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Sin Libertades por Polaris

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Notas del capitulo:

A LEER!!!

CAPITULO 5: SOCIEDAD.

 

 

            Damian recibió todas las miradas, desdeñosas y curiosas, todas desagradables. Aun con Jason y Dick franqueándole por derecha e izquierda, no podía escapar. La enorme espalda de su padre a la que aspiraba poder alcanzar y brillar por su cuenta, marcaba el camino que tenían que seguir para poder dar los respetos convenientes en una temporada social preparada por una familia.

            Tim estaba a sus espaldas, susurrándole el tema de una nueva serie que se estrenaría el mes siguiente y de la que esperaba mucho por ser un trabajo original directamente filmado y catapultado en tv por la cadena televisiva Polaris.

            Le  dio una agradecida sonrisa o bosquejo de una, y le dijo gracias. Lo que provoco que Tim en mudar el resto del camino.

            ¡Damian agradeció!

            ¡El pequeño psicópata sonrió!

            Tim estaba cerca del infarto.

 

-Gracias por invitarnos, Johannes - La voz de Bruce marco el final del drama personal de Tim y el inicio de la guerra campal para todos. Los tres hijos ensancharon sus espaldas, sacando el pecho, inflándose en advertencia ante el Alfa Titán Johannes que en traje sastre le sacaba un buen pedazo en estatura a Bruce y a ellos, aún a Jason. El enorme Alfa los hacía sentirse enanos. Titán no pudo más que disimular el relamer de labios que le salio al natural cuando vio a tres omegas buscando pleito y desplegando poder como todo Alfa que defiende lo suyo. - Dadas las circunstancias, deberemos retirar el nombre de mi hijo menor del bals.

 

            Titán no hizo amague alguno, ni tiempo tuvo de haberlo querido, el resto de invitados murmuraron. Algunos todavía hasta hacia segundos, creyeron que el chisme era sólo eso, los desvaríos de una Beta despechada que no obtuvo el dinero que quería de chantajear de alguna manera al hijo favorito de Gotham.

            Tachar el nombre de un omega durante una temporada social era la marca de la deshonra.

 

-Así que no sólo se enlazo sin permiso, sino que también fue botado.

 

-¿Qué mal omega debes ser para que te rechacen después del cruce?

 

-Seguramente fue calentura juvenil, un accidente por estúpido y precoz.

 

-Pobre, Bruce.

 

-¡Y yo que pensaba ser la omega de Wayne! Con ese descarriado en la familia, mejor ni me meto. Pobre Brucie, dudó que su Omega acepte a un puto por hijo.

 

-¿Te preocupa el padre? ¡Los otros! Esos omegas serán juzgados por esa fruta fácil.

 

            Dick se hizo sangre al clavarse las uñas en los puños.

            ¡Ellos no sabían nada!

            Y de cualquier manera, de saberlo, eran los que menos debían o podían juzgar.

            Miró a su padre con odio por primera vez en mucho tiempo. Aun no comprendía como era posible que Bruce permitiera una cosa así. ¡Era su hijo al que estaban hiriendo! Un buen rugido y un “me vale” serían suficientes, pero, en la realidad, Dick sabía que sus deseos eran solo sueños que más valían no realizarse. La sociedad no perdonaría a Bruce Wayne, Alfa o no por escupir en las tradiciones que movían al mundo.

 

-No hay ningún problema, señor Wayne. Para eso están las temporadas sociales. Son para fortalecer lazos, para estar seguro de lo que uno recoge y corteja - Desde su lugar, Mía le mando una fea mirada por decirlo de esa manera. Titán le devolvió una sonrisa confiada, Bruce no le saltaría encima por la verdad. Si quería diplomacia en el recibidor, mejor hubiera sido mandar a Yoite - ¿Por el resto, supongo bien en pensarlos dentro?.

 

-Le corrijo - Dijo Tim con su vocecita de tenor.- Yo estoy siendo cortejado ya. Vengo únicamente por su amable invitación. - Bruce se sintió feliz porque esos dos dieran el paso en su relación. Por lo menos, la mansión tendría un chico azul después de todo.- Mi pareja vendrá después, tiene asuntos que resolver.

 

-Un joven de negocios muy ocupado - Dijo Titán.

 

-Un joven muy ocupado con su granja, sí - Titán arqueo una ceja. Tim no se avergonzaba de los orígenes de laboratorio de Kon y mucho menos lo haría de su modesta posición en la sociedad capitalista que de paso está bien decir, que esta se alimentaba de una buena porción de lo que las granjas Kent ofrecían y ni que decir de lo que LexCorp le daba.

 

-Si tu padre no dice algo, nosotros tampoco - Salto Sebastián a salvar a su hermano. Al estar atrás de él, recibiendo a otro puñado de invitados, le permitió ser asertivo… auqnue dejo a una familia al aire que prontamente fue atendida por Mio - Disculpa a mi hermano, no quería decirlo así. Es que encontramos raro que uno de los príncipes de Gotham se fije precisamente en un sin nombre cuando muchos buenos partidos te han bajado la luna y las estrellas, unos incluso escribiendo tu nombre en el cielo - Tim ni se inmuto. Este Alfa era muy amable, técnicamente empujo a su hermano mayor para poder ser él quien le tomara la mano y le besará. (Una usanza vieja pero apreciada)- Siento esto. Acompáñame por favor, permíteme disculparme en nombre de Johannes.

 

            Tim no pudo decir nada, fue arrastrado por el jovial Sebastian que le llevo a una fuente de copas. Si el omega no ocupaba valor líquido, pues él no estaba en las mismas condiciones. Llevaba rato regalando sonrisas falsas y amabilidad que no tenía, negando cortejos de jocosas omegas y valientes betas que no le veían mal. Además, si iba a hablar con el pequeño, tenía que estar seguro de lo que diría.

 

-En serio está comprometido - Advirtió Jason a Titán - Y mi cuñado es muy fuerte... Y enojón. Yo que usted, me preocuparía por la pulpa que va a terminar siendo ese Alfa.

 

-Sebastian estará bien... Él odia las peleas de todos modos. Nunca se ha metido a una, no comenzara ahora - Jason no sabía si ofenderse porque le dijeran que Tim no era material para pelearse por él o porque existiera un Alfa así de debilucho. - Les presentaré al resto de la familia. Y, señor Wayne, tengo a una omega soltera que sería perfecta para usted y no es porque sea mi hermana, pero mírela un poco - Señalo a Mía que devolvió el saludo a lo lejos, en compañía de un Alfa que se le hizo asquerosamente familiar a Bruce. ¿¡Que hacia Oliver aquí!? - Ahora, joven Damian, me permitiría su compañía.

