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Asesino serial por sashadonai

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Notas del capitulo:

tambien pueden leerlo en wattpad https://www.wattpad.com/198828856-asesino-serial-kaisoo-2


Estaba observando la oficina desde el interior del café.

Honestamente, no tenía una idea fija sobre qué pretendía con lo que estaba haciendo. Lo más probable es que tal vez Kim Jongin saliera más tarde de sus horas de oficina. Y aunque se lo terminara encontrando de verdad ¿Qué haría? ¿De verdad sería capaz de golpearlo como se lo había propuesto?

Tal vez lo mejor sería dejar las cosas pasar. No hacer nada y no buscar problemas con el sujeto.

Chaqueó la lengua y decidió por irse, estaba comenzando a levantarse cuando le vió salir.

Se quedó quieto observándole.

Él caminó un trayecto hacia su dirección y temió que le viera por lo que se hundió todo lo que pudo en su silla, pero pasó de largo. Era estúpido.

¿Por qué no acercarse a él?

Kyungsoo se consideraba lo bastante maduro para poder llevar una conversación madura con Jongin. Así que salió a su encuentro.

-Kim Jongin.

Jongin se detuvo en su andar y se giró para verlo.

Sonrió.

- ¿Tienes algo de tiempo, Jongin?

- Si tanto lo deseas, podría considerarlo. Pero honestamente voy a encontrarme con mi novia.

- Seré breve.

- Lo siento Kyungsoo, pero estoy ocupado.

Y se giró para seguir caminando.

No estaba ni siquiera nervioso frente a su presencia, y conservaba la tranquilidad de tal manera que Kyungsoo podría creer que le estaba esperando a que le abordara.

Se apresuró a caminar junto a él.

- ¿Por qué lo hiciste Jongin?

- ¿Qué cosa?

- Gravar la noche juntos y subirla a Internet, además de conseguir que se reprodujera durante una conferencia mía.

Jongin comenzó a reír como si le hubieran contado un buen chiste.

- ¿Por qué piensas que fui yo?

- Eres la única persona con la que me acostado en meses.

- Es una pena que te pasara eso, y también tu vida sexual Kyungsoo. Pero no fui yo. Tal vez alguien te guarda odio.

Kyungsoo no podía creer que el otro de verdad estuviera portándose de esa manera tan cretina, y decidió no perder el tiempo haciéndole admitir lo evidente.

- No quiero que te vuelvas a acercar a mí, Jongin.

- Kyungsoo, eres tú quién me ha venido a buscar. Buenas noches.

Era insoportable.

Se detuvo y le vio alejarse por unos momentos, el saco de Jongin se agitaba con su andar y le hacia ver elegante a pesar de que caminaba por la misma sucia calle que el resto de las personas.

¿Por qué ese tipo de personas se empeñan en ser unos hijos de puta?

Tenía buena presencia y una sonrisa que te derretía, también tenía buen léxico y una manera amplia de hablar, pero normalmente siempre se comportan como verdaderos idiotas a pesar de la innegable inteligencia latente.

Decidió dejarlo hasta ahí e irse a casa.

Después de todo, lo más probable es que no se fuera a acercar más a él.

Tuvo un problema mientras quiso pasar por el transporte subterráneo, su tarjeta marcaba saldo cero a pesar de que la había recargado ese mismo fin de mes con el dinero que había separado de su sueldo, como solía hacer.

Decidió verificarlo al llegar a casa por Internet.

Pero siguieron aconteciendo cosas.

Al encender su computadora vio que no tenía acceso a Internet. Llamó a la sucursal, solamente para recibir más noticias desagradables, pareciera que hubo un problema con su pago, y el servicio había sido cortado.

Le prometieron investigar el problema, pero que de momento seguiría sin el servicio.

Malditos.

Y cuando tuvo hambre, y fue al supermercado de siempre para comprar algún aperitivo. Pasó la terrible vergüenza de deslizar cada una de sus tarjetas sin lograr cancelar la compra de un maldito chocolate.

¿Qué demonios estaba sucediendo?

Se acercó a un dispensador automático y se llenó de pánico al ver que todas sus tarjetas estaban vacías. Tuvo que tomarse un día sin ir a trabajar para visitar los bancos para hacer la diligencia, obteniendo como respuesta que las últimas transacciones de sus tarjetas habían sido vaciadas.

