La música suena con fuerza. No hay mucha gente el día de hoy en el local. Es jueves y casi siempre las personas vienen el fin de semana. Como hace dos algunas semanas no he tenido tiempo de venir, pienso venir desde hoy hasta el sábado y conseguirme tantos clientes como pueda.
.- Mitch, que milagro verte por acá.-
.- calla, solo fueron unos días.-
.- aja. Si dices que unos días son tres semanas.-
.- pero si vine el domingo pasado, y también el antepasado. No exageren.- les digo a Kristen y al jefe. Estamos en la barra, bebiendo tranquilamente. Las personas que están en el local ya tienen acompañante o de plano solo están emborrachándose.
.- ¿Por qué no venias?-
.- tuve cosas que hacer. Cubrí horas en el hospital.-
.- ah. Algunas personas estuvieron preguntando por ti.-
.- ¿sí?-
.-tú cliente, Julien.-
.- no bromees.- murmuro, bebiendo de golpe mí bebida.- ya no quiero nada con Julien, así que si lo ves avísame para huir.-
.- ¿hubo algún problema?- ahora es el jefe quien habla. El jefe es un hombre de unos treinta y cinco años, de complexión robusta sin llegar a ser gordo, ojos café claro, castaño y con un corte moderno, despeinado. No sé si sea el dueño de los locales, pero es el encargado.- si algo pasa con uno de mis anfitriones me interesa.-
.- nada. Parece que malinterpreto mi trabajo. No quiero que se haga un problema.-
.- ya. Mantendré un ojo por ahí.- dice, levantándose y terminado su bebida antes de irse despidiéndose. Me reclino sobre la barra, sonriendo.
.- ¿Qué? ¿Te paso algo bueno?-
.- librarme de Julien será bueno.-
.- ¿en serio no venias por eso? Creo que te paso algo mas.- dice ella, sonriéndome traviesa.
.- no mucho. He estado cuidando de un mocoso.-
.- ¿un niño? ¿Tu cuidando de un niño?- suelta una carcajada. Si antes me lo hubieran dicho yo también me habría reído como Kristen.
.- es verdad. La paga no es tan buena como debería, pero el padre es amable.- digo, recordando a Nash. Desde el día que se quedó en casa hemos convivido más, cuando llega por el mocoso se queda platicando un rato. Cuando salgo a fumar también aparece y charlamos otro rato.
.- ¿en serio? ¿No es de esos niños problemas?-
.- No, hasta eso el mocoso es obediente. Y su padre me lleva donas cuando va por el.- eso es verdad, Nash tiene algún tiempo que me lleva algún bocadillo, en su mayoría donas. Los primeros días era algo extraño.- es bastante amable.-
.- ¿donas? Con razón te veo algo gordito.- ¿gordo? La miro indignado.
.- que me regalen donas no significa que me las coma como cerdo. Además, yo no soy quien tiene las lonjas.- Kristen me mira indignada también.- también me han invitado a comer. Cuidaba al mocoso en mi casa pero ahora puedo ir a la suya.-
.- ¿me estas presumiendo?-
.- sí.- le digo, sacándole la lengua y marchándome. He estado viendo que algunas chicas me miran, así que iré a ofrecer mis servicios. Las chicas también pagan y en ocasiones mucho mejor que un chico.- Hola chicas ¿puedo sentarme?- ellas ríen mirándose entre ellas.
.- adelante.- dice una, morena y de facciones suaves. Lo único que en ocasiones me molesta de estas con chicas es que algunas son demasiado ruidosas cuando están en grupo. Estas no lo son tanto o lo dejo pasar cuando comienzan a invitarme bebidas. Espero que sean suficientes pues me dan una parte de las ganancias de las bebidas que me invitan. La plática ahora va sobre las vacaciones, y yo soy bastante experto en vacaciones. Al final se han quedado casi hasta las dos de la mañana y yo he ido con otro chico, que también solo se puso a hablar y a coquetear. Para las tres y media de la mañana, ya estoy muy borracho.
