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Sin Libertades por Polaris

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno… gracias por leer esta historia. Ya comenzamos el año con nuevas actualizaciones y otras nuevas historias que se vislumbran buenas y no estoy hablando solamente de las mías.

Aquí te dejó Elena Grayson los estándares que manejare en mi historia. Ya que el AOB suele variar de autor a autor.

El omegaverso o AOB como también se le conoce, esta desglosado por castas: La Alfa, que son los dominantes hablándose de hombres y mujeres, caracterizados por su usual violencia, dominancia y en esta historia, mis alfas tendrán báculo canis (La característica canina del apareamiento) lo que les permitirán mucho cariño post sexo. Los Betas, la casta media, los que no tienen  olfato o fuerza desarrollada, no sufren estro ni se ajustan a la biología. Son los humanos normales, por decirlo de alguna manera. Y los Omegas, masculinos o femeninos, ambos quedan en cinta, se rigen por ciclos de calor y suelen ser los sumisos por órdenes sociales y biológicas más no de carácter, en mi fic habrá de todo, sólo se debe dejar pasar la historia.

Jason – Alfa                                   Clark – Alfa                            Diana - Alfa

Dick – Omega                                Roy Harper – Omega             Cyborg- Alfa

Tim – Omega                                 Oliver quenn – Alfa                Shazam -Alfa

Damian – Omega                          Flash – Alfa                             Colin- Alfa

Bruce – Omega                              Hall Jordan – Alfa                   Aquaman – Alfa

De cualquier manera, durante la historia iré aclarando puntos y asuntos para que la historia pueda explayarse. Si siguen teniendo dudas, avizenme. Espero haber cumplido con mi deber.

Besos y ahora si, a leer.

-No puedo creer que este aceptando esto como la única opción - Dijo Bruce detrás de la Baticomputadora. Alfred le había convencido de que resultaba ser de más ayuda quedándose dentro de la cueva en lugar de saltar por allí.

 

            Richard había terminado su celo tres días después de la desaparición de Damian, un mal momento para cualquiera para recibir noticias de tal índole. Dick había gritado y repartido a diestra y siniestra culpas, con las suyas correspondientes, claro. Era increíble lo mucho que Dick había heredado de su mentor y poder negarlo a los cuatro vientos.

            A diferencia de Bruce, Dick si podía asaltar las calles para desquitarse un poco del agravio.

 

-No puedo creer que estoy confiando en un alienígena para salvar a mi hijo.

 

-Escuche eso, Bruce - La voz de Clark se escuchó por el comunicador. Para nada alagado porque su mejor amigo le menospreciara - Lo encontraremos.

 

-Pues de los dos, el único que está dando vueltas por el mundo, eres tú. Sería mejor que afinaras ese oído prodigioso del que tanto presumes para darme a mi hijo, Clark.

 

-Tomaron medidas. Y Bruce, si no puedo escuchar a tu hijo, es por qué no ha hecho algo por gritar.

 

-Él está vivo, Clark, ni se te ocurra terminar esa frase. - Amenazó.

 

-En realidad iba a elogiarlo - Bruce casi podía sentir a Superman sonreír. Ese tonto sentimentalista - No muchos niños entrenados o no, pueden tener este nivel de tolerancia.

 

-No es algo de lo que me guste hablar. Ni tampoco es algo para elogiar. Mi hijo fue torturado por su madre, abandonado, vejado, instruido para ser un dictador que enloqueciera antes de admitir que algo le dolía. Me temo que entre más tiempo pasa, Damian está acercándose al abismo del que lo saque. Y quizá, quizá en esta ocasión no pueda hacer algo por tener a mi hijo de nuevo.

 

            Superman suspiro. Entendía. Bruce nunca se perdonaría si Damian moría. Bruce nunca se iba a perdonar lo que fuera que su hijo sufriera.

            ¡Vamos! Qué Bruce jamás superaba algo.

 

-Bruce, conseguiste traer a Jason de vuelta. Traerás a Damian.

