Habían pasado unos días desde el cambio de habitaciones entre los chicos y desde que todos pasaban el tiempo juntos. Como era de esperarse, las peleas no dejaban de surgir.
Vincent y Stan no se ponían de acuerdo con nada y tenían pequeños “desacuerdos” entre ellos. Dante siempre intervenía para salvar la tranquilidad del grupo. Cris y Jeff actuaban como siempre, solo Alexander parecía estar completamente tranquilo con la situación.
-¡Dije que no! Tenemos que estudiar para el examen de cálculo- decía Stan mientras caminaban por los pasillos.
-No es como que los estoy invitando a todos. Solo voy a llevarme a Dani- reclamaba Vincent, quien caminaba a la par de Stan.
El resto de los chicos observaba la discusión desde atrás. Cris y Jeff ni le prestaban atención ya que así había sido toda la semana.
-Que tú seas un desobligado no significa que Dan lo sea. Nos juntaremos todos para repasar en equipo y ayudarnos. Es necesario que “todos” vayan. Excepto tú, ya que pareces demasiado tranquilo- dice Stan.
-¿Quién estudia para los exámenes? Yo paso todos sin repasar los temas- presume el rubio.
-¡Ha! A otro perro con ese hueso. Todos saben que apenas apruebas las materias- dice Stan de forma burlona.
-Que los profesores sean idiotas y me bajen puntos por tareas bobas no es mi culpa.
Dante ya no soportaba más. Se adelantó y se puso en medio de ambos para calmarlos.
-¡Basta! Dejen ya de pelear- dice con voz cansada. –Todo esto tiene una solución. Hoy iremos a la biblioteca a estudiar, y mañana después del examen saldremos a divertirnos.
-A mí me parece buena idea- comenta Alexander, quien se acercó a ellos. –Aunque no voy en su grupo, también tengo tarea por hacer hoy.
-¿Salir en viernes? ¿Qué se supone que haremos el fin de semana? No es como que tengamos dinero para salir dos días seguidos. Y no quiero quedarme encerrado en los días libres- dice Stan.
-Podrías ir a estudiar a la biblioteca, si tanto te gusta. Además, no tienes que ir si no quieres- Vincent sonríe de forma burlona.
-Por favor, Vincent. Hace mucho que no salimos todos- Dante estaba comenzando a cansarse.
Habían sido días difíciles. Por alguna razón siempre despertaba tarde. Podría ser que le afectara el quedarse despierto hasta tarde pensando en lo lejos que se sentía de Vincent, o que ya se había acostumbrado a que fuese él quien lo despertase. De repente todos los maestros comenzaron a dejar tareas y este solo era el primero de una montaña de exámenes que les caerían encima.
-De igual forma hoy iremos a estudiar. Ya después se decidirá el día en que saldremos- Stan había tomado la decisión por todos, y aunque Vincent no estaba de acuerdo, accedió solo porque vio lo cansado que estaba Dante.
-Esto será aburridísimo- se quejó por último el arlequín.
Los chicos pasaron la tarde estudiando en una alejada mesa de la biblioteca. Stan tomaba el mando como siempre, y ya que Cris era quien tenía mejores calificaciones en la materia, era quien explicaba la mayor parte de las cosas…eso mientras Jeff no dejaba de juguetear y perderse entre los estantes de libros.
Dante se sentía abrumado. No le entraban las formulas, cosa que era rara en él. Siempre fue bueno con las matemáticas pero esos días se sentía inútil. Vincent por su parte no estudiaba nada. Miraba de reojo el cuaderno de Dante y las operaciones que realizaba.
-Bueno ¿alguna pregunta?- dice Cris, quien ya se había cansado de explicar.
-Por mi parte, no. Solo repasaré los últimos temas antes del examen- dice Stan mientras cerraba su cuaderno.
-No le preguntaré a Jeff…es obvio que no me escuchó. ¿Tú, Dan?- le pregunta el chico de gafas.
-¿Eh? Pues… creo que entendí la mayor parte- Era mentira, pero estaba demasiado cansado como para continuar.
-Entonces es todo en cuanto al examen ¿Cómo vas con tu tarea, Alex?- pregunta Stan.
