Nos reuníamos casi todas las tardes después de la escuela. Yo salia de Southwest y tomaba el autobús hasta la escuela de danza de 'Miss Lala Palevsky' y Thor pasaba por mi después y me llevaba a casa. De noche estudiaba en mi habitación, pero de cinco y cuarto a seis y media, cuando mi madre creía que venia en el autobús de regreso de la clase de danza, yo estaba con Thor.
Era muy distinto a mí. Me sentía mimado y querido; Thor se vío lanzado a la vida como una hoja al viento. Su madre había muerto cuando el tenia cinco años, de ahí en adelante tuvo que valerse por si mismo de muchas maneras. Thor fue el único hijo de esa pareja, pero su padre se había casado dos veces antes de conocer a la madre de Thor y volvió a casarse cuando murió ella; en todos esos matrimonios hubo hijos. En un momento dado llego
a haber hasta quince niños con el en casa, pero Thor decía que aunque había muchos hermanastros y medios hermanos y hermanas, él siempre se había sentido solo.
-Nunca vivimos en una casa como tú, Loki -le contó una ocasión- Mas bien parecían cabañas o remolques. incluso recuerdo que vivimos en varias tiendas de campaña alineadas a un lado de una carretera.
Además, siempre estaban cambiándose a sitios que Loki nunca había oído mencionar antes, lugares como South Fork, Kernville y Pacoima, todos ellos de California. No dijo más y me quede observándolo, la sombra que se formaba bajo el hueso de las mejillas, a la onda de su cabello.
-No me llevo bien con mi madre -le dije, mientras arrastraba el tenedor de tarta de coco al rededor del plato.
-Te refieres a los problemas normales de relación entre madre e hijo, o hay algo más?
-Yo creo que hay algo más -¿Como podría explicárselo? A Thor le habían robado la posibilidad de tener una madre y yo tenía una madre a la que no le agradaba. Sin importar lo que hiciera, nunca estaba a la altura de lo que Farba había querido como hijo, alguien que fuera y actuara como ella misma.
-Mi madre quiere que yo sea otra persona; que no tenga sueños.
La mano de Thor se poso en la mía. Fue la primera vez que me toco. Era la tarde de un viernes y estábamos bajo el gran toldo rojo de Allen's, una cafetería de las que dan servicio en el automóvil, tomando una taza de café y comiendo un pedazo de tarta. A Thor le encantaban las tartas.
-Supongo que mi madre quiere que sea como ella, una persona que no quiere ir a ningún lado ni hacer nada. Solo quiere que me este quieto, haciendo puras cosas triviales.
-Bueno, pero entonces ella va a terminar siendo una molestia para ti ¿No?
-¿Por qué? -le pregunte riendo- ¿Tu crees que hago cosas fuera de lo común?
-Yo creo que eres una fuerza que se debe tomar en cuenta, Loki. Pienso que vas a hacer en la vida todo lo que te propongas.
-Oh Thor, estas loco. Todo el mundo piensa que no soy nada.
-Bueno, entonces todo el mundo se sorprenderá, menos yo.
Retiro la mano. Corte una porción de pastel con el tenedor y me lo lleve a la boca.
-Si -dije, moviendo la cabeza- Quizá se sorprendan todos.
-No, de ninguna manera puedes invitarlo a comer con nosotros en Rosh Hashanah.
-¿Por que no puedo?
Mi madre tapó de nuevo la cacerola de la sopa y se volvió para observarme.
-Por que no es judío, porque no lo conoces y porque lo digo yo.
-"…sa" si que es una actitud madura.
-No me gusta la forma en que me hablas, Loki. ¿Acaso es lo que estas aprendiendo de ese muchacho, el tal Thor? ¿Como ser maleducado?
-No, no lo soy. Solo te estoy pidiendo, por favor, que me permitas invitarlo a comer con nosotros después de los servicios de Rosh Hashanah.
Me dio la espalda, tomo una zanahoria y empezó a cortarla
-¿Mamá?
-¿Por que siempre me complicas la vida?
-¿Eso significa que lo puedo invitar?
-No, no puedes. He dicho que no, ¿Por que tengo que repetirlo? -contesto, alzando los hombros.