 

            Superman siguió buscando.

            Daba la siguiente vuelta al mundo.

            Hacía rato que Conner había llegado a Metropolis, atravesando literalmente el techo. Exaltado y preocupado, explicándole la situación con gritos de más y de menos. Superman apenas se había contenido de golpear a su amigo por imprudente. Conner le dijo a su padre que usara su súper oído para mirar por todas partes, mientras que Batman usaba el ojo de dios que Lucius Fox construyera para así encontrar cualquier conversación que aludiera a lo acontecido o la voz de Damian.

            Porque de alguna forma que no se lograban explicar, el olor del Damian había desaparecido de la faz terrestre. Su presencia era nula y a cada minuto, Bruce se negaba a reconocer que estaba más cerca de recoger el cadáver de su hijo menor en lugar de abrazar su calor.

            Superman y el ojo de díos era el único plan viable.

            Era la mejor esperanza que tenían.

            Y llevaban nueve días haciéndolo.

            Bruce comenzaba a no comer, por más insistencia de Alfred a cada hora. Dejaba los platos técnicamente con la comida intacta. Dos cucharadas de lo que fuera, una mordida aquí, un trago por allá y listo, Bruce estaba preparado para seguir frente a la enorme pantalla que rebelaba a las prostitutas del presidente, a las familias felices tomándose selfies, e incluso, captó una interesante conversación entre Allen y Hall, sobre una cita fallida y muy buen sexo sobre la cajuela de un auto viejo en las parcelas de una familia cualquiera.

            Sabía que Diana tenía cólicos.

            Que Dina quería el divorcio porque Oliver estaba siendo inmaduro y un zoquete con Roy.

            Que le destrozaron un vestido a alguien, que ya había otra pelea doméstica, que el ultimo sencillo de Bosé ya estaba en venta y cosas de esa índole... Y ninguna servía.

 

-Bruce - Llamó Clark - Tengo a Damian. Y prepárate. - Aviso, dándole a Batman la advertencia de que el padre en él sería quien recibiera el golpe más duro hasta ahora.

 

            Superman aterrizo con rapidez en medio del callejón, en donde Damian prácticamente se arrastraba, sujetándose de la pared. Al parecer quería cruzar por la barda de madera para acortar camino en su escape.

            Se le veían los kilos de menos. Increíble la manera en la que el cuerpo cambiaba en tan poco tiempo. Le echo un vistazo con sus rayos x antes de siquiera hablarle, quería saber si era conveniente tomarlo en brazos.

            Las funciones de su organismo parecían correctas, el pulso arterial estaba elevado, pero suponía que en una situación como esta, lo normal en cualquiera seria eso y más, pero nuevamente, Damian no era cualquier niño.

            Clark se detuvo en seco cuando Damian se giró.

            Bruce iba a morirse.

 

-¿Quién? -  Demando Damian con la voz seca, rasposa. Clark no sabía si era por exceso de uso o por algo peor - eres uno de los Ligatontos, pero ¿Quién?.

 

-Damian - Damian suspiro, se supo a salvo. Se permitió caer de rodillas apenas reconociera la voz. Llevaba un día y medio sin tomar un descanso. Había caminado por el bosque, por un pueblo e incluso había atravesado un río que casi le arrastra a quien sabe dónde. No tenía más energía para aparentar, no más de lo que ya hizo. Superman lo llevaría con su padre y tendría tiempo para sanar antes de que su padre lo echara de la mansión - Estas a salvo. Déjame sujetarte, voy a levantarte. Iremos volando.

 

-No tienes que decirme cada cosa que harás.

 

-Si tengo que, Damian. Es lo correcto.

 

            Damian se dejó envolver por la capa roja, se tranquilizó con el potente olor Alfa de Superman, pero eso le duro unos minutos antes de que se pusiera a vomitar los intestinos.

