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The Mist por Kaiku_kun

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Notas del capitulo:

¡Segundo capítulo! ¡Recordad haber leído el one-shot! Buena lectura :)

Para todos aquellos que querráis seguir mis otros fics y ver algunas fotitos chulas, aquí os dejo mi página de facebook! Un like es felicidad! Y si se comparte es aún mejor! https://www.facebook.com/kaikufics/

La frialdad de Kirino

 

 

 

Shindou entró en clase con la mente puesta en su piano. Antes de irse a dormir había tocado por enésima vez Moonlight Sonata de Beethoven y había tenido un más que perturbador sueño… con Kirino en él. Había sido excitante, delirante y preocupante a la vez. No sabía exactamente como sentirse, su mente no le podía estar jugando una mala pasada como aquella. Era un recuerdo muy deformado sobre qué pasó después del partido de Mannouzaka, donde todo el equipo se unió de nuevo. En vez de llevarle a la enfermería, como pasó en la realidad, Shindou se lo llevaba a su casa, lo cuidaba, tocaba para él… se le declaraba y… y…

 

—Hola Shindou, despierta, ¿sigues en la cama? —Era Kurama. Cuando Shindou le vio se quedó sorprendido con sus pensamientos y enrojeció un poco. No dijo nada, pero Kurama se dio cuenta de lo que pensaba—. A mí no me engañas. Tú has soñado con cierto pelirosa de nuestra clase, a que sí.

 

—¡Pero calla, que te va a oír…! —susurró el capitán con poca delicadeza.

 

—Tranquilo. No ha venido.

 

—¿Cómo? Nunca falta a clase aunque esté enfermo… —dijo, mirando el sitio vacío del pelirosa.

 

—Seguro que llegará, no te alteres…

 

Era difícil no alterarse después de ese sueño mojado… Pero tenía que reconocer que se preocupaba mucho por Kirino. Después de todo era su amigo, su mejor amigo. Miró a la puerta con preocupación. ¿Dónde estaría?

 

—Oye… —le distrajo Kurama, de nuevo—. ¿Estás seguro de lo que haces con Kirino?

 

—¿Qué? ¿Qué quieres decir?

 

—Bueno… has soñado con él, no lo niegues, y se nota que le quieres. Todos sabemos que siempre has sido una persona que esconde todos sus sentimientos, que no dejas que te dominen. Pero algunas veces fallas, como cuando Tenma te motivó para la revolución. Y esta vez deberías fallar. Creo que soy el único del equipo que se ha dado cuenta de lo que ocurre. Tenma es demasiado inocentón, Tsurugi es un engreído que pasa de emociones, los de último año se dedican a mantener unidos a los menores y no quieren fijarse, los de nuestra clase están concentrados en superarse, y las chicas están más concentradas en la revolución y en Tenma que nada más… pero yo sí me he dado cuenta, ¿vale? Quieres mantener unido al equipo a expensas de tus sentimientos. Y creo que esto afecta a Kirino. Haz algo.

 

El discurso de Kurama dejó totalmente saturado a Shindou, quien se sentó en su sitio y empezó a darle vueltas la cabeza. Y cuando se recuperó, solamente pensó hasta que le dio dolor de cabeza y se puso de mal humor. ¿Sentía algo? ¿Sí? ¿No? ¿Cuál era la respuesta? Nunca se había enamorado, no sabía qué se sentía, no tenía ninguna guía. ¿Trataba a Kirino de forma distinta? Bueno, puede, pero eso era porque era su mejor amigo… Pero el sueño le decía otra cosa. Y le proporcionaba unas sensaciones que no sabía cómo interpretar.

 

Cuando acabaron las clases, Kurama y Shindou se dirigieron directos a la sala donde se reunía el equipo. Allí ya habían llegado todos, eran los últimos. Como siempre, Tenma y Shinsuke sacudían al equipo con su energía. Kariya era el único que tenía ganas de gastar broma, como siempre, y se dedicaba a contradecir todo lo que decían los de primero.

