-Kagami-kun, no olvides llevar la llave a la sala de los maestros.- dijo Riko antes de salir del gimnasio. Kagami asintió y ambos se despidieron con una reverencia.
-¿Hoy también te quedas a entrenar hasta tarde, Kagami-kun?- dijo Kuroko detrás de su compañero.
-¡Aaaah!- exclamó el de cabello rojo, quién no sabía que Kuroko aún estaba allí.- ¡Por Dios! ¡¿Cuándo me acostumbraré a esto?!
-¿Puedo quedarme contigo?- preguntó Kuroko ignorando las quejas del molesto tigre que aún no se recuperaba del susto.
-¿Uh? Uhm.- dijo Taiga asintiendo y sin más tomó una pelota y comenzó a encestar.
Tetsuya, quién tenía a Nigou sobre su regazo, abrió un libro y comenzó a leerlo mientras el pequeño cachorrito se acomodaba sobre su regazo para dormir.
-¿Eh? ¿No vas a jugar conmigo?- indagó el tigre cuando observó lo que hizo su sombra.
-¿No te molesta que juegue contigo?- preguntó Kuroko de manera tierna.
-Tonto, ¿por qué habría de molestarme?- dijo Kagami con una sonrisa mientras le arrojaba un balón al peliceleste, invitándolo a la cancha con él.
-¿Puedo sumarme yo también?- dijo una voz proveniente de la puerta del gimnasio. Taiga y Tetsuya se dieron vuelta al mismo tiempo para encontrarse con el dueño de esa voz tan ronca y grave.
-¿Aomine-kun?- dijo Kuroko con sorpresa pero sin demostrarlo en su rostro.
-Hola, Tetsu.- dijo él con su ya tan conocida sonrisa arrogante, mientras agitaba su mano a modo de saludo.
-¿Qué quieres, Aomine?- dijo Kagami colocándose detrás del pequeño peliceleste, frunciendo el ceño.
-Solo andaba por aquí y cuando ví su escuela me dieron ganas de jugar al básket.- dijo Aomine rascándose la nuca para luego chasquear un poco su lengua a modo de disgusto.
-Entonces tú encárgate de entretener a Kagami-kun.- dijo Kuroko mientras le daba el balón al pelirrojo y volvía a la banca con Nigou y asi leer su libro.
-¿Qué acaso no ibas a jugar?- dijo Kagami un poco decepcionado; le gustaba jugar con el pequeño, de verdad.
-¿No prefieres un uno-a-uno con Aomine-kun?
-Tonto. Sabes que somos un equipo. Ven y ayúdame a vencerlo.- le dijo Kagami al pequeño peliceleste, extendiendo su puño para que el "hombre fantasma" lo chocara con el suyo. El gesto sorprendió a Aomine, quién al ver eso recordó sus días en Teiko junto a Kuroko.
-¿Entonces será un dos-a-uno?- dijo Daiki mientras se sacaba la cámpera y el suéter para arrojarlos a algún lugar del gimnasio. Kagami y Kuroko ya estaban en sus posiciones de defensa y el más pequeño le otorgó el balón al moreno.
-Tú comienzas, Aomine-kun.
El roce de las zapatillas hacía eco en el enorme y vacío gimnasio, mientras los tres jóvenes empapados en sudor se batían a duelo para saber quién marcaba primero 10 puntos. Kagami estaba tan metido en el encuentro que no notó como lo miraban los ojos del moreno, tampoco notó que el moreno lo marcaba de tal formaque sus cuerpos de rozaran más de lo normal.
Kagami no se daba cuenta de esto pero Kuroko si, y cuando terminaron el encuentro, el pequeño peliceleste invitó al peliazul a tomar una malteada de vainilla y hablar.
-Asi que, para eso querías el número de Kagami-kun.- dijo Tetsuya con su inexpresivo rostro. Aomine no pudo evitar sonrojarse, ese pequeño era un experto observando a la gente.
-A-Ahora que lo sabes, ¿me darías su número?- indagó el peliazul un poco apenado.
-No.- dijo de forma cerca el pequeño.
-¡¿Qué?!- exclamó enojado el moreno.- ¡¿Por qué?!
-Kagami-kun dijo que ya tiene alguien que le gusta.
El rostro de Aomine se transformó de enojo a tristeza. Nuevamente, al igual que con Satsuki, el jóven de ojos azul oscuro dejó caer su cabeza sobre la mesa con resignación.
-Ya tiene a alguien.- dijo Daiki desesperanzado.
-Aomine-kun, ¿vas a dejarte vencer?- dijo Kuroko antes de tomar un poco de su malteada.
-¿A qué te refieres?- dijo el moreno levantando la cabeza para mirar a su amigo.
-No te diré que es mentira lo que Kagami-kun me dijo.- dijo el inexpresivo muchacho de ojos celestes.- Pero, al ver tu reacción, menos ganas me dan de pasarte el número de mi "luz".
-Sigo sin entender.- dijo el moreno confuso.
-Idiota.- susurró. Aomine puso cara de disgusto.- Si me prometes que lucharás por conquistar el corazón de Kagami-kun, yo te daré su número; sino, arreglatelas solo.
El rostro del moreno se iluminó al escuchar lo último que había dicho su ex compañero de Teiko, y emocionado tomó las manos de este para decirle:
-Lucaré por él hasta que ya no quede nada de mí.- dijo seguro de sí mismo. Kuroko soltó sus manos y buscó en el bolsillo de su pantalón hasta encontrar su celular para luego abrirlo y buscar el número de Kagami.
-Ya te he enviado un mail con su número.- le dijo el peliceleste a su "antigua luz".- No me defraúdes.
-Gracias, Tetsu.- dijo Aomine con una sonrisa volviendo a tomar las manos del pequeño. Kuroko solo asintió y soltó sus manos rápidamente para tomar su vaso y tomar un poco de su malteada.