Todo el dinero había sacado de todas las tarjetas.

Después de terminar todos los contratos con todos los bancos y dejar las respectivas denuncias y quejas, volvió a su departamento.

Había sido un día horrible.

Estaba aún a mitad de mes, y por suerte, Kyungsoo había dejado pagado el mes de manera anticipada y aunque se había perdido la mitad de su sueldo debido a algún tipo de hurto cibernético aún no estaba en la calle. Solamente tocaba buscar como sobrevivir a su alimentación.

Su cabeza comenzaba a doler.

¿Por qué de pronto el mundo se esforzaba en hacerle perder la esperanza en la humanidad?

Había conocido a un tipo que le había revolucionado desde la más íntima célula de su ser solo para terminar siendo decepcionado, cruelmente traicionado y humillado, y ahora era víctima de robo.

Comenzaba a sentir que nadie en la vida merecía la pena. Camino a su casa, se sintió angustiado durante todo el trayecto, se moría por acostarse y dormir sus preciadas horas de sueño. Y al llegar al hermoso pasillo que le llevaría a su departamento notó una inconsistencia en su puerta. La llave giró de manera extraña al abrir.

Y la tragedia comenzó entonces.

Al entrar, sintió un miedo terrible y su corazón latió fuerte en su pecho. Como prediciendo un acontecimiento inminente ¿Qué tan probable es que asalten sus cuentas y su departamento todo el mismo día? Eso no podía estarle pasando a él ¿Verdad? Kyungsoo sólo era un tipo cualquiera, y en general era una persona amable y lleno de cortesía para con las personas a su alrededor, tan cortés que no era fraternal o amistoso. Por lo que no tenía buenas relaciones personales. Y en su historial, lo peor que había pasado era Jongin y fue tan fugaz que no se puede considerar la idea de una venganza para con su persona ¿Verdad?

Casi se puede considerar un alejamiento mutuo.

Entró lentamente intentando hacer el menor ruido con sus pasos, y detuvo el dedo en el interruptor. Con el corazón latiendo de manera desbocada. El miedo era latente en su estómago y amenazaba con hacerle vomitar. Se detuvo un momento, tal vez debería salir y pedirle a alguien que entrara con él.

Qué vergonzoso, ¿Cómo si quiera podría hacer algo así?

El sudor cayó frío por su frente. Mientras intentaba controlar el temblor en sus manos. Se armó de valor e inspirando profundamente encendió el interruptor, pero nada ocurrió, presionó varias veces más dicho interruptor sin que la luz de su pequeña sala de estar se encendiera, caminó con la espalda pegada en la pared y se dirigió al interruptor de la cocina y al del baño sin que el resultado fuera distinto. Ni siquiera encendía el de su habitación ¿Por qué no encendía la luz?

Vio su computadora conectada a su cargador y la luz que indicaba que se cargaba estaba encendida. Su computadora, su televisor e incluso la consola que no solía usar estaban en el mismo lugar.

¿Por qué?

¿Qué clase de ladrón entra en su casa y no roba nada? ¿Por qué sólo las luces no funcionan?

Caminó de vuelta a la sala de estar y con la oscuridad se chocó con su mesita. Al darse en la cadera oyó el sonido de objetos traquetear algo rodar caer y romperse. A ciegas tanteó sobre la mesa y se topó con un par de ampolletas.

Las ampolletas.

Con la linterna de su celular colocó en su lugar la ampolleta en el techo de su sala y la luz volvió de manera instantánea.

¿Qué clase de broma era ésa?

Se dejó caer sobre la silla más cercana con las lágrimas acumulándose en sus ojos. Se sintió mareado y miró sus lágrimas resbalar le hasta caer sobre sus rodillas. Estaba totalmente confundido, no entendía lo que le estaba sucediendo, la razón el porqué alguien se estaba dando el trabajo de hacerle sentir miserable, asustado y pequeño. Insignificante.

¿Por qué a él?

Las lágrimas continuaron cayendo sin reparo, y trató de controlar la desesperación que se volvía incontrolable dentro dentro de él. Sus manos temblaban de susto y miedo, no quería estar más en su departamento. Debería irse, encontrar otro lugar dónde quedarse, un lugar más seguro, su dinero lo manejaría solo a través de depósitos en algún banco seguro.

