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Sin Libertades por Polaris

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno... pues espero que me sigan leyendo  y que la historia siga siendo de su agrado.

CAPITULO 6: LA PESADILLA.

 

 

            Ambos cuerpos volaron a la distancia, empujados por una fuerza mental, arrastrando el capo con ellos. Enterrándose en el suelo, levantando el polvo y espantando a las vacas de los granjeros. Los caballos relincharon y algunos curiosos que sólo hacían sus cosas ahí, salieron espantados, sabiendo que un estruendo como ese siempre venía acompañado por una conquista intergaláctica.

            Kyle floto sobre el Alfa apenas se detuvieron de rodar uno sobre otro y uno tras otro, y le estrello su puño en la cara. Hundiendo aún más el cuerpo del metahumano que trabajaba para Zeuz en la tierra.

            Graham le tomo de la muñeca y lo arrojo, tras dar un par de vueltas sobre sí mismo, para poder contraatacar.

            Kyle le reventó el estómago con el embiste de un tren, luego lo colgó con cadenas brillantes, eslabones gruesos pero que no sirvieron pues el tipo se escurrió en otra diminuta figura, convirtiéndose de inmediato en otra criatura. Era un metahumano parecido a chico bestia, sólo que Graham podía tomar la imagen que deseara.

            Kyle sintió sus costillas ceder con una patada. Sacándole el aire, aferrándolo por el cuello para cortarle la garganta. Se liberó gracias a su anillo que fabrico una bola de grúa que le engancho para azotarlo en el suelo.

 

-¿¡Donde esta Zeuz¡? ¡Dímelo! – Exigió, haciendo tangible una faja para contener su magullado cuerpo en su lugar - ¡Dímelo! - Volvió a exigir mientras tosía sangre. Unas costillas fracturadas no eran problema.

 

-Tranquilo lamparita - Kyle arrugo el ceño.- Va a explotarte la vagina si no te calmas.

 

-¡No soy una mujer! - Y Kyle se abalanzo en seco y en furia. Odiaba a Graham y su odiosa manera de llamarle cada vez que tenían que verse las caras para masacrar al otro.-¡¿Donde?!.

 

-Follándose a un par de niños lindos - Se burló. Graham se montó sobre Kyle, sentándose sobre el pecho e inmovilizando los brazos con sus piernas fuertemente ancladas - Ahora que estamos en eso, Kyle..¿Por qué no me ayudas con esto? - Hizo un meneo de cadera y acerco la cabeza del muchachito a su pene - Después de ver a la perra de Zeuz, me he quedado con las ganas.

 

-Con gusto...

 

            Graham sonrió, después de tanto por fin podría tener un pedazo de ese trasero que tanto se le escurría.

            Kyle interpuso un escudo entre ambos, tan milimétricamente cuidado para que pasase por entre las zonas que estaban haciéndose presión, de tal forma que para cuando termino de colarse, se hiciera grande y atrapara en una enorme esfera de hámster a Graham.

            El alienígena bramo. Furioso por ser atrapado en la esfera de energía. Incapaz de romperla con los puños, se dedicó a masacrar con la mirada a Kyle.

 

-Me dirás en donde está tu jefe - Graham le ignoro - Esta bien.. ¡Arriba! - Graham sintió a sus intestinos hacerse pequeños, golpeando su vejiga en tentativa liberación. - ¡Abajo! - Y luego vomito - Aquí le llamamos montaña rusa. Vaya, estas echo un asco - Arriba y abajo se repitió por demasiado tiempo, a una velocidad que las mejores naves espaciales envidiaban en sus viajes - Si tengo que convertirte en una pulpa para que me digas, lo haré. No soy mi padre.

 

            Y Hall hubiese estado orgulloso de su pequeño retoño.

 

-Linterna Verde no asesina - Dijo Superman, llegando por un costado junto con Jason - Kyle, puedes bajarlo. No escapara, te lo garantizo.