.- oye Mitch…-
.- ¿ahora qué? ¿Por qué hay dos como tú?-
.- vamos, solo ve a casa.-
.- no… no sé dónde queda eso.- la cabeza me da vueltas y no sé qué es lo que digo. ¿Cómo carajos llegue a mi casa? Bah, como sea.- maldita cerradura.- las llaves no quieren entrar. Solo quiero tirarme en cualquier lado. Al final, la puerta se abre.- ¡Ya llegue!- grito, y luego suelto una carcajada.- No hay nadie.- vuelvo a reír, cerrando la puerta y tropiezo con la mesa.- Shh. No hagas ruido… la cama ¿Dónde está la cama? Por allá… no este es el baño… ¡ah, aquí!- todo da muchas vueltas, y quiero dormir…
Cuando despierto ya es muy tarde. Me duele la cabeza y tengo una sed tremenda. Tengo puesta la misma ropa que use para la noche y siento que todo apesta a alcohol. Al demonio, me saltare las clases y dormiré más. Me levanto a la cocina y me empino una botella de jugo de naranja. Como ya estoy levantado me dirijo al baño, quitándome la ropa en el camino y dejándola en donde caiga. El agua esta fría pero eso me hace sentir mejor, me doy un baño lento y salgo solo con una toalla envuelta en la cintura. También aproveche para cepillarme los dientes. Me visto con ropa cómoda y me vuelvo a dormir.
¿Están tocando la puerta? Demonios, no. Me giro, volviendo a cerrar los ojos. Los toques en la puerta siguen.
.- Mitchell.- ¿eh? Yo conozco esa voz. Ah ¿Qué hora es? Me cuesta trabajo enfocar el reloj… ¡Las dos! Oh dios. Me levanto para abrir la puerta. Enzo está ahí, con su mochila y una cara de pocos amigos.
.- mocoso.- saludo, tratando de fingir que no pasó nada. El me ve, aun con esa cara molesta.
.- ¿Qué hacías? Tienes que cuidarme.-
.- ya lo sé, no tienes que decírmelo.- digo, saliendo y cerrando la puerta, la cabeza aun me duele. Enzo tiene las llaves de su casa, y nos dirigimos a su casa. Desde que vengo a cuidarle a su casa seguimos más o menos la misma rutina que seguíamos en la mía. El mocoso va a su habitación y se pone a hacer quien sabe que cosas, o en la mesa hace tareas. De vez en cuando le doy una vuelta para ver que siga con vida.
.- ¿Por qué no me abrías?-
.- oye, tengo mi propia vida. Y no le interesa a un mocoso de ocho años.- respondo, sentándome en el sofá, encendiendo el televisor. Para mi sorpresa Enzo se sienta también en el sofá.- ¿Qué haces?-
.- nada.-
.- ¿nada?-
.- no.- Enzo no dice más, solo se queda ahí, sin hacer nada durante el rato que pasamos a solas. Es extraño, usualmente hace más de un comentario sobre que no soy listo o que no sé hacer algo. Ahora ni siquiera se queja del programa de la televisión. No es que me preocupe, pero es algo raro después de pasar sabe cuánto tiempo cuidándole.
.- oye ¿te duele algo?- pregunto, después de un rato.
.- ¿Qué? No me duele nada.-
.- ¿seguro?- él solo frunce el ceño.- vale pues.- supongo que cualquiera puede tener un problema o un mal día, incluso si eres un mocoso de ocho años. Cuando la puerta vuelve a abrirse yo casi salgo de ahí corriendo.
.- volví.- Enzo suspira, se levanta y se va a su habitación. Yo miro eso arqueando una ceja. Nash no parece haberse dado cuenta, y solo por eso reprimo mi “¿Qué te pasa mocoso?” padre despistado.- ¿todo bien?-
.- si.- respondo, después de unos segundos. Al final, lo que pase con Enzo no es asunto mío, si la relación que tiene con Nash es tan buena como presume él, Enzo le contara lo que tiene y asunto arreglado.
.- ¿quieres quedarte a cenar?-
.- ¿Qué?-
.- eh… pensé que quizá te gustaría quedarte un poco más.- Nash parece avergonzado… ah, ¿Qué? ¿Acaso también me estoy avergonzando? Debe ser el alcohol de anoche.