Se daba cuenta de su fragilidad, de vulnerable que en realidad era, y del mucho daño que otra persona podía hacerle si así lo quería. Tomó la ampolleta restante y la colocó en su baño y sacó de la sala la segunda y la puso en su habitación. Al tener luz otra vez, se acercó a su cama observándola.

Las mantas estaban hechas a un lado como si se hubiese levantado hace nada.

Él era un obsesivo con la limpieza, y siempre dejaba bien hecha su cama después de vestirse y ése día o había sido la excepción. Se acercó y tocó las sábanas con mucho cuidado, estaban frías y lisas y al arrodillarse junto a la cama notó un cabello castaño en el almohadón.

Cuando él tenía el cabello negro.

 

 

 

 

Toda esta experiencia le hizo ver lo solo que estaba.

¿Por qué no tenía nadie a quién llamar? Con quien quedarse ahora que se moría de miedo de quedarse en su propio departamento. Siempre existía la posibilidad de volver a su casa. Sopesó la idea de hacer la denuncia en el departamento policíaco pero qué diría ¿"Alguien entró a mi casa a sacar las ampolletas de las habitaciones"?

Alguien sin duda le acosaba.

¿Quién... ?

¿Por qué?

Era una situación ridícula.

Estaba sentado en su sillón abrigado con una toalla. No quiso ni siquiera usar su propia cama para dormir, no podía dormir. No lo lograba, no quería moverse de su lugar. mientras más se movía por su departamento más se daba cuenta de las irregularidades, de que el aperitivo en el refrigerador tenía un trozo menos, que la ducha había sido usada y no había sido lavada, que su escritorio había sido cambiado de orden, dejando los cuadernos al lado izquierdo del borde y los lapiceros ordenadas en orden cromático.

Mientras más pensaba en ello más ganas le daban de llorar, de salir corriendo e ir a su casa, pero también estaba asustado de salir de casa a una hora tan oscura, ¿Y si aquella persona seguía por allí? Esperando a que Kyungsoo saliera a pedir ayuda, a que saliera corriendo despavorido como se sentía.

Marcó el número de su hermano mayor.

No creía que su hermano pudiera hacer algo, pero tal vez juntos pudieran pensar en algo. Esperaba que este le ofreciera volver a casa, a pesar de que la expectativa desde hace varios meses parecía imposible.

Tal vez, debido a lo que le estaba ocurriendo pudiera hacer una excepción.

El timbre en su oído sonó un par de veces sin recibir respuesta alguna, suspiró amargamente, tampoco era tan tarde, y cuando fue cancelada su llamada al tercer intento se detuvo.

Desconsolado.

Es como se sintió, no sabía qué hacer.

 

 

 

 

Pasó la noche en vela, demasiado asustado para dormir, tratando de pensar de manera lógica. Reforzó su pensamiento de encontrar un nuevo lugar donde vivir. Debería irse, encontrar algún barrio más seguro, conseguir un auto e invertir en algo. Tener algún soporte económico en caso de que algo pudiera ocurrir, poner cámaras de seguridad tal vez algo por el estilo. La alarma de su celular sonó por la mañana y sin embargo Kyungsoo no siguió su rutina. Se vistió si darse su cotidiana ducha y al salir de casa le tomó más tiempo del necesario el decidirse finalmente dar el paso que le llevaría al exterior. Sentía que era perseguido a cada momento, y tenía la permanente sensación de pánico.

Nunca se había sentido tan aliviado de llegar a su trabajo como aquél día. Entró y caminó directamente para encerrarse en su oficina antes de que nadie más hubiese llegado todavía a ocupar sus puestos de trabajo. Intentó tranquilizarse, actuar con normalidad. Pero su comportamiento era nervioso y provocaba que las personas a su alrededor se incomodasen al momento de ir a su encuentro. Algún par de personas mostraron preocupación por él y le ofrecieron ayuda. Pero ninguno le era cercano para confiarle su miedo porque sentía que si hablaba sobre ello se le saldrían las lágrimas de nuevo.