 

            Titán no tuvo que preguntar realmente. Damian no tenía opción. En ese momento el pequeño estaba lejos de la protección familiar. Una vez dentro de una fiesta que celebraba la temporada social,  los omegas deshonrados estaban en subasta silenciosa, y eran “propiedad” del anfitrión hasta que fuera reclamado. Su padre no podía decir nada… Damian estaba solo en una sociedad que podía tratarle como quisiera por una estupidez o en este caso, por haber sido débil y atrapado en medio de su misión.

            Después de ser repudiado por todos en la fiesta, Bruce podría volver a reclamar a su pequeño hijo con el nombre de su familia, una vez se asegurara que nadie le querría aun deshonrado.

            Damian estiro su manito, asqueado con la idea, tentado con cortarle el cuello al Alfa que le tomaba sin hacer caso de su torpeza al no poder medir bien las distancias con sólo la voz de guía.

            Su madre tenía tanta razón en odiarlo por ser una decepción.

            Era y siempre fue, una decepción.

            Damian se odio de nueva cuenta, ignorando lo que Dick le había dicho en las noches. Su hermano lo quería, así que no contaba.

 

-¡Oh, se me olvido! - Grito Mía, sorprendiendo a Oliver que técnicamente fue empujado hasta Bruce por ella, que era un espectáculo de torpeza y locura escondida - Quédense un momento aquí, tengo que ir por mis supresores - Ambos hombres fingieron demencia. No era normal que una omega hablase de su celo tan abiertamente en una temporada social... O mejor dicho, en ninguna situación. -  Ya regreso. No hagan destrozos y si quieren, pues espérenme un rato, podremos buscar una habitación dispuesta.

 

            Oliver miro largamente a Bruce, ambos ignorando el asunto de recién.

            Oliver no sabía que se tenían que decir en esos momentos. Su hijo también era un omega, pero Roy aún siquiera tenía su primer celo. Sabían que era un omega por múltiples exámenes que tuvieron que realizarle cuando paso el tiempo adecuado... Era un omega biológicamente defectuoso, por decirlo decente.

            Así que realmente no era deseado por Alfas saludables para cortejarlo o hacer una alianza. Su madre había devastado la seguridad de su hijo con el asunto, menospreciándolo a cada tanto que habían negocios que podían ser finiquitados con una boda y que no podían llevarse a término por susodicha situación, que era una vergüenza para cualquier Omega. Y sin importar que tan vale madrista Roy pudiera ser, si le mermaba.

            Bruce era un amigo, muy parecido a él mismo... Claro, que su madre murió siendo una santa mientras que la suya era el demonio vivo. Ambos eran vigilantes y eran padres. Ambos “Alfas”... No sabía cuáles eran las palabras o lo que se tenía que sentir en momentos así, por lo que dijo lo primero que se le vino a la mente.

 

-Me siento avergonzado por tu situación.

 

            Ooohhh no sonó precisamente bien.

            Y Batman se encargó de decírselo en su entrecejo violentamente ceñido, disimulado con su eterna sonrisa de playboy.

 

-No por lo que le pasó a Damian, no... Pobre chico, tiene que estar destrozado - Oliver se encogió de hombros - Digo que no es para menos, él tiene que sentirse mal... - Estaba sudando violentamente - Quiero decir que es normal ser rechazado por ser botado... -  Se golpeó la frente - Tu unigénito de sangre es ahora nada... Bueno, es todo... No quise decir que ahora no podría sucederte de que quieras ó que pueda quedar con un buen Alfa, si arreglamos las circunstancias alguien de la liga podría... -  Genial, simplemente genial. Ahora estaba tratando a Damian como mercancía defectuosa - Sólo estoy empeorando las cosas ¿Verdad?.

 

-Tardaste en darte cuenta, Oli - ¡Oh, sí! Le dijo Oli, por lo que Bruce no estaba encabronado. Viviría un día más antes de que Roy le diera un infarto con alguna de sus travesuras - Gracias. Sé que puede ser difícil que las cosas le vayan bien a uno y al resto, pues, lo entiendo. Es incomoda la felicidad cuando no le pasa a todo el mundo. Gracias por el intento de ánimo, Oliver.

 

            Batman estaba muy receptivo.

            Que miedo.

 

-Sólo es difícil saber que le fallaste una vez más.

 

            Oliver asintió.

            Si existía un peor padre que Bruce, ese era él mismo. Roy era un fármaco adicto y pensaba que ninfómano también, ahora esa última no la había comprobado, pero el no tener celos tenía que tener alguna consecuencia en un omega.

 

-Por lo menos tú estás para recoger los pedazos.- Dijo Oliver auto compadeciéndose.

 

            OH, porque para Oliver, no había pedazos de Roy que recoger.

 

-Ya estoy de vuelta – Llego Mia con un contrato en la mano – Los supresores son una putada, cuando tienes la presión baja, te disparan el corazón y sudas. Si huelo demasiado a talco, ya saben porque es – Oliver la miro alucinado y quiso que su madre la conociera, seguro que le daba un infarto. Por su parte, Bruce la miraba con sospecha - Sé que no debemos hablar de negocios en este lugar, es de mal gusto, pero entenderá que somos personas ocupadas y que sólo intentamos ahorrar tiempo y dinero. Si pudiera ver la propuesta que tenemos – Le extendió el folder – Vera que valió la pena.

 

-¿Johannes corp? – Oliver alargo su cuello – No sabía que tenían una industria.

 

-No es una compañía exactamente – Mia lanzo el anzuelo y espero a que Queen lo picara. Si lograba atraer al otro billonario a sus redes, Titán estaría orgulloso de ella y de paso fastidiaba a su mellizo – Cada uno de nosotros seis tenemos negocios varios, es una propuesta independiente de los negocios familiares. Johannes corp es una cadena de varios sitios, tenemos galerías, laboratorios, diseños para sitios webs y pastelerías, es una cosa de nosotros. Es pequeño y emergente, queremos expandirnos pero con empresas que sean diferentes.

 

-¿Diferentes? – Bruce ya los recordaba – Rechace esta oferta hace unos meses.- Con justa razón, claro está. Lo único que no le gustaba eran los rumores de que Johannes estaba metido con las zonas bajas del mundo en Zanka, que eran mafiosos esperando por su momento y Batman no pudo descubrir nada más cuando quiso meterse en la casa de uno de ellos.  Tenían la seguridad del pingüino para una simple casita… algo olía muy mal allí.