.- quizá en otra ocasión. Hoy tengo turno en el hospital.-
.- ah, entiendo. Bueno, no se le puede hacer nada, llévate esto al menos.- asiento, tomando la bolsa de papel con alguna comida. Nash va dejando sus cosas en sus lugares.- ah, por cierto, ¿crees que puedas cuidar de Enzo mañana todo el día?-
.- ¿todo el día?-
.- hasta la misma hora. Su escuela no tiene clases mañana, si no puedes cuidarle puedo llamar a sus abuelos, así que no tienes que preocuparte.-
.- lo hare. Yo… cuidare de él por la mañana.- ¿Qué? ¿En serio Mitch? No es justo si primero me invita a cenar y luego me regala donas.
.- ¿en serio? Muchas gracias.- y si pone esa expresión tan alegre ¿Cómo puedo decirle que no? Además solo es cuidar del mocoso unas horas más.
.- no es nada.- murmuro saliendo de la casa por la puerta abierta.- No deberías dejar la puerta así, cualquiera puede entrar.- digo, cerrándola. De verdad que eres un padre despistado. Me siento tan cansando hoy también, y eso que solo me la pase durmiendo o viendo televisión.
Por la mañana me despiertan de nuevo unos golpes en la puerta. Me siento descansado, pero con sueño. ¿Dónde está la puerta? ah, sí por allá.
.- ¿Qué?- hablo de mal humor, abriendo la puerta y cubriéndome los ojos de la luz del sol, como un jodido vampiro.
.- buenos días Mitch.- Nash está ahí, con Enzo a un lado. Solo hago un sonido con la garganta a modo de respuesta.- ¿te hemos molestado?-
.- no.- respondo. Nash solo ríe, de seguro dándose cuenta de mi mentira.- pasa ¿tengo que cocinar?- pregunto, reprimiendo un bostezo.
.- Enzo ya ha desayunado, no te preocupes…. Bueno, tengo que irme. Volveré para la tarde.- después de despeinarle el cabello al mocoso, Nash se va. El mocoso solo se vuelve a pasar la mano por el cabello.
.- haz lo que quieras mientras me visto.- le digo, bostezando sin descaro. Vuelvo unos minutos después a la sala, donde el mocoso solo se ha sentado. ¿Sigue con lo de ayer? Creo que sí. He desayunado y lavado los platos y no ha dicho ni una palabra. Casi es la hora de comer y el mocoso no ha hecho nada más que ver la televisión y garabatear en una libreta. Comienzo a desesperarme un poco.- oye… ¿ahora no dirás nada por quedarte aquí? ¿No quieres ir a tu casa con tus cosas?-
.- como sea.-
.- ¿es común que te pongas así? Siempre eras más molesto.-
.- si no quieres cuidarme puedo ir a casa solo.-
.- le dije a tu padre que te cuidaría, mocoso. Si quieres ir a tu casa vamos.- me levanto, levantándolo del brazo también. El no hace nada para impedir que le saque y le lleve al departamento de al lado. Inmediatamente entramos se va a su habitación. Solo escucho a puerta cerrarse.- ah, genial… hey, abre la puerta.- no hay respuesta. Ruedo los ojos antes de abrir la puerta.- ¿no te han dicho que eres algo mal educado con las visitas?-
.- estoy en mi casa.- el mocoso esta sobre la cama, con un libro.
.- esto es realmente pequeño.- la habitación no tiene muchas cosas, y es muy pequeña. O quizá solo sea el hecho de que esta habitación en mi departamento es un armario y no una habitación.
.- No ocupo algo más grande.-
.- yo solo tengo una habitación.- comento, distraído. Hay una llamativa hoja en un pequeño escritorio.
.- Eso es porque tu ropa esta solo en una. No ocupas tantísima ropa.-
.- la ocupo. ¿Qué crees que usare la misma ropa todas las temporadas?-
.- ¿Qué haces? Deja mis cosas…-
.- ¿esto es para hoy?-
.- No.- el papel es una invitación a un festival escolar, con fecha de hoy. Ah, debo leer primero antes de preguntar las cosas.