¿Cómo permitir que le viesen en ése estado?

Esperó tal vez conversar el asunto con Chanyeol, pero no hubo ninguna ocasión en la cual hallar un momento para charlar, Chanyeol se encontraba en reuniones en las localidades y no se pasó a la oficina central en ningún momento del día.

 

 

 

 

 

Después de un par de semanas, Kyungsoo tenía previsto un nuevo lugar donde vivir. Y ya había hecho transacciones dentro de la compañía para quedar como subjefe en un lugar cerca a su nuevo departamento. Quería alejarse de todas las personas que estaban a su alrededor puestos que ya no confiaba en nadie. Dentro de las oficinas Kyungsoo era la burla entre sus trabajadores donde no se dejó de comentar la dichosa conferencia. Por supuesto no se mencionaba delante de Kyungsoo, pero cuando escuchó a Chanyeol siendo anfitrión de un bufet de chistes al respecto decidió por irse.

Él podría seguir gozando de una buena posición en la jerarquía en otra localidad de las oficinas, por lo que pidió su traslado. Solamente esperaba que el rumor no se extendiera hasta allá o que por lo menos le importaran menos los comentarios de las personas.

Él no consideraba que se mereciera todo eso.

Estaba en su departamento ya había superado de alguna manera el malestar respecto al lugar, pero de todas maneras no se quedaría, sentía que había sido violado, su seguridad, sus cosas, su guarida había sido ultrajada. Pero aún así, podía relajarse mirando basura graciosa en Internet. Algún vídeo musical viejo, o uno nuevo, y disfrutar cantando canciones que en algún momento significaron mucho para él. Sonó el timbre en su puerta mientras el comía arroz frío que le había sobrado de la comida.

Se levantó a abrir la puerta dejando el vídeo en pausa.

Y todo se volvió negro.

 

 

Y fue entonces cuando la verdadera pesadilla comenzó.

 

Empezó de la manera contraria.

Despertando.

Y era uno de los despertares más extraños. Desorientado y acalorado, con un gran dolor en la cabeza y el permanente traqueteo mientras su cuerpo se movía de manera inesperada hacia atrás. Para quedar estático por unos momentos, mientras comenzaba a reaccionar y a darse cuenta de que no veía nada a pesar de tener los ojos abiertos, no, no es que estuviera ciego, todo a su alrededor estaba oscuro excepto por ases de luces que se colaban por aquí y por allá de manera aleatoria sin ningún tipo de organización y la fuerza invisible le empujó hacia adelante esta vez. Se movió sintiéndose claustrofóbico entre tanta oscuridad.

Su cuerpo no obedecía, no se movía, sus brazos no se separaban de su cuerpo, su pies no se levantaban, no sabía donde era arriba y donde abajo, comenzó a retorcerse y sentirse angustiado al entender que no sabía donde estaba.

¿Qué es esto?

¿Por qué no me puedo mover?

Se sintió ahogado al darse cuenta que sus gemidos de frustración se atoraban en sus labios amortiguados por algo asqueroso que le mantenía la boca abierta y ocupada de algo que le producía nauseas.

No quiero estar aquí ¿Qué es esto? ¡Que alguien me ayude! ¡No quiero estar aquí!

El repiqueteo en su cuerpo se repitió hasta que llegó a la conclusión de que estaba en un auto. En una cajuela específicamente. Las nauseas torturaban su estómago de manera horrible. Por primera vez, temió por su vida.

Van a asesinarme. Quienes quieran que sean van a matarme.

Después de una serie repetitiva de fuerza centrífuga que empujó su cuerpo hacia todas partes dentro del maletín el movimiento se detuvo al fin. Y se moría de miedo, sentía que podría morirse de un paro cardíaco o que se ornaría pronto en los pantalones si no lo había echo ya. Su corazón golpeaba fuertemente en su pecho mientras observaba el lugar desde el que se asomaría alguno de sus captores.

Escuchó los pasos por sobre el sonido de su ruidoso corazón.

Click...

