La media noche pronto llega y el guerrero de cabellos alborotados se estremece en los brazos del príncipe, en el día el mayor trabajó muy duro para dejar listo todo, para él era muy serio entrenarse, el menor no se concentró en los oficios cotidianos ya que lo que había pasado entre ellos no lo dejaba, aquellos pensamientos rondaban de aquí para allá. Y por más que Vegeta se durmiera con él en sus brazos no podía conciliar el sueño; lo despertaría para tocarlo al menos
-Vegeta despierta - mientras lo sacudía
-Kakarotto es media noche, déjame dormir un poco más – lo acogió apretándolo más contra su pecho
Gokú entendía eso, pero una gran erección estaba incomodándole por más…
-¿Por qué me desnudaste? – se levantó el príncipe tratando de cubrirse con las sábanas
El menor con cara de perro regañado guío con su mano derecha la cabeza del mayor - mira Vegeta, me duele – ante la sorpresa del otro que veía su erección escurrir líquido preseminal- ¿crees que podríamos hacer el amor? – preguntó inocente y desesperado
El príncipe apenas tartamudeó - yo, yo no sé, hoy llega Wiss, además Kakarotto ¿sabes tener sexo con otro hombre? - se acomodó para darle un beso en la mejilla que el menor correspondió de la misma manera
-no, pero es que no aguanto - se acercó al mayor para echársele encima
Vegeta se asustó porque el otro sin pensarlo le abrió de piernas flexionándolo para encontrar su entrada - espera Kakarotto, yo primero – reprendió sosteniéndolo de la cadera porque ya aquel grueso y largo miembro rozaba con su entrada
-pero Vegeta – desafió – si es así, después no cumples, déjate primero y yo después – acarició su pene para tratar de bajar el dolor.
-que no Kakarotto – frunció el ceño – ni creas que me vas a romper el culo primero - bufó molesto
Gokú cambió a una cara de desánimo – yo no sé si creerte, has jurado vengarte, bueno entonces mejor no – dejó las piernas del mayor caer libres
Vegeta reflexionó, en primer lugar fue su culpa lo de ayer en la mañana, en segundo Gokú tenía razón; era aceptable su falta de confianza, y por tercera y última razón sí quería tener el cuerpo de ese guerrero tendría que aceptar por esta vez además ¿tendría el desquite? – bien Kakarotto puedes hacerlo, pero eso sí, después de que termines me toca a mí – sincerándose con si mismo ¿Cómo era tener un gran trozo de carne dentro? Allá no había entrado nada, más temprano que tarde lo averiguaría
Gokú dirigió su miembro frotándolo poco para lubricar la entrada del mayor, pero sin pensarlo, o más bien pensando que era como una mujer (de seguro Milk la primera vez ya no era virgen) se introdujo de una sola estocada, de inmediato sintió la tensión del cuerpo del mayor y como apretaba deliciosamente su miembro
-BAKA – gritó Vegeta no pudiendo más contener el dolor tan punzante en su entrada – maldito –lo apretó con sus piernas obligándolo a quedarse quieto en su interior – no te atrevas a moverte o está mierda se acaba - finalmente las lágrimas tampoco se contuvieron y salieron unas cuantas de sus ojos desapareciendo en el colchón
El menor se sintió muy culpable por no saber de nada, pero asumió que el príncipe tampoco, sino le hubiese dicho que eso dolía como un demonio – lo siento - se inclinó hasta darle un beso en la mejilla “-jum” fue lo que chasqueó el mayor sonrojándose por esa posición. El menor fue soltado del agarre de las piernas del príncipe – será mejor no – susurró al fin
-¿ahora te arrepientes? Ni lo pienses Kakarotto ¿acaso crees que soy débil? - Vegeta lo dejó libre para empezar, de alguna manera eso le causó un placer en las paredes internas de su cavidad – sácalo suave y vuelve a meterlo despacio
-¿eh? – el menor se sorprendió – pero Vegeta ¿de verdad quieres?
-si Kakarotto – jadeó cuando salió – me debes esto, no te lo pienso perdonar – sonrió haciéndose el fuerte cuando ya se estaba introduciendo de nuevo.