 

-Esto no es jurisdicción de metrópolis o de la liga. Esto es únicamente con Oa. - Dijo, ignorando al Alfa - Váyanse a follar o a dialogar con Lex, pero, Graham es mío.

 

            Jason no supo donde esconderse, el comentario le había incomodado en sobremanera.

            ¿¡Que tenían los omegas últimamente que le sacaban el rojo en la cara!?

            Por su lado, Kal no estaba muy contento con que un mocoso tocara el asunto con Lex. No es que el Omega le fuera indiferente pero tenía que constar que nunca se había acostado con él como para tener a Conner.

 

-Este tipo es peligroso. Es parte de un grupo radical de tratantes de esclavos en el sector, comerciantes de todo y pocas veces dicen que no. Se dedican a obtener y vender lo que sea que la demanda exija... Y Oa no había tenido pista alguna de Zeuz, el líder de Estigia y Alfa de tu hermano Damian, hasta que reclamase a este último dejando su olor en ti el día que nos vimos. Por eso supe que si vigilaba a tu hermano, tarde o temprano, Zeuz vendría y lo atraparía.- Jason se sintió usado - Atrapar a Graham es mejor que nada y no voy a arriesgarme a  dejarlo escapar, todo porque un amigo de papá sufra un repentino ataque de... Caballerosidad Alfa.- Clark asintió - Puedo con el trabajo solo, gracias.

 

-Que tenso... - Dijo Jason.

 

-No estoy despreciando tu buen trabajo, Kyle - Kyle estaba acostumbrado a que por ser un omega y el soldado más joven de Oa se le subestimara con frecuencia, se le rebajara y poco tomara en cuenta fuera de sus círculos íntimos. Su padre y Kilow eran los mejores pero, cuando ellos no estaban, era difícil que vieran en él a alguien más que no sólo servía como una incubadora - Sólo quiero decirte que esa información es importante. Damian no lo sabe. Batman tampoco. Estamos sorprendidos porque apareciste de esa manera.

 

-Lo siento. – Confeso – No quería causar problemas.

 

-Ahora, calmémonos todos. ¿Te gustaría venir a la mansión?

 

-No, tengo trabajo que hacer - Señalo al desprolijo hombre que estaba bañado en sus fluidos varios - Tengo que interrogarlo. Si tengo noticias le diré a usted primero. - Clark lo agradeció - Lamento lo de tu hermano. Ese día, esperé que realmente no fuera Zeuz al que olí en ti. Prometo que tendré a ese Alfa suplicando piedad por lo que hizo. Es el único consuelo que puedo darte.

           

            Jason se sintió bien con ello.

            Kyle se fue tal y como apareció.

            Esa luz verde envolviendo su figura hasta perderse en la atmósfera.

 

-Es un buen omega - Dijo Clark como quien no quiere la cosa.

 

-Lo es - Dijo sin pena - Aunque el verde no me gusta.

 

-ES curioso... Porque según huelo, te acostaste con una flecha que antes era verde.- Jason enrojeció -  A sus padres no les hará gracia que juegues con sus hijos. Oliver y Hall son alfas poco tolerantes y muy protectores.

 

 

            Dos semanas después de la concurrida fiesta, Damian estaba todo emocionado. Esta noche sería la primera vez que saliera desde el incidente.

            Siquiera le hizo caso a los comentarios groseros de sus compañeros de escuela, que desde que volviese se habían puesto más pesados de lo cotidiano. Tener el apellido Wayne traía más complicaciones que facilidades. Pero bueno, esa maldición era una cosa con la que podía lidiar.

            Su padre había ofrecido a cambiarle de escuela a una que se adecuara a sus necesidades, pero, Damian se negó en rotundo. El no necesitaba nada nuevo, nada que le recordase que estaba roto. Él podía aprender así como estaba.

           

-¿Tt, Qué es lo que quieres Jane? - Pregunto Damian a su compañero Alfa con el que compartía el pupitre. Había soportado sus indecentes toques durante química, pero no soportaría por mucho más.