La cajuela se abrió de un tirón y la luz lo cegó. Fue tomado con brusquedad por uno de sus costado y fue lanzado fuera del automóvil. Cayó la distancia dándose un fuerte tumbo contra el suelo y aspiró el polvo de la tierra pos la nariz. Se levantó como pudo y comenzó a correr lejos de su captor, dándose contra algo duro en uno de sus hombros. Ignoró el dolor y trató de seguir corriendo pero a pesar de su prisa perdió nuevamente el equilibrio y cayó en el piso perdiendo orientación, recorrió desesperada mente la estancia con la vista para darse cuenta de que no encontraba puerta alguna, de haber alguna en su desesperación no era capaz de encontrarla.

Al intentar levantarse una vez más se dio cuenta que sus caídas no eran producto de su extrema torpeza, sino que estaba amarrado por una larga cuerda en una de sus piernas la cual terminaba en la mano de la persona alta junto al auto.

Aquella persona jalaba de la cuerda con risa haciendo que Kyungsoo cayera al suelo cada vez que intentaba levantarse. En un momento desistió y se acercó para tomarle directamente de lo tobillos y jalar por el duro piso, de nada sirvió el pataleo, las lágrimas ni los gritos de Kyungsoo, ni siquiera cuando rogó porque se detuviera, al contrario, su desesperación no hacía más que provocar que el otro se excitara y jalase más fuerte de él por la estancia hasta que finalmente atravesaron una puerta. Le arrastró por un piso algo más suave en comparación y su cuerpo fue azotado contra una dura pared. Para terminar siendo encadenado a unos grilletes en su muñeca a unas cadenas que estaban pegadas lejos de él a la pared.

El sujeto se alejó.

Notó la inmediata incomodidad del sometimiento en sus manos, el dolor en los huesos en las piernas, en el rostro y la cabeza tanto provocado por una contusión como por jaqueca de tanto llanto.

La luz quedó encendida sin que el sujeto se preocupara de apagar y sin más salió de la estancia por la misma puerta por la que había entrado.

Respiró un par de veces, intentando estabilizarse.

Su oído se agudizó al escuchar portazos conocidos y una pequeña esperanza y un miedo horrible comenzaron a crecer dentro de él.

Se iba.

Oyó como detallada atención los ruidos que indicaban las acciones, el abrir del garage, el encender del motor, el auto en movimiento, el abrir y cerrar de la puerta y finalmente el cerrar del garage a lo lejos. Casi podría orinarse del alivio que le invadió en ese momento. Su cabeza daba vuelta y sus brazos comenzaban a doler de entumecimiento debido a la incomoda sensación e tener los abrazos abiertos y altos suspendidos de una manera dolorosa.

Miró sus ropas y notó que no usaba su habitual pijama, sino en lugar de ello tenía puesta una tenida semi formal que pocas veces había conjugado de aquella manera. Un pantalón más bien cómodo y flexible de tela negra una camisa por lo que notaba y su chaqueta favorita de tela. Y estaba usando zapatillas.

No pudo evitar sonreír por lo absurdo de la situación, más que nada por lo confundido que se sentía.

¿Por qué un secuestrador lo sacaba vestido de manera semi formal? ¿Acaso a los secuestradores les importan esas clases de mierdas?

Intentó recordar cualquier tipo de información acerca de secuestros o cosas perecidas que hubiera en su cabeza respecto del tema, y se daba cuenta que su única referencia eran las películas de ficción o las trágicas noticias que a veces escuchaba con desinterés del noticiero.

El noticiero...

Secuestros de acuerdo, secuestros. Dinero, seguro pediría dinero, esto debe ser algo por ése estilo porque, ¿Por qué más le estaría pasando algo así? Comenzó a sacar cuentas, su padre, su padre era dueño de una gran... mediana corporativa de imprenta. Eso debe significar algo para el secuestrador más de lo que significa para Kyungsoo.

¿Qué más?

Piensa.

Tal vez le hiciera daño, más daño del que ya tenía. Pero si Kyungsoo no oponía resistencia no había mayor motivo para que le hirieran en demasía, si no se oponía a las órdenes de las personas que le tenían secuestrado entonces, tal vez no lo golpearan demasiado. Pero para que te hagan una mierda como esa seguro son un montón de de descerebrados inhumanos y cabía la posibilidad de que le golpeasen porque sí, cortarle sus dedos para enviárselos a sus padres y vieran la veracidad del acontecimiento.

Por favor, que paguen. Por favor que paguen.