 

Y Kirino estaba allí, sentado en primera fila, en silencio. No se giró cuando Akane sí lo hizo y le echó la primera fotografía del día. Tampoco se giró cuando Sangoku, el entrenador Kido y los demás sí lo hicieron.

 

—¡Capitán! —le llamó Tenma, activado como siempre—. ¡El entrenador Kido nos ha dicho que haremos un partido amistoso entre nosotros, como entrenamiento especial.

 

—Ahora que Ichino y Aoyama han vuelto podemos hacer un ocho contra ocho —comentó Kido, animado por su regreso—. No podemos reunir aún al segundo equipo por desgracia, así que, como Shinsuke ya ha tenido su primera experiencia de portero contra el Genei Gakuren, le pondremos en esa posición.

 

Shinsuke se tensó un poco, mientras él y todos los que estaban de pie se sentaban en su sitio. Cuando Shindou se sentó al lado de Kirino, como siempre, le miró preocupado. Tenía una mirada seria y algo perdida.

 

—Kirino —le susurró, mientras Kido y Haruna explicaban los detalles del entrenamiento—. ¿Estás bien? Me preocupas.

 

—No tienes porqué —le contestó, forzando una sonrisa.

 

No dijo nada más, para no faltar al respeto al entrenador, pero no se lo creyó. Kirino le había mentido. Por primera vez en años. Una de las ventajas de Kirino era que siempre decía lo que pensaba cuando se sentía mal. Que hubiera mentido… era realmente importante.

 

Se dirigieron al campo. Shindou, Kurama y los mayores miraron el cielo con preocupación. Estaba a un trueno de caer una tormenta de cuidado. Shinsuke, Tenma y los más jóvenes caminaron con energía al campo. El resto comentaban entre sí cosas que nada tenían que ver con el fútbol. Kirino caminó algo apartado del resto, lo que no pasó desapercibido a las chicas, el entrenador y el propio Shindou.

 

—Bien, equipos —anunció Kido, después del calentamiento—. Shinsuke, Kirino, Kariya, Shindou de capitán, Hamano, Hayami, Kurama y Kageyama por un lado. El resto por el otro, y Sangoku será el capitán.

 

Los equipos se pusieron en sus puestos y al poco empezó el entrenamiento. El equipo de Tsurugi hizo los primeros pasos sobre todo por el centro del campo, y Tenma eludió a Kurama y Kageyama con sus habilidades de dribleo y rápidamente pasó a Nishiki, quien estaba por una vez a la delantera.

 

—¡No pasarás! —se interpuso Shindou, pero con una finta, Nishiki le despistó y le pasó a Tsurugi, quien solamente tenía delante a Kirino—. Kirino, ¡puedes detenerlo!

 

Su grito de ánimo despertó a Kirino y le hizo sonreír. Antes de que Tsurugi pudiera tirar a puerta, se avanzó unos pasos.

 

—¡“The Mist”! —exclamó.

 

Mientras la niebla de la habilidad de Kirino (y el jugador ejecutaba sus movimientos), un rayo impactó en medio de la nube, seguido de un trueno ensordecedor. Todos los que quedaron dentro de la niebla (que se había extendido a unos cuantos jugadores más) oyeron un grito aterrado de Kirino, que parecía que se alejara progresivamente.

 

—¡Kirino! —gritó Shindou, que estaba metido en la niebla.

 

Fuera de ella, los mayores, Kido y las chicas buscaron respuesta de sus amigos, mientras las primeras gotas de lluvia empezaban a esclarecer la niebla.

 

—¡Chicos! ¿Estáis bien? —llamó Kurama desde fuera.

 

Kurumada, Sangoku, Shinsuke y Kageyama les llamaron también. La lluvia se intensificó y la niebla se acabó de disipar.

 

—Oh, Dios… —musitó Haruna, mientras todos corrían a esa zona del campo.

Notas finales:

Gracias por leer :) Comentarios se agradecen! Nos vemos este viernes/sábado!


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