 

-Lo sé. La oferta le llego con el Alfa de mi mellizo, Armand trato de hacerle ver que éramos una buena inversión. Pero usted no lo pensó así. Señor Queen, tengo que decirle que el señor Wayne es difícil de disuadir, pero, sé de buena fuente que a mí no me podrá decir que no.

 

            Ambos hombres la miraron y en poco rato, ya Light y Mio estaban con ellos. Sonrieron malignamente, enchinándoles la piel. Olían a precaución.

 

-Esta pequeña comitiva ha sido seleccionada – Presumió Mio – Costo un poco de esfuerzo y cobrar unos favores, pero lo conseguimos. ¿No le parece conveniente una fiesta de cortejo cuando su vástago está a punto de ser condenado?

 

            Oliver intento marcharse de allí pero el Omega rubio lo cogió del brazo y se le colgó. Casi ronroneando.

 

-¿No te intereso? Soy un buen Omega y puedo ayudarte a criar a ese pequeño tuyo – Dijo Light. Los mellizos no supieron si alentar aquello o detenerlo, Oliver Queen era un buen partido para la viuda negra pero de alguna manera, el Alfa no se parecía a los hijoeputa con los que trataban - ¿Quieres calar la mercancía?

 

-No deseo un Omega ahora y menos uno que no se respeta – Light sintió el bofetón y los tres Johannes se pusieron en alerta – Firma de una vez Bruce, no veo nada de malo con ellos. El contrato es de ganar/ganar.

 

            Light soltó de inmediato a Oliver y se fue. Él sólo había ido a ver si podría jugar un poco con el Alfa, no era su culpa que sus modos de viuda negra salieran con quien no y en donde no. La costumbre era difícil de matar. Poco se topaba con Alfas amables que no creyeran que el mundo les pertenecía y tuvieran derecho a tomar lo que gustasen. Oliver le recordó que no dejaba de ser la puta de la familia.

            Que mal… Oliver parecía agradable, no le hubiese importado estar en su cama antes de asesinarle, en una de esas y mejor pedía el divorcio. Nunca sintió el calor de un Alfa que lo deseara y respetara, nunca ambas cosas. En fin, de seguro que ya la familia le tenían preparado el siguiente marido.

            Los mellizos lo vieron partir y se mordieron la lengua. De cierta manera, Oliver pudo darle descanso a su hermano. Al menos fuerza para seguir viviendo dentro de la maldita familia.

 

-Firma – Pidió Mia con menos dulzura y locura, con más hiel – Te hemos devuelto a tu hijo, devuélvenos el favor.

 

-Nada es gratis, señor Wayne – Alego Mio – Si se niega, entonces, tenemos a alguien que puede interesarle su pequeño Omega. No es demasiado exigente pero no vive en Gótica y se mueve en las viejas costumbres y su hijo sólo sería una compañía de harén.

 

            Esto era un simple chantaje.

 

            Al otro lado de la fiesta, Titán prácticamente parecía que llevaba a un niño de preescolar a la guardería. Damian siquiera le llegaba a la cintura y caminaba con enormes pasos para llevarle el ritmo, salvando la distancia con rapidez.

            Titán rápidamente cargo al niño por la cintura y lo sentó en una de las mesas, llamando poderosamente la atención de todos. La mesa en la que Damián arrojo sin querer las copas al suelo, era la mesa principal. En donde los anfitriones comían y veían a sus invitados. Yoite señalo al enano y trato de ser condescendiente con la fina mancha roja que se expandía por todas partes y goteaba en sus piernas. Yoite le dijo a su hermano que le debía unos pantalones y que luego se los cobraría. Se fue de inmediato para cambiarse de ajuar a algo que fuera más para la ocasión.

            El Alfa reviso las vendas que repentinamente se aflojaron con la caminata y se encargó de ajustarlas, siendo delicado en todo momento. Damian no dejo pasar la apreciación de que el sujeto lo hacía muy bien para ser un simple alfa de ciudad... Un mundano hombre que gastaba el dinero en putas y fiestas.

            Titán Johannes parecía tener una vena de médico o víctima.

 

-Perdón.- Dijo Titán.

 

            ¡¿Qué?!.

            Damián quiso llorar. Si pudiera lo hubiese hecho.

            Hasta eso le habían quitado.

 

-Te perdono y perdóname tú también - Le respondió. Ni idea de porque se disculpaba pero no tenía que ondear en la herida. Él sabía de lesiones y ninguna es buena tocarla. - No te conozco. Nunca te he visto, ni en revistas, ni en reportajes... Me eres extraño y está bien. No tenemos que conocernos para herirnos. Lo entiendo.

 

-¿Te gusta el queso? – Damian ladeo su cabecita – Tengo una bandeja en la mesa. A Sebastian le encantan. Siempre pide una. ¿Quieres?.

 

-No puedo comer, lo siento – Un Omega no reusaba nada que un Alfa le ofreciera en esas situaciones pero para Damian que ya se sentía perdido, una afrenta más a algo que no respetaba le venía igual- ¿Por qué?.

 

-Eres un lindo Omega. Envidian tu compañía – Damian no creía eso – Me encantaría reclamarte pero aún no.- Damian pego un brinco. Aquello significaba que lo llevarían a una habitación- No Damian, no hablo de eso. Quiero que estés seguro. Me recuerdas a mis hermanos. Ya sabes, tengo cuatro lindos omegas. Aunque mi hermanito Alfa es muy mono también - ¿Qué Alfa era mono? – Te veo y los miro.

 

-Ellos no tuvieron que estar en mi situación.

 

-Oh, no asegures nada. En mi familia hacen estas cosas cada mes.

 

            Titán se sintió liberado. Culpable por lo siguiente que pasaría... Salvado porque su víctima le disculpara.

            La sociedad era una mierda.

            Le dejó solo, ahí, tirado y abandonado en medio de todos, como un trofeo malogrado, uno que tenían que ver todos para jamás tomarlo.

            Damian se quedaría esperando... Mientras que el resto de omegas, serian sacados a bailar, turnándose en parejas para poder conocer a todos. Para poder ponderar las siguientes citas, los cortejos, para reír y conocerse.. Una burla de los bailes sociales de medio siglo... Una lección para que los omegas recién presentados no se les ocurriese correr a los primeros brazos de quienes les hablasen bonito.

            Una advertencia para aquellos Alfas que no quisieran ver a sus hermanos y hermanas en penosa situación y tomasen con rigor sus deberes y obligaciones.

            Aunque los métodos variasen en clases sociales, cualquier omega repudiado era exhibido para quien quisiese tomarlo y hacer otro contrato, no tan fuerte como con el primero, no tan honorable y menos respetable pero aún con obligaciones.