Quiero irme.

Quiero volver a casa, con mis padres con mi hermano. Meterme allí y no salir jamás de casa de nuevo.

Estaba rompiéndose los ceso temeroso de todo ruido que lograba escuchar, teniendo la sensación de oír voces en algún momento o de escuchar pasos. Miraba constantemente la puerta, única puerta en el lugar que lograba ver con la escasa luminosidad de de tres ampolletas de baja potencia.

Una cantidad de horas pudo haber pasado sin que Kyungsoo fuese capaz de despegar los ojos de aquella puerta hasta que un sonido, un muy real sonido a su izquierda desvió el centro de las atenciones de todos sus sentidos.

Un arrastrar...

Un roce de contra el suelo...

Un quejido.

Con la respiración contenida de miedo se giró, todos sus sentidos estaban en alerta desde los folículos de su piel hasta sus nervios ópticos. Notó un movimiento entre las penumbras como un animal recogiéndose. El movimiento se detuvo y tras unos segundos hubo un enorme suspiro.

El corazón de Kyungsoo latía a toda carrera.

¿Le habían dejado amarrado en pos de un perro enorme?

¿Lo dejaron ahí para que un perro se lo comiera vivo?

Movió sus manos con la intención de librarse sólo logrando hacerse daño en las muñecas y junto a ellos entrando en desesperación. El sonido de los grilletes alertó al ser lejos de él e hizo un movimiento brusco.

-¿Quién está ahí?

Había hablado, entonces no era un perro.

Intentó contestar pero el miedo le tenía hecha nudo la garganta. En lugar de una respuesta sólo le salió un sollozo incontenible.

Comenzó a llorar totalmente aterrorizado. Sabía que no debía hacerlo, que llorar probablemente le traería problemas, pero ya no podía seguir conteniendo su desesperación. El miedo, la pena, la incertidumbre vinieron a él sin darle salida.

Y olvidando a la persona desconocida se permitió llorar para desahogarse.

Después de unos momentos la otra persona se arrastró medio cuerpo a la luz. Y a pesar de la escasa luminosidad pudo ver que era un muchacho, tal vez, de su misma edad.

- ¿Estás mejor?

- Sí...

- ¿Cómo te llamas?

- K... Kyung... soo...

El otro muchacho no contestó y la habitación entró en tal silencio que pudo oír como tragaba saliva.

- ¿Estás seguro?

¿Que si estaba seguro? Si no estaba seguro siquiera de su propio nombre ¿Cómo podría explicarse el resto de lo que le estaba ocurriendo?

- Sí... -contestó confundido.

Hubo otra pausa de silencio donde podía oír ambas respiraciones aceleradas.

- De acuerdo...

- ¿Cuál es tu nombre? -Preguntó por cortesía, cuando en realidad lo que le interesaba eran respuestas distintas.

- Soy Jongdae...

- ¿Por qué estamos aquí Jongdae?

Podía notar que como él, Jongdae estaba amarrado pero con sogas, y no envidiaba nada la forma en la que estaba amarrado. Puesto que tenía las manos en la espalda, y las sogas estaban por todo cuerpo con dedicación y diseño tal que la sola imagen de Jongdae hacía pensar en pornografía.

Sobretodo, no ayudaba que estuviera desnudo, por lo que entendía que no se acercara a la luz.

- ¿No te has dado cuenta ya? Estamos secuestrados -dijo con amargura.- El psicópata ése, nos matará a ambos.

Kyungsoo se quedó callado.

Él había albergado la esperanza de lograr salir con vida.

- Pero...

Jongdae ni siquiera se quiso explicar, volvió a apoyar la cabeza en el suelo y miró con detenimiento a Kyungsoo.

- ¿Qué día de hoy?

- Ah... creo... debe de ser lunes... creo.

- Entonces ya no me queda mucho.

- No te entiendo, ¿Mucho para qué?

- Va a matarme...

Kyungsoo se comenzó a desesperar, de manera horrible, ya no tenía lágrimas para llorar pero tubo toda la necesidad de hacerlo de nuevo.

- No, no, no, no, no. No lo hará, no morirás ¿De acuerdo? Saldremos vivos. Te irás vivo de aquí, volverás a casa.