 

-¿Cuánto por  un rápido en el cuarto de escobas?  - Esas sucias manos le obligaron a alzar el rostro - Prometo ser cuidadoso.

 

-Voy a matarte como continúes por ahí - Amenazo - Eres tan poco Alfa para que yo te ofrezca algo, Jane. Hasta nombre de mujer tienes, tt. - Jane se ofendió - Lo dejare pasar por hoy. Estoy de buen humor.

 

            Damian empujo a Jane al suelo.

            No es que fuera rudo... Pero por lo menos, si iba a enlazarse o a someterse a un puto Alfa, al menos esperaba que fuese como el cabrón que logro someterlo.

            Ese alfa que le obligo a sacarse los ojos con sus propios dedos.

            Se fue a casa más temprano... Incluso le pidió a Colin que pasase por él.

            Colin era un lindo Beta que aún no controlaba su mutación. Su único amigo que no le trato diferente cuando se enteró de lo que le sucedió. Colin incluso dejaba de hacer sus cosas por ir a visitarle  y como justo ahora hacia, recogerle de donde fuera que estuviera cuando Alfred no podía hacerlo o Damian no quería que nadie se enterase de lo que le pasaba en la escuela hasta la noche.

 

-Así que hoy regresas a usar el manto - Dijo Colin con una soda en la mano. Ambos estaban echados en el pasto, en el parque.- Tienes que estar emocionado.

 

-Tt, mentiría si dijera que no. Temo echar a perder esto. Si mi padre mira que lo hago, nunca volverá a dejarme patrullar y entonces, sino puedo hacerlo, habré perdido el propósito de que me recogiera nuevamente.

 

            Colin lo abrazo.

 

-Sería imposible que el señor Bruce lo hiciera. Tu padre es el mejor padre... Vigilante que puede haber. - Damian estaba  medias convencido - Estarás bien. No estarás solo.

 

-Eso es para que no meta la pata.

 

-Es por si ocupas ayuda. – Y es que Colin no podía creer que Damian aún no entendiera que todos estaban allí para él -  No sabemos que pueda pasar. Como bien no puedes toparte con nada, como bien puedes toparte con todo.

 

            Damian lo sabía, pero era bastante incomodo que todos le estuvieran recordando que era menos que los demás.

            No lo decían con palabras, era más con acciones. Tim se la pasaba tratando de pelear menos, era como si no fueran ellos mismos. Incluso la manera en la que se trataban fuera de las máscaras y capas estaba feamente condicionada al cuidado. Golpe directo al orgullo, Damian consideraba a Drake como la nenita de la familia y que la nenita estuviera tratándote con tacto de porcelana.. Pues bien, ¿que decía eso de uno?.

            Jason estaba menos rezongón con él. Ya no se pateaban por todo. Atrás habían quedado los intentos de asesinato que les permitía practicar para no oxidarse. Esos juegos que eran un pasatiempo para liberar vapor... Pero, ahora, ciego como estaba, Jason evitaba que las cosas se alargaran de más.

            Sus hermanos eran unos tontos.

 

-No saben cuánto daño me hacen - Dijo Damian frente a la tumba de sus abuelos. Esas frías lapidas que le reconfortaban cada tarde, a cada noche que ocupaba de alguien que le escuchara sin juzgarle.

 

 

            Ese gris pareció contestarle cuando el viento le rozo, haciendo sonar el mármol y las letras, como si cantasen en su oído. Deseándole suerte, reconfortándole en su miedo. Ellos, muertos y en imagen, en un recuerdo inexistente, propio de la invención, le ayudo... Y deseó por centésima vez haberlos conocido.

            De seguro ellos podrían haberle dicho lo que necesitaba escuchar. Algo diferente a las palabras de su padre que se esmeraba, se esforzaba y todo parecía carecer de sentido en su manera impropia de consolarle.