            Damian rogaba a quien fuera que estuviera escuchándole, rogaba por no ser escogido por alguien más. Se sabía tentador. Deshonrado o no, seguía siendo el unigénito de Wayne y eso por sí mismo, a la larga, jugando las cartas correctas, hacia a su esposo heredero de Wayne Enterprise... Que pasase era otra cosa,  tenía a Jason a quien no le importaba un poco de sangre de más en sus manos.

            Pero la idea en general de tenerle era válida, pecaminosa y atrayente.

            Damian estrujo disimuladamente sus manos por los primeros veinte minutos... Oliendo con desesperación cada metro cuadrado que alcanzaba a percibir, en busca de las intenciones horribles. Algunos Alfas pasaban ansiando follarle, curiosos y sabedores de que a lo mejor era un bocado simple de tener.

            Y siendo otro, quizá sería así.

           

-Tienes razón - Dijo Yoite - Ningún Alfa está lo suficientemente interesado. - Miró a su alrededor. Los más jóvenes amenazaban a Damian con su presencia, sólo por diversión.. Sabedores de que el omega estaría asustado por ser cogido para una follada rápida en la habitación previamente preparada para estas situaciones y luego ser regresado al centro, sin ser reclamado. Solía pasar mucho durante estas situaciones. De ahí que los Johannes fueran celosamente cuidadosos en la lista de invitados. Se trataba de que Damian saliera lo mejor parado no más traumatizado- Eso o Jason Wayne le está rompiendo la nariz a la mitad de los invitados y aún no lo sabemos.

 

-Sólo fue a uno - Aclaro Mía - ¿Quién invito a Ambros? El tipo tiene prohibido pisar el mismo suelo que yo.

 

-Traído por uno de sus amigos más recientes, Stigia Nondré - Dijo Light - El anciano conservador parece que está comenzando a corromperse por los vicios de  la nueva década. O los de sus nuevos amigos.

 

-Tenemos que comenzar la primera pieza o nos saldrá el tiro por la culata - Explico Mío, dándole la señal a Sebastián y a Titán para que comenzaran con la apertura oficial de la temporada social.

 

            Titán cogió de la mano a una omega que acompañada por su madre, acepto alagada... Que un Johannes te escogiera era para presumir. Si no lo hacía un Wayne... Pues nada se perdía con un Johannes en la lista.

            Sebastián tomo a otra señorita y comenzaron.

           

-Basura - Escupió Jason. Viendo a lo lejos al pequeño demonio que alzaba su carita. Escondiendo sus temblores ligerísimos.

 

-Ni que lo digas - Roy se le unió - Algunos de nosotros somos menos merecedores de y no somos mostrados - Jason le miro largamente - Si no lo notaste, es una invitación. Tú y yo nunca hemos follado.

           

            Roy Queen, hijo de Flecha verde… Un mocoso con más cojones que su hermana o prima, o lo que sea... Simplemente ese ¿omega? Estaba ahí, hablándole de cosas fuera de lugar con su risa eterna.

            Iba a romperle la cara por gillipollas.

 

-Mi hermano esta allá y tú me hablas de follarte - Repitió por si las dudas. Roy asintió - No conoces el concepto de no conveniente, ¿no?

 

            Roy simplemente alzo los hombros.

 

-Sólo se vive una vez. - A Jason le pareció que aquello iba más profundo.- Oli me arrastro. Porque según él, necesito de un Alfa.  O al menos simular que buscó uno. Tú estás en el mismo saco que yo. No tenemos tiempo para citas... ¿qué les diríamos? “Amor, espérame tres horas, sé que es nuestra primera cita pero están invadiendo la tierra y ocupo salvarla” - Jason sofoco el sarcasmo que le bailaba en la punta de la lengua - Una vez me dijiste que si ocupase de un amigo, te buscase... Pero no necesito de uno. Lo que quiero es un compañero para este celo.

 

            Jason no se sentía cómodo con la idea.

            El que actualmente se hacía llamar Arsenal fue un amigo de Dick, muy cercano... Cuando le ofreció su compañía, fue porque el omega, mayor y todo, le parecía atractivo... Misterioso y una buena persona, quería ser su amigo... Claro, antes de morir.

           

-En otro momento. - Arsenal hizo un puchero que no iba con la personalidad de alguien como él - No estoy de humor y créeme, podría lastimarte.

 

-Eso suena mejor - Eso sonaba enfermo, pensó Jason - Ven... Tu hermano no ira a ninguna parte.

 

            Golpe bajo.

            En menos de lo que Jason pensaba, ya tenía a Arsenal contra un árbol, escondidos tras el conveniente follaje en una de las esquinas más retiradas.

            Vulgarmente, Roy lamió la manzana de Adán de Jason, probándolo con un gruñido y un vaivén en sus caderas, con un demandante agarre en el cabello azabache.. Intentando que Jason aumentase la fuerza de sus manos marcando su cuerpo.

            Roy llevo su mano a la entrepierna ajena, masajeando con delicia y experiencia sobre el pantalón, dibujando la pretina con una risita que comenzaba a joder en mal sentido a Jason.

            El caliente aliento, golpeo a Jason en los labios cuando el omega se comió literalmente su boca... ¿sumisos? Los omegas no tenían que serlo, los obligaban a actuar de esa manera, pero aquellos que se rebelaban, aquellas personas como Roy, se tragaban al mundo, desesperados por ser diferentes, por ser tan frágiles, tanto que usaban sus maltratadas alas de cristal para convertirse en algo más.. En algo que no los hiciera perderse.. Aunque Jason vio lo perdido que Roy estaba.

            Esa fútil rebelión de Roy, que ardía en las venas, se contagiaba. El cianuro invadía su propio sistema, quemándole la garganta... Mientras bombeaba con su boca, saboreando el presemen que Roy dejaba escapar.

            Esos gemidos, controlados en volumen no así en  intensidad, esos sensuales y malditos gemidos eran un llanto sofocado. Jason cogió con fuerza las nalgas, empujando hacia sí mismo, intentando sacar menos agonía y más placer. Chupó las bolas, las lamió y las ¿besó?, si, así fue.. Antes de cargar a Roy sobre sus brazos y empujar con fuerza por ese delicioso culo que no estaba preparado para recibirle.

            Jason entonces besó con fuerza a su presa.

            Obligándolo a callar.

            Esos resoplidos apagados fueron sustituidos por los dedos, por las uñas de Roy encajadas en la espalda, y si no fuese porque Jason siempre cargaba con una protección más liviana de Kevlar, sabría que estaría tajado y con deliciosa perversión.

