Hace algunos meses atrás, antes de la conquista para ser más exactos,
Base, Irken Zim ,03:34 am
estaba cohibido en su asiento, las maratones de Gir le distraían horriblemente de su trabajo, estaba meditando demasiado, en cierto retoño humano creciente, de hecho, habían pasado cosas, cosas que su mente sobrehumana no podía siquiera dejar de lado
Comenzando, claro, con el increíble cambio en la apariencia del anémico zagal, fue muy diligente, más de lo que esperaba verdaderamente
¿Dónde había parado ese crio que tanto e divertía molestar?, en su casa, probablemente viendo obscenidades en su primitiva laptop, era un adolecente después de todo
-Estoy hastiado…
Hablo cansino al quintagesimo capítulo de un mono putrefacto y bailarín mono, era para volverse un psicópata a sangre fría, que solo quería destazar cuerpos mórbidos
¿Por qué tanto pensamiento en el adolecente Gótico?
Sencillamente, estaba notando ciertos sentimientos, ahora que trataban de llevarse bien, aunque siempre terminaban peleando y persiguiéndose mutuamente, sabía que había algo más que solo una infantil y exagerada rivalidad
Pero por supuesto, no lo iba a admitir
Pocas horas más tarde, la lluvia estaba dando todo su esplendor, para Zim esto ya no era un dilema, ahora su pack podía cubrirlo con una delgada membrana para bloquear el agua, claro que como todo humano “normal” llevaba consigo un paraguas “como los detesto”, odiaba el tener que cargar cosas extra, lo veía completamente inútil
Al menos ahora podía llegar a la escuela sin problemas
cuando estaba doblando la esquina, escucho leves y agudos gemidos, había dos voces que contrastaban entre sí, más que por curiosidad, se asomó con cautela
Sus fanales se expandieron al ver aquella tan primitiva escena, un hombre cuarentón tenia al lánguido humano cabezón contra las tuberías de ese lugar, la cara del menor no se veía nada feliz, un vaivén tan brusco y asqueroso, viendo las piernas de su enemigo no poder dar más de si
Eso hizo reventar algo dentro de la mente del irken, quien camino hacia ambos , fue cuestión de milisegundos, para tener la pared tenida de rojo y aun débil Dib en sus manos, parecía sonreírle , ¿Por qué le sonreía?
Pasaron los meses, y Dib jamás recordaría todo aquello, Zim, por miedo a perder su orgullo, le había borrado ese fragmento de memoria
Jamás iba a admitir haber ayudado a su peor enemigo
Regresando al presente, donde los labios del menor estaban levemente separados y estaba jadeando de manera suave, un par de manos verdes se paseaban por sus pequeños botoncitos rosas casi grises, las suaves telas se escurrían entre sus delgas piernas y muslos, soltó gemidos más altos cuando sintió la mano ajena jugar con su miembro, varios besos llegaron a su cuello, y mejillas, estaban rojas, observaba como era tomado por Zim
De golpe salió de aquel sueño húmedo, empezó a jadear mientras veía las tijeras en la cama y un sobre de caramelos abiertos, con algunas unidades regadas entre las sabanas “no más azúcar, aunque quiero borrar el sabor tan amargo “se pasó las manos en la cara, solo para soltar un quejido de dolor, aún tenía las mejillas en recuperación, paso las yemas sobre los vendajes mientras miraba el techo
¿por qué tenía que soñar eso? ¿Por qué específicamente con ese irken?, quería morir, y esta vez, enserio quería morir
Dejo caer su cuerpo pesadamente sobre aquella cama, aún era de día, y no quería volver a dormir, no después de ese último sueno “aún estoy duro, que asco” bacilo un rato hasta que un par de sirvientas quienes tenían unos cuantos vendajes en sus cuellos traían una bandeja con ropa nueva, una tenía los ojos hinchados
Cuando se acercó a el poso su mano sobre su rostro de manera lenta, ella levanto la vista hasta chocar con la del humano, era preciosa, de ojos lila brillantes.
- les advertí…-la voz de Zim resonó en la habitación, los ojos de pánico provenientes de la hembra se notaron dándose la vuelta y retrocediendo
El latido de Dib aumento al ver esa maldita varilla negra en sus manos, alzando la mano, el gobernante abanico el látigo con severas intenciones de herir a la joven mucama de orbes claros
sangre voló entre el viento y el rostro de Zim, Dib estaba abrazándola, esta temblaba y la espalda pálida del humano se abrió como si fuese un peluche harto de algodón barato, Zim mascullo mientras tragaba su saliva
- sigues siendo un terco Dib-esclavo…-dejo la varilla en la cama mientras el humano soltaba a la empleada quien tenía las mejillas rojas como cerezas , desviaba su vista lejos del humano escuálido , luego tomo la mano de su compañera para salir de aquella sala, sabía que si se quedaban las cosas irían mal
-te castigaría por eso…pero ya tu espalda está abierta…manchando las sabanas…-de nuevo, esa cara de maniático, “vamos, sigue golpeándome poco a poco moriré, eso te hará feliz “tal y como paseo en su mente, un golpe a mano limpia llego a su rostro, un moretón levemente verdoso se empezaba a formar, junto a lagrimas que salieron sin aviso , su cuerpo se desplomo fácilmente como una rama de nardo al viento feroz
llovieron golpes y patadas a su cuerpo que ya no daba ni un respiro, tranquilamente el sonido de sus gritos y jadeos se trasformaron en una tenue melodía que se fundía con el ardor infernal de su cuerpo.