 

-Él me sujeto... Ya no estaba en ese escenario. Ellos no me veían. No me olían. Siquiera sabían que estaba vivo. Después de la orgía y del reclamo, me desmayé... Seguro que me dieron por muerto apenas me jalaron tras bambalinas. Esa mafia limpia el desastre con una bala en la frente, con una depilación completa y extracción de molares, para abrir una pira al raz del suelo... Para que luego la cal limpie el desastre y puedan tapar el hoyo. Nadie reconocería mis cenizas. Pero, no, ellos, él decidió que era mejor que me dejaran con vida. Él me llevó. Era un cuarto como cualquiera, oscuro y con una contada iluminación, de un foco amarillo... Esa cosa me daba nauseas.- Damian se rasco la frente. Como si sintiera el sudor en ella, como si la comezón fuera por agua bajando por la piel. Aunque no había nada. Sólo era la sensación del recuerdo invadiéndole. Respiro hondamente, era mejor tener un ataque de pánico en la mansión, frente a sus abuelos en vez de afuera, en pleno patrullaje.- Se burló de mí y lo ataqué. Aún estaba mareado.. Pero, no pude; él recibió mi patada pero su voz, me ordeno - Grito - Ordeno que me estuviese quieto, echado en el piso con las piernas abiertas para recibirlo - Describió - ¡Lo hice! ¡Carajo! ¡Me tiré al suelo! ¡ABRÍ MIS PIERNAS! - Golpeo el pasto - Me dí cuenta, que ese Alfa era mi Alfa, y apreté mis dientes, y maldije... Y ¡LLORÉ! - Dijo - Lloré porque estaba obedeciéndole. Porque no tenía forma de decirle “no” si me decía las cosas con el comando de voz.       

 

            Damian se restregó las manos en la venda. Ambas paseando bruscamente por su cara. Aguantando las ganas de arañarse, de castigarse por su debilidad.

 

-Aún sentía sangre salir de mí y a él no le importo. ¡Pero que le iba a importar! Si lo que quería era lastimarme. Me preguntaba a cada rato como me sentía. Dolía, con un carajo, como dolía y se lo decía. Ni eso podía guardarme. Arañé con tanta fuerza el piso que me rompí las uñas. Le deje a él mismo un par enterradas en la espalda. Me tumbo un diente de una patada.

           

 

            Esa muela ya había sido arreglada por el dentista de la familia y había sido sanada la herida. No era una cosa nueva. Los dientes se perdían con frecuencia en la lucha contra el crimen. Su propia madre le había tumbado los dientes de leche con más de un puñetazo a sus cuatro años.

            Pero, su alfa le había roto la boca por no hacerle un trabajo decente en sus gruesas y pesadas pelotas moradas.

            Y lo único que pudo contestar, porque se lo ordeno, fue un simple gracias.

            Tuvo que agradecerle que le violara y golpeara, que le quemara y que todavía le arrancase los ojos.

 

-Le monté como me lo ordeno. Lo mamé como me dijo. Hice todo cuanto dijo... Incluso... En un momento, cuando me rendí... Pero, no, tenía que ir más allá - Apretó los puños, cayendo de rodillas - Me ordeno que le diera un buen espectáculo. Me masturbé frente a él, me follé contra un tubo de crema que había por allí.

 

            “No, es aburrido. Ya te ví hacer eso”.

 

-Imbécil - Recordó con lágrimas imaginarias. Le habían dicho, que con el tiempo, igual y pudieran componer sus lagrimales a lo que eran antes... Pero por el momento, tenía que conformarse con imaginarse llorando. ¿Qué tan torcidos tenían que ser con él? -  Se sentó en la cama que tenía. Yo dormía atado en el aire. Siquiera pudo echarme a sus pies sobre un viejo tapete. ¡No!, él me prefería tener en el aire... Diciendo que no había una jaula, pero que un petirrojo podía estirar las alas para volar, que de seguro me sentía más en casa.

 

            “Se me antoja otra cosa. Algo con más drama. ¡Ya sé! ¿Qué tanto te gustan tus ojos? Son bonitos”.