            Clark había mandado una ola de tranquilidad en feromonas, lo que cualquier Alfa hace con los cachorros asustados para tratar de inducirlos a un sueño reparador en cuestiones de emergencia. Recordaba que Conner lo aprendió por si solo para tratar con Tim cuando perdía el control y tiempo después, su hijo se lo enseño... Una cosa que avergonzaba  a Clark, pero nunca había tenido la necesidad de usar algo tan no Kriptoniano en su vida.

            Loise era una Beta y ella no reaccionaba de la misma manera, ella prefería unas palabras bien dichas y un destino con una buena historia para hacer reportaje.

            Los Betas eran menos afectos a las cuestiones hormonales y eran más de seso, una clase de raza que había evolucionado para poner en primordialidad otros factores que les permitieran la supervivencia.

            Los Alfas y Omegas, eran una raza humana con instinto.

            Y parte de ese instinto era reaccionar a la carga de feromonas de manera positiva o negativa, Damian estaba en la segunda. Pero con una señal floja, Damian  le pidió continuar. Clark lamento por los individuos que estarían abajo, con la mala suerte de ser bañados en vomito.

            Superman supo de inmediato lo que significaba el que Damian le rechazara de manera tan evidente y fuerte.

            Usualmente cualquier Alfa podía controlar cachorros que no fueran de ellos, pero...

 

-¡Dámelo! - La orden de Bruce fue un grito, una demanda. Por vez primera, Kal-El pudo oler a su amigo y asombrarse porque dejara ver lo Omega que en realidad era.

 

            Kal aterrizo y puso a Damian en la camilla.

            Alfred empujo a su joven amo a la enfermería en la cueva, se encargaría de darle la mejor atención que sus viejos huesos podían darle.

 

-Bruce, tenemos que hablar.

-Mi hijo está allá, lo que sea que quieras decirme podrá esperar.

-Damian a sido reclamado - Bruce se paralizo. Se quedó mirando la estela imaginaria de humo por la que su hijo fue llevado. Las palabras de su amigo resonaban en su cabeza, como el eco que quería enloquecerlo en la cueva de los búhos.-  No soporta el olor de otro alfa que quiera imponer tranquilidad u otra cosa - Bruce le miro mal - Sólo mande tranquilidad, amigo, sería incapaz de ponerle la mano a Damian en ese sentido... En ninguno es más.

 

            Bruce se quedó quieto por largo tiempo.

            Clark temía que su  cerebro por fin hubiera sido rebasado y estuviera seriamente pensando en entrar en coma.

           

-Ocupa de su padre.

 

            Bruce seguía sin reaccionar.

            Sus otros hijos fueron desfilando con sus trajes, regresaban de patrullar y de su búsqueda personal por su hermano menor, apenas se les dijera que Damian fue encontrado, todos fueron a casa... Les sorprendía encontrar a su padre quieto, espantado por vez primera desde que llegaran a la casa.

            El reproche, la furia y hasta el odio, eran cosa natural en Bruce pero el miedo, su padre lo dejaba oler sólo cuando Joker les tenía, sólo lo expulsaba cuando creía que las cosas sólo irían para peor y aun con ello, Bruce jamás se petrifico.

            El miedo que congelaba los huesos, un miedo capaz de penetrar en Batman, era la peor de las noticias.

 

-¿Qué sucede? ¿Y Damian? - Se aventuró Richard, quitándose el antifaz. Jason hizo lo mismo con su casco que tenía muchas raspaduras de garras. Tim tenía curiosidad pero mejor se la guardo, Damian era lo único que importaba por el momento y por siempre - ¿Bruce?

 

            Bruce les dejo sin decir nada.

            Tenía que ir a ver a su hijo.

            Los otros tres buscaron en Superman las respuestas que se les negaban. El hombre más fuerte del mundo, el amo de la galaxia si así lo quisiera, se sintió pequeño debajo de esas demandantes miradas que eran tan propias en los murciélagos.

            Patearía a Bruce por dejarlo con esto.

 

-Tenemos que hablar, chicos.