Comenzó a hablar ignorando las réplicas de Jongdae, hablando más que nada para sí mismo. No se dejaría amedrentar también por las palabras de Jongdae. Hasta que no notó cómo Jongdae desistía de entrar en razón con él, ni su explicación de que no tenía una casa a la cual volver.

Habló hasta que sintió su garganta seca.

Notó como Jongdae le observaba desde el suelo, con recostado con la frente en el piso. Y vio lástima.

¿Por qué?

¿Por qué estaba sucediendo esto?

¿Por qué no podían dejar su vida tranquila como estaba? ¿Por qué no podían dejarle en paz con su vida aburrida y monótona? Él amaba su vida monótona.

¿Por qué alguien le hacía algo como eso a Jongdae?

¿Quién...?

Y entonces vinieron a él imágenes a las que en su momento jamás le prestó ninguna atención.

"Hoy otro cuerpo fue encontrado"

"Las investigaciones indican un patrón común... muchachos jóvenes y delgados.... vulnerables social mente"

Podía recordar también su indiferencia al escuchar los enunciados. Cómo jamás asimiló la noticia, como no le importaba lo que sus oídos escuchaban, como nunca consideró la posibilidad de ser él quién cayera en dicha situación.

Estúpidamente, recordó a Jongin.

"Cuidado con el mata-vagabundos"

De manera imbécil también sonrió con ironía. Como si Jongin le hubiera echado la sal.

- Deberías dormir, mañana cuando vuelva necesitarás energías.

Se afligió ante las palabras de Jongdae, volver a ver a su captor. Al desgraciado que a arruinado su vida.

¿Dormir?

¿En esa posición?

Eso era totalmente imposible.

Ya tenía entumecidos los brazos y el agarrotamiento en el cuello le mataría antes de dejarle dormir.

Pero el cansancio también estaba ganando lugar e intentó ponerse cómo. Por imposible que sonara. Intentó sentarse en lugar de estar sobre sus rodillas y a pesar de que casi se desencajó un hombro, lo logró. Pudo apoyar la espalda en la pared y descansar las piernas.

Inspiró pesadamente intentando volver a recomponerse.

Al terminar miró a Jongdae otra vez, y se permitió examinarlo ahora que este parecía dormir. Tenía líneas finas de sangre de manera aleatorias en su cuerpo, algunas parecían ya una simple línea rosa cicatrizada y otras más recientes se veían rojas, sangrantes e incluso infectadas.

Tal vez la sucia amarra había provocado la infección.

Jongdae dormía sobre el plano piso de boca en él. Tenía moretones en las rodillas, los codos, el mentón y los labios partidos.

E incluso con todas esas heridas, Jongdae era atractivo.

Lo que no le daba nada bueno a pensar.

Porque, sería más comprensible y más consolador haber tenido una compañera guapa, que un compañero guapo, porque sino eso indicaría captores sodomitas. Y aunque fuera egoísta pensar así.

Pensaba así.

Se le encogían, literalmente las bolas del miedo.

La preocupación disipó desfavorablemente el cansancio, y notó que le bajaba sudor helado por la frente. Comenzaba a ver ante sí, todas las aberraciones a las que estaba disponible ahora, lo irreal que todo le había parecido ahora se le hacía muy real.

Ser raptado, secuestrado, engrillado, herido y golpeado no era nada con lo que podrían hacerle en comparación con Jongdae, le violarían, le latigarían, le desnudarían y le matarían al final de todo. E incluso después si se les apetece, hacer aún más con su cuerpo, desde necrofilia a desmembración. Destripar su piel y su cuerpo sacar sus tripas y dárselos a los perros, desfigurar su rostro para que nadie pudiera reconocerle y enterrarle con honra.

Si ellos querían.

Ni siquiera le darían el honor de ser enterrado con ceremonia.

No pudo llorar.

La desesperación seguía latente en él.

Sabía que moriría.

Sólo le quedaba esperar, escuchar las palabras recompensa.

Ésa sería su salvación.

Rogaba porque su padre notara su ausencia, que le buscaran, que alguien pusiera la denuncia y que le encontraran.

Deseó de nuevo.

Volver a la casa de sus padres.

