Vincent miró a la mujer frente a él sin mostrarle mucho interés, no tenía ganas de charlar con ella, sabía perfectamente lo que diría.
- ¿Qué? ¿No vas a saludar a tu tía? – Dijo con autoridad.
- Hola ¿Qué es lo que quieres? – Vincent quería irse de allí lo antes posible.
- ¿No puedo visitar a mi sobrino? En serio que has cambiado Vincent. – La mujer suspiró. -Será a tu modo, vallamos al grano. Tu padre quiere verte.
Lo sabía, ya sabía que diría eso. Vincent se cruzó de brazos y le miró con aquella sonrisa fría que tanto usaba.
-No gracias, no quiero ver a ese viejo estúpido, dudo que él también quiera.
-No hables así de tu padre. Vincent, él te ama y está arrepentido. Solo escúchalo.
-Escucharlo ¿Escuchar qué? ¿Qué soy un desastre? ¿Qué hago todo mal? ¿Qué me visto como un loco? ¿Qué le falté el respeto a mamá? – Estaba agitado, tomó un poco de aire y prosiguió. -No gracias tía. No tengo ganas de verlo.
-Vincent, sé que estas enfadado, yo lo estuve, pero ¿De qué nos sirve? Tu padre me llama todos los días preguntando por ti ¿Acaso crees que no le importas?
- ¿Y eso qué? No cambia nada- Vincent se dio media vuelta. Su tía se acercó y lo abrazó.
- Llegará el día en que tengan que verse a los ojos y decirse todo lo que tengan que decir, no podrás evitarlo ¿No crees que…es mejor que sea ahora?
Volviendo con Dan. El azabache y sus amigos comían en la cafetería. Jeff devoraba dos trozos de pasteles diferentes y una malteada de fresa.
- ¡Jeff! No comas tan rápido, tus modales- Cris no soportaba verlo así, tenía la cara llena de crema. - ¡Ven aquí mocoso! – Lo tomó de la barbilla y con una servilleta le limpió la cara. Para cuando se dio cuenta de lo que hacía, Stan ya se estaba burlando de él.
-Awww, son tan tiernos, la pareja más melosa de todo el instituto- Stan realmente disfrutaba molestar a Cris.
- ¿QUÉ DICES? – Cris, obviamente, no lo disfrutaba nada. Jeff por su parte seguía comiendo, porque ¿A él que le importaba? Ni siquiera los escuchaba, él solo sabía que tenía dos deliciosos pasteles esperando por ser devorados.
Dante miraba por la ventana, parecía molesto y algo triste, como si se hubiese nublado el clima de repente.
-Dan ¿Estás bien? – Pregunto el de gafas, pero Dan no respondió.
- ¡Oh vamos! ¿No estarás así por el diablillo verdad?
- ¿Diablillo?
-Vincent está en la plaza- Dijo Stan en un tono que demostraba que aquello le fastidiaba.
-Con razón, seguro no tienes ganas de verlo después de todo lo que te ha hecho ¿Verdad? – Al parecer, Cris estaba atrasado en cuanto a lo que Dante sentía por el Arlequín.
-No chicos, no es eso, solo estoy cansado- Dante no quería hablar del tema, era ridículo.
*Flashback*
-Es Vincent, no me dijo que vendría a la plaza, me pregunto con quién está…- Dante estaba a punto de ir asía el arlequín cuándo Stan lo detuvo tomándolo del brazo.
-No pensaras ir a saludarlo ¿Verdad?
- ¿Por qué no? Él es mi amigo.
- No Dan, no es tu amigo- Stan miró fijamente al de ojos noche y hablo seriamente. – Te está utilizando, él me lo dijo, a mí y a Alex. Vincent solo quiere fastidiarte para burlarse de ti ¿No lo entiendes?
Dante quedo perplejo, no podía creer eso, Vincent no era tan cruel y él no era tan ingenuo.
-Escúchate Stan, ¿Cuándo decidiste mentirme para alejarme de él?
-No miento. Dante, tu mayor virtud es también tu mayor defecto, eres demasiado gentil, tienes demasiada paciencia y exceso de confianza en las otras personas, no todos te responderán de la misma forma y es seguro que Vincent no lo hará.
