Profundo en el océano, escondido entre las rocas y la oscuridad, era una cueva.
Ninguna criatura acuática se atrevió a pasar cerca de ese lugar, por temor a la criatura más horrible que pueda existir: Negro Mist.
Algunos peces lo habían visto y dijo que era una especie de pulpo llenas de largos tentáculos afilados. La piel tan negro como el aceite con extrañas marcas rojas y verdes a través de su cuerpo. Un ojo era de oro y el otro negro; fue horripilante. Pero lo que realmente mantiene a todo el mundo era la mala reputación Negro Mist.
Dijeron que su mal superó cualquier límite y, a causa de la ambición y los extraños poderes que poseía, el rey de los mares había atrapado el ser negro en una cueva situada en el borde del océano.
La historia, incluso habló de una guerra librada entre Negro Niebla y los más respetados, pueblo soberano del reino acuático, seres mitad humano y mitad pez.
El hecho era que Negro Mist estaba condenado a vivir solo en el interior de la cueva cada día de su existencia. Sin embargo, para cada hechizo hay una solución, y lo que siguió Negro Mist atrapados no fue diferente.
Había una manera de deshacerse de él y salir libremente por el mar en busca de lo que él quería más: la venganza. Y cuando los ojos de diferentes colores vieron un cuerpo que había estado cayendo hacia su casa, siendo llevado por la fuerza del mar, con una sonrisa adornaba los labios monstruo, haciéndole mostrar sus afilados dientes.
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Cuando Yuma despertó se encontró dentro de una jaula hecha de piedra. La mente del muchacho era todavía demasiado aturdida para darse cuenta de lo que estaba pasando, pero poco a poco empezó a ver lo que había tras los barrotes de la prisión.
Era un lugar oscuro; las paredes estaban llenas de botellas de colores brillantes. En el centro de la plaza era una piedra transparente que libera un gas blanquecino.
Yuma trató de moverse, y cuán grande fue su sorpresa al ver que él estaba bajo el agua.
Automáticamente sus manos agarraron del cuello y una sensación de pánico se apoderó de él; era como si se estuviera ahogando.
"No seas estúpido, no te ahogues"
La voz era fuerte y aterrador.
Yuma miró hacia adelante, ya que un ser negro fue revelando lentamente de las sombras.
"Quién eres ...?"
-preguntó El chico, haciendo una mueca en el fondo de la jaula.
La criatura sonrió, mostrando sus dientes afilados.
"Puedes llamarme Negro Mist"
Yuma tragó, notando los diversos tentáculos que deberían ser las piernas del otro. El niño nunca había visto algo así, era una mezcla de pulpo con un ser humano ... Así horrible que le hizo temblar.
El muchacho sintió que podía ser devorado por el monstruo en cualquier momento. También pensó que podía permanecer encerrado en esa prisión por el resto de su vida, sufriendo hasta que finalmente caer en los brazos de la muerte, pero una parte de su mente insistía en que todo era sólo un sueño ...
Sin embargo, a pesar de todo el miedo y la desconfianza, el Tsukumo encontró valor para enfrentarse al monstruo.
"¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me has encerrado aquí?"
Su voz era temblorosa y sus ojos se abrieron cuando Negro Mist sólo se rió. Una risa que resonó a través de las paredes de la cueva.
"Chico insolente ... creo que aún no sabe que en realidad soy ..."
Una nota de amenaza fue vigilado detrás de esas palabras, y cuando vio que Yuma Negro Mist se acercaba, levantando una mano y susurrando una frase extraña, la desesperación se hizo presente.
De repente, el chico ya no podía respirar bajo el agua. Él se estaba ahogando. Lentamente, dolorosamente, sintiendo sus pulmones llenarse de agua, luchando por un poco de aire, pero cada vez Yuma abierto la boca, más rápido su vida se desvanecía. Y luego, cuando las fuerzas de la Tsukumo estaban quedando sin Negro niebla volvió a murmurar algunas palabras.
Yuma tosió durante un tiempo, la expulsión del líquido de sus pulmones, aliviada de poder sentir el aire que pasa a través de la garganta.
"Y-eres ... Un brujo ...?"
Le preguntó casi sin voz, obteniendo como respuesta un guiño y una sonrisa.
Los que jugaron con la magia se temía, porque tenían extraños poderes que van más allá de la comprensión de meros campesinos. Y ahora el Tsukumo entiende por qué tanto temor y el miedo; hechiceros tenían el poder de vida y muerte sobre los demás.
Yuma agarró los barrotes de su prisión de piedra, apretando con fuerza.
"¿Por qué me arrestando aquí?"
Negro niebla volvió, caminando a través de las botellas de colores, al parecer en busca de algo.
"Por cada hechizo que hay una solución. Tal vez un ser humano no puede entender esto, pero son la clave para deshacer mi maldición"
El monstruo utiliza uno de sus largos tentáculos para coger un bote blanco.
"Estoy atrapado en esta cueva" - Negro Niebla explicó, acercándose a Yuma - "Y usted no va a dejar aquí hasta que consiga lo que quiero"
El muchacho se estremeció en la parte inferior de la jaula.
"Seres humanos vivos no pueden permanecer en los océanos. Es sólo una cuestión de tiempo antes de que algunas de esas sirenas desagradables vienen aquí a matar ..."
Yuma no quería morir, no es así. Tenía mucho que hacer, así que muchos días por delante ... Su deseo de vivir era más grande que cualquier otra cosa.
"A menos que ..." - Negro Niebla hizo una pausa, mirando a la botella blanca - "Usted hace un trato conmigo"
El muchacho respiró hondo, preguntándose qué ese monstruo pueda desear.
"El que controla los mares, Astral ... Él es responsable por mantenerme aquí, él es el culpable de eso que mi vida se ha vuelto inútil ..." - Un destello de ira cruzó por los ojos del monstruo - "Va a traer él a mí. No importa lo que tengas que hacer o decir, simplemente traerlo a esta cueva. Y entonces serás libre para volver a la tierra "
Yuma ingestión.
"Por supuesto, todavía eres un ser humano inútil que ni siquiera puede respirar bajo el agua, pero ..." - Negro Mist extendió su tentáculo, entregándole la botella a la Tsukumo - "Cuando usted bebe esta poción que se convertirá en un medio de pescado"
El adolescente agarró la olla, el análisis del fluido.
No confiaba en ese monstruo, pero su instinto le dijo que esta era la única manera de escapar de los fondos oceánicos.
"Ok ..." - Dijo el niño de beber el líquido blanquecino que prácticamente congeló la garganta.
"Me olvidé de decir que necesito algo a cambio de la obra hechizo ..."
Negro Mist se quedó mirando la sonrisa adolescente en un mal camino.
"¿Qué pasa con sus ojos?" - El monstruo murmuró, pasando un tentáculo por la cara del Tsukumo, lamiendo sus labios - "Nunca he visto un rojo tan brillante ..."
Yuma contuvo el aliento.
"No te preocupes, no le hará daño" - Y luego Negro Niebla tomó una piedra, murmurando palabras extrañas en un idioma desconocido. En cada palabra que el color de los ojos de la Tsukumo se desvanecía, se transporta a la piedra en la mano del ser negro, y con ella la visión de Yuma se consumía, hasta que no quedó nada más que oscuridad.
"Usted tiene una semana para llevar a cabo su misión, de lo contrario voy a dejar morir de la manera más dolorosa que se me ocurre."
Estas fueron las últimas palabras de Yuma escuchó antes de desmayarse.
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