corazón más grande que pueden encontrar, quiero que ella sea la madre de mis hijos.
Las chicas se miraron entre ellas como preguntándose “¿Acaso este Uchiha está loco o esa rubia le molió el cerebro a golpes?”
-Así que creo que ya la hice sufrir un rato, iré a ver qué pelea me tiene preparada.
Dijo el azabache para levantarse de donde estaba y dirigirse a la habitación en donde sabía estaría su amado rubio como león enjaulado listo para devorar a su presa, y no devorarla en cuestión sexual, sino en pelea y romperle lo que le restaba de dignidad privada a Itachi Uchiha.
-¿Sigues molesto Dei?
-¡¿Cómo puedes venir tan campante después de haberte tirado a esas zorras?!
-¿Qué? Dei yo no me tiré a nadie, sabes que yo solo me tiraria a mi lindo noviecito de cabellos rubios e increíbles ojos azules.
-Eres de lo peor…
-¿Acaso lo que escuche…? ¿Son celos?
-¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no! ¡¿De donde sacas esas cosas idiota?!
-Bueno, si no son celos entonces volveré con las chicas, sus pláticas son sumamente interesantes…
-Les vuelves a hablar, las miras o piensas en ellas te la cortaré animal.
-Tranquila fierecilla, mi querido “amiguito” solo está reservado para ti, no creo que esas chicas sean tan estrechas como tu, además es fácil notar que es su oficio el servir de “esa” manera a los que se quedan es este hotel, pero yo no necesito una vagina de alquiler teniendo a mi hermoso futuro esposo a mi merced.
-¡Oye! ¡Aléjate!
-Lo siento Dei, esta es mi ultima semana de vida, así que no lo haré…
Dijo para después abalanzarse sobre el rubio aprisionando sus labios en un ardiente beso, Dei por su parte ya sabía lo que el azabache deseaba, solo esperaba tener suficientes preservativos para ponerle hasta cinco porque en ese Uchiha mañoso no se podía confiar demasiado.
Después de su lucha tan corta donde Dei defendió su ya no santo ni virgen trasero, inútilmente cabe decir, se encontraban compartiendo algunas caricias y besos entre jadeos y algunos insultos por parte de Deidara. Itachi por su parte estaba introduciendo dos de sus dedos para dilatar más la entrada del rubio, puede que el dia anterior hayan tenido bastantes encuentros sexuales seguidos, y los días anteriores al anterior, pero Itachi y sus buenos modales en la cama le impedían lastimar al rubio.
El tercer dedo fue el último, para cuando Itachi lo penetró sabía que Dei era realmente estrecho y pronto comenzaría a gritar de manera excitante su nombre, o habia necesidad de ir demasiado lento sabiendo que Deidara estaba lo bastante acostumbrado.
Se podían escuchar algunos jadeos por parte de Itachi y esos gritos inconfundibles del rubio que se quedaría sin voz si eso continuaba un largo tiempo, que así fue.
Estaban en la tercera ronda y Deidara no aguantaba la garganta, pero Itachi no paraba de taladrar en su interior, ya habían marcado casi toda la habitación con su inconfundible aroma a sexo y fluidos corporales, primero había sido en un sofá de la mini sala de la habitación, de donde después pasaron a la cocina, Dei quería un descanso pero Itachi no dejaría las cosas así, así que ahí fue empotrado contra una de las encimeras. Finalmente estaban en la habitación y esta vez Deidara estaba sobre Itachi, con ambas manos sobre el pecho del azabache auto penetrándose con el falo de este, Itachi por su parte lo sujetaba fuertemente de la cadera para enterrar su miembro duro como roca en este cuerpo que tenía una de sus más grandes obras de arte, marcas de besos, mordidas, esas marcas de sus manos en las caderas de su rubia adoración pronto se harían rojas y tardarían un tiempo en quitarse, admiraba de igual manera la cara del rubio, estaba sudoroso, sus labios ligeramente hinchados y rojos, ahora tenía los ojos cerrados, pero sin duda podía intuir que lo estaba disfrutando tanto como él. Su ensoñación terminó cuando Dei comenzó a decir entre jadeos…
-I-Itachi...sá… sácalo
¿Pero como detenerse cuando el rubio no paraba de moverse de arriba hacia abajo introduciendo nuevamente ese trozo de carne que Itachi aun tenia duro?
Cambiaron de lugares y con el azabache sobre Deidara comenzó a embestirlo lo más rápido que podía, haciéndolo gritar con la poca voz que le quedaba, sintiendo al poco tiempo algo recorrer sus entrañas…
-I-idiota, el preservativo… No sabes lo molesto y problemático que es tener que lavar ahí dentro.
Decía un molesto rubio por tercera vez…
-Tranquilo Dei, tomemos una ducha.
-No lo creo, iré solo si no te importa…
-Ni siquiera puedes caminar, así que te llevaré…
Sin duda ese par tendrían muchas explicaciones que dar a los suegros del azabache y tendrían que dejar una buena propina a las encargadas del aseo del hotel, propina por servicios y algo adicional para terapia psicológica para sus traumas…
CONTINUARÁ...