Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pequeño contratiempo por Shinjimasu

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 Con ésta ya van 3 veces que Ritsu se levanta en la misma madrugada.

Sabía que cuando se están en la trigésima tercera semana de embarazo es normal que exista movimiento del bebé tanto en el día como en la noche y que para la persona sea molesto y eso le provoqué no poder dormir, pero considero que esto ya es demasiado; no solo por eso, sino también por otras cuestiones que han sucedido de las cuales he comenzado a preocuparme.

Desde hacía unos días había estado vomitando.

En un principio creí que se debía a algo que había comido y se encontraba en mal estado, pero debido al tiempo que ha pasado dudo que sea eso, además de un fuerte dolor de cabeza del cual se había quejado antes de irse a dormir.

No pude quedarme quieto por más tiempo y salí a buscarlo, encontrándolo no muy lejos de mi habitación –Ritsu, deberías intentar dormir-

-No puedo… se mueve demasiado- me dijo –Lamento haberte despertado Senpai-

-Tonterías- le dije –Vamos a tu habitación, te vez muy cansado ¿Cuánto se supone has dormido?-

-Quizá unas 5 horas aproximadamente-

-Cinco horas no son suficientes en lo absoluto- lo regañé –Me quedaré contigo esta noche-

-Pero mañana tienes que ir a la escuela-

-Yo no iré a ningún lado hasta que te sientas mejor- dije mientras entrábamos. Él se acostó primero y yo lo seguí, quedándome atrás mientras cruzaba mi mano por encima de su cuerpo para colocarla sobre su vientre –Intenta descansar un poco-

Él quiso obedecerme, pero yo mismo pude darme cuenta del excesivo movimiento que había “De esta manera no podrá dormir” pensé y me quedé despierto sin decirle

No supe en qué momento de verdad me quedé dormido, pero cuando me fijé en el reloj ya era muy tarde. Por suerte para mí, Ritsu dormía. No me atreví a despertarlo y solo le di un beso en su frente antes de salir disparado para arreglarme e irme a la escuela.

A estas alturas los padres de Ritsu ya habían notado la presencia de Sorata, pero no mencionaron nada sobre deshacerse de él –aunque no sé si Ritsu les dijo algo antes sobre eso- pero ese día en especial estaba muy inquieto. No dejaba de cruzarse entre mis piernas y comenzaba a ponerme inquieto, pero a fin de cuentas lo dejé pasar y  me fui a la escuela.

El día fue eterno y una vez más me sentí extraño. No era como en ocasiones pasadas, ahora en verdad había algo que me inquietaba mucho y así me mantuve hasta la hora de la salida. Cuando sonó la campana escapé lo más rápido que pude, pero el automóvil que siempre estaba esperándome no lo hacía esta vez.

Sentí algo extraño.

Pasaron apenas 10 minutos y llegó. Cuando subí el sujeto se disculpó conmigo por la demora argumentando que había tráfico a lo que yo respondí que no había problema, pero aun así me sentía inquieto y no pude evitar preguntar por Ritsu… a lo que él no me respondió de inmediato.

Terminé dirigiéndome al hospital.

Él se había sentido mal un par de horas después de que me fui. El dolor en su vientre había sido tal que no dudaron en llevarlo al hospital y ahora las cosas no iban tan bien como deberían. Sus padres estaban en una gran sala de espera independiente. Las expresiones de sus rostros no mentían: había problemas.

Lo primero que pensaba hacer era llegar y exigir una explicación, pero justo antes de que lo hiciera caí en la cuenta de que no era prudente hacerlo en ese momento y debía contenerme a pesar de que la duda comenzara a dominarme. Solo escuché lo que su padre me quiso decir.

Pocos minutos después salió un médico a hablar con ellos. Yo no esperé a que me llamaran y me acerqué para escuchar. El doctor me miró por un momento antes de hablar pero cuando entendió el papel que yo tomaba en todo eso comenzó a hablar: era obvio que no podía ocultármelo y que tenía todo el derecho de escuchar lo que iba a decir; nada bueno en realidad, como lo temía.

En momentos como ese era cuando me daba cuenta de que la realidad en la que vivía era más bien un sueño. Un sueño que no debía tener pero al mismo tiempo del que no quería despertar; pero cuando llega ese momento, la realidad llega imponiendo fuertes golpes a su paso.

Lo que escuché fue como una punzada en mi pecho. Mi rostro no mostró expresión alguna pero dentro de mí era como si un fuego comenzara a consumirme poco a poco y a gran escala.

El doctor se fue y junto con él mi seguridad. La madre de Ritsu comenzó a sollozar en el pecho de su marido y yo no tuve fuerza para mantenerme en pie por lo que me senté lo más pronto que pude, completamente perdido.

No podía procesar lo que había escuchado, simplemente no podía.

Esperé y esperé. Una, dos, tres, cuatro horas. El tiempo pasaba con la lentitud del mundo.

No podía quedarme quieto, pero trataba de no mostrarme nervioso para no preocupar más a la madre de Ritsu que de por sí ya estaba alterada. No podía pensar en nada más que no fueran las palabras del médico responsable cruzando por mi mente en cada momento, perturbándome. Si esto hubiera sucedido meses antes no me hubiera afectado tanto como ahora, pero no era así.

Cada minuto duraba una eternidad y estaba a poco de perder la cordura. Sin embargo, en el momento más indicado salió el doctor de nuevo, su rostro no reflejaba nada bueno. Mi corazón se aceleró y temí lo peor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).