.- ¿Por qué no estás allá?-
.- ¿acaso no lees?- le dirigido una mirada indignada.- Es un festival para padres. Papá no puede ir por que trabaja.- a pesar de que sigue son la misma expresión de que no le importa, a mi me parece que el mocoso quería ir a esto. Me da algo de pena.
.- oh.-
.- no importa. No me gustan mucho esas cosas.- ¿acaso es por este festival que ha estado raro últimamente? No le creo cuando dice que no le interesa ir.
.- Muy bien, levántate.-
.- ¿Qué?-
.- muévete, se hará tarde.- casi lo levanto y lo saco arrastrando de la cama hasta mi propia casa, donde tomo mis cosas.
.- no, ¿Qué haces? ¿A dónde vamos?-
.- al festival ese de tu escuela.-
.- ¿Qué?-
.- solo sígueme. ¿Quieres ir no? Entonces no preguntes y vamos.- el mocoso se detiene, mirándome confundido.- solo aprovecha mi amabilidad.- ni yo sé que cosa me pico.
.- ¿en que iremos? Papá tiene su auto.-
.- como si eso fuera importante. Vamos, iremos en esa.- le señalo mi motocicleta. Hace mucho que no la uso, y ardo en deseos de usarla.
.- pero… es peligroso andar en una. Hay muchos accidentes ¿no? Y no tengo un…- su voz suena ligeramente nerviosa. De seguro está muriéndose de miedo, ah, me divertiré un poco con esto.
.- por dios, solo cállate y vamos. Ten.- le pasó un casco, que le queda grande.- solo amárralo para que no se caiga.- por supuesto que sé que andar en moto es peligroso, he visto muchos accidentes para no saberlo, así que no soy imprudente cuando conduzco. La motocicleta queda en un espacio entre los edificios, pegada al muro. No es el mejor lugar, pero estos departamentos no tienen una cochera o algo así.- ¿vas a venir?- yo ya estoy sobre la moto, con el casco puesto y esperando al mocoso.
.- yo…-
.- vamos, no te pasara nada.- el mocoso da unos pasos inseguros, antes de que yo le jale y le obligue a subir. Sus manos se aferran con fuerza a mí.- si fuera peligroso no te subiría, mocoso.- le digo, riendo y encendiendo la motocicleta. Enzo pega un gritito, y me aprieta más fuerte. El viento se siente bien.- oye...- grito para que me escuche.- ¿Dónde queda tu escuela?-
.-… bobo.- escucho. Maldito mocoso, ya le enseñare yo. Me comienza a dar las instrucciones para llegar. En la moto no tardó mucho en llegar. La escuela no es muy grande y el patio está lleno de globos y puestos de comida. Suelto una carcajada al ver como el mocoso se baja y casi cae.
.- vamos, no estuvo tan mal para ser tu primera vez en moto.- el solo me frunce el ceño.- ¿quieres algo de comer? Demos una vuelta por ahí.- hay música sonando, y huele mucho a comida. Hay muchos padres y niños. Me da pena ver a Enzo solo. Suspiro. Enzo trata de fingir que no está emocionado, pero dios, es tan obvio que lo está que causa gracia.
.- quiero un algodón de azúcar.-
.- bien, ve.- le digo, dándole monedas. ¿De verdad nunca había venido a un evento de estos? Es molesto que pase siendo que Nash cuida otras cosas. ¿Qué tanto le cuesta faltar unas horas?
.- hey ¿Qué es eso?- pregunto, cuando veo un grupo de padres aglomerados en un área.
.- son nuestros proyectos de arte.- el mocoso tiene un enorme algodón de azúcar color azul. Asqueroso, nunca me gustaron.
.- oh, ¿en serio?- le digo, caminando hacia allá.
.- no, no vayas.- lo ignoro, como la mayoría de las veces. Me abro paso entre los demás. Enzo sigue detrás de mí.