            Jason empujo de nueva cuenta, entrando más profundo que la primera vez, entrando tanto como Roy se lo permitía. Esas estrechas paredes le succionaban, le apretaban, con tanta reticencia de dejarle ir o de entrar, que en su violencia, amada y deliciosa violencia, un lubricante diferente apareció... Y a Jason poco le importara que Oliver surgiera alarmado por oler la sangre de su hijo, se dedicó a amarlo como el muy cabrón le provoco hacer.

            Sin más besos, sin más caricias que esos obscenos sonidos que sus pieles hacían al chocar, que ese sonido mojado, que ese olor impregnado... Sin promesas ni más palabras, sin nada en medio.

            Jason poco prestaba atención a sus acalambrados brazos que protestaban por cargar con setenta kilos de músculo finamente esculpido, si Roy no se quejaba por su seguro culo astillado y rasgado, no sería él quien cambiara la cómoda posición.. Desde su punto de vista, este era el mejor lugar para la función... De otra manera, no podría ver esos labios flojos y esos ojos penetrarle con pasión, con culpa.. Con tantos sentimientos que era impresionante que Roy no estuviera ahogado.

            ¡¡¡Maldito tiempo!!!

            Aunque esto fuera una follada rápida, Jason maldijo por comenzar a hincharse... Él aun no quería terminar.

            Siguió bombeando, más rápido, más desesperado, con tanta fuerza que sudaba y temblaba... Completamente descontrolado... Prestando atención por primera vez al olor del omega que tenía enfrente. Ahora que lo pensaba, cuando Roy se presentó.. No olía así... Tan delicioso, tan atrayente, volvió a bombear, llevando el control por completo, estirando su cuello para oler el ajeno, para llevarse ese olor en la mente.

            El repentino golpe que Roy le mando, lanzo a Jason al suelo. La violencia fue necesaria. Roy temblaba con el resiente orgasmo, liberado en el momento justo en donde le golpeo, con tanta fuerza que ahora su cuerpo era gelatina pura. Apenas se podía mantener en pie. Por sus piernas escurrían sus jugos propios, una combinación de sangre y lubricante con semen.

            Jason se liberó en el pasto, arrojado y aún eclipsado por la nebulosa de la liberación que no presto atención a su punzante mejilla que sangraba por el corte del puño que Roy le tiro. Su falo, goteando aun del abundante chorro que lanzo, palpitaba hinchado y con el nudo de la cúpula, grueso y orgulloso de lamer los interiores del omega.

            Con las respiraciones agitadas, Jason fue el que hablo primero.. Ahora claramente disgustado por el golpe.

 

-¿Qué fue eso?

 

-Pensabas venirte en mí. Anudarme - Jason pareció no comprender - Cruzarte conmigo... Hacerme tu omega de contrato. - Jason no pudo responder - ¡¡Joder!! Debería de estar feliz por no estar en celo. De lo contrario, no hubiese podido renunciar a tu reclamo. Pensé que ... Olvídalo.  Si quieres vengarte de la mierda por la que hacen pasar a tu hermano, búscate a otro.

 

-Espera un momento - Dijo enojado - Tú te ofreciste.

 

-¡A follar, no a cruzarme! - Dijo apuntando el nudo que Jason no podía guardar dentro de sus pantalones por lo menos en los próximos quince minutos.

 

-¡Para eso debería de haberte mordido! - Y Jason no vio la media marca en el cuello de Roy, quien convenientemente logro ocultar al ponerse de lado... El que Jason intentase morderlo, fue lo que lo asustó.. Ya había sido anudado con anteriores alfas pero ninguno, ni de cerca jugueteo con su cuello...- ¡No te hagas ilusiones, omega! Ni quien quiera algo contigo.

 

-¡Bien!

 

-¡Bien!

 

            Y Roy salió pitando del lugar. Subiéndose los pantalones.

            Jason se quedó sentado de piernas. Tendría que esperar antes para poder regresar a la fiesta.

            ¿En qué demonios pensaba?

            Damian estaba allá, solo.

            ..... Un momento... ¿él... Él realmente intento?

            Una amarga risa le invadió... Roy resultaba ser el primer omega con el que perdía el control. Si eso no significaba algo, que le disparasen por idiota.

 

            Mientras que Jason estaba con sus dramas personales, Tim intentaba por todos los medios evitar que Kon masacrase a Sebastian. Resulto ser que el Alfa era muy confianzudo y no tenía el menor sentido sobre privacidad. Hacia preguntas personales y apreciaciones aún más fuera de lugar. Había conseguido sonrojar a Drake en más de tres ocasiones y cuando Kon llego a la fiesta, acompañado de su padre para que acompañara al señor Bruce en su propia guerra como pareja no reconocida, Sebastián estaba hablándole de las muchas convenientes parejas que había...

            Claro que Sebastián hablaba de las suyas, es sólo que Kon no dejó pasar el mal entendido.

 

-¡Oh! El granjero - Dijo Sebastián. Tim se golpeó la cara. El Alfa no era una mala persona, sólo era un impertinente empedernido. - Mucho gusto - Tomó la mano de Kon y la sacudió con vehemencia - Tim estaba diciéndome lo mucho que te amá y lo que lo haces feliz...

 

-Yo no....

 

-Estaba diciéndole que ninguna de mis parejas o compañeras me hizo sentir igual.- Kon giro a ver a Tim que no sabía en donde esconderse - Ahora mismo tengo muchas candidatas para escoger... Pero, siendo sinceros... Estoy más interesado en un profesor de la preparatoria, un alfa que ni me da la hora.

 

            Conner se quedó de piedra. Un alfa le estaba confesando que deseaba a otro alfa... Diablos, de pronto ya no se sentía tan mal por Hall y Barry, no eran los únicos en esa fea situación.

 

-Soy Conner Kent. - Se presentó y de repente miro a donde Damian, asegurándose que nadie tuviera la grandiosa idea de tocar a su cuñado. Ese niño no ocupaba más  heridas.- ¿Cuándo se acaba esto?

 

-Faltan un par de par de vueltas... Y entonces, el señor Wayne podrá reclamar a su hijo bajo su nombre nuevamente. - Explico Sebastián - Es bonito cuando un padre perdona a su hijo. – Tim no dejó pasar esa cierta nostalgia en Sebastian, pues hablaba como si comprendiera el asunto mejor de lo que dejaba ver. No quiso sacar conclusiones, pero, a lo mejor, entendía la cosa por tener cuatro hermanos omegas.

 

-Aquí no hay nada que perdonar - Exclamo Tim - Simplemente sucedió.

