Los chicos habían llegado a la escuela después de su día de compras. Jeff caminaba alegremente dando saltitos, estaba ansioso de abrir sus nuevos audífonos.
-Ya cálmate Jeff, en cuanto lleguemos a nuestra habitación abriremos tus audífonos- Cris parecía realmente cansado.
-Ustedes dos son un desastre- Comentó Vincent. –Por qué no simplemente lo dejas hacer lo que quiera, de igual forma no te escucha, solo gastas tu energía.
-No digas eso Vincent- Dijo Dante.
-Él tiene razón- Interrumpió Cris. –Jeff hace que gaste mis energías y muchas veces en vano. A veces me pregunto por qué lo cuido tanto. Pero simplemente no puedo dejarlo- Cris miró de lejos al pelirrojo. –No quiero que se haga daño. Es muy torpe y distraído, si lo dejo seguro terminará lastimándose. Tú ya sabes cómo lo conocí, Dan.
-En el lago, antes de caer al agua- Completó Dante.
-Todo por esos estúpidos audífonos, siempre está distraído.
-¿Y por qué no se los quitan y ya? Solo hacen que sea más inútil- Dijo Vincent ya algo desesperado.
-Créeme, no es tan fácil. Nunca se los quita, y cuando es necesario hacerlo usa tapones para los oídos. Tiene un problema con el ruido del exterior que no entiendo.
-¡Por eso mismo deberían quitárselos!
-No… no hasta que esté listo- Dijo Cris. –Estoy seguro que algún día lo hará, solo es cuestión de tiempo.
Jeff dejó de corretear cuando vio que Cris se quedaba atrás. Volvió corriendo a él con una enorme sonrisa.
-¡AHH! ¡Jeff, detente!- El pelirrojo chocó con Cris lanzándose sobre él. -¡Tonto! ¡Bájate!- Dijo Cris quien estaba tendido en el suelo con el alegre pelirrojo montado sobre él.
-Bueno Cris, espero que puedas aguantarlo hasta que decida madurar…. Ósea nunca- Vincent se burlaba del chico de gafas.
-Eso no ayuda- Dijo Cris medio aplastado.
-¡Lo sé! ¡Hahaha! Bueno, creo que ya es hora de irnos Dani. Tengo algo de lo que quiero hablarte- Dijo el rubio mientras pasaba su mano por la cintura del más alto.
-Ahh… S-si. Nos vemos luego chicos.
Dante fue llevado por el arlequín mientras que Cris intentaba levantarse.
-Nos vemos mañana chicos- Gritó Cris antes de que el azabache desapareciera. -¡YA BAJATE JEFF!
Dante caminaba junto con Vincent por los pasillos de los dormitorios. Miraba con interés la bolsa negra y engrapada que cargaba el rubio.
-¿A dónde fuiste hace rato en la plaza?- Se animó a preguntar.
-Juju~ Eres curioso Dani, eso me gusta. Pero aun así no te diré.
-¿Por qué? ¿Qué tienes allí?-Dijo mientras se acercaba a la bolsa.
Vincent la apartó de inmediato. –No, no. Esto es para después- Dijo con una sonrisa pícara.
Dante no quería molestarlo así que dejó de insistir. Sin embargo solo sentía más curiosidad.
-¿Ya no te duele?
-¿Qué?
-Pregunté que si ya no te duele- Vincent miraba la cintura del azabache.
-Ahh…p-pues, ya no.
-Perfecto- Al llegar a su habitación Vincent tomó al azabache y lo metió rápidamente cerrando la puerta de golpe.
-¿Vincent?- Los labios de Dante fueron silenciados por un beso del arlequín.
-No sabes cuánto me he contenido- Los ojos del rubio no se despegaban de los labios de Dante. –Hoy tendrás que guardar silencio, recuerda que los dormitorios no están vacíos esta vez.
-¿Dices que…vamos a hacerlo?- Preguntó tontamente mientras Vincent ya lo estaba llevando a la cama.
-Dani ¿Realmente eres tan inocente? A veces creo que finges. No existe nadie tan ingenuo- Vincent lo recostó en la cama y se puso sobre él.