.- ¿Cuál es el tuyo?- digo, buscando el nombre del mocoso entre los cuadros. Enzo no me lo dice, pero no me tardo en encontrarlo. Enzo tiene un leve sonrojo en su cara.- oh… la verdad está algo deforme.-
.- ¡se supone debe ser así!- yo me carcajeo.
.- creo que la inteligencia no aplica al arte.-
.- es abstracto.- Enzo hace una graciosa cara enojada, sonrojado, con las mejillas infladas, los labios apretados y los ojos entrecerrados.
.- ¿abstracto? ¿Se supone que ya debes conocer esa palabra?- digo, riendo.
.- ¿Enzo? Qué maravilla no esperaba que vinieras.- la que habla es una mujer, de algunos treinta y algo años, castaña y de cara algo severa. No alcanzo a escuchar la contestación de Enzo, pero es muy obvio que es la maestra de Enzo.- ¿y tu padre? Sabes que no puedes venir a solas…- ella sigue hablando, pero me molesta su tono.
.- mi papá…-
.- Nash no pudo venir. Vine yo en su lugar.- intervengo al notar que el mocoso está nervioso. Ambos me miran. No soy idiota, se hablar con las personas. De eso me mantengo.
.- ¿y usted es…? El festival es solo para padres.- ella me da una mirada algo despreciativa. Ja, ilusa.
.- Mitchell Taylor.- sonrió.- soy la pareja de Nash.- tanto Enzo como la maestra me miran, en shock. Enzo se lleva una mano a la cara, como diciendo ¿eso es lo único que se te ocurrió?, pero no parece entender la segunda intención de mis palabras. Para suerte mía, la maestra no lo nota, pues me está mirando aun, balbucea algo que de seguro ni ella entendió.
.- yo… bueno… esto…- su cara comienza a ponerse roja, y yo siento que me pondré a revolcarme de la risa.
.- ¿Hay algún problema?- pregunto inocentemente, sonriendo con mi mejor sonrisa de acompañante.- no sabía que en esta escuela aun había ese tipo de prejuicios.-
.- ¡No, No! Disculpe. Emm… hay algunos asuntos sobre el comportamiento de Enzo que debo hablar con… el señor Lucchetti.-
.- ah, es eso. Bueno, puede hablarlo conmigo. Yo le diré a Nash.- ella siente y luego la seguimos hasta un área sin gente. Enzo me dirige una mirada entre molesta y avergonzando. Yo le saco la lengua. No siento nada de pena por mi mentira, la mujer me estaba molestando y Enzo parece nervioso también por lo que irá a decir la maestra.
.- hubo un problema hace días con Enzo.-
.- ¿ah sí? ¿Qué clase de problema?- pegunto, fingiendo interés.
.- Enzo inicio una pelea con otros compañeros.- ¿el mocoso peleando? No lo imagino. Instintivamente le miro, él tiene la mirada baja. Oh, ¿así que lo hizo en verdad? Interesante. Ah, olvide prestarle atención a la maestra, que sigue hablando.
.- Así que es eso… Le diré a Nash, descuide. Ha sido difícil para él cuidarle solo.- ella solo da unas indicaciones más, que ignoro también, antes de irse con un saludo.- ah, creí que no se callaría nunca.- me quejo, caminando de regreso al patio.- ¿es una obra? ¿Por qué tú no estás allá?-
.- papá no viene. ¿Por qué dijiste eso de papá y tú? Mentiste.-
.- ¿eh? Sí ¿Y?-
.- Mentir es malo.- yo ruedo los ojos y rio.
.- No lo es si no le haces daño a nadie.- le guiño el ojo.- ah, cierto ¿Por qué peleabas?- Enzo refunfuña algo que no entiendo.
.- ellos me molestaron primero.-
.- ok… mejor nos vamos ya.- nos dirigimos a la moto. Ha sido un día realmente divertido. Llegamos pronto a casa.
.- ¿le dirás a papá que pelee con otros niños?-
.- Solo si no le dices lo que le dije a tu maestra y que usamos la moto.-
.- bien.- entramos a su casa, y ahora sí, el mocoso parece como siempre. Ahora solo me falta tener una charla con el padre desobligado que no le presta atención a su hijo.