Gokú estaba preocupado, un tanto como estaba cachondo, aquella entrada era lo más placentero que había experimentado – Vegeta – gemía el nombre del mayor continuando con el ritmo que se le había indicado, y así por unos minutos hasta que escuchó al cabello de flama soltar un gemido ahogado; la erección que había bajado por el dolor estaba a tope otra vez - ¿estás bien? – se acercó para darle otro beso en la mejilla
-ya puedes – dudó –ya puedes moverte rápido –tartamudeó al fin tomando su gran palo entre sus manos. Ese miembro le estaba causando un cosquilleo nuevo, la sensación de dolor continuaba pero opacada por el placer que recorría por su cuerpo °°° Kakarotto lo va a gozar °°° una socarrona sonrisa apareció en su rostro, aceleró el ritmo de su mano bajándola bruscamente a la base del pene cada vez que el menor llegaba lo más profundo en su interior, ¿tanto placer era posible? Sí era posible, sus ojos se nublaban mientras dejaba escapar uno que otro gemido, los demás por su orgullo a no verse tan vulnerable los dejaba atorados en su garganta causando un armonioso ronroneo
La entrada del mayor se contraía eso era lo que deducía Gokú, en realidad su miembro estaba palpitando y a punto de dejar escapar su semilla, prisa, eso necesitaba, estaba apresurado por correrse, estaba tan caliente que no se dio cuenta el momento para avisarle por si el otro tenía alguna objeción, para eso no había tiempo, el placer era tal que cuando ya está expulsando su semilla lo abrazó y le mordió la oreja derecha, se enterró hasta donde pudo y se quedó temblando hasta por fin sobrecargarse sobre el cuerpo del príncipe.
-¿te corriste dentro? – Rio el príncipe muy picaron al ver como temblaba - igual de caliente - soltó una carcajada – muévete que me toca - lo empujó de las caderas separando sus cuerpos.
El de cabello alborotado se sentó a su lado con una erección algo sensible – Jejeje ahora que lo pienso no sé
Una vena se asomó en la frente del mayor por tal afirmación – no pensarás romper el trato ¿o sí?
-mañana, mañana mejor – sonrió nervioso alejándose hasta quedar al borde de la pared, no quiere cumplir el trato porque sabe que duele – descansa
-jum, claro como no - responde con sarcasmo – no me dejarás con el culo roto – hablando de roto, un olor a oxido se esparce hasta llegar a sus fosas nasales, manda su mano derecha a su entrada untando la yema de sus dedos, llevándolo a la vista de ambos se ve un color rojizo °°° sangre °°° el menor ahora sí que se asusta poniendo mejor cara de pánico que puede dar - Kakarotto te voy a enseñar – Se acerca lentamente tomándolo de la mejilla, sus labios casi rozan con los del menor.
Gokú se pone nervioso por tal acción - ¿qué haces? - tararea esas palabras conteniendo los nervios
Vegeta no da aviso y junta su boca a la del menor moviendo sus labios suavemente, °°° nunca dio un beso °°° suspira – sígueme el ritmo – le invita al tiempo que sigue moviendo sus labios, poco a poco se siente correspondido y se separa para ver las hermosas mejillas rosadas del menor
-¿Eso que fue vegeta? me gustó
-es un beso - responde sonriéndole
- quiero más - ata al príncipe posesivamente degustando el agradable sabor de su boca - quiero que me enseñes – si se trata de seguirle el ritmo, entonces hay que danzar con la lengua que acaba de invadir su boca, en su vida había sentido esa sensación tan agradable en su boca, es como un mundo de sabor que lo lleva a la lujuria y a tomar en su mano el miembro del mayor, al parecer él está igual –tu eres el experto enséñame
Vegeta era ahora era quien trataba de respirar ya que el menor no dejaba de jugar con la lengua, lo minutos pasaban y ambos se masturbaban lentamente mientras recorrían con la mano libre el cuerpo del contrario – Kakarotto déjame – dijo al fin tomando un poco de aire, sin darle tiempo para que retomara sus labios en un movimiento rápido abrió sus piernas y alzó las caderas del menor para ver su estrecha y virginal entrada
-ah Vegeta – esa bendita lengua recorrió su anillo carnoso causándole cosquillas – quiero besarte – trataba de jalarlo para que le hiciera caso pero este más se ataba a su cadera, ahora escupía en su entrada tratando de introducir la curiosa lengua ahí, no pudo contenerse, era placer puro; cada vez se sentía más avergonzado por tratar de que el príncipe no se separara.
