Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pequeño contratiempo por Shinjimasu

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Pienso que en verdad me gusta atormentarme solo.

Desde esa vez en la que me metí a escondidas en su habitación no he podido volver a hablar con él. Creo que de alguna manera su madre sospecha que lo vi –o alguien le dijo- y mantiene a Ritsu más vigilado que de costumbre. No pone guardaespaldas atrás de él porque el padre lo prohíbe.

En ese sentido, me preocupa que él comience a sentirse… solo. Y que eso le afecte a la salud. No ha mejorado en cuanto a sus síntomas: las náuseas y mareos continúan y creo que también le está afectando a su estado de ánimo.

Todo eso solo lo he podido razonar estando solo, al igual que muchas otras cosas referentes al papel que voy a tener que desarrollar como padre. Por supuesto antes ignoraba todos esos supuestos cambios que presentaba un hombre cuando tenía que prepararse para ser padre pero ahora me doy cuenta de que no era una mentira como yo había imaginado, sino que de verdad representa iniciar un proceso de madures diferente al que cualquier otro chico como yo debería tener.

No me atrevo a decir que tengo miedo o algo parecido porque sería mentirme. No tengo miedo y no lo tendré, no hay razón para tenerlo. Sin embargo he comenzado a pensar otras cosas, cosas relacionadas al futuro, como por ejemplo ¿Qué haré después de que ese bebé nazca? Tendré que buscar un empleo puesto que no pretendo vivir de la lástima de los padres de Ritsu y es un hecho que los míos se han deshecho de mí ¿Dónde viviríamos? ¿Podríamos seguir estudiando? ¿Qué tanto debía apoyarme en él…?

Comenzó a dolerme la cabeza. Decidí dejar el tema por la paz y solo me recosté sobre mi cama, dejando que Sorata hiciera lo mismo sobre mi pecho y dormí un poco. Una vez más fue una noche sin sueño para mí, durmiendo por obligación de mi cuerpo y no porque yo deseara descansar; debido a eso despertaba aun más cansado que cuando me iba a acostar y eso sin duda bajaría mi rendimiento a largo plazo.

Ahora han pasado ocho semanas desde que Ritsu quedó en cinta.

A pesar de que no lo he visto prácticamente en todo ese tiempo puedo notar como su estómago se ve ligeramente más hinchado, apenas perceptible si se le pone atención, pero para mí que conozco su cuerpo es un cambio perfectamente notable.

Sobre esto y tomando en cuenta el tiempo es posible que él se embarazara desde quizá la primera o segunda vez que tuvimos relaciones. Viéndolo así –o de cualquier otra manera- no había modo de evitarlo ni mucho menos prevenirlo.  Me sentía inquieto, no podía encontrar un espacio en el que me sintiera a gusto en todo ese lugar… si no fuera por la distracción que significaba Sorata sin duda alguna estaría a punto de estallar.

Y de esa manera pasaron dos semanas más aproximadamente.

Mi actitud no había cambiado mucho en ese tiempo, es decir, me mantenían cautivo en esa gran casa: tenía horarios para salir y entrar, también para comer; mi espacio estaba delimitado a ciertas zonas de la casa y por supuesto tenía prohibido acercarme o siquiera pensar en acercarme a la habitación de Ritsu. En todo el día sus padres no estaban puesto que su padre trabajaba todo el día  en la editorial de la que era dueño y su madre se limitaba a asistir a reuniones con otras señoras o cosas así, realmente nada que me importe, pero por si eso fuera ya bastante, la situación aun podía empeorar.

Ese día, como siempre, no vi a Ritsu en la escuela sino hasta la hora de la salida. Me acerqué al auto y subí, al parecer él había salido antes y ya estaba arriba. Entré y cerré la puerta. Miré a través del cristal como siempre y lo ví, pero no tenía la misma expresión que siempre: estaba triste y sollozaba en silencio.