           

            Tembló de recordar esa profunda voz.

 

            “Son muy bonitos. Y yo tengo que salir a hacer unos negocios y no puedes acompañarme. Estoy en un dilema... Por qué en verdad que me gustan mucho tus preciosos ojos verdes”.

 

            Como odiaba su debilidad.

 

            “Dame nuestro regalo de contrato, no me lo has dado y ya sé lo que quiero”.

 

            ¡¿Por qué nació Omega?!

            ¿Por qué su madre lo había odiado tanto? ¿Tanto era su odio como para dejarlo nacer omega con lo mucho que podía manipular la genética del cigoto?.

            ¿O tenía que odiar a su padre por ser omega?

 

            “Sácate los ojos y dámelos”.

 

-Lleve mis dedos al costado de mi orbe izquierda - Contó a sus abuelos - Y enterré y enterré, el dolor no lo puedo decir. Sentía mojado. Escarbé mientras gritaba. Temblaba pero no podía desobedecerlo. Grité. Él se lamía los labios y después lamía mi sangre, me besaba mientras jalaba mi ojo. Me atrajo por la cintura y me penetro, al tiempo en que por fin arrancaba una parte mía para dársela.

 

            “Delicioso, mi pequeña ave. Ahora el otro”.

 

-Su golpeteo reventaba mis intestinos, lo sentí tan profundo, lacerándome que de nada servía morderme los labios... Gritaba, era lo único que podía hacer. Mi cara estaba muy caliente, no sabía si era por la sangre que me cubría o por que la estupidez de mi biología estaba respondiendo al pene que me obligaba a ordeñarlo para complacerlo. Me contraía, creo que en un banal intento de ser sumiso para que dejara de lastimarme. A lo mejor, si veía que estaba dispuesto a inclinarme y mostrar mi cuello, dejaría de golpearme. A lo mejor me dejaba quedarme con mi otro ojo. Pero no fue así.

 

            “Veeme porque jamás volverás a ver otra cosa, mi pequeño petirrojo. ¿Qué estas esperando? Arráncate el ojo que te queda y dámelo”.

 

-Maldigo que lo último que viera fuera su cuadrado rostro, lleno de pecas y lleno de satisfacción. Me revolvió el estómago. El rebote me hizo más difícil el dar con el lugar justo para enterrar mis ensangrentados dedos y con la uña me rasgue el iris pero aún con eso, sólo ví borroso, tanto que me dolió... Lloraba. Él seguía penetrándome, diciendo lo delicioso que era. Me decía que me acostumbrara pues jamás me soltaría y que esperaba que quedara en cinta, que me haría tantos cachorros hasta que mi cuerpo se negara.

 

            “Vamos, perra, vamos”.

 

-Me tomo por el cuello, me siguió bombeando. Luchaba por arrancarme el ojo y por respirar. Todo termino en algún momento que no recuerdo. Lo sentí inflamarse, anudarme después de su abundante corrida. Me partió de nueva cuenta. Y yo ya no tenía nada que ver más que oscuridad. Una cascada roja y caliente, me mojo y lo salpico. Eso le molestó. Apenas reconocí el olor a quemado, y sentí de inmediato un punto caliente en mis sensibles mutilaciones. Para cuando termino conmigo, volví a estar suspendido en el aire con un suplicio que apenas me dejaba estar consciente.

 

            “Nos vemos, mi hermoso pajarito. Soy el Alfa más afortunado por poder tenerte. Gracias por mi regalo”

 

            De alguna manera, se sentía bien decirle a alguien sobre ese asunto.

            Para su familia, su Alfa le arranco los ojos y no estaban lejos de la realidad, y prefería que siguieran pensando eso.