¿Por qué lo estaba haciendo?, bueno su mujer resultó ser muy útil, la peli azul le enseñó “claro pero a su intimidad no a un hombre”, pero no era en ella en quien pensaba, en ese instante lo hacía por instinto propio, adoraba escucharlo gemir, el menor no se avergonzaba de gritar su nombre, pero esa entrada era fenomenal, tan limpia y estrecha, tanto recorrerla con su lengua y sus labios la estaba haciendo palpitar; esta vez quería hacerlo disfrutar, era lo que más deseaba y aunque su trasero dolía no era tanto como miembro, sus venas resaltaban por encima de la delgada piel, no quería tocarse, lo que deseaba era estar dentro de esa cavidad que estaba saboreando, pero al estar en cuatro no podía evitar simular estocadas al aire.
El menor estaba intentando buscar que el príncipe lo penetrara de una buena vez, en vez de eso dos dedos se adentraron haciéndolo tensar un poco, la saliva que el príncipe había puesto en su interior hacía el trabajo más fácil – Vegeta déjate de rodeos - reclamó - mírame
El mayor lo vio y en efecto estaba empapado de sudor, su cuerpo estaba ardiendo en placer pero no quería lastimarlo, al menos no quería que le doliera como a él - espera - se arrodilló para sonreírle y ver al guerrero, verlo posesivamente; ahora le pertenecía y no lo dejaría ir
Gokú ya no podía más y no era que estuviese decepcionado, estaba tan apresurado que como un bebe que pide algo lloró – Vegeta, hoy di mi primer beso y no me quieres dar más, por favor bésame
-Kakarotto ¿Qué te pasa? - preguntó acariciándole los cabellos mientras le sonreía con malicia – si quiero besarte pero debes esperar
-no quero esperar – hizo berrinche – te quiero dentro de mí, quiero besarte sino me voy a la tierra
El mayor soltó una carcajada – no puedes sentir el ki en la tierra – se separó levantándose y empujando la cama de Gokú contra la pared como la suya estaba, jaló el colchón y lo tiró al piso luego se sentó – vamos, ¿me quieres dentro? Entonces búscalo – esto último lo dijo meneando su miembro con su mano
-¿pero no debes ponerte encima mío? - el menor apenas y se bajó de la cama gateando y jadeando para acercarse al palo que se le ofrecía
°°° maldita mujer esa sólo le enseño la del misionero, mejor así tendré algo para que aprenda °°° sonrió de medio lado – arrodíllate y separa tus piernas – dijo acomodándolo en frente mientras lo guiaba para que se arrodillara, el miembro del menor dio con su boca, quería lamerlo y saborearlo pero el suyo estaba para explotar, sólo metió el glande dándole un beso para luego ir haciendo fuerza en las caderas del menor para que bajara a sentarse – ahora te sientas y te lo comes
Gokú estaba como tomate, hoy el mayor se levantó de humor, pero significaba que era muy grosero, cada palabra, cada insinuación lo hacía sonrojar. Ya estaba tomando más habilidad, ¿debía sentarse? Bueno había que acomodarlo en su estreches, sensualmente empezó a restregarlo hasta que metió la mitad del glande pero apenas hundió su anillo – Vegeta ¿ya no soy virgen?
-despacio, despacio – se detuvo - ¿Qué? No, espera, si ni siquiera te lo he metido
-yo me lo estoy metiendo – al fin Gokú apretó sus dientes para aguantar el dolor que amenazaba con dejarlo sin aire, pero en medio de eso una risilla soltó - perdón por lo de hace rato – guiño el ojo sonriéndole mientras bajaba siendo sostenido por las fuertes manos del príncipe para que no se resbalara y terminara por desgarrarse- ay duele - gritó al sentir su piel ceder ante el grueso falo
-yo creo que ya no eres virgen – Vegeta lo agachó para darle un beso apasionado
-¿tú crees? – rio el menor correspondiendo el contacto bucal
Vegeta continuó besándolo, sabía que tenía que esperar a que se acostumbrara a su intromisión, esa cavidad era tan deliciosa, podría quedarse dentro para siempre sino fuera porque su miembro palpitaba pidiendo atención, su mano bajó recorriendo el pecho de Kakarotto hasta que finalmente se encontró con el gran miembro del menor – ya puedes empezar – afirmó recorriendo toda la extensión del miembro en su mano
-¿eh?
