Una voz familiar lo llamaba entre la oscuridad…
- Eddward.
Una voz demasiado familiar…
- Eddwaaard.
Quizás demasiado…
- ¡Eddward!
Sus ojos se abrieron de golpe y se levantó un poco de la silla frente al escritorio, despertándolo de su profundo sueño. Cosas como libros, pergaminos, hojas y tinta se encontraban esparcidas sobre el escritorio ya viejo pero bien cuidado; se había quedado dormido en su investigación.
Recordó la voz que lo había estado llamando y volteo a su lado izquierdo para ver a quien esperaba.
- ¿Te sientes bien Edd? -le pregunto preocupada una chica de aproximadamente unos dieciséis a diecisiete años.-
- Sí, no te preocupes, es solo que no tuve una buena noche ayer -le contesto el azabache tranquilo.-
- ¿Encontraste lo que buscabas? -se acercó al escritorio para observar todos los documentos y algunas fotos.-
- Afortunadamente, mis disculpas por haber vuelto a utilizar tu biblioteca en lugar de pasar más tiempo contigo -la chica solo soltó una risita al ver como su acompañante volvía a hablar de la forma tan educada que lo caracterizaba.-
- Esta bien, lo que sea por ti amor mío -le sonrió de una forma encantadora.-
- Muchas gracias mi querida Nazz -le devolvió la sonrisa.-
Nazz Van Bartenschmear, hija única de la familia Bartenschmear y prometida de Eddward. Su esbelta y bien proporcionada figura, su largo cabello rubio, su fino rostro adornado con un par de ojos azules y su carácter tan femenino digno de una dama; la hacían una de las jovencitas más deseadas por todos los varones que la conocieran. Y eso sin mencionar su alta posición social y económica. Toda una aristócrata hecha y derecha.
- Pero, ¿Estás seguro de todo esto? -volvió a preguntar Nazz tomando unos pergaminos y examinándolos.-
- Yo no, pero ya conoces a Skipper -suspiro Edd con pesadez, al momento en que se levantaba y empezaba a ordenar todo el desorden del escritorio.-
- Lo sé, es tan terco como una mula -sonrió la rubia mientras ayudaba a su prometido.-
- Solo espero que de esto no salga una locura, de nuevo… -comento el muchacho mientras tomaba su maletín negro y lo abría para colocar los pergaminos que se habían quedado afuera más los que Nazz traía en sus manos.-
- Supongo que tendré que rezarle a Dios una vez más -bromeo la chica causando la risa del otro.-
Ambos jóvenes al terminar de ordenar, salieron de la biblioteca y bajaron a la segunda planta de la extensa mansión de la familia de Nazz, la cual se encontraba en el salón principal.
- ¿Te vas ya joven Eddward? -pregunto la cabeza de la familia.-
- ¡Oh! Eddward, ¿Por qué no te quedas unos minutos más? -le sugirió la mujer muy similar a su hija.-
- Saludos Sr. Y Sra. Bartenschmear, les agradezco su invitación pero por desgracia me tengo que retirar, ya que tengo unos negocios que resolver con ciertos individuos -dijo Edd con una pequeña sonrisa.-
- De acuerdo, pero recuerde venir mañana para poder discutir mejor el asunto de su ya próxima boda con nuestra hija -dijo el hombre rubio.-
- No se preocupe, estaré aquí a primera hora. Me retiro por hoy -se despidió Edd de los padres de su prometida mientras esta lo acompañaba hasta la entrada principal.-
- Suerte, nos vemos mañana -se despidió Nazz dando unos pequeños besos en las mejillas del chico.-
Edd salió de la propiedad de los Bartenschmear con maletín en mano y acomodándose su pequeño sombrero de copa negro, para empezar la caminata hacia su destino.
Eddward Marion, el pequeño niño que había perdido a sus padres en un horrible acontecimiento, ahora también era todo un muchacho aristócrata. Inteligente, responsable y educado. Ya con sus dieciséis años de edad y con su futuro compromiso con Nazz, podría tomar manejo de las responsabilidades que habían caído sobre él desde muy joven.
Mientras caminaba por las calles del pueblo, a su mente vino aquella pesadilla de nuevo… El fuego, sus padres, la mujer pelirroja y esos ojos verdes. Le atormentaba el tan solo recordarlo. Siguió unos minutos caminando hasta que llego a su destino, una pequeña taberna que se encontraba cerca de los puertos. Entro al pequeño establecimiento buscando a cierto par entre toda la gente que se encontraba bebiendo o comiendo.