 

-Aun no sé cómo escapé. No me rendí... Pero, esa parte la tengo borrosa... Incompleta, hasta inexistente. Sé que anduve caminando hasta que Superman me encontró, pero, sólo eso. Ahora, él regresara por mí... Y tengo miedo. Abuelos, por favor, si existe algún plano en que los fantasmas en verdad existan, por favor, protéjanme. Por qué temo que mi padre no pueda hacer nada por mí.

 

-¡¡¡Dami!!! - Grito Grayson desde la ventana de la mansión, respetando ese momento lo más que podía hacerlo un chismoso como él sólo.

 

            Damian supo que tenía que retirarse, que se tenía que terminar de preparar para rendir la prueba más difícil hasta el momento: su regreso a la vida vigilante.

 

            Se colocó las botas que tenía en la batcueva. Paso al lado de su vaca, para acariciarla antes de salir con prisa.

            Se coló al batimovil. Sintió la colonia de su padre. La sintió en medio de ese supresor. Era una medida extrema.

            Le miró por largo tiempo... Y aun sin ojos, Bruce sintió la pesada intriga de su hijo.

           

-No es nada - Dijo - El celo llegara en unos días más. Puedo hacer esto. - Damian no estaba tan seguro. Él no estaba en celo cuando le reclamaron, a él lo obligaron a entrar en celo con aceleradores que técnicamente le hicieron cinco años más viejo a nivel organismo.

 

-Tt, no estoy preocupado.

 

            Bruce le revolvió el cabello y Damian se sonrojo.

            Su padre jamás había sido cariñoso con esa simpleza con la que ahora se movía. No que ante no lo fuera, pero, enfundado en el traje de Batman, esa gracia quedaba sólo para los niños víctimas de los casos de abuso que trataban y no para el Robin en turno.

            Lo que significaba que seguía siendo un niño abusado a ojos de su padre.

            Un abuso reconocido por primera vez.

 

-Padre - Llamo Damian con esa vocecita que a Bruce le rompía el corazón - Prometo no fallarte.

 

            Batman vio a un carterista a mano armada, un ladronzuelo común y corriente que atraparlo era cosa de risa. El resto de sus hijos se quedaron al margen, ese hombre que golpeaba al anciano era presa de Robin.

            El que nadie se moviera desde sus lugares en el techo, fue la señal que Robin ocupaba.

            Escucho los quejidos del viejo que tocia desesperado por algo de aire y el sonido de las botas gastadas que se impactaban una y otra vez en la tierna carne del crepúsculo.

           

 

-Si necesitas ayuda, pídela - Aviso Batman, empujándole afectuosamente por el hombro - Estamos aquí, respaldándote.

 

            Robin asintió.

            La capa de los asesinos le cobijo entre las sombras, que no le ocultaron por demasiado tiempo, ya que se lanzó en picada al vació de la acera dentro de ese callejón apestoso. A lo lejos, en lo profundo, en la salida, se apreciaba la avenida apenas transitada por la hora pero que a pesar de estar relativamente cerca y unos cuantos podían ver lo que sucedía, nadie hacia nada.

            Esa clase de quietud era indignante.

            Sus botas de duende salpicaron los mugrosos charcos y aviso con ello su llegada, en lo alto, Red Robin se golpeó la cabeza y Red Hood preparo sus armas. Nightwing animaba en silencio a su pequeño protegido.

            Esa figura pequeña, infantil y letal levanto su ciego rostro, vendado con la máscara típica que iba con el traje, disimulando su escasez de sentido.... Aminorando la información que pudiese ser conseguida por sus enemigos.

            Se abalanzó con los puños apretados y con la tentativa de blandir la espada. Alejo al ladrón de la víctima que tuvo tiempo de ser levantada por Batman para luego señalarle la salida.

            El anciano no le hizo caso y como todos estaban preocupados por Robin, el anciano paso a segundo plano. No importaba si se quedaba o si se rompía las rodillas o si la muerte le pasaba por encima, quien les atrapaba era ese enano que saltaba arriba y abajo, estrellándose contra los contenedores de basura y recibiendo golpes que no podía esquivar, demasiado asustado por momentos... Seguramente reviviendo sus días de encierro con su Alfa... Todos quisieron meterse y todos se obligaron a dejar a Robin en paz cuando Batman negaba... Él sería quien les dijera si ocupase respaldo.