 

            Damian estaba despierto, atento a lo que su abuelo le hacía... Sentía melancolía, Ras jamás le trato con ese cariño y cuidado, en cambio Pennyworth estaba tratándolo con pincitas y miedo a herirlo más de lo que estaba.

            Las vendas le cubrían los brazos y las muñecas, tratando de darle paz a la lastimada carne que se reventó por las sogas que le maniataron por días, tan apretadas que era un milagro que todavía conservara las manos.

            Por un momento creyó que tendría que amputárselas para conseguir una prótesis funcional.

            Debajo de la sábana, Damian entendía que su cuerpo era una vergüenza.

            Un omega que era una cara publica de Gotica, de la prestigiosa familia Wayne, el príncipe menor de Gotica como la prensa le llamaba afanosamente era un impuro consorte de harén.

            Un omega de juramento.

            ¡Dios!

            Sería la comidilla de los círculos de culo respingado por el resto de su vida.

            No se veía mal que los omegas en su época de celo, antes del compromiso buscasen a algún compañero para apalear las necesidades siempre y siempre cuando se fueran discretos (La prueba era que su propio padre no sabía que él no era un omega casto como a la prensa mucho le gustaba venderlo)... Pero, enlazarse, ser reclamado por quien no era tu compañero y fuera de un acuerdo nupcial, para Gotica era un sacrilegio.. Es decir, en las calles se veía normal que cualquier hombre tomase a alguna prostituta y la desollara en un taxi y nadie haría nada, pero, si un omega, pequeño y aun en total control debajo del ala familiar salía siendo reclamado por una violación, el omega en cuestión era repudiado.

            Jodida doble moral.

            El gremio de asesinos veía la violación como signo de inferioridad, de debilidad que no tenía que repetirse a menos que tuviera un motivo loable, como la recolección de información o el asesinato en sí mismo.

            Y él había perdido muchas veces antes de poder siquiera llegar a su primer celo temprano, inducido por su madre a causa de ser su creación.

            Mientras que otros omegas alcanzaban la necesidad del estro a los trece o catorce años, él tuvo que lidiar con eso a sus seis años. Cuando aún su cara seguía siendo regordeta e infantil, cuando aún buscaba las piernas de su madre para esconderse de los malos hombres que le molestaban.

            Cuando aún creía que ella lo amaba.

 

-Ya lo sabe - Dijo Damian a Pennyworth, al ver que su padre no venía a verlo. No como cuando antes resultaba herido, no como cuando cualquiera de los adoptados salían raspados o cortados.- Esa es su respuesta, Pennyworth.

 

-El amo Bruce, desde niño, jamás supo lidiar con la perdida. No comenzara ahora. Tenga paciencia, amo Damian, su padre le ama. Es sólo que necesita golpearse un poco antes de darle la cara.

 

-Esto no es su culpa.

 

-No, no lo es - Damian miro sus manos - Tampoco suya, amo Damian. Ninguno podría anticipar este escenario, aunque el amo Bruce diga lo contrario, dirá que él tenía que saberlo, tenía qué. Ya conocemos su discurso.

 

-Si mi padre quería empatarme con alguien, ya no podrá.

 

            Pennyworth suspiro pesadamente y sin quererlo, Damian lo tomo como decepción. A lo mejor su padre ya tenía un candidato para presentarlo.

             Y una vez más, había echado a perder sus muchos esfuerzos por ser aceptado.

            Por muy Batman que fuera, Bruce Wayne tenía que asegurar  la vida pública de Damian, de Timothy y Richard. Jason tenía aun tiempo para escoger pareja, antes de que su padre le hiciera el favor.

            Por otro lado, Bruce era el hombre Alfa soltero más cotizado de Gotica y no tenía miras a tener compromiso alguno, y sí él no se auto obligaba a algo, no lo haría con sus hijos... Pero nuevamente, Damian se quedaba con el peor panorama (Sólo por si acaso).

 

            Pasaron tres días antes de que Bruce pudiera estar junto a su hijo con este despierto. Lo había atendido siempre y cuando estuviera drogado.