-no seas tan inocente, a subir y bajar- con la mano libre le ayudó, ahora lo dejaba hacerlo solo, el ritmo aumentaba a medida que un Gokú tartamudeaba “-mi príncipe” entre el placer.
El cuarto de ambos Saiyajines estaba impregnado con olor a sudor limpio, sangre, semen, saliva y mucha feromona masculina, eso en verdad los ponía más calientes, ahora sus gemidos eran sin pudor y ya parecían gritos, el choque de sus pieles y la saliva combinada con el lubricante natural del miembro del mayor producían el más glorioso sonido que jamás escucharon.
Gokú empezó a sentir calambres por todo el cuerpo, cada choque lo hacía gritar, francamente se estaba quedando sin fuerzas - Vegeta AHHH – no pudo más y se sentó para abrazarlo y probar sus labios de nuevo
-quiero ver – dijo el príncipe inclinándose para recostar al menor y posicionarse encima
-¿Qué quieres ver? – alzó una ceja
- ver mi verga salir y entrar, escucharte gemir mi nombre - retiró casi por completo su miembro y se volvió a meter con toda su fuerza haciéndolo gemir, en uno de sus besos le mordió el labio inferior sacándole sangre, se separó buscando su nariz y le mordió suavemente. El príncipe ahora de rodillas sujetaba al menor de las piernas levantándole las caderas para ver como su órgano salía brilloso y se volvía a hundir en esa caliente estrechez
Gokú trataba agarrarse de algo pero no encontraba nada, la mano del mayor hacía maravillas en su falo y glande, estaba a punto de llegar y por instinto como un gato defendiendo su cuerpo mando la mano a su entrada agarrando con sus uñas la piel del miembro que estaba llenándolo, un pedazo de piel se vino con ellas – ¡Vegeta Ah, yo me, yo me, voy a botar semen! – gritó como loco sin saber que decía
El príncipe tenía un ardor en su miembro, el líquido preseminal no ayudaba, era salado y lo lastimaba, pero el menor se estaba contrayendo, buscando desesperadamente sus labios, lo ayudó hasta que en un lujurioso beso ocultaron sus gritos. Terminó llenando de su semilla al menor que apenas jadeo al sentirse lleno
El de cabello alborotado se había corrido en su vientre, ese semen fue esparcido por su pecho por la mano traviesa del príncipe - ¿fue buena idea despertarte?
-la mejor - afirmó dándole otro beso
-¿Vegeta? - gimió - sal de ahí, me arde
-tú malnacido - pronunció con gracia - me aruñaste, aruñaste mi hombría
-Lo siento - rio empujando las caderas del mayor para separar sus cuerpos, se había saciado, fue la mejor noche en toda su vida, ahora sólo quería dormir junto a él
Vegeta había sido obligado a recostarse y el menor se había acomodado en su pecho - ¿Por qué a todos les gusta dormir ahí?
-porque te quiero – respondió el menor, susurró más bajó; -¿tú me quieres?
-si Gokú – lo abrazó fuertemente contra su pecho pero dándose cuenta de lo dicho – si ya lo sé, no digas nada “Gokú” – volvió a susurrar
El menor escuchó tan bien que no cabía de la dicha, apenas ronroneo en el pecho del mayor y se quedó dormido
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-¡Gokú! - se levantó el príncipe muy nervioso, ese día fue tan apresurado que todo parecía un sueño
-ay Vegeta - se quejó al ser botado lejos
¿No era sueño? El príncipe olió y si, en efecto fue real, tan real como su dolor en el trasero; unos ki se acercan - maldición, levántate - ¿Cómo le diría cuando estuviesen solos? – Gokú, arriba deja la pereza, siente el ki de Wiss y Bils – pero un fuerte dolor se le instaló en su columna, parecía inmovilizarlo por completo.
Gokú yacía en el suelo sobándose el trasero y quejándose del fuerte dolor, se tocaba suavemente su entrada sonriéndole a su príncipe. Al final no tuvo más opción que obedecerle y levantarse para ir con él a bañarse.