-¿Eh? Bueno…no es como si no me lo imaginara pero…
-¿Pero?- Dijo acariciando su rostro.
-No estoy acostumbrado. Tú eres la primera persona con la que hago estas cosas.
Vincent sonrió al escucharlo. Se acercó a su rostro y lo besó dulcemente.
-Por eso mismo traje esto- Vincent abrió la bolsa sacando un vendaje color purpura. –Aun te da pena ver ¿Verdad?
-Ah…pues…- Se puso nervioso.
-Hoy quiero hacerte de todo y quise consentirte en el trayecto. ¿Te gusta? Es un purpura muy obscuro, de tus colores favoritos.
Dante solo miró a Vincent con un sonrojo bajo sus ojos. A Vincent realmente le gusta jugar.
-Bueno ¿Quieres hacerlo o no? Porque no sé si esa mirada es de miedo o de ansias.
La verdad es que Dante también quería hacerlo, sin embargo no dejaba de estar nervioso, más aun al ver que aquel vendaje no era lo único dentro de la bolsa.
-…está bien…- Dijo en voz baja.
-¿Qué dijiste? No te escucho- Dijo Vincent sínicamente.
-Si quiero, si quiero hacerlo contigo.
Vincent no esperó más. Le vendó los ojos a Dante y comenzó a llenarlo de besos desde su vientre hasta su pecho mientras le quitaba la camisa. Desnudó por completo su torso y sus brazos. De inmediato bajó con su boca a donde estaba la cremallera de su pantalón.
-Ahh…espera- Dante movió sus manos al frente cuando algo suave y afelpado atrapó ambas muñecas produciendo un ruido metálico. -¿Qué? ¿Qué es esto?
-No, no. Hoy quiero tus manos fuera- Vincent sonreía al ver las manos de su ángel atrapadas por las esposas con peluche purpura.
El arlequín siguió bajando sus pantalones y ropa interior. Las piernas de Dante se movieron inquietas sobre la cama.
-Vas muy rápido- Dijo el azabache.
-Bueno, si quiero que me alcance la noche entera para terminar todo lo que quiero hacer, debo ser rápido- Vincent sacó una pequeña botella de la bolsa. –Relájate ¿ok?
Puso algo del líquido de aquella botella en sus dedos y los introdujo en la entrada el azabache.
-¡AHH! ¡Vincent!- Gritó Dan al sentir la intromisión de sus dedos.
-Shhh~ Silencio Dani~ Te escucharán- Susurró Vincent mientras movía sus dedos dentro en forma de tijeras.
-Nhg! Lo siento…no me esperaba que…!AHH!- Gimió al sentir un tercer dedo.
-Oh Dani, no puedes esperar más ¿Cierto?- Vincent sonreía al ver como Dan no podía evitar gemir. Siguió preparándolo hasta que se miró más relajado. –Muy bien, está listo.
Dante escucho como sacaba algo más de la bolsa, pero no sabía que. Pronto sintió algo rozando su entrada.
-¿Vincent? ¿Ya vas a…. AHH!- Sintió como lo penetro de una sola vez, pero se sentía diferente.
-Huhu, Dani, no te asustes ¿Ok?- Vincent encendió el dildo que había metido en Dan haciendo que vibrara.
-¿¡AHH!? ¡Vincent!- Sentía como algo dentro de él vibraba y era empujado más profundo- ¿Q-qué es esto? ¿Vincent? ¡Ahh!
Vincent disfrutaba de verlo así, nervioso y un poco asustado, pero siendo dominado por el placer. Lo giró en la cama y lo puso a cuatro.
-Dani, ya que hice esto por ti, necesito que tu hagas algo por mí- Se mueve poniéndose frente a él. Baja su pantalón y ropa interior. – ¿Sientes esto Dani?- acerca su miembro a la boca de Dante.
-¿Eh? ¿Qué quieres que…- Pregunta nervioso.
-Algo que yo te hice a ti antes. Sé que es la primera vez que lo haces, pero me harías muy feliz si lo intentas ¿Ok?
Dante tembló de nervios, no sabía hacer eso, temía hacerlo mal.