            Superman se había instalado indefinidamente en la mansión junto con su hijo. Todo para cuidar de su amigo que olvidaba tomar sus supresores de olor cada que tenía que ir a su empresa para manejar alguna junta de emergencia, que habían sucedido por lo menos dos veces al día en los últimos dos días.. Lo que a Clark hacía pensar en despedir a los incompetentes que no sabían leer el cansado semblante de su jefe y que sólo lo empeoraban metiendo la pata.

            Dick le leía a su hermanito, se sentía fatal. Por momentos lloraba en su cuarto, escondido en brazos de Jason, recordando cuando le falló a Damian y casi moría por sus malas decisiones como Batman.

            Tim era una cosa muy parecida, siendo controlado únicamente por Conner que haciendo gala de su súper fuerza, azotaba la puerta de su cuarto para forcejear un rato en la cama o el suelo, lo primero que fuera para ya luego, con culpas de más o de menos, pudieran pelear de manera más placentera.

           

            Al quinto día, Bruce tomo una larga ducha de agua fría. Se colocó sus eternas prendas negras con sus zapatos mejor lustrados para ver a su hijo.

            Esta sería la cita más importante que tuviera en su vida... Clark quedaba en segundo lugar.

            Damian alzo el rostro directo a donde sabia estaba su padre, entrando con sus reservas. Titus alzo sus orejas, dejando pasar al gran amo e incluso Bruce juraría que Titus estaba dándole sus propias condolencias con esas orejas pegadas al cráneo de forma tristona. Hubo un momento en que se quedó parado, quieto, aún lejos de la cama en donde Damian se obligaba a no dirigirse a él.

            El enorme perro se levantó de sus cuartos traseros y con la cola azoto las espinillas de Bruce, para ponerse de forma rápida tras el gran amo y poder empujarle hasta que chocara con la cama y decidiera sentarse por sí mismo. Una vez Bruce lo hizo con una risa nerviosa y baja por lo sensible que el perro resulto ser, le acaricio la cabeza. Titus lo tomo como la orden de que todo estaría bien y se retiró del cuarto, como si supiera que ambos amos necesitaban privacidad.

            Titus entrenado por Damian, abrió la puerta y la cerro... Quedándose afuera montando guardia.

 

-Mi padre solía decir que la razón por la que caemos es el levantarnos, lo decía cuando estaba asustado. - Damian trago duro. Era la primera vez que escuchaba a su padre de esa manera. Cuando hablaba de sus Padres, Bruce era sentimental pero, había algo nuevo en esas líneas cansadas que se dibujaban por debajo de la barba de tres días que le cubría... Un efecto de las muchas hormonas que ingería para poder pasar por Alfa... Algo que Damian no sabía  a ciencia cierta pero que las sentía como el acierto en un presentimiento de que llovería por la tarde aun cuando el cielo estaba despejado- La primera vez que me lo dijo, caí por uno de los subtuneles que conducen a la Batcueva. Los murciélagos se despertaron por tenerme como invitado indeseado y sorpresivo. Me quede en la fría roca, tumbado y temblando, tan paralizado que sólo podía escuchar los aleteos de miles y miles de murciélagos que no dejaban de salir desde el interior de la tierra. Cada vez eran más y yo sólo era uno, sus ojos, sus chillidos... Todos ellos golpeándome cuando me movía asustado y desesperado hasta que me cansé... No fueron más de cinco minutos, pero, estaba tan asustado... Mi padre bajo a rapel, colgado de una soga que no alcanzo a llegar al fondo, le dejo suspendido... Por más que se estirara, no me alcanzaría.. Pero, también creo que fue eso lo que aprovecho para dejarme la enseñanza más valiosa de mi vida, Damian - Damian quería poder ver a su padre justo ahora - Me llamó con sus voz tranquila, siempre tranquila, llenándome de confianza, tomando mi miedo para convertirlo en algo más... “¿Por qué caemos? Caemos para levantarnos, Bruce” y estiro su mano. Entre tantas alas negras, su mano era la única vía que necesitaba, lo único que ocupaba para levantarme, me mostraba el camino, yo sólo tenía que esforzarme, derrotarme y seguir. La tomé... Con tanto miedo que entre sus brazos temblé hasta que nos sacaron del túnel. Los murciélagos seguían saliendo, seguían y seguían como mi miedo, escapando de lo más profundo.