- ¡Hey Edd, aquí! -escucho una voz llamándolo por una de las mesas más alejadas, era un chico algo bajito.-
- ¿Qué yo qué? -pregunto el otro tipo que era más alto.-
- ¡Tu no tonto, Edd con dos d!
- No hace falte que llames la atención así Eddy… -susurro Edd algo avergonzado y acercándose a la mesa y sentándose junto a los dos chicos.- Saludos caballeros.
- Dime que lo tienes -dijo el bajito de cabello azulado.-
- ¡Oh! Sí, aquí los tengo -dijo Edd mostrando su maletín negro.- Y por favor, bajen la voz, no hay que hacernos notar…
- ¿Es información de cómo cazar vampiros Eddy? -volvió a preguntar con una expresión tonta el chico alto pelianaranjado e ignorando a Edd.-
- ¡No tontorron! ¡Es la información de cómo nos haremos ricos trayendo la cabeza de esos piratas! -exclamo Eddy.-
- Eddy, ¿No crees que esto es una mala idea? Somos caza recompensas, pero esto es ir a un extremo muy alto -comento Edd con cierta duda y preocupación.-
- ¡Tonterías! ¡Veras como en un par de días estaremos nadando en monedas de oro!
Edd solo se limitaba a mirar como su compañero seguía hablando sobre ese plan tan descabellado.
Edward Skipper y Edward Horace, con dieciséis y diecisiete años de edad respectivamente, caza recompensas no tan profesionales y los mejores amigos de Eddward desde que se conocieron en el puerto cuando eran niños. Skipper era el líder no oficial del trio; testarudo, ruidoso y codicioso. Mientras que Horace era más ingenuo, despreocupado y noble. El trio intenta caza recompensas de los Ed’s, era como la mayoría los conocía.
- ¿¡Qué estas esperando!? ¡Abre esa cosa y enséñanos! -ordeno desesperado Eddy.-
- La paciencia es una virtud Eddy -frunció levemente el ceño el de sombrero mientras abría su maletín y ponía cuatro pergaminos sobre la mesa redonda.- Según la información que he recolectado, esto es de lo que se tiene registro sobre los tres individuos que me pediste investigar. Y he notado que se basa en una estructura en relación a tres aspectos: Fuerza, velocidad e inteligencia.
- ¡Empieza a leer de una vez! -el peliazul se cruzó de brazos.-
Edd tomo el primer pergamino, desenvolviéndolo y poniéndolo frente a sus amigos.
- El primero es el tripulante más fuerte del navío: Rolf Hidalgo Troulens Yonik, se dice que antes de ser pirata fue un vikingo, pero al entablar amistad con el capitán se unió a su tripulación -dijo Edd señalando el aparente dibujo del chico que acababa de describir.-
- ¿Un vikingo? ¡Pfff!
- ¡Siempre quise luchar contra un vikingo! ¡Como en la leyenda que me conto mi abuela de los hombres lobos contra los vikingos para ver quien tenía más pelo en la espalda! -exclamo Ed bastante emocionado.-
- ¡Ed se hará cargo de él! ¿Quién sigue? -pregunto con curiosidad a lo que Edd tomo el siguiente pergamino.-
- El segundo es conocido como la “mano derecha” del capitán: Nathan Kedd Goldberg, se dice que nunca le han atrapado por lo cual es ágil y veloz, es bastante bueno engañando y estafando -explico el azabache también mostrando un dibujo del chico.-
- ¿Engañar y estafar? ¡Ja, no me hagas reír! Se le ira toda la gracia cuando me conozca -dijo Eddy con una sonrisa sarcástica.-
- Su cabeza parece un cepillo -dijo Ed mirando el dibujo.-
- Y por último tenemos al capitán: Kevin o “El terror sobre tierra y mar” le llaman los demás, se desconoce su apellido y de como se hizo el capitán. Tiene un poco de las otras dos cualidades, pero se caracteriza más o tomaría el papel de la inteligencia. Se dice que los que se atrevan a retarlo o a subir a su barco, jamás se les ha vuelto a ver con vida -finalizo Edd enseñando el dibujo del supuesto capitán.-
- Uhm… Entonces tú te harás cargo de él -dijo Eddy.-
- ¿¡Disculpa!? -se exalto Edd.-
- ¡Es perfecto! ¡Fuerza con fuerza, velocidad con velocidad e inteligencia con inteligencia!