-Stan…- Se tomó su tiempo para decirlo. -Sé que quieres que salga con Alex, y lo entiendo, es un buen chico y todo, pero…- De nuevo tomó tiempo para hablar. -Me gusta Vincent, demasiado como para creerte- Un ligero sonrojo se tornó en sus mejillas. -Yo creo en él, creo que puede ser bueno conmigo y con los demás, solo necesita saber que lo apoyo.
Stan lo sabía, Dante no cambiaría de opinión con solo eso. Aun así, estaba dispuesto a hacer que abriera los ojos, no quería que Dan terminará mal, no quería que sufriera, era su amigo y aunque tenía poco de conocerle le quería como a un hermano, le traía viejos recuerdos.
-Está bien si no me crees, pero pregúntale a Alex, él te dirá la verdad.
*Fin del Flashback*
-Dante, ya vámonos- Stan tomó las cosas que compraron y se levantó de la mesa, seguido por el de gafas y… bueno Jeff no, él quería más pastel.
-Vámonos Jeff, ya es hora- Cris intentaba hablar con el pelirrojo, pero este seguía sentado, viendo el plato vacío con cierta melancolía, extrañaba ese pastel. - ¡JEFF!
-Solo dile que le darás un beso de buenas noches y que no lo soltaras mientras duerme- Stan no podía evitarlo, molestar a Cris era muy divertido.
Dante se levantó aun algo incómodo por la situación. No le gustaba pelear con Stan, pero tampoco que hablara así de Vincent. Sin embargo…lo que le dijo, lo hacía dudar. Es decir, Vincent podía ser algo malvado a veces… ¡Pero nunca lo usaría!
Volvieron a la escuela, el camino fue muy silencioso, Dante y Stan no se dirigían la palabra, Cris se sentía algo incómodo, Jeff comía dulces, Jeff era el único que se sentía feliz.
Llegaron a los dormitorios, Cris ya no lo soportaba más.
- ¡Ya ustedes dos! – Dijo con autoridad. – Actúan como niños… ¡Como Jeff! – Señaló al pelirrojo para dar un ejemplo. -Stan, tu eres muy maduro para esto, y tu Dan, tu nunca te enfadas por tonterías, es más, no te enfadas por nada. ¿Qué fue lo que pasó?
Stan y Dante se miraron el uno al otro, se sintieron un poco tontos, nunca creyeron que Cris los regañaría.
-No estoy enojado Cris- Dijo Dante mientras enrollaba un mechón de cabello en su dedo. -Solo…nosotros…
-Tuvimos un desacuerdo, pero no es para estar enojados- Stan abrazó a Dante con un brazo, el azabache levantó la vista y le sonrió algo apenado.
-Entonces… ¿Todo bien? -Preguntó Cris.
-Todo bien- Respondió Dante.
-Qué bueno, ya tengo suficiente con Jeff. No me imaginó cuidando a un inmaduro Stan y un enfadado Dan.
Los chicos rieron juntos, una tontería como esa no era suficiente como para separarlos. Aun así, Dante no se sacaba de la cabeza a Vincent.
Stan y los chicos guardaron las cosas en su habitación, pensaron que estarían más seguras lejos de las garras del arlequín (cosa con la cual Dante no podía poner objeción alguna).
Dan se fue a su habitación, esperando que Vincent ya estuviera allí, necesitaba charlar con él.
Al estar frente a la puerta se puso nervioso, no quería ni pensar que lo que Stan le dijo fuera cierto. A nadie le gusta saber que te utilizan, que juega contigo, no es para nada gracioso, no es una broma.
Abrió la puerta y entró, estaba vacío, se sintió aliviado por ello. Se sentó frente al escritorio y se puso a estudiar un poco, necesitaba tener su mente ocupada.
Vincent caminaba de regreso al instituto, se sentía…tan molesto. ¨ ¿Cómo se atreve? ¨pensaba ¨Después de todo lo que me dijo, después de todo lo que paso. Mi padre es realmente un idiota¨
Mientras caminaba ya por los pasillos del instituto, se encontró con Alexander, ambos rubios se vieron con una cara de pocos amigos.
- ¡Hola! ¿Ya te rendiste con mi Dani? -Preguntó burlonamente Vincent.
-Para nada- Contestó Alexander mientras se cruzaba de brazos y le sonreía igual de sínico como Vincent. -Estoy completamente determinado a hacer que le guste.