            Tenían que confiar.

            Robin inspiro, llenándose los pulmones de la corriente colonia que trataba de disimular el penoso olor a sudor que salía de las axilas del Alfa. De un Alfa que no tendría oportunidad contra él, que jamás la tendría.

            Salto sobre si mismo, impulsándose con sus fuertes y torneadas piernas, rotas en muchas ocasiones por intentar ser él mismo, un lujo que nunca se le permitió y consiguió elevarse tres veces su tamaño, poniéndose a la altura de su contrincante para poder patearle la cara.

            Tumbándolo con éxito.

            Evitando romper su cuello.

            Respiro con agitación, despreocupado.. Importándole poco disimular su esfuerzo.

            Red Robin aplaudió.

            Nightwing dio brincos de circo hasta poder llegar a él y levantarlo en vilo, haciéndole ron y besándole la carita regordeta.

 

-Tt, bajame Nightwing - Órdeno Robin con rubor. Avergonzado por la euforia - ¿Tenían duda de que ganará? Se les olvida que de todos, soy el único que no puede fallar, al que no han derrotado.

 

-¡Claro! - Dijo Red Hood - Robin jamás es derrotado - El sarcasmo fue una bofetada - Pero bien hecho, enano. Ahora, me voy. Tengo negocios que tratar en mi territorio.

 

-Nada de asesinatos - Aviso Batman. Los jóvenes habían olvidado que su padre estaba ahí quieto, como la esfinge invencible - No quiero tener que sentarte en mis piernas.

 

-¡¡Ohhh!! Eso sonó tan enfermo - Dijo Red Hood - No te preocupes, viejo, nada de gente inocente por los criminales no respondo.

 

            Red Robin comenzó a reírse apenas Jason desapareció por los aires, corriendo con su casco rojo por los techos que conducían a los callejones más usados por el crimen organizado para hacer sus fechorías.

 

-Parece que alguien jugara un poco antes de volver a casa - Nightwing asintió a lo dicho. Red Robin fue hasta donde su hermanito y le revolvió el cabello.- Podrás haberme intentado asesinar y podré haberme comportado como un imbécil que no te daba tregua, pero, sábete que mis palabras son sinceras: Bien hecho, Robin.... Bien hecho, hermano - Y le abrazo.

 

            Damian se congelo. Siquiera hizo amago por corresponderle el abrazo. Esa clase de contacto simplemente estaba mal.. Aun con lo correcto, con lo bien que se sentía.

 

-Tengo que volver una semana con los Titanes, Robin. La ciudad estará desprotegida...

 

-Tt, eso jamás. Para eso estamos nosotros dos. El duo de Gótica. Los legítimos vigilantes de esta señora del crimen y la desesperación - Damian apretó los brazos, cruzándose y separándose, evitando otro ataque sentimentalista por parte de su hermano.

 

-Quiero encargarte mi jurisdicción - Continuo Tim - Tengo una misión que tendré que posponer y no se puede, te lo encargo Robin, por favor. Es una misión para dos. Dejé los detalles en mi cuarto en la mansión. No podré regresar y Penny1 ya a empacado mis cosas, se las entregó a Kon que me está esperando con ellas en nuestro punto de partida. - Batman le miro con incredulidad, ya que eso no se lo había avisado. - Ten suerte en lo que resta del patrullaje, Robin.

 

            Y con un beso en la frente, Red Robin se fue por los aires como Red Hood, sólo que en dirección contraria.

            Damian soltó un puñetazo al aire, el maldito de su hermano se había movido rápido.

 

-¿Entonces, qué? - Se metió Nightwing - La noche es joven y aún hay muchos criminales que tenemos que atrapar. De seguro que podemos conseguir unos cinco más.