Yo no era lo que podría llamarse una fuerza a la que había que tomar en cuenta, pero por lo menos me había atrevido a pedir permiso. Pensé en decir muchas cosas que la irritaran o le parecerían atrevidas, pero no tenia aún el valor suficiente. Estaba empezando a ser algo, una fuerza pequeña todavía, pero pensé que estaba en camino de crecer.
Iba feliz rumbo al centro de la ciudad, en el maravilloso y viejo Mercurio azul de Thor. …l amaba ese vehículo como nunca antes había visto a nadie amar un auto. Era un modelo 1950, pero se podría pensar que se trataba de un cadillac nuevo. Siempre lo estaba puliendo; incluso le llamaba "querido". Yo me hallaba sentado a su lado con el radio sobre el regazo, escuchando música folclórica.
Thor había comprado un radio nuevo pero no lo instalaba todavía. Oía música de interpretes que yo conocía, como Kitty Wells y Red Foley, y que estaba reemplazado en mi corazón a Jhonny Mathias y a Dión y los Belmonts.
-¿A donde vamos?
-A comer comida mexicana.
-Thor, dudo mucho que puedas conseguir comida mexicana en Kansas City.
-Si se puede, Loki. Solo hay que saber donde ir. Y después de comer te voy a enseñar a jugar pool.
-¿Pool?
-Claro, con esas piernas tan largas, antes de golpear la bola ya estarás a media mesa - se río, sin dejar de mirarme - Chico, con esas piernas llegas hasta Montana.
Si había comida mexicana en Kansas City. Y salones de billar. Y lugares en los que vendían carne en salda barbecue, y solo se bebía cerveza; y bares bulliciosos con orquestas de musica folclórica, donde las muchachas usaban mucho lápiz labial, mucho rimel en los ojos y muy poca ropa. Y yo, yo era un forastero con los labios pintados en color pixie pink, la cara pálida y el peinado de "cola de caballo", el novato que había emigrado del país de los clubes campestres.
Cumpliría diecisiete años entre el día de acción de gracias y navidad, el cuatro de diciembre. Farba y Laufrey decidieron que debía de tener una fiesta de gala, con los chicos con traje y corbata y chicas con vestido largo. Utilice todos los argumentos a mi alcance para tratar de disuadirlos, pero ellos estaban decididos a hacer aquella fiesta.
-Creo que seria mas divertido si los muchachos fueran con vestido largo y las muchachas con traje y corbata- comento Thor.
-No es para tanto, solo consigue un traje o una chaqueta en algún sitio.
- Y ¿Que pasa si no voy, y nos vemos después de la fiesta?
-¿Por que no puedes pedirle prestada una chaqueta a alguien?
-Esta bien ¿Que tal Joe?
Me dio un un ataque de risa. Joe era el duelo de Joe's, el sitio en que trabajaba Thor los fines de semana, friendo papas y bistecs de pollo y haciendo sundaes de chocolate. Joe media un metro y medio y pesaba mas de cien kilos. una chaqueta de el parecía una estampilla de correos en Thor. Thor media un metro ochenta y siete y era delgado, con brazos musculosos y espaldas anchas. También tenía los pómulos muy pronunciados, de herencia shoshone, por parte de su madre. En conjunto, era quizá todo lo que podría pedir un chico, incluso una con mayor energía que yo. Por primera vez, me sentía enamorado y lo estaba de Thorrance Odinson y además, no había nada que pudiera hacer.
-Thor por favor, no me hagas pasar mi cumple años sin ti.
-No te va a gustar, Loki. Habrá problemas.
-Por favor, Thor... hazlo por mi.
-Por ti... - me miro a los ojos - Esta bien, estaré ahí.
Le di un beso. Nos hallábamos en un estacionamiento cercano a la tienda de Jones. Eran las cinco y cuarto y estaba oscureciendo, caminamos hasta el automóvil. Era el primer beso que le daba. Hasta ese momento, toda nuestra intimidad se concretaba a las conversaciones, a decirnos uno al otro todo lo que nunca habíamos dicho antes en voz alta. Lo besé, y echó mi cabeza hacia atrás para mirarme, creo que me quede sin respirar. El cielo tras el era azul marino, me sentí tan pequeño, me temblaba el cuerpo y el corazón me latina con furia. Thor me rodeo con los brazos, me apretó hacia él y me beso una y otra vez.
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