-Pierdes tu tiempo, Dani me ama con locura- Vincent se acercó a Alexander y le miró directo a los ojos con una expresión de dulzura (Completamente fingida). -Sí no fuese así ¿Por qué me dejaría…hacerle todas esas cosas?
- ¿C-cosas? ¿Qué clase de cosas? – Pregunto el de ojos avellana muy preocupado.
-Oh, ya sabes, cosas. Cosas como besos, caricias, mordidas ¿Has visto su cuello? Seguro que no, desde que le dejé aquellas marcas usa cuello de tortuga.
- Yo…- Era verdad, Alexander recordó toda esa semana, Dante había usado camisas y suéteres que le cubriesen el cuello, incluso con el calor del verano. -Eso no significa nada, al menos yo me esfuerzo por hacerle feliz y no por fastidiarlo.
- Pfff ¿Con unos cuantos caramelos? En serio ¿Quieres ganártelo con eso? Se nota que no conoces a mi Dani- Vincent se fue de allí con una expresión de satisfacción en su rostro, pues lo último que vio fue él de Alexander con una expresión sombría.
-Ya veremos- Susurró Alexander mientras se alejaba en sentido contrario a Vincent.
El rubio teñido llegó a la habitación, abrió la puerta bruscamente y la cerró de igual forma, sacando a Dante de sus estudios.
-V-vincent, hola- Dante le saludó algo nervioso.
-Hola- Contestó de forma fría el arlequín.
- ¿Eh? ¿Está todo bien? – Dante se levantó de su escritorio y fue donde Vincent.
-Si, si, solo estoy cansado- Vincent se quitó la chaqueta y se tiró a la cama. Dante se le quedó mirando tanto que el arlequín se sintió incómodo. -Joder, deja de verme así. Si no te conociera pensaría que eres un fantasma, más con tu ridícula forma de arreglarte.
Dante sintió una punzada en su pecho, ahora estaba más nervioso, pero no había vuelta atrás, quería saber la verdad.
-Vincent…tu…yo- Apenas podía hablar- ¿Te agrado?
- ¿Por qué me preguntas eso? – Vincent no le estaba tomando la importancia que merecía a aquella pregunta, quizás era porque no se sentía con ánimos por la plática con su tía, no era excusa, pero se sentía bastante cansado.
-Es solo…tu siempre me haces bromas, pero luego eres bueno conmigo, incluso te da celos que hable con Alex.
-No menciones a ese tarado…un momento… ¿Desde cuándo llamas Alex a Alexander? – Vincent se sentó en la cama.
- ¿Eh? No lo sé, supongo que en algún momento comencé a hacerlo, pero no recuerdo cuando.
- ¿Así que te agrada?
-Bueno si, Alex ha sido gentil conmigo, se ha esforzado- Dante miraba aquella expresión tan común en el rostro de Vincent, esa sonrisita malvada…pero…se sentía distinta.
-Ya me lo imaginaba ¿Te gusta? ¿En serio te gustan los hombres?
-Bu-bueno, creía que tú ya…
-Así que es verdad, y bien ¿Qué eres? ¿Pasivo o activo?
- ¿EH? ¡Vincent! – Dante se avergonzó mucho con la pregunta.
-No te hagas el santito, ¡Venga! Porque si me preguntas, tienes toda la cara de que te gusta que te manoseen.
-Vincent… ¿Por qué me dices todo eso? No es gracioso -Dante bajó la mirada.
-Así que tengo razón- Vincent se reía, pero él no quería hacerlo, él se daba cuenta de cuanto lastimaba a Dante, pero…no podía parar. – ¿Dejaras que Alexander te lo haga?
-Tu… ¿Solo juegas conmigo verdad? – Dante agachó tanto su cabeza que su cabello cubría su rostro.
- ¿Jugar? Mmm… no lo sé ¿Crees que juego? ¿No te gusta? Lo siento, como eres tan sumiso conmigo, supuse que lo disfrutabas, al parecer me equivoqué. ¿Quieres que paré?
- ¡SI! – Dante le miro con los ojos llorosos. - ¡Pará de una vez! No lo entiendes… ¡No me gusta Alex! Si soy gay pero…eso no significa que… yo no dejo que me… - Fue en ese momento que Vincent supo que tenía que parar, le miró de reojo, Dante se esforzaba bastante por no soltar una sola lagrima, respiraba profundo y relajado, después de poco logró calmarse. -En verdad no te agrado ¿Cierto? Solo…te gusta hacerme pasar malos ratos con tus bromas.