 

-Como en muchas ocasiones - Acepto -  Y como en muchas ocasiones, el omega no regresa a su casa... Pues después de ser exhibido y usado durante la fiesta, el patriarca puede decidir no reclamar a la criatura y entonces, sin un hogar al cual volver, el omega será afortunado si lo dejan marchar con sus pertenencias, con algún dinero o quizás con parientes. Si bien le va, será acogido como servidumbre de alguna familia de nombre... Y sabemos bien como terminan.

           

            Tim tragó duro... No era lo que sucedería, se recordó.

            Pero Damian no lo sabía.

            Damian había sido abandonado por su madre, quien le puso precio a su cabeza... Quien le deseaba muerto ¿Por qué Bruce sería diferente? ¿Por qué lo abrazo por la mañana y le lloró por las noches? ¿Por qué era Batman?... Tim sintió el miedo de su hermano psicópata por vez primera.

            Dick estaba pensando lo mismo que Tim en ese momento. Era el único Wayne que estaba bailando. Convenientemente su padre estaba hablando con Clark, Oliver y Mía Johannes, y como Alfa, él podía decidir no bailar, no charlar... Por el contrario de los omegas que al ser abordados estaban en obligación de atender.

            No podían rechazar una invitación, pues era mal visto.

            No podían decir que estaban muy cansados de mala manera... De cualquier forma, les dejarían descansar pero luego tocaría conversar y a eso, tampoco podían zafarse.

            Por esas situaciones era por lo que Bruce se encargaba de  llevarlos lo menos posible. Al tener tres hijos omegas, las posibilidades eran altísimas de que se salieran de control en un momento y entonces actuaran como los chicos maravilla que fueron o eran. Una cosa era que hicieran destrozos en su oficina, otra, que patearan traseros de alfas sin problemas, tenían que mantener las apariencias.

            Dick suspiro, despidiéndose del alfa de turno y resignándose a tener que acompañar a otro antes de llegar a su silla... Y dicho y hecho, Arturo de Vongola, un Alfa medio pirado y rígido se le acerco, literalmente tronó los dedos y espero... Y espero... Y siguió esperando.

 

-Hujumggerr - Carraspeo, ofreciendo su brazo.

 

-¿Necesita una menta? - El rostro de Arturo se puso rubicundo y con violencia, fue él mismo quien jaló a Dick a su costado, usando su izquierda para apretarle la mano contra su derecha que soportaba la presión. - ¡Aunch! - Se quejó Dick - ¿Qué le sucede?.- Arturo lo hizo caminar hasta su mesa y le sentó.

 

            El Alfa no dijo nada más, de hecho comenzó a platicar con uno de sus camaradas. Ignorando a Dick a su costado, ligeramente sentado más atrás que él.

            Richard escaneó la mesa. Notando que efectivamente, los omegas que los acompañaban estaban todos sentados y en silencio. Los omegas enlazados a decir verdad, estaban tranquilos, tomando de sus tazas y lanzando miradas condescendientes y tranquilizadoras a los más pequeños, diciéndoles silenciosamente que esperaran y atendieran, que fueran pacientes, sumisos y obedientes. Esos Omegas adultos que ocultaban sus huellas violentas con caros maquillajes.

            Así que estaba en la mesa de los retrogradas bestias.

            Que suerte la suya.

            Le jodia no poder hacer nada, no decir algo... El hombre le había agarrado con demasiada fuerza, su mano dolía... Usualmente no haría escándalo, el Joker, Bene y otros le molían los huesos, un Alfa promedio no debería ser más fuerte que ellos, sobretodo más fuerte que Bane, el tipo era un Alfa titánico que sospechosamente respiraba muy de cerca el cuello de su padre... pero dejando eso de lado, ese enganche momentáneo fue echo para lastimar, para doler con éxito.

            Ni se tocó la zona, fingió que nada pasaba.

            Intento pararse después de un rato, pero Vongola le sujeto con mayor fuerza. Dick se recordó que tenía que ser amable... Pero no podía hacerlo con semejante idiota intentando imponérsele.

 

-Un Wayne - Anoto un Alfa viejo - Es un lindo omega, el mejor hijo de Bruce - Dick ni conocía al viejo chocho - Aunque deberías de pensarte la adición. El chico es impecable. Pero con un hermano como ese - Apunto con la cabeza a Damian - No, no conviene. Caras vemos... Pero la influencia podría ser mucha.

 

-Está bien educado - Arturo jalo la mano que había lastimado y en la que ya se asomaba un moretón por debajo de la ropa. - No dijo nada, ni demostró nada. Al menos Wayne hizo algo bueno con uno de sus hijos - Dick estuvo a punto de rebelarse pero la cara de Damian se lo impidió. Su hermanito estaba soportando tan bien hasta el momento, él no podía ser menos. Arturo le examino el rostro, a gusto con lo que miraba- No me costaría hacerle hijos. ¿Cuántos hijos quieres, omega?.

 

-Señor Vongola, soy Richard - Y se liberó del agarre de hierro con delicadeza, de la manera en la que Alfred le había enseñado. Busco con la mirada a Jason, esperando que no estuviera viendo y para su buena suerte, tanto su padre como sus hermanos no andaban cerca - En realidad no he pensado en hijos.

 

-¿Tan viejo y no lo has hecho? - Soltó la Omega a su costado, la madre de Arturo. Claro, la mayoría de estos snobs agarraban a sus parejas demasiado pequeños, la mayoría unos adolescentes y los preñaban en la primera ronda. Les llenaban de hijos  luego los olvidaban en las esquinas de sus lujosas mansiones. Aun no comprendía como una Omega, podría defender esa clase de barbarie.

 

-Simplemente no ha sucedido. Tenemos una clase en donde te piden verte a diez años, y me imaginó dirigiendo el circo Harley, dirigiendo mi propia empresa, vigilando mis propios intereses con mis propios ojos y manos, llevando más cosas a la cima y lejos de Gótica, cada día más ocupado con mis amigos y en el trabajo, cada día más lejos de hijos. Poco o nada aparecen en mis planes.- La presión en su cintura se intensifico. Arturo le estaba sofocando.

 

-Eres tierno, Richard - Los ojos verdes de Arturo brillaron con maldad - Pero nada de eso sucederá. Podrás ver a tus amigos, sí, pero una vez nos enlacemos, si quieres, dirigirás el circo pero en la mansión, cuidando de nuestros cinco pequeños Alfas.

 

            Huy, el muy puto los tenia bien puestos en el puto cielo.

            ¿En qué momento acepto casarse? Que él recordase, el tío no le dejo abrir la boca en todo el rato para dar su opinión, mucho menos para decir esas condenadas letras.

