Stan miraba silencioso a Dante, esperando a que este comenzara a hablar. Temía que ese día llegase, el día en que hablarían seriamente de lo que pensaba sobre la relación entre él y Vincent.
-Hace rato dijiste algo sobre Vincent y sus viejos amigos. Quiero escuchar lo que sabes sobre eso. Solo así entenderé porqué lo odias tanto- Le pide Dante.
Stan se sentó mirándolo de frente. Rascó su cabeza bajo su gorro y tomó algo de aire para empezar a hablar.
-Hay bastantes cosas que decir sobre eso, pero lo importante ya lo dije antes. Vincent estaba dentro de un grupo que solo se dedicaba a molestar a otros chicos. Les hacían bromas pesadas, les quitaban el dinero, los obligaban a hacer sus tareas, incluso los golpeaban y torturaban.
-¿Tú estuviste presente cuando algo de eso pasó?- Dante no se convencería tan fácil de lo que Stan decía. Esperaba que sus respuestas fueran completamente confiables.
-Cuando entré el año pasado, Vincent estaba en el segundo año. Ya tenía esa mala reputación que se cargaba, pero no parecía ser un mal tipo. Yo y los chicos decidimos intentar hablar con él un día. Normalmente se veía algo solitario. Pero nos trató igual que a ti el primer día. Incluso peor.
-¿A qué te refieres con peor?
-Después de que él nos arrojara su comida encima, sus amigos llegaron y comenzaron a perseguirnos golpeándonos con las charolas del almuerzo- Dijo Stan a modo de queja.
Por lo que decía, parecía que Vincent nunca fue muy amable con las personas. Admitía que ese no era el fuerte del rubio, pero tampoco significaba que era tan malo.
-¿Qué ocurrió después? ¿Qué más cosas viste?
Stan suspiraba pesadamente. No le gustaba mucho recordar esa época.
-Las cosas siguieron justamente así. Vincent haciendo bromas a todo mundo, los chicos de su grupo golpeando y robando y su líder, el Diablo, viendo todo con una sonrisa sínica. Parecía disfrutar mucho de ver a todos en la escuela siendo sometidos por él.
Las cosas eran difíciles, pero nada tan horrible como el día que los expulsaron a todos de la escuela- Stan miró largo rato por la ventana. –Una noche, los amigos de Vincent atraparon a un chico en el pasillo. Lo llevaron a su habitación, atado como si se tratase de un secuestro. Nadie sabe muy bien lo que ocurrió allí dentro, pero yo vi cuando llegaron los paramédicos y se lo llevaron al hospital.
Sacaron a todos de la escuela, excepto a Vincent. Algunos creen que a causa de que su padre es conocido del director o que lo sobornó para que no lo involucraran. En todo caso, Vincent no cambió mucho después de lo ocurrido. Siguió aprovechándose de su fama como el arlequín del Diablo y continuó haciendo sus bromas. Se atrasó un año, eso sí, pero desde mi punto de vista, no obtuvo su merecido.
El silencio después de escuchar las palabras de Stan se sintió eterno. Dante no podía imaginarse a Vincent participando de algo tan terrible. Sabía que Stan no mentía, él no era de los que inventaban cosas, pero algo no encajaba.
-Todo eso suena horrible pero Vincent no parece haber estado involucrado en lo que ocurrió con ese chico. El profesor lo dijo.
-Lo sé, Dan. Yo también lo escuché pero aun así Vincent no es inocente- Stan se levantó de la cama y empezó a dar vueltas en la habitación. –Sigo sin entenderte ¿Cómo puedes querer a alguien que te ha tratado tan mal y que ha hecho daño a otros?
-Supongo,- dijo Dante. –que yo no veo las cosas de forma superficial como tú.
-¡Ha! ¿Me llamas superficial?- se quejó Stan.
-Sí. Porque no te has dado cuenta que Vincent no hizo más que bromas según lo que contaste. Tú mismo me lo has dicho, y yo lo he vivido. Vincent no me ha golpeado, robado o torturado. Es verdad que ha hecho muchas bromas pesadas y que no está bien, pero no me ha lastimado- Dan se levanta y se acerca a Stan. -¿A caso tú lo viste alguna vez golpear a alguien?
Stan enfurecía. No podía responder a eso y no le gustaba no tener argumentos. Dante continuó hablando.