-Bien, aunque aún no termino. Pero no me falta mucho.
-No te preocupes, te esperaremos- asegura Stan, hablando por todos como siempre.
Vincent se levanta y toma a Dante del brazo haciendo que también se levantara.
-En ese caso, nosotros nos vamos. No es que no quiera esperarlos, pero entenderán que como pareja requerimos tomarnos un tiempo para nosotros- Vincent guardaba todas las cosas de Dante mientras éste solo observaba.
-No se preocupen, todos entendemos- Alexander sonríe amablemente.
Stan no estaba muy feliz con aquello, pero ya que decidió respetar su relación debía acceder a dejarlos tomarse un tiempo a solas.
-Solo recuerden que ya es tarde. Dante debería dormir bien la noche antes de su examen- Stan parecía decir aquello específicamente a Vincent. Casi como un padre dando toque de queda al novio de su hija.
-Sí, sí. Relájate, Stan. Dani pasará su examen sin problemas- Vincent tomó a Dan y se lo llevó al patio.
El azabache no decía nada. Estaba feliz de pasar tiempo con Vincent pero también sentía que sus ojos se cerraban por sí solos. Cuando llegaron a un espacio abierto se sentaron en el pasto. El cielo tenía tonos rojizos y comenzaba a refrescar. Ambos permanecieron en silencio un momento, solo Vincent sostenía con fuerza la mano de Dan.
-Te ves algo cansado. Ese idiota de Stan exagera con eso de estudiar. ¿También te obliga a hacerlo cuando están en nuestra habitación?- Vincent pudo notar las ojeras de Dante.
-No es eso, él no me obliga a estudiar. Solo no puedo dormir bien por las noches- Dante bosteza después de decir esto.
-¿Algo te preocupa?- Vincent observaba cuidadosamente el rostro de Dante.
-No, creo que solo necesito acostumbrarme. Aunque llevemos poco tiempo saliendo…creo que extraño dormir contigo y se siente raro al saber que no estás en la habitación- Aquella confesión era un poco vergonzosa para Dante, pero estaba tan cansado que la dijo sin más.
-Entiendo- Vincent tomó a Dante de los hombros y lo hizo recostar su cabeza en sus piernas.
-¡Ah!... ¿Vincent?
-No te preocupes, Dani, nadie nos está viendo- Le dice mientras acaricia su cabello. –Aunque lo hicieran, no dejaría que nos molestaran por ello. Solo relájate y duerme un poco.
Entonces Dante se dejó llevar. Las manos de Vincent lo arrullaban, le recordaban a como lo hacían las de su madre cuando era pequeño.
- ¿Vincent, puedo preguntarte algo?
-¿Qué ocurre?
-A parte de tu tía, ¿tu padre sabe sobre nosotros?- pregunta con voz tranquila, sus ojos se cerraban solos.
-No, no creo que mi tía le contara. Pero eso no importa, ni siquiera tu madre lo sabe ¿o sí?
-Ella lo sabe- dice Dante soltando un bostezo.
- ¿QUÉ? ¿ELLA SABE?- grita sin querer Vincent, haciendo que Dante despertase un poco.
-Está bien…ella ya sabía que me gustan los chicos- intentó levantarse pero Vincent lo hace reacomodarse.
-Pero… ¿Cómo lo tomó?- Vincent estaba nervioso, pues nunca tomó realmente en cuenta a la madre de Dante ni lo que opinaría sobre él.
-Solo dijo que quería conocerte, pero como nuestra casa está tan lejos ella planea hacerlo durante las vacaciones de invierno. Sé que debí contarte… pero creí que como faltaba mucho tiempo…
-¡Eso no importa, debiste contarme de inmediato! ¿Qué tanto le has dicho sobre mí?- había cierto tono de preocupación en el tono de voz del arlequín.
-Le conté que éramos compañeros de habitación, que eres de mi edad y que eres bueno conmigo.
-¿Solo eso? ¿No le contaste de… tú sabes?
-Pues… ella preguntó, así que…- Dante se estaba durmiendo.