 

-¿Una apuesta?  - La idea le había interesado - hecho, Nightwing. Te pateare el trasero.

 

-Eso está por verse, niño.

 

 

            Batman les miro juguetear por los callejones, cazado a todo lo que se moviera. Escabulléndose por los tejados y escondiéndose de las luces.

            Se permitió respirar. Esa tensión contenida durante todo el rato se evaporo con los vapores de las alcantarillas, drenando su miedo. Llevándoselo a donde no pudiera verlo por lo menos esta noche, donde se podía permitir descansar y jugar en medio de esa vida de gloria, traición, honor y muerte.

            Su hijo estaba con ellos, estaba de regreso en una forma nueva... No mejorada, simplemente nueva, bella en sus desgracias, engalanada con tragedia y sazonada con lágrimas. Gotica tenía a una nueva versión de Batman cuidándola.

            Gotica estaba tomando lo mejor que tenía para ofrecer y esperaba que supieran valorarlo en algún momento.

            Enlazo a dos criminales, ganándoselos a sus hijos.

 

-Dos a mi favor - Sus hijos rieron felices por poder jugar.

 

 

            A lo lejos, los tres eran vigilados por  Zeuz que a su vez, era acompañado por Kyle y  Graham, el primero escurriendo sangre, el segundo feliz de la vida.

            Graham y Kyle fueron interceptados por la tropa de Zeuz, que en una nave muy a la tecnología Tamareana les saludo con un escuadrón de diferentes razas. Todos más malignos que el anterior, con una recompensa por sus cabezas arriba de lo estimado.

            Kyle era el linterna verde más joven de Oa, y con un talento e imaginación más digna que Hall, pero, aun así, esa pelea estaba perdida antes de empezar.

            Zeuz le disparo con un cañón de última tecnología, robado o comprado de apocolips. Kyle lo esquivo todo lo que pudo pero no fue mucho lo que consiguió, en menos de tres minutos, estaba reducido y devuelto a la tierra con un moñito en el cuello.

 

-Tan lindo - Dijo Zeuz. - Tan mío.

 

-No te atrevas.- Maldijo Kyle.

 

-¡Cállate! - Chillo Graham pateándolo. Kyle tosió sangre y le maldijo. - Robin es propiedad de Zeuz. Eso no puedes cambiarlo.

 

-Vedme y te enteraras - Juro Kyle.

 

            Zeuz se le quedo mirando con sumo interés, dilucidando que tan ciertas eran esas amenazas. Echado en la tierra, sangrando y escupiendo sangre con tanta baba, el linterna era todo menos atemorizante. Una imagen a la que no valía la pena prestarle más segundos de lo estrictamente necesarios.

            Kyle le había ocasionado demasiados problemas en sus patrullajes, lleno de justicia y esa poesía que tanto gustaban de rodear a los guardianes.

            El niño se les opuso justo como en su momento lo hiciera Hall Jordan, un Alfa brioso y algo atolondrado, lleno de orgullo y vacía valentía, voluble en toda esfera y poco menos que soportable... Pero un padre entregado. Ya quería ver su cara cuando se enterara que su pequeño bebé estaba con ellos, acompañándolos en sus viajes a los distintos mundos que poblaba su universo.

            Seguro que enloquecía un poco al saberlo.

           

-¿Quieres apostar? - Kyle trago duro. Zeuz le alzo el rostro con su bota, disfrutando la adorable vista - Robin es mío. Sólo quiero darle tiempo. Y tengo que hacer espacio en la nave. De ninguna manera dejare a mi perra encerrado en un cuarto en mi planeta. Tan lejos de mis sabanas.

 

            Kyle se dejó caer, derrotado.

 

 

Notas finales:

No olvides comentar, recuerda que a nosotros nos cuesta horas escribir, entre corregir y crear, y a ti lector, sólo unos minutos para ayudarnos o desvalorar nuestro cariño. Aliméntame con tus críticas y con tu opinión, que valiosa es.


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