-Yo creo que tuvo una mala elección en sus amistades, pero luego ya estaba tan metido en ello que le fue difícil salir. Si vieras a Vincent como yo- Dante sonreía levemente. –Si hace bromas es solo porque le gusta llamar la atención, pero desde que estamos juntos no ha vuelto a hacer ninguna.
-Si es para llamar la atención, eso lo convierte en un mocoso malcriado.
-Tal vez, pero es solo porque se siente solo ¿No has pensado en eso? Ahora que tiene amigos ya no causa problemas. Desde que está conmigo y los chicos, se ha vuelto más amigable.
-¿Y si finge? Esta podría ser solo otra de sus bromas. Dante, por favor- Stan sostiene a Dante de los hombros y lo mira fijamente. –No te dejes llevar solo porque te diga que contigo las cosas son diferentes.
-Si le dieras la oportunidad verías que no es malo. Tú eres quien debería considerarlo. Intenta convivir con él.
-Dante, no puedo…el solo… - aprieta los hombros del azabache. – ¡Él solo quiere llevarte lejos de casa!- por un momento Stan se quedó paralizado.
-¿Lejos de casa?- Dante no entendía. Parecía que eso último no tenía que ver con él.
Stan se dio cuenta entonces. Soltó levemente a Dante mientras que lo miraba. En ese instante, no pudo más que ver el rostro de su hermana Kim.
Retrocedió sentándose en la cama despacio y cubriendo su rostro con ambas manos.
-¿Stan? ¿Pasa algo?- Dante intenta acercarse pero Stan se contrae cuando éste estira su mano.
-N-no, nada. Es solo que… Perdona. La verdad no sé qué decirte. Todos parecen haber aceptado a Vincent y olvidado las cosas que hizo. No se toman la molestia de dudar ni un poco en su palabra.
-Eso es porque lo han perdonado. No soy el único que se ha dado cuenta de que Vincent es más que un chico problema.
-…Quizás.
Dante se sienta en la cama junto a Stan. Sabía lo difícil que era para el castaño admitir que se equivocaba.
-Sabes, sí llegué a desconfiar de Vincent algunas veces. He notado que me oculta muchas cosas, pero eventualmente me las dice. Entendí que le es difícil admitir que tiene sentimientos como todos y que hay cosas que le duelen, incluso que le avergüenzan. No creo que en verdad se sienta orgulloso de ser ¨el Arlequín del Diablo¨ cómo todos creen, pero no había encontrado una salida de eso.
Stan sabía que no podría hacer cambiar a Dante de opinión. En verdad había encontrado algo en Vincent, quizá algo realmente bueno.
-Admito que puedes tener razón, pero aun así no entiendo por qué sales con él. Sé que quieres ayudarlo y eso es bueno, pero ser su pareja me parece demasiado. No lo entiendo.
-Bueno, eso puedo explicarlo- empieza a decir Dante con una sonrisa que revelaba todo lo que sentía por Vincent. -Aunque no lo parezca, él suele ser muy cariñoso. Se preocupa por mí e intenta cuidarme. Me hace reír y me divierto mucho estando a su lado. Y cuando me abraza siento que es el que menos quiere separarse.
Stan miraba de reojo a Dante, la forma en que sus ojos brillaban al hablar de Vincent decía que lo quería por completo. No podía contra eso.
-Tú tienes novia ¿Nunca te has sentido así?- Pregunta Dante.
-Por supuesto, pero Sara no es una brabucona y tampoco tiene malos antecedentes. No me malentiendas, sé que intentas decirme, pero no puedo dejar de desconfiar de ese tipo. Dante, eres mi amigo y no me gustaría que salieras lastimado por culpa de Vincent.
-Ya te he insistido bastantes, pero… ¿Podrías darle una oportunidad? Solo por mí. Stan, yo también te considero como un gran amigo y no quiero perder tu amistad por esto. Me gustaría que ambos se llevaran bien.
Dante le suplicaba a Stan con la mirada. Al castaño la cabeza le dio mil vueltas, pensando en si aceptar la propuesta que le daba el azabache. Si lo analizaba bien, estar cerca de Vincent le daba ventaja y al mismo tiempo lo dejaría volver con sus amigos a los cuales extrañaba bastante.
-Está bien- dice soltando un gran suspiro. –Pero voy a vigilar cada cosa que haga o diga, no descansaré hasta descubrir sus verdaderas intenciones.