-¡LE DIJISTE! ¡Oh no, esto es malo!- Vincent no entendía como Dante estaba tan tranquilo, que tuviese sueño no era excusa ¿Cómo pudo contarle a su madre que tuvieron relaciones? No lo entendía. -¿Por qué le contaste eso? ¿No se enojó contigo? Seguro me odia.
-Mmm… ella no está molesta con ninguno de los dos. Dijo algo sobre que éramos muy jóvenes aún, pero al final solo me pidió que fuera cuidadoso y que no lo hiciéramos en la escuela.
-¿Cuándo hablaste con ella?
-Un día después de que cambiáramos de habitación. Le mandé un mensaje porque no podía dormir y terminamos hablando un rato. ¿Estás enojado?- pregunta Dante.
-No, no es eso. Creo que solo me sorprendiste- Vincent continúa acariciando el cabello de Dante. Podía sentir como se dormía poco a poco. –Parece que te llevas muy bien con ella. Me será difícil hacer que confíe en mí después de que supiese lo que te hice.
-No será así. Le agradarás porque eres un buen chico, a pesar de lo que otros digan o lo que tú creas de ti mismo- Por fin, Dante se había quedado dormido.
Tal vez era porque estaba muy cansado, pero Vincent se sorprendió de que Dante le soltara todo eso de repente. ¿Qué haría? Aunque Dan dijese con tanta seguridad que su madre no estaba molesta, Vincent no podía dejar de pensar en que cara le pondría cuando la conociera. Además, todo eso le hizo pensar en su padre. Hace tiempo que le dio su número y aun así nunca le llamó. Se preguntó si su tía Teresa había hablado con él o si de repente se había olvidado de que tenía hijo.
Vincent miró a Dante dormido. Pensaba en cómo estaba tan tranquilo sin saber quién era su padre, y si eso lo volvía afortunado o no.
----------------------------------------------------------------------------
Pronto había obscurecido. Vincent sentía las piernas entumecidas por tener a Dante sobre ellas, pero no movía un músculo. Prefería seguir observándolo y reflexionando. En eso, Stan apareció.
-Ya es tarde para que sigan aquí de melosos- dice con cierto tono de autoridad.
-Silencio- susurra Vincent y señala a Dante quién seguía durmiendo.
Stan mira al azabache descansando y se sienta al lado de Vincent.
-Deberías despertarlo ya- dice Stan en voz baja. –Es mejor que duerma en su cama.
-¿Nunca dejas de ser tan mandón?- se queja Vincent.
-No soy mandón, solo me preocupo por mis amigos y los ayudo guiándolos para que les vaya bien.
-Eso te convierte en un mandón- Vincent suspira pesadamente, parecía cansado.
Stan los observó a ambos. Seguía sin entender que era lo que se miraban el uno al otro, pues le parecía que eran muy diferentes.
-Hace tiempo me dijiste que solo estabas con él por diversión- Comenta de repente Stan.
-Lo dije, pero no era verdad. Solo quería fastidiarte a ti y al idiota de Alexander- Vincent se mostró tranquilo, pero en realidad le preocupaba que Dante escuchara y se ocasionara una confusión.
-Eres un experto mintiendo, eso lo sé ¿Cómo se supone que confiaré en ti?- Stan miró fijamente a Vincent.
-No tienes que hacerlo. No necesito tu aprobación- Dice Vincent de forma ruda, pero después de un segundo decide hablar con franqueza. –Dante no es estúpido, si no lo quisiera él ya lo sabría. En cambio nosotros sabemos que el sentimiento es mutuo, eso es algo que no entiendes y por eso te frustra.
Stan no se esperaba eso último. De nuevo atacaban su orgullo, ¿cómo responder a eso?, ¿A caso era verdad que ellos se querían, que era mutuo?
-Lo he dicho mil veces pero lo repetiré. Si lastimas a Dante…
-Lo sé, lo sé- interrumpe Vincent. –Pagaré por ello ¿no?- Vincent sonría de forma sínica.
-Al menos quiero una prueba de que no estás jugando con él- Stan parecía molesto y desesperado. Había alzado tanto la voz que Dante comenzó a despertar.
-Mmm… ¿qué hora es?- el azabache miraba al cielo notando que ya era de noche.