            No podía imaginar cómo sería la vida del omega que tuviera que soportar a Vongola. De suceder, lo vería muerto antes de diez años, suicidado o asesinado a golpes. El alfa tenía un pésimo control de la ira.

            ¿Libertad? ¿Expresión? ¿Votos? ¿Leyes? ... Sólo eran palabras sin significado sano, la libertad estaba condicionada; la expresión atada; Los votos, esas dizque muestras de igualdad en una sociedad que insistía en llamar desiguales a los habitantes por ser de sexo diferente por el simple hecho de resaltar que hay una razón para llamar al Omega menos que Alfa y Beta en su lucha por alcanzar el estatus digno. Las leyes protegían, a ambos lados... Si, claro. Aún habían estúpidas leyes de pureza y casta, chingadera que ultrajaba.

            Damian estaba ahí, recibiendo el odio de todos. El desprecio cuando era una persona tan frágil, cuando él no soportaba más de ese odio y no tenía más opción que aceptarlo.

            En ocasiones, Dick, pensaba que Talía odiaba a su hijo por ser omega. Es decir, Ras quería  a Damian como su sucesor aun siendo un omega, cuando a Talía, se le negó tal derecho por su estatus de mujer.

            Y nuevamente se presentaba esa mierda de creencia de que el omega tenía que hacer méritos o luchar de más en tanta discordia para ser merecedor de algo bueno. Algunos en Gótica dejaban sin estudios a sus omegas porque sólo servían para la casa y la cama, otros se veían sometidos aunque terminasen sus estudios y los casos más espeluznantes, eran de esos omegas regalados cuando apenas y tenían unos meses de nacidos... Y se notaba que Vongola era de la clase de Alfa que odiaba.

            Algunos Alfas se veían obligados a fingir su rudeza para guardar las apariencias. Frente al público eran hielos, bestias, pero dentro de las paredes de su hogar, eran los osos de peluches más grandes del mundo.

            Vongola no lo era. Sus ojos brillaban como los de Joker. Se lamía los labios ligeramente como Two Face antes de lanzar su moneda. Dick pasaba demasiado tiempo combatiendo contra psicópatas que se le hacía fácil reconocerlos en las esquinas o en sus caros trajes de diseñador dando órdenes en los más altos o bajos puestos, Alfas respetados que daban caridad cada semana... De esos cabrones los había en todas partes.

 

-Debes de sentirte agradecido. Después de la fama que los omegas Wayne tienen, el que te escoja, debe de ser tu mejor oferta. No conseguirás otra. Pero si te hace sentir mejor, omega, como sé que todos los de tu especie son sentimentales, te prometo, como regalo de bodas conseguirle un marido a tu hermanito. Será difícil. Defectuoso, usado y mutilado, no hay mucho que se pueda hacer. Quizá logré meterlo en un harén.

 

            No estaba de humor.

            Dick agarro la mano que le rodeaba la cintura. Con fuerza, con más fuerza de la que Arturo uso con él. Los nudillos tronaron bajo su salvaje ira.

            Nadie hablaba así de su familia.

            Arturo se quejó, impactado por que el hermoso omega se le rebelara.

            Richard Grayson era un perfecto sumiso omega, aunque quizás, para algunos gustos demasiado músculado para ser un omega. A diferencia de sus dos hermanos omegas, que eran finos y delgados con una musculatura magra y precisa, finamente esculpida por los dioses y las horas de brutal ejercicio... Su propio cuerpo era como el de Bruce, un poco más voluminoso por las constantes horas en el gimnasio levantando tres veces su propio peso, por la misma edad y esfuerzo para estar lo más alejado de la contextura de Omega para la vida vigilante.

            Cosa que fue detenida por Bruce. Dick no tendría que hacerse pasar por Alfa, él no tenía que moldear su cuerpo más allá de lo que ya hacía. Para consuelo de su padre, Dick había conseguido detenerse con un aspecto flexible y delicioso, con una cintura fina como le correspondía, tan estrecha que apenas concordaba con ese enorme trasero bien trabajado que levantaba suspiros por donde pasaba. Incluso había sido escogido por la revista de moda como el omega con mejor retaguardia del año. Sus largos brazos, no escondían su verdadera fuerza, no como Damian o Tim.

            Algunos Alfas incluso se sentían amenazados por su obvia no delicadeza física, como si supieran que biológicamente podrían doblegarlo pero fuera de allí, era mala idea intentarlo y siquiera pensarlo.

            Pero esa advertencia parecía no haber llegado a Arturo.

            Dick libero un agrio olor, tan ofensivo que el viejo Alfa y la madre de Vongola, se echaron para atrás, erizados del miedo. Dick quiso reír, burlarse en sus caras de que le tuvieran miedo a él.. ¡a un omega!.  Usualmente esa segregación servía para advertir que él no estaba de humor, pero, su postura, su tono y en general, todo él, advertían de una larga estadía en la sala de hospital en cuidados intensivos.

           

-Dejémoslo en claro - Arturo trago duro. Los orbes siempre juguetones, se tiñeron de un brillo dorado, casi como si fuese un buoh y no el hijo del murciélago, como si su abuelo le compartiera más que la sangre - Damian no es ningún residuo. Yo no soy lo que buscas - Arturo tuvo que decirle adiós a sus dedos. Dick se los fracturo al mismo tiempo - No me vuelvas a tocar... No vuelvas a hablar así de mi hermano, o te cortaré la lengua y sé que le tienes mucho cariño.

 

            Dick se alejó, bamboleando sus caderas. Burlándose, desprendiendo esa lujuria de la que se sabía poseedor, abofeteando a Arturo, diciéndole lo que nunca podría tener, presumiéndolo a cualquier otro candidato.

           

-Tt, apestas - Saludo Damian. Dick sonrió con desgana y desdén, algo indigno de él.- Estas ¿Seduciendo? Deja de comportarte así... No es el momento, van a pensar...

 

-Ya lo hacen - Le corto de una - Les daré un motivo.

 

            Damian no siguió. Estiro su manita y Grayson se apresuró a tomarla en el aire, cuando notó que Damian apuntaba en una dirección equivocada.

 

-En la liga, cuando tenía siete años y el obsequio de la vida en mi cumpleaños se volvía más difícil de conseguir, me asomé a la habitación del abuelo. Me llamo para darme algo. No recuerdo si eso fue real o no, pero me regalo una imagen. Siete Alfas, todos en perfecto estado. Con dentaduras blancas y cuerpos magros, de todos los tipos. Castaños, rubios y pelirrojos... El abuelo quería que escogiera a uno para mi siguiente celo - Dick ni le miro. Sólo le sostuvo con firmeza. Él ya sabía que su hermano no era virgen antes de su reclamo, y ya era suficientemente malo que un niño de su edad tuviera que despertar con tanta violencia. - Quizé al pelirrojo.