-Dan…No…- Vincent no tenía idea de que hacer o decir para no herirlo pero seguir con su retorcida imagen intacta. – Tu…eres… ¡JODER! Si me agradas, si no fuese así ya te habría echado como a los otros. Eres la sexta persona que intenta vivir conmigo y la única que se ha quedado más de una noche.
- ¿Qué? – Dante estaba…bueno no estaba sorprendido, Vincent era capaz de eso. Lo que no creía era el hecho de que le contó aquello tan abiertamente. – Entonces…yo…
-Si, si, me agradas, me gusta hacerte bromas, eso es todo.
-Pero…lo que dijiste hace rato. No fue nada gracioso.
-Es tu culpa por hablarme en un mal momento- Vincent se cruzó de brazos.
-Eso quiere decir que, si te pasa algo, puedes contármelo- Dante se sentó junto a Vincent en la cama. -Eres mi amigo, puedes decirme lo que quieras cuando quieras, yo te escuchare.
Vincent sintió una punzada en el corazón, no sabía si era de felicidad al escuchar que Dante lo apoyaba, o de tristeza al escucharle llamarlo ¨amigo¨
-Dani eres malvado.
- ¿Yo?
-Si, tu. Eres un ser perverso.
-No lo entiendo ¿Por qué lo dices?
-No importa, tampoco te diré lo que me pasa, no aun- Vincent se recargó en el hombro de Dante. -Solo necesito que me hagas un favor.
- Si claro ¿Qué favor? – Preguntó Dante.
- Intenta no hacer ruido.
- ¿Qué estas…? ¡Ahhh! – De nuevo tenía a Vincent sobre él, mordiéndole el cuello.
-Te dije silencio- Vincent continuaba mordiéndolo, no lo soportaba, lo lamía, lo besaba, sabía que en cualquier momento perdería el control.
-Duele, no puedo evitar gemir si muerdes tan fuerte- Dante no entendía a Vincent. Primero tan frio, tan cruel, ahora le mordisqueaba el cuello de forma seductora. -Vincent… ¿Por qué lo haces?
- ¿Mmm? Porque me agradas Dani, recuérdalo, te hago esto solo a ti. Deberías sentirte agradecido, solo a ti te consiento de esta forma- Vincent continuaba mordiéndolo. -Joder, es difícil con este suéter tuyo, odio los cuellos de tortuga- Mientras lo decía, Vincent le quitaba el suéter a Dan.
- ¿Qué tiene de malo mi suéter? Eh… ¿Qué haces? – Dante estaba poniéndose nervioso, típico de él, aún más en esa situación.
- ¡Estorba! - Se lo quitó por fin, Dante usaba una camisa negra sin mangas bajo el suéter, Vincent sonrió ante aquello, su blanca piel pedía a gritos que le mordiesen hasta volverse roja. – Lindo- Dijo en su susurro mientras proseguía. Lo tiró a la cama y comenzó con su tarea.
-Emm… Vincent... esto… ¿Qué se supone que estamos haciendo? – Preguntó inocentemente el de ojos noche.
-Nos divertimos juntos ¿Te diviertes Dani?
Dante no sabía que responderle, su corazón latía bastante, sabía que lo que hacían no era cosa de amigos nada más, pero al mismo tiempo no era nada serio. De nuevo se preocupó, Vincent lo había negado, pero puede que mintiese ¿Y si solo jugaba con él?
-Dani ¿Me dejas continuar? – Pidió dulcemente el rubio.
-…s-si- Respondió apenado. No podía negar que había comenzado a disfrutar de aquellas mordidas que Vincent le daba. Quería olvidarse de todo lo que Stan le dijo de Vincent, si esa era una forma de hacerlo entonces se dejaría llevar.
El arlequín le dejó marcas por todas partes, en el cuello, los hombros, los brazos, incluso en el pecho. A Dante le dolía un poco, solía soltar pequeños gemidos y quejarse por el dolor, pero al mismo tiempo le gustaba, ni el mismo se entendía.
Algo era claro…Dante debería seguir ocultando lo que él y Vincent hacían tras la puerta de su habitación bajo mangas largas y cuellos de tortuga.