 

-Creo que lo entiendo.

 

-¿Por qué caemos, Damian? - Pregunto, conteniendo el nudo en la garganta, sentándose aún más cerca en la cama de su hijo. Justo a su lado, tan cerca y tan lejos.

 

-Para poder levantarnos, padre.

 

            Y Bruce lloró.

            Apenas Damian levantara su carita lastimada, su cuerpo fue sostenido. Bruce le apretaba, prometiéndose no volver a soltarlo.

            Su hijo aprendió la lección por si solo, en medio de tanto dolor y a una edad tan joven. Bruce se odiaba por no saberlo, por no entenderlo.. Esa sabiduría en su hijo le dolía, porque Damian aún era muy joven para tener esas cargas.

            La sangre manó de las cuencas vacías de Damian, mojándole los pantalones a Bruce y atravesando la blanca venda que cubría el tabique nasal y se escondían atrás debajo de los negros cabellos. Recordándole una a una a Bruce que los movimientos bruscos eran demasiado prontos para las precarias curaciones que Alfred prodigaba cada un tanto de horas.

 

-Para ponernos en pie. - Repitió Damian.

 

            Y Damian lo haría sin jamás volver a ver a los animales que tanto le gustaban... Ni leer los libros que tanto gustaba sacar de la biblioteca o del cuarto de Tim.

            Un Alfa se llevó la visión de su hijo.

            Y muy seguramente le arranco el manto de Robin.

 

 

            Jason aterrizo en uno de los muchos techos en la ciudad. Andaba cansado por esquivar a duras penas la balacera en el muelle entre traficantes y policías, que para variar estaban haciendo bien su trabajo. Se trataba de un cargamento de droga que Mascara Negra traía en conjunto con Croc, a saber porque el grandullón escamoso andaba en la ciudad de nueva cuenta.

            Croc no era de los tipos que gustaban del trabajo en equipo.

            Sus muñecas dolían y sus palmas estaban quemadas. El calor del cañón traspaso sus guantes y vendas. Perdió la cuenta de cuantas rodillas quebró con sus balas o de cuantos se desangrarían para el final de la trifulca, de cualquier manera, eso no le importaba.

            Quería regresar a la mansión y ver al pequeño demonio.

            Necesitaba saber del  bastardito malcriado y saberlo con bien, bueno, todo lo bien que se está después de una tortura y mutilación pero alguien tenía que cuidar de Gotham.

            Con Batman fuera, Nightwing indispuesto y la nenita de Drake escondido en su cuarto con Conner dándole duro con la excusa de consolarle, pues... Se sobreentendía que el único que no tendría descanso seria él. (Y la machorra de Batwoaman, la zorra del Batgirl... Y Oráculo)

            Trono su cuello.

            La cosa le dolía una madre y maldecía con ganas al bastardo que alcanzo a balearle la pierna.

            Y al otro hijo de su puta madre que le tajo el abdomen.

            ¡Diablos!

            Gotham estaba llenándose de nueva cuenta con escoria peligrosa y nueva, psicópatas cada día más ingeniosos que se las apañaban para crear armamento que traspasaba sus armaduras de Kevlar.

            Esto dejaría una marca, se dijo cuando  vio su brazo perforado.

            Igual y pudiera contar una nueva historia para la compañera de turno. Por alguna razón les encantaba después de una buena follada ponerse habladoras y la mejor forma de asegurarse un segundo raud era llenarles los oídos con aventuras de niño rico... Daba igual, cualquier cosa que sirviera para justificar su cuerpo masacrado y cicatrizado.

            Jason apenas alcanzo a esquivar un cuchillo que se clavó en el duro concreto.