 

-Parece cosa de familia - Dijo - Yo y Babs. Yo y Kori. Yo y Bart. Jason y Kori. Papá y la casi primera esposa de Wayne. Tim y Carrie. Pasa eso, pensamos que los pelirrojos son sexys… tú y Colin.

 

-Tt, no es el punto, Grayson. Lo que estaba diciendo es que antes era yo el que escogía, cuando tenía la oportunidad. Jamás me puse a pensar si esos Alfas estaban por su voluntad propia. Parece extraño pensarlo ahora, pero,, de cualquier forma, no es como si pudieras decirle no al abuelo y salir con vida. Ellos... De seguro se sentían igual de violados que yo cuando eso pasaba, aunque fueran ellos los que me montaban.

 

            Dick no sabía que decir.

            Él jamás estuvo con alguien que no quisiera.

 

-¿Qué se siente amar, Grayson?

 

            El fuerte aplauso les interrumpió y Dick se vio obligado a partir lejos de Damian para juntarse con sus hermanos. Jason parecía de pésimo humor y apestaba a sexo... Tim andaba menos hastiado pero no se podía decir lo mismo de Kon. Su papá y el señor Clark eran cosa aparte, a ellos era imposible leerles.

 

-Y para cerrar, tendremos el último baile de la temporada. Por favor - Pidió Titán - Alfas, tomen al omega que quieren en su familia, con quién que desean estar.

 

            Listo.

            El momento que Damian esperaba.

            Ahí era cuando su padre tenía la oportunidad de deshacerse de él.

            De cualquier manera, se metió en su vida obligadamente. Blandiendo la espada, cortando cuellos, tomándose libertades y suplantando a Drake en el manto de Robin.

            Era el momento que su padre más había ansiado.

            Y tenía miedo.

            Miedo de confirmar que realmente era alguien sin amor... Alguien a quien nadie quería. Temía reafirmar lo que ya sabía y tanto se esforzaba por cambiar.

           

           

-Te está esperando - Dijo Clark.

 

-Tengo miedo - Admitió y Kal le abrazo, sin importarle los curiosos. - Cada que quiero hacer algo, cada vez que hago algo porque pienso que es  lo mejor, lastimo a mis hijos. Nunca hago las cosas bien.

 

-Bruce...

 

-Si no se tratan de invasiones, entonces no sé qué hacer, no sé cómo enfrentarlo. Darkside es mucho más simple, sé lo que quiere y sé cómo frenarle...

 

-Sí, amenazando con volar todo su mundo - Sonrió. Bruce le lanzo una mala mirada, más de Batman y menos de Bruce - Escucha, somos personas y somos complicados. Sino lastimamos a alguien, entonces no estamos lo suficientemente unidos. Es la paradoja del puercoespín. Sus afilada agujas. Ellos duermen juntos, apretados para guardar el calor necesario y no morir, pero esos pinchos se entierran en la carne del otro durante la noche, durante su viaje a la supervivencia... Sangran pero viven, aprenden a enterrarse y penetrarse, a vivir con el dolor que significa tener al otro al lado. Ten a tu hijo, Bruce, porque el único error que cometerías, sería si abandonases ahora.

 

-Lo dice quien desprecio al suyo de buenas a primeras - Superman hizo mala cara. Eso era aún cosa que no se perdonaba. Conner era un buen chico, y no era su culpa ser hijo de quien era, ni como fue concebido... En ese aspecto, Conner y Damian eran iguales, mas hermanos de lo que  ya se pensaban. Igual y fuera por eso que su hijo estaba tan al tanto del pequeño niño - Gracias.

 

            Damian giro violentamente la cabeza cuando los pasos que se detuvieron frente a él no eran conocidos. Ese Alfa le obligo a bajarse de la mesa con un gemido ahogado.

            Los hermanos Johannes se miraron sorprendidos, angustiados por que sus planes fallaran cuando eran perfectos. Es decir,  eran asesinos, políticos y demás cosas, sus planes jamás fallaban. Intentaron saber quién era ese Alfa, ya que no figuraba en la lista de invitados o de conocidos. Sebastian miro a Yoite y este negó con la cabeza, él no lo conocía y no era su culpa, la seguridad supuestamente estaba a cargo de Mío y el susodicho admitió que sus hombres no eran tan buenos al parecer.

            Titán asesinaría a unos cuantos esta noche en los muelles, a la vieja usanza.

           

 

-No temas - Dijo y Damian se obligó a dejar de temblar - Tengo un mensaje de él.- Dami perdió el color. Desde su lugar, Jason y Bruce se preparaban para saltar encima del jodido desconocido que ansiaba una muerte dolorosa, fuera contra las reglas o no, ninguno dejaría a Damian de esa manera -  “Vendré por ti luego”. - El desconocido lo hizo hincarse a la mitad de la pista, Tim chirrió los dientes... Ahí se desidia todo - Ahora tengo que decirle adiós a la perra de mi...

 

            El tipo no alcanzo a terminar su frase, ya que una luz verde lo golpeo, llevándoselo muy lejos de la mansión Wayne. Los que tenían una mejor vista, supieron que esa energía luminosa se trataba de un linterna, que tenía trabajo que hacer en el sector.

            Disimuladamente, Clark le aviso a Bruce que sería él quien investigase el asunto.

            A nadie le pareció importarles que en un momento Damian estuviese esperando ser reclamado por un Alfa que nadie reconocía y al siguiente segundo, estuviese solo, viendo al cielo con la cabeza tan atrás que era doloroso verle.

            Las nuevas pisadas obligaron a Damian a aterrizar, a sentirse a salvo... A sentirse amado.

            Ahí, su padre, le levanto, abrazándolo.

            Bruce desprendía miedo por los poros. Miedo por la respiración. En su nula pronunciación se tocaba el miedo exhalando con  la nada y el silencio que mucho decía. Bruce temió perder a su hijo en menos de dos segundos de nueva cuenta. Nada podría compararse con la sensación de ser impotente cuando a Damian le asesinaban con tanta crueldad... Una y dos veces, no podría sobrevivir a que alejaran a su hijo de su lado.

            Besándole las mejillas, estrujándolo.

            Prometiéndole que estaría para él.

            Prometiéndose que no dejaría a ninguno de sus hijos.

            Los pequeños brazos le rodearon el cuello.

 

-Bienvenido a casa, hijo.

Notas finales:

ahora ustedes, mis hermosos lectores, les toca decirme que tal voy...

Gracias por los comentarios, los que aprecio mucho.


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