El mayor rápidamente lo llevó volando a unas aguas termales donde usualmente tomaban su merecido baño. - Vege - llamó pidiendo atención – me duele mucho
-normal, vamos mejor a recibirlos - ambos se mantenían en el aire con tal de no poner un solo pie para evitar el dolor
Una hora después Wiss los llevó para empezar a entrenar como era obvio tuvieron que bajar al piso por respeto, notó que algo les sucedía - muchachos ¿Por qué caminan como si algo les doliera?
El príncipe quedó petrificado, el menor estaba asustado – es que Gokú y yo estábamos jugando y nos caímos
-¿Gokú, jugando? – El maestro lo pensó por un momento antes de apoyarlo con una risilla - me alegra que se la lleven mejor, me harán el entrenarlos algo más fácil
Gokú que por cierto andaba en la noche anterior se acercó al príncipe para susurrarle - ¿Cuándo podemos hacerlo de nuevo?
-cuando se nos pase el dolor - un sonrojo apareció, no iba a perder cualquier oportunidad para acercarse a su “Gokú”
-bien, es mejor que se recuperen bien, por hoy hagan las labores y pueden ir a dormir y descansar sus cuerpos – informó Wiss sacando comida que había traído y sentándose en una roca a devorarla, ya habiéndolo dejado solo reflexionó – y ¿Qué les sucedería en los labios? Ambos los tienen hinchados
Los pupilos suspiraron por la comprensión de su maestro. Acabaron todo y unas horas antes de oscurecer fueron a dormir, pero eso no quería el mayor en su mente había más – Hoy te voy a enseñar otra cosa – retiró al menor de su cómoda posición y se fue sacando la ropa poniéndose de rodillas y con su miembro erecto - desnúdate
-Que no sea poner eso dentro otra vez - suspiró con pesadez
-no, eso será después – le hizo señas para que se acercara y así lo tomó de la nuca para darle un fogoso beso – baja – ordenó aplicando fuerza en los hombros - ¿recuerdas cuando te besé la verga? - sonrió con malicia
-no seas grosero – reprendió, al final lo tocó reír – sí, se sintió bien, ¿quieres que yo? - al verlo asentir bajó hasta encontrar ese duro órgano, sin dudarlo lo metió en su boca succionando poco a poco escuchando gloriosamente al mayor gemir
Vegeta estaba tan excitado aun así sabía mantener el control guiándolo con sus manos y evitando dar estocadas, esa boca hacía maravillas y no aguantaría mucho, no tanto, unos minutos y terminó en la boca del menor - ¿sabe rico? – preguntó entusiasmado
Gokú estaba aguantando no escupir, de alguna manera sabía rico; pero tenía un toque salado, agridulce y además era viscoso °°° no me quedaré con eso °°° rio para sus adentros dejándolo pasar por la garganta – si - afirmó lamiéndose
Vegeta quería saberlo, lo recostó suavemente y se acercó para devolverle el favor, él lo quería rápido por lo que lo masturbaba con velocidad, no alcanzó dos minutos y un sabor desagradable invadió su boca °°° maldito Kakarotto °°° pero no podía negar el hecho que era provocativo ese olor que expedía el semen –bien, ahora descansemos - le susurró acomodándose al lado del menor - a dormir, no te atrevas a despertarme a media noche
-si Gueta – asintió dándole un beso
-no me pongas apodos –
-yo quiero llamarte Gueta
-pero que no sea delante de tus amigos - se puso frente a él dándole un suave beso para luego acomodarlo en su pecho, le gustaba la idea de protegerlo y sentirlo cerca
Gokú no perdió oportunidad y tomó en su mano derecha el miembro del mayor para acariciarlo -¿Cómo sigue?
-mejor – susurró el príncipe haciendo lo mismo con el del menor – Gokú ¿me das un abrazo? No quiero sexo sólo un abrazo tuyo toda la noche
El de cabello alborotado no objetó y lo abrazó poniéndolo encima, el cuerpo del mayor era más pequeño por lo que podría dejarlo dormir plácidamente arriba- mi Vege
-Mi Gokú – se aferró a él sintiendo como sus miembros rozaban – mi Saiyajin - con esto ambos se quedaron dormidos seguros de poder llevar una relación a escondidas de todos.
El príncipe se quedó con un sentimiento nuevo para él mientras el guerrero de clase baja por primera vez en su vida supo lo que era el amor