-Cerca de las 8pm. Tomaste una buena siesta- Vincent aprovecha que sus piernas eran libres para estirarlas.
-Deberíamos irnos a dormir, mañana es el examen- le dice Stan mientras se levanta.
-Sí, el examen…-Dante no estaba seguro de estar listo para eso.
-Al menos déjanos despedir sin tu incómoda presencia- Vincent se quejaba mientras intentaba levantarse, pero sus piernas entumecidas no lo dejaron dar un segundo paso cuando cayó de rodillas.
-¿Vincent?- Dante se inclinó para verlo.
-Hahaha, ¿qué fue eso?- se burló Stan.
- ¡Cállate idiota! ¡Solo tengo las piernas entumecidas!- Vincent gritaba y gruñía desde el pasto.
Stan seguía riendo, pero paró cuando recordó lo que había dicho antes: “Al menos quiero una prueba…”
¿No era esa una prueba? El que Vincent se preocupara más por no despertar a Dante que por la incomodidad en sus piernas, el que se haya quedado quieto mientras se le entumecían. De nuevo sentía que golpeaban su orgullo, odiaba eso.
-No exageres. Los dejaré pero que Dante regrese a la habitación en 10 minutos o menos- Stan se fue de allí, casi huyendo de Vincent y Dante.
-¿Qué le pasa?- Pregunta Dante, quien sabía que habían estado hablando desde antes que él despertara.
-Nada, solo ignóralo- Vincent se levanta y de nuevo estira sus piernas.
-Lo siento, creo que eso fue mi culpa- Dante miraba a Vincent apenado.
-No te preocupes por eso, me gustó verte dormir. Aunque tanto silencio me dejó pensando en lo que dijiste de tu madre.
En ese momento Dante recordó que le había contado a Vincent sobre su madre y como ahora sabía que eran pareja y que habían tenido relaciones. Un ligero rubor se coloreó en sus mejillas.
-Perdona, es que ella es mi madre y… no podría ocultarle algo así.
-Ustedes son muy unidos, y ella suena como alguien muy amable- dice Vincent en un tono un tanto triste.
- Ella dice que es porque ambos crecimos juntos, aunque de diferentes formas.
-Dime una cosa- Vincent mira fijamente a Dante. -¿No te molesta haber crecido sin tu padre?
Dante ya se imaginaba que preguntaría algo así, pues no era la primera vez que se lo preguntaban.
-Bueno, es obvio que de pequeño me preguntaba por qué otros niños tenían padre y yo no, pero creo que no me hizo falta. Mi madre me ha cuidado bastante bien.
-No hablo de eso… digo ¿no te molesta que nunca te buscara?- Vincent tomó la mano de Dante, esperando su respuesta.
-¿Cómo sabes eso?- pregunta Dante un tanto confundido.
-¿Eh? ¿De qué hablas?- Vincent se puso nervioso.
-De eso, de que mi padre jamás me buscó. Yo nunca te dije eso- Dante esperaba atento la respuesta de Vincent.
Vincent quedó pálido, no sabía que responder para no arruinar las cosas.
-Yo solo lo supuse. Digo…me contaste el otro día y por lo que dijiste parecías no conocerlo.
-Ya veo. Pues en efecto, no nos conocemos ¿Por qué tanto interés de repente?- Se había despertado en Dante una gran curiosidad.
-Nada en especial, solo que hace rato mencionaste a tu madre…
-Y tú aún no me hablas de tu familia, por lo menos no a detalle- le interrumpe Dante.
-Eso… te lo diré otro día ¿ok?- Vincent parecía incómodo con la conversación.
Dante decidió dejarlo hasta allí. Ambos se fueron a las habitaciones, había sido un día cansado y mañana lo sería igual. Tomados de la mano, subían las escaleras cuando de repente Vincent se detuvo, acercó el cuerpo de Dante al suyo y lo besó. Aquel beso les supo especialmente bien a ambos, hace tiempo que no lo hacían ya que siempre había alguien alrededor, pero en ese instante solo estaban ellos en los pasillos, ellos y la suave y cálida sensación en sus labios.