-¡Stan, gracias!- Dante lo abraza emocionado a lo que Stan, aunque algo sorprendido, le corresponde. –No sabes cuánto tiempo esperé a que dijeras algo así. No te arrepentirás, te prometo que si le dedicas tiempo entenderás porqué quiero que lo conozcas bien.
-Sí, sí. Lo que tú digas- Por fin el castaño soltaba una risa amistosa. Hace tanto que se había alejado de sus amigos que le parecía extraño reír así, a pesar de ser una risa espontanea. –En todo caso, no sé si él acepte.
-Lo hará, ya veraz- Dante suelta a Stan y lo mira muy convencido de lo que decía. Stan no pudo más que corresponder a esa sonrisa.
Mientras tanto, en la habitación de Cris y Jeff, Vincent miraba como el castaño de gafas perseguía a Jeff y tiraba de él intentando llevarlo al sofá donde se supone que dormía.
-Jeff, por favor, estoy muy cansado para perseguirte- suplicaba Cris.
-No puedo creer que te dejes manipular por ese pelirrojo malcriado. Solo déjalo, ya se cansará y se irá a dormir por su cuenta.
-No lo entiendes. Si no soy yo quien lo manda a dormir, es capaz de saltar por la habitación toda la noche- Cris sostenía a Jeff de su camiseta. El pelirrojo intentaba llegar a donde estaba una vieja consola de videojuegos. -¡Jeff! Ya es tarde para jugar.
Vincent se cansó de ver a Cris batallando con Jeff. Buscó entre su caja de bromas y encontró un viejo atrapa dedos chino. Caminó a donde estaba el pelirrojo y le colocó el juguete a un dedo de cada mano dejándolo atrapado.
Jeff miró confundido sus manos. Intentó separar sus dedos pero el juguete se lo impedía.
-¿Qué se supone que lograrás con eso?- le cuestiona Cris. –Terminará rompiéndolo.
-No lo hará, es un atrapa dedos y solo hay una forma de zafarse. Dudo que lo descubra pronto. Solo míralo, ya está más calmado.
Cris miró a Jeff. El pelirrojo estaba concentrado intentando liberarse. A pesar de todo se veía muy tranquilo.
-Es ahora o nunca- Cris aprovechó y llevó a Jeff a recostarse en el sofá. Le fue muy fácil hacerlo. Le acomodó la almohada y lo cubrió con una manta. Jeff continuaba concentrado con su nuevo juguete. –Es increíble. Está muy calmado.
-Te lo dije- Vincent se arrojó a la cama. –Se quedará dormido antes de lograr liberarse.
-Eso espero- Cris soltó un gran bostezo y se dirigió a la cama. –Me pregunto cómo les estará yendo a Dante y Stan.
-Ni idea- Vincent intentaba sonar desinteresado pero su mirada pensativa lo delataba.
-Aunque no estoy preocupado. Confío en que sabrán cómo solucionar las cosas- el castaño se quita las gafas dejándolas en la mesa de noche. Apagó la luz de la habitación y se recostó. –Bueno, intentaré dormir. Sé que Jeff me molestará más tarde, pero aprovecharé que está distraído para descansar un poco.
Vincent también se dispuso a descansar. Se acomodó en la cama e intentó dormir. Lamentablemente no pudo hacerlo. No podía dejar de pensar en Dante, en lo que estaría hablando con Stan y las cosas horribles que diría de él.
Sabía muy bien que fue el castaño quién había despertado en Dante la curiosidad de saber sobre su pasado. Estaba metido en problemas. No quería hablar de eso con Dante.
El arlequín sacó de su bolsillo su teléfono móvil. Comenzó a revisar su corta lista de contactos. Allí estaba, el nombre de a quién debía su mala fama, el ¨Diablo¨.
Hace tiempo que no contactaba con aquel chico. Recordó que el chico que conocía del centro comercial había dicho que lo estaba buscando, pero no dijo para qué. Había tenido la suerte de que el Diablo perdiera su teléfono, pero sabía que no se detendría allí.
Además de todo, había prometido ir a verlo, lo cual no hizo. Seguramente no estaría contento cuando lo viera ¿Qué haría si se enteraba de la existencia de Dante? Eso sí le preocupaba.
¨No puedo dejar que se conozcan. Si lo hacen…él podría…¨. Vincent sacudió con fuerza su cabeza, intentando alejar ese pensamiento. Ya vería la forma de arreglar las cosas, por ahora solo quería descansar y despertar lo antes posible para ver a Dante de nuevo.