-Solo abre la boca despacio, intenta no rozar con los dientes y usa tu lengua- Le explicó el rubio mientras abría la boca del azabache, el cual no puso objeción alguna.
Vincent introdujo su miembro en la boca de Dante, podía verlo morir de los nervios, pero intentarlo poco a poco. Dan hizo justo como dijo Vincent, despacio y con cuidado, usando su lengua.
-Ahh…Dani, lo haces bien- Poco a poco hizo que Dan lo succionara más rápido. La vista que tenía de su ángel le fascinaba, era tan tierno y sumiso.
Dan había logrado calmarse, ahora lo chupaba de forma rápida. Nunca se imaginó hacer algo así, era tan vergonzoso, pero le gustaba, sabía que bajo las vendas Vincent ponía una cara de placer mientras se lo hacía. De igual forma las vibraciones dentro de él lo excitaban y tener las manos esposadas era algo nuevo.
- ¡Ah¡ Dan voy a- No terminó de decirle cuando ya se había corrido dentro de su boca.
-¡Ngh Ahh¡ - Dante se separa con la boca escurriendo. –Vince…ah.
-Espera- Vincent lo limpia con un pañuelo. –Tranquilo, solo escúpelo, anda- El azabache lo obedeció.
-V-vincent…- Dante tenía las mejillas rojas, su pálido cuerpo temblaba.
-¿Creo que ya no aguantas más verdad?- Vincent tomó a Dante y lo recostó en la cama, sacó el dildo y lo penetró de una sola estocada.
-¡Ahh! ¡Vincent!- Siente como lo penetra. La sensación cálida dentro de él mientas el arlequín se movía le gustaba. Alzó sus manos que seguían prisioneras intentando alcanzarlo.
Vincent hizo que Dan abrazará su cuello con las manos esposadas. Lo levantó y lo embistió contra la pared.
El sonido metálico de las esposas chocando entre sí, y la expresión de placer de su ángel siendo corrompido alegraron al arlequín. Ambos contuvieron sus gemidos lo más que pudieron, abrazándose con fuerza el uno al otro hasta terminar.
Dante cayó dormido, solo sintió cuando Vincent le quitaba las esposas y el vendaje, pero estaba tan cansado que ni siquiera abrió los ojos. Sintió un beso en la frente y como si atasen algo a su cuello. Luego se quedó profundamente dormido.
Al despertar, Dante se dio cuenta que el rubio lo tenía entre sus brazos. Era tan cálido despertar de este modo, la respiración de Vincent se sentía cálida en su cuello.
No tardó en dirigir su atención a la bolsa que estaba en el suelo con todas las cosas que habían usado la noche anterior. Un ligero sonrojo se dibujó en sus mejillas, era tan vergonzoso.
-Mmm…Dani- Habló Vincent dormido.
Dante sonrió, aunque lo que habían hecho fue vergonzoso también fue apasionado, y al hacerlo con Vincent la vergüenza no importaba.
El azabache se incorporó en la cama y estiró los brazos y el cuello.
-¿Eh? ¿Qué es esto?- Dante sintió que algo le rodeaba el cuello. Tocó despacio notando una gargantilla. La recorrió con sus dedos, está se abrochaba con un corazón metálico que iba en la parte de atrás donde le cubriría el cabello.
-Buenos días- Dijo Vincent despertándose y estirándose.
-Vincent, esta gargantilla…
-¿Te gusta? No es muy gruesa y no está tan ajustada, te será cómodo llevarla puesta. Es un regalo para mi querido Dani, tú me diste la camiseta, y bueno, pensé que te debía algo.
Dante sonrió tímidamente. –Me gusta- Dijo.
-Eso pensé- Vincent le sonrió dulcemente. Le gustaba como se miraba Dan usando ¨únicamente¨ esa gargantilla.
Ambos se alistaron y fueron juntos a clases. Aunque seguían tomando un poco de distancia y tratando de que no los descubrieran, era más que obvio que algo pasaba entre los dos, se sabía porque cuando cruzaban miradas no podían evitar sonreír como si guardasen un secreto.