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Pequeño contratiempo por Shinjimasu

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Realmente no me esperaba nada de eso.

 Íbamos a la escuela en ese molesto automóvil. Creo que la madre de Ritsu no se había percatado –o quizá lo hizo apropósito- y el vidrio que hizo colocar a modo de ventana en medio del asiento hacia visible el otro lado desde mi lugar, pero desde el de Ritsu se veía como un espejo. Era en ese momento cuando yo podía verlo, pero realmente no quería hacerlo.

Él se veía muy triste.

No puedo evitarlo, Ritsu había encontrado una parte de mí que yo había hecho desaparecer desde hacía mucho tiempo y ahora sentía algo extraño cuando lo tenía tan cerca pero no podía tocarlo ni hablarle. Pasaron unos minutos hasta que pidió que pararan el auto. Salió de inmediato y comenzó a vomitar a los pies de un árbol. No lo pensé y salí a ayudarlo.

-Tranquilo… despacio- le dije mientras acariciaba su espalda –Ya pasará-

-Onodera-sama ¿Se encuentra bien?- preguntó el sujeto que conducía

-Por favor tráele un poco de agua-

-¡Oh, sí! ¡Ahora mismo!- dijo mientras iba a conseguirla

Ritsu se arrodilló y comenzó a reposar

-¿Mejor?-

-Sí… gracias- respondió mientras lo apoyaba contra mi pecho –Me mareé un poco…-

-Esta bien, es normal en tu condición- respondí, pero antes de que pudiera seguir hablándole llego ese sujeto y tuve que quedarme callado

Esperamos algunos minutos y llegamos a la escuela, donde comenzamos el mismo monótono día de siempre. Los profesores me observaban a lo lejos y algunos estudiantes inmaduros que se habían enterado –y digo algunos por no decir que todos- me dirigían miradas molestas, otros asustados y otros simplemente como si tuviera algo extraño en la cara. Lo cual me irritaba demasiado.

Transcurrieron las primeras clases. Ese pequeño altercado en la mañana me había dejado un poco inquieto y al mismo tiempo me hizo entender por la situación por la que él pasaba: estaba sufriendo los síntomas de un embarazo. Nauseas, cansancio, cambios de humor. Sin duda no sería sencillo, además de que mientras más avanzara su estado, el dolor en su vientre también se haría notar y ni hablar del momento del parto…

Sí, tenía que verlo, tenía que platicar con él. Después de todo se trataba de nuestro hijo.

Salí de clase y me dirigí a su salón –o al menos al piso en el que sabía que estaba su salón- dispuesto a sacarlo incluso de clase si hacía falta, pero antes de que pudiera llegar un profesor me detuvo y me lo impidió argumentando que eran ordenes de sus padres (de su madre más que nada) y que estaba prohibido que yo lo viera.

Todo eso era muy irónico ¿Por qué me mantenían en su casa si tenía prohibido verlo? ¿Acaso estaban vigilándome? ¿Cuál era su finalidad con todo eso?

No valía la pena que me molestara y mejor que fui. No quería llamar la atención ni que alguien fuera a informárselo a su madre, porque de lo contrario después sería más complicado verlo.

Salimos de la misma manera en la que lo habíamos hecho los últimos días y llegamos a casa. Durante el trayecto Ritsu se sintió mal de nuevo y tuvimos que parar. Aunque me preocupé por él, decidí tomarlo a mi favor.

Cuando llegamos él se dirigió a su habitación. En ese momento del día no estaban sus padres en casa, solo algunos sirvientes y eso me bastó para actuar. Salí por la puerta como si nada y me escabullí hasta su habitación sin que nadie me viera. Fue difícil, pero no me rendiría.

Ni siquiera sabía que iba a decirle. Solo quería verlo.

Cuando entré me di cuenta de que su habitación no era tan diferente a la mía anteriormente: había repisas con muchos libros –aunque yo acostumbraba tenerlos en el suelo- y los títulos eran muy interesantes. No tenía ni un solo manga, pero eso era de esperarse. También encontré las revistas que me gusta leer, sobre todo las que tienen escritos de Usami Akihiko. Me reconforté al ver eso.

Entonces me volteé y lo vi recostado en su cama. Un ligero aire de protección me invadió y me senté junto a él. Se notaba tranquilo ahora. No pude evitar tocarlo y acaricie su cabello castaño por encima de su frente. Lo escuché llamarme “Senpai” y se movió un poco.

-Ritsu- respondí dándole un beso en su mejilla que lo hizo despertar. En cuanto me vio se enderezó de golpe.

-¡Senpai!- me llamó casi en un grito, a lo que tuve que cubrir su boca con mi mano

-Si gritas así se darán cuenta de que estoy aquí- le dije

-Lo siento- contestó apenado –No pensé que fuera a verte por ahora-

-Las cosas se complicaron bastante ¿No es así?-

-Yo lo siento tanto, de verdad, lo lamento mucho- se disculpó en un sollozo mientras tomaba mi mano

No entiendo por qué lo hacía. Es decir, no es como si él hubiera querido que esto sucediera, además ya era demasiado con que se sometiera al estricto método de sus padres y que también estuviera siendo vigilado a cada momento en la escuela.

-¿Qué es eso?-

-¿Ah?-

-Eso- le dije señalando una revista que estaba sobre su escritorio, llamándome la atención por la cubierta de plástico que tenía.

-Ah, es la nueva revista- me dijo aun sin cambiar mucho su conducta, levantándose para tomarla y mostrármela –Con la nueva historia que publicó Usami Akihiko… estaba esperando verte en la escuela para que la leyéramos juntos, pero eso fue antes de que… de que…-

Lo miré, aun se notaba triste.

-Leámosla juntos entonces- le dije mientras limpiaba una lágrima que se formaba en sus ojos verdes

-¿Ah?-

-Léela para mí- respondí mientras me recostaba sobre su cama

Él pareció animarse de pronto y se sentó a mi lado, leyendo la historia que sabía que él deseaba compartir conmigo.

Quizá nuestra plática podría esperar un poco más.


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