Lo entendí, puesto que había estado haciendo eso las ultimas semanas y era a causa de los cambios de humor que presentaba debido al embarazo, pero esta vez parecía que era diferente… se veía triste en verdad. Todo el camino estuvo así y aunque yo quisiera tratar de decirle algo cuando llegamos a su casa me fue imposible puesto que él siempre salía antes que yo y no me permitían seguirlo, así que una vez más emplearía mis métodos para verlo de nuevo.

Esperé hasta la tarde y con mil y un esfuerzos logre entrar a su habitación pero él no estaba ahí. Lo esperé por algunos minutos al asumir que había ido al baño pero no fue así: él no estaba.

Regresé a mi habitación antes de que alguien me viera y solo me dediqué a esperar alguna señal que me indicara que había regresado, pero el sueño me venció antes.

Me desperté tarde y apenas me dio tiempo para arreglarme e ir a la escuela. Salí y subí al auto, pero Ritsu no estaba y contrario a lo que creí, el sujeto que conducía puso en marcha el motor. No pude evitar preguntar por él y me respondió que no iría a la escuela porque se sentía mal. Yo no quise meterme en más problemas al objetar algo sobre eso y lo dejé pasar.

El día fue terriblemente extenuante como los de las ultimas semanas; sin nada que hacer ni decir y solo lidiar con las molestas miradas de todos esos estúpidos que se mantenían observándome a cada momento y en cada lugar al que iba pues a estas alturas ya se había corrido la noticia por todo el colegio.

Y de esa misma manera fue el día siguiente, ya que Ritsu se sintió “mal” de nuevo.

Con eso la duda solo me mantenía más inquieto, pero no fue sino hasta el tercer día cuando en verdad perdí la poca tolerancia que todavía tenía ¿Por qué no me dejaban verlo? ¿Qué me ocultaban? ¡Si Ritsu no quería verme debía ser él quien me lo dijera! ¡Nunca pude hablar de lo que yo quería! ¡De lo que AMBOS queríamos! ¿Por qué me alejaban de él? ¿Qué estaba pasando? ¡Ese bebé… también era mi hijo! ¡No podían impedirme estar cerca de él aunque aún no naciera! Y Ritsu… ¡Él me necesitaba a su lado!

Cuando regresé de la escuela no me di tiempo siquiera para pensarlo y me dirigí a su habitación directamente. Sorprendentemente de esa manera fue en extremo sencillo: al parecer hacerlo a “escondidas” era más complicado que ir directamente. Cerré la puerta y avancé hacia él, una vez más, dormido sobre su cama. Un suspiro involuntario brotó de mi boca pues creí que algo le había sucedido. Me fijé en su escritorio, tenía algunos libros de la escuela y cuadernos con apuntes, al parecer había estado estudiando.

“¿Quién estudia cuando se siente mal?” pensé para mí.

Regresé junto a él y me recosté a su lado. Su vientre había crecido bastante en todo ese tiempo y ahora era perfectamente notable lo hinchado que ya estaba. No era mucho comparado con lo que le faltaba crecer, pero ya no podía pasar desapercibido. Me quedé mirándolo por algunos minutos. No podía darme el lujo de despertarlo, así que solo me quedé junto a él. Lo rodeé con mi brazo y lo abracé contra mi pecho, ya había olvidado la ultima vez que lo había tenido tan cerca y ahora, sin importar si sus padres o quien sea llegara yo no me separaría de él.

Sin darme cuenta me quedé dormido ahí y fui despertado por una voz que susurraba muchas cosas cerca de mi rostro.

-Lo siento, de verdad lo siento…- dijo en voz baja en medio de su sollozo, acurrucado contra mi pecho –Lamento haberte causado tantos problemas… sabía que la relación que tenía Senpai con sus padres no era buena y aun así provoqué que fuera peor… es culpa mía… lo siento mucho, de verdad lo siento…yo, yo nunca quise que pasara esto, pero en verdad no lo odio, no odio tener que pasar por esto porque… porque es de Senpai… y yo de verdad te amo, te amo- dijo acercándose mas a mi pecho sin detener lo que ahora era un ligero llanto –Te amo… y por eso tengo miedo…no quiero que me odies…-

Sin duda no se había dado cuenta de que había despertado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).