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La tormenta que precede la calma por Crazyana

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En la universidad, pasó como un accidente, por ese motivo se salvó de que lo expulsaran. Sus amigos venían a tratar de verlo, tratar, porque se negaba a que lo vieran así.

Su rostro estaba con vendas que cubrían la mitad de la cara, la oreja y la cabeza del lado izquierdo. El ojo también había sufrido en el derrame. No sabía qué hacer, debía avisarles a sus padres, esto lo tenían que saber, pero Enzo estaba encaprichado en que no. ¿No quería oír lo que tenían para decir? Los padres no son duros con los hijos cuando están en una situación de peligro.

Lo llevé a hacer las primeras curaciones, ahí me indicaron que pasos a debía seguir, sino que buscara una enfermera. Los cuidados no eran demasiados complicados, pero había que tener estómago. Debía lavar la carne, colocarle la crema especial, que contenía antibiótico, sedante y cicatrizante, en resumen; y volver a vendar. En el ojo debía colocarle unas gotas, según las indicaciones del oftalmólogo. La verdad es que no sabía si podía llegar a hacer algo cómo eso. Creí que lo mejor era un profesional, pero Enzo se negaba completamente a que alguien más lo viera en esas condiciones.

-Si no quieres hacerlo, lo haré yo mismo-. Era lo que me decía cuando le recomendaba que lo hiciera una enfermera.

Tomé coraje y quité las vendas, ahora que lo veía de cerca era peor. Quedé horrorizado y mirando como idiota, cuando vi las heridas, la carne estaba roja, le faltaba la piel y estaba chamuscada. El ojo izquierdo, el iris, estaba casi blanco. Tomé aire y trate de fingir compostura para que Enzo no lo notara.

-Quiero verme.

-...creo que mejor... No creo que sea buena idea...

-Quiero verme-. Lo ordenó fríamente, así que fui por un espejo.

Me acerqué dudando, si entregárselo o no. Me arrebató el espejo de la mano, cuando se vio en él, abrió los ojos muy grandes, horrorizado por la imagen que le devolvía su reflejo. Las  lágrimas no tardaron en aparecer.

En un arrebato que no esperaba, el espejo estalló en pedazos cuando lo golpeó contra la mesa, acompañado de gritos. Arrojó y golpeó todo lo que tuvo al alcance, manifestando el dolor que lo afligía al ver visto su imagen. Me quedé en un rincón viendo como tiraba, rompía, golpeaba y gritaba maldiciendo.

Luego de la locura momentánea, con justa razón, se dejó caer de rodillas al suelo y comenzó a llorar dolorosamente. Me acerqué despacio por detrás y lo abracé sin dudarlo, demostrándole que lo acompañaba y que iba a estar ahí para cuidarlo, también lloré.

Se durmió en mis brazos, en el suelo. Las vendas de las manos estaban manchadas con sangre por el esfuerzo que había hecho al golpear las cosas. Lo acomodé en el suelo, sobre una manta y curé todas las heridas lo mejor que pude.

Cité a Pamela para contarle, en un rápido resumen mientras hacía las compras, lo que había sucedido. Luego de eso sólo me mandaba mensajes diariamente para ver cómo iba todo. Aunque se ofreció para ayudarme, preferí que como estaban las cosas, no lo hiciera.

 

XOXOXOXOXOXO

 

Traté de ser paciente y ponerme en su lugar, pero estaba siendo todo un desafío. La primera semana, era la más crítica en cuanto a las heridas, en la segunda semana la cosa empeoró. Durante la noche del sábado había tomado todas las bebidas de la vitrina, whisky, vodka, tequila, entre varias otras y se encerró en su habitación, esta quedaba en el segundo piso así que no era mucho lo que podía hacer. Oía cosas rompiéndose, pero por más que llamé, fui ignorado por completo; la música estaba tan alta que hacía temblar las ventanas.

La situación me estaba desesperando, no sabía a quién recurrir, llamaba a Pamela, aunque sabía que no servía de nada, su consejo era que me comunicara con la familia y le diera a conocer la situación. Eso era algo que no iba a hacer, no iba a traicionar su confianza; no sin su consentimiento.

El martes amaneció todo en silencio y realmente me preocupó, golpee la puerta hasta el cansancio pero nada. Pamela tenía un primo que era cerrajero, al rato de llamarla aparecieron; no tardó nada en abrir la puerta.

El corazón me latía a mil, casi me quedaba sin aliento; estaba oscuro y el olor nauseabundo que salió de la habitación me hizo esperar lo peor. Cuando prendí la luz de inmediato lo vimos acostado sobre el colchón, las vendas estaban entre rojas y amarillentas, lo primero que hice fue comprobar si respiraba. Cuando Pamela se recuperó de la impresión llamó a emergencias.

Estuvo internado dos días con suero y antibióticos. A pesar de su condición y la cantidad de alcohol que había bebido no ameritaba tantos días de internación. Antes de darle el alta el médico nos recomendó tratar con un psicólogo, Enzo lo rechazó por completo.

 

Cuando estuvimos en la casa lo iba a acompañar a su habitación, el día anterior con Pamela la habíamos puesto en orden, aunque no había sido una tarea sencilla; al llegar al borde de la escalera se detuvo.

-No es necesario-, habló sin mirarme- no necesito de tu ayuda, no necesito de tu lástima.

Primero me sorprendió lo que me dijo, pero luego cerré los puños con ira.

-¿Lástima? ¡Lástima!-. Comencé a decir, mi tono iba subiendo de a poco- ¡Lástima le puedo tener a un perro herido y abandonado!-. Se giró para mirarme-. ¡¡No me das lástima!! Todo lo que te está sucediendo... ¡Es enteramente tu culpa!-. Escupí con rabia.

Con las vendas puestas, no pude saber con claridad la expresión que puso, pero imagino que no esperaba que yo pudiera decirle algo así. Se dio vuelta y comenzó a subir. Me quedé mirando como subía, caí en cuenta que me temblaban las manos, pero no me arrepentí en absoluto.

Preparé el almuerzo para ambos y se la subí a la habitación, me la rechazó con la excusa de no tener hambre. No quise insistir en ese momento. La cena fue muy breve, tan sólo comió unos bocados de puré y un trozo de carne. Estaba sentado en la cama con la mirada perdida y sin ánimos, yo tampoco tenía muchas ganas de hablar después de lo de la mañana. Le ofrecí acompañarlo al baño y la medicación; hizo todo de forma automática. El viernes sólo logré que bebiera un té y por la tarde una sopa.

XOXOXOXOXOXO

Notas finales:

Gracias por leer!!!


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