 

 

 

 

-Entiendes que si mamá nos descubre estamos muertos ¿Verdad?

- Seungsoo, si te callaras no nos tendrían porqué descubrir.

- Sí pero, no está bien. Yo no quiero hacerlo.

-Eres un gallina. Gallina, gallina.

- Cierra la boca Kyungsoo. Soy el mayor. Y yo digo que no lo hagamos.

- Seungsoo no te vayas. No quiero hacerlo solo.

- Pues yo no lo haré.

Me sentí solo, con Seungsoo las cosas siempre eran así, jamás jugaba con migo, siempre estudiaba o se pasaba el tiempo con los amigos. Los hermanos de mis amigos sí lo hacen. Sólo es un juego.

-¿A qué juegan?

Y al girarme descubrí un nuevo amigo.

 

 

Desperté con un horrible calambre en la pierna.

Dolió de tal manera que comencé a gritar, levanté el torso intentando estirar lo máximo posible la pierna para que el dolor pasara, y aún así el dolor continuó un horrible par de segundos más y no se detenía.

Sabía que gritar no ayudaba, pero extrañamente sentí que sí.

Que dejaba de doler.

El sudor y el malestar continuó un ar de minutos, con los músculos recogidos aún. Suspiré un par de veces hasta que se hizo tolerable y alcé la mano para masajear la zona afectada. Pero mi mano no se movió, sino que en su lugar se quedó atascada inesperadamente.

Al mirarla, noté que estaba suspendida a la altura de mi hombro y noté que no sentía los dedos.

Intenté moverlos y el molesto cosquilleo vino a mí.

- ¿Qué te pasó?

Alguien me hablaba.

Un desconocido que no reconocí me observaba a lo lejos.

¿Quién es él?

¿Quién... ?

Jongdae...

Los recuerdos comenzaron a venir a mí de nuevo. Como torbellino sin piedad de manera desordenada y sofocante.

Estas capturado.

Van a asesinarte, llevas una noche secuestrado.

Jadeé digiriendo esta realidad una vez más.

¿Por qué no pudo ser una pesadilla? ¿Por qué tiene que ser real? Debería ser una pesadilla.

- ¿Qué tienes? ¿Estás enfermo?

- No.

- ¿Qué te pasa entonces?

- Tengo un calambre.

- Hombre es normal, encadenado así.

-¿Y qué quieres que haga?

- Nada, qué ibas a hacer.

Inhalé profundo, hablar con Jongdae no es del todo productivo. Pero no es que se pudiera cambiar eso.

- ¿Por qué nos capturaron? ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Jongdae se quedó en silencio un momento.

- No lo sé, honestamente no tengo idea de cuanto llevo aquí. Podrían ser meses, o días. Ya no tengo percepción cronológica. Y porqué nos tiene aquí, tampoco lo sé.

- "Tiene".

- Es uno solo. O si son distintos no lo sé. Pero siempre aparece una sola persona. Y por lo que parece siempre es la misma.

- ¿Cómo te capturó?

- Qué se yo, seguro me encontró tirado por ahí después de beber yo sólo sé que un día desperté aquí y que no saldré jamás.

- ¿No has intentado escapar? Estás amarrado, intenta levantarte, si te acercas yo podría des amarrarte y...

- No puedo.

Jongdae como de costumbre cortó las esperanzas de Kyungsoo.

- Pero... inténtalo, tal vez podamos salir, si te acercaras...

- No genio. Cortó mis tendones de aquiles. No me puedo poner en pie.- El corazón de Kyungsoo se detuvo una fracción de segundo que se sintió eterno. Sus ojos viajaron buscando los pies de Jongdae y notó lo obvio, ambos pies reposaban inertes en el suelo vendados en los tobillos, una venda que comenzaba a estar muy manchada de sangre. No volvió a hablar durante un momento. Podía ver la resignación en los ojos de Jongdae. - No lamento morir, solo me habría gustado morir de una forma más pacifica. Sin dolor, en lo posible. De una manera rápida. En estos momentos desearía simplemente morir y no tener que pasar más por esto. Te tengo lástima, por caer en esta misma situación junto a mí.

En esos momentos sonó un ruido que Kyungsoo conocía seguido por el motor de un automovil.

La tortura comenzaba otra vez.


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