            Jason se giró, dispuesto a matar al infeliz cobarde.

            Se quedó de piedra.

            Ahí, flotando como si no fuera de otro mundo estaba Kyle, el hijo de Hall Jordan envuelto en una preciosa luz verde, representación perfecta de  cualquier agente de Oa.

 

-¿Qué te sucede imbécil? - Saludo Jason sin dejar de apuntar su arma al pecho del linterna. Igual y no servía de nada dispararle, pero la amenaza y la advertencia estaba implícita y eso funcionaba para Jason - Estas muy lejos de casa. Gotham es territorio de murciélagos.

 

-Vengo a pedido de mi padre - Y Jason seguía sin ver el motivo de tan afectuoso saludo  - El viejo quiere saber porque Batman no ha contestado las misiones de la Atalaya. Superman dejo dicho algo, pero, esto es una emergencia... Ambos fundadores tienen que presentarse. Iba de camino a su casa cuando te ví. Ahórrame trabajo y hazlo por mí.

 

            Jason parpadeo dentro de su máscara de Red Hood. Su boca literalmente abierta, hubiera sido la burla de cualquiera. Pero, es que, bueno ¡Un pibe! Y no cualquier mocoso omega le tomaba por recadero.

 

-Lo que uno ve - Se dijo.

 

-Oye - Kyle se acercó sin permiso alguno a Jason, le agarro por las solapas de su chamarra de cuero y le sostuvo. Jason alzo las manos, sintiéndose asaltado. Acorralado. Trago duro. - Hueles.. Esto..- Siguió olfateando. Jason empujo a Kyle. Al diablo la delicadeza.

 

-¡Basta! - Exigió. Kyle desde el suelo ignoro su punzante trasero que se quejaba por el aterrizaje. Su cerebro trabajaba a todo lo que daba, recordando a todas las personas que conocía con ese olor y la respuesta no le gusto -  ¿Qué haces?

 

-Dales mi recado - Jason le miro envolverse nuevamente en su luz verde, como una luciérnaga que se quemaba las alas.- Espero  no tener que vernos de nuevo.. Ruego porque no sea así.

 

            Como vino, Kyle se fue, atravesando la estratosfera, perdiéndose en el espacio.

            Jason se quitó su casco.

            Las aletas de su nariz se expandieron en regocijo, atrapando los últimos vestigios de olor que estaban en el aire, danzándole y perdiéndose en burla.

            El omega olía bien.

 

-Ningún puto omega que huele bien es normal - Dijo pero no parecía quejarse en realidad.

 

            Jason estaba acostumbrándose a que los mejores omegas estaban vetados para él. Sino pertenecían a la liga de la justicia y derivantes entonces eran de su familia y no gracias, cualquiera era un mal lugar para buscar pareja.

            Dickbird tenía un polvazo de infarto, pero le admiraba demasiado como para arrojarlo al primer cuarto de escobas apenas entrara en el calor de turno.

            Babybird estaba comprometido, que el tonto no se diese cuenta que el clon azul haría queso suizo (Rayos laser incluidos o no )  a cualquiera que le viera de más era cosa de ceguera y estupidez (Y nuevamente Drake, cerebro ambulante o no, era un estúpido ciego) pero no se arriesgaría a nada.

            Y pues el pequeño demonio acababa de ser reclamado... Jason apretó sus puños con la sola idea.

            Mejor hubiera sido él el Alfa de su hermanito si de cualquier manera Damian sería un compañero forzado.

            También estaba Roy... No, no, con los amigos uno no se mete.

           

-Bueno... Aun la noche es joven.

Notas finales:

Bueno... aqui con un nuevo capitulo, esperando sea de su agrado y me lo hagan saber.

los escritores somos tales porque nos encanta compartir lo que pensamos, pero, tambien somo tales gracias a quienes nos dan su tiempo y sus opiniones. gracias por ello.

Gracias a los que me comentan y gracias a los que leen.

 

besos


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