- Eddy, es irracional que la misma propiedad dividida en dos partes compitan entre sí, las posibilidades de que una de las dos gane es casi nula… -trato de hacer razonar a Eddy.-
- Ed y yo conseguimos un barco hoy a muy buen precio, y con alguna que otra pequeña trampa, ¡Y ahora que tú tienes la información y el mapa podremos zarpar! -siguió hablando e ignorando completamente a su amigo.-
- Pero---
- ¿Vamos a ser piratas Eddy? -dijo Ed con una sonrisa.-
- ¡Mejor que eso cerebro de pez, seremos ricos! ¡Ya hasta puedo ver mi estatua hecha de oro!
- ¡Por Dios Eddy, escúchame! ¡Esto es una locura, nosotros tres nunca podríamos vencer a una tripulación de piratas! ¡Nos matarían en un instante o hasta nos perderíamos en el extenso océano! ¡Apenas podemos atrapar a un simple ladrón! ¿Cómo piensas traer a tres piratas con vida hasta Londres sin fallar en el intento? -argumento Edd con molestia y tratando de llamar lo menos posible la atención, de por si la gente ya se les quedaba viendo como si fueran bichos raros.-
- ¡Fácil, he planeado una cuartada! -sonrió Eddy.-
- Querrás decir coartada… -corrigió Edd.-
- ¡Como sea! ¡Nos haremos pasar por unos hombres que se han perdido en el mar y que buscan un propósito en la vida, les pediremos unirnos a la tripulación y cuando agarren confianza los atrapamos como peces en una red! -Eddy estaba muy seguro de sí mismo y de su plan.- ¡Muchachos, hagan sus maletas, porque mañana a primera hora zarparemos en búsqueda de esos piratas! -dijo tomando el ultimo pergamino que era el mapa de lo que había más allá de los puertos.-
- Pero Eddy, yo no---
- ¡Sin peros Sr. Aristócrata! -regaño Eddy, levantándose de su asiento y dirigiéndose a la salida de la taberna.-
- ¡Eddy espera! -grito Edd mientras tomaba los demás pergaminos y su maletín e iba tras su amigo seguido de Ed.- ¡No puedo estar aquí a primera hora, tengo asuntos que resolver con la familia Bartenschmear! ¡Y tú muy bien sabes que tampoco podría enfrentarme a un pirata, mucho menos al capitán de cientos de ellos!
- Doble D, confía en mí, Ed y yo sabemos sobre tu experiencia pasada con los piratas -Eddy salió del local y se detuvo a una distancia considérale de este, para así poder hablar con sus amigos a solas.- Y si algunos de ellos trata de hacerte algo, se las verán con nosotros -dijo mirando con firmeza al chico del sombrero.-
- ¡Doble D está a salvo con nosotros! -apoyo Ed con su inseparable sonrisa tonta, pero sincera.-
- Y en cuanto a lo de los Bartenschmear, no hay problema, te estaremos esperando aquí -sonrió Eddy.- ¡En cuanto no te tardes más de una hora porque iré a buscarte!
Con las palabras de Ed y Eddy, Edd sintió un pequeño sentimiento de seguridad y de agradecimiento. Ya que desde que lo perdió todo en ese barco, ellos han sido sus únicos amigos y hasta llego a considerarlos como su pequeña familia.
- Se los agradezco mucho amigos -sonrió Edd.-
Los tres chicos se quedarían un rato más por los alrededores pasando el tiempo antes de que cada uno regresara a su hogar, y en cuanto menos lo supieron la noche ya había caído. Ed fue el primero en irse antes de que su hermana y su madre le echaran en cara por llegar tarde, seguido de Eddy que vivía un poco alejado del pueblo y tenía que tomar un tiempo considerable si no quería ir a solas todo el camino. Pero Edd también debía irse rápido antes de que se hiciera más tarde y que la gente se fuera de esa zona.
Empezó a caminar algo lento por las calles que solo se encontraban habitadas por pocos hombres y unas cuantas luces que se ocupaban de alumbrar el camino. Comenzaba a sentirse nervioso a cada paso que daba que uno tras otro se hacía más apresurado, sentía que alguien lo estaba observando. Y a medida que avanzaba, el sentimiento se hacía más y más fuerte, hasta que de la oscuridad de un callejón surgió una voz.
- Así que Eddward Marion… ¿Planeas capturarme eh?