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El karma del libro blanco. por Naeh

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Notas del capitulo:

~ Hola de nuevo! ¿saben que no había dicho antes? que estos son como capítulos introductorios, son alrededor de cuatro y se subirán en un tiempo estimado de 4-5 días de diferencia cada uno *se tapa la cara como el emoji de monito* (futuramente, cuando tenga alguna portada decente ;-; estará en wattpad)  

~ Bueno, ahora si, bienvenidos a un nuevo cap de esta misteriosa fanfic, ¿como están? espero que bien.

~ Cuando escribía esto quería plasmar la esencia de lo que sentía Luhan, espero haberlo logrado!

~ Gracias por elegir leer esto y sin más molestias los dejo leyendo<3

 

A la mañana siguiente tomó su desayuno con tranquilidad, a pesar de haber dormido una larguísima siesta la tarde anterior, durmió toda la noche como un bebé. Tomó su teléfono celular y llamó a su madre casi por instinto. La dulce voz emocionada de la mujer levantó mucho más su ánimo cansado, ella hablaba casi sin parar sobre cosas innecesarias, como la comida que había hecho la noche anterior, los acontecimientos ocurridos en su teleserie favorita, y por supuesto, cuanto lo extrañaba, a pesar de no llevar ni dos días completos.


- ¿Cómo se encuentra papá y Katy?


- Bien como siempre, tu padre está trabajando y ella fue a ayudar a la abuela, me dijo "estaré todos los martes con la abuelita", ¿no es linda?


- Siempre fue tan buena con la abuela, estoy feliz de que la está pasando bien en sus vacaciones de verano.


- Dímelo a mí, ahora que no estás estaba muy triste, así que estoy feliz de que haya podido distraerse aunque sea solo los martes.


La conversación proiguió con normalidad, Luhan amaba hablar con ella estando cerca o lejos. Pero a pesar de ello, no quiso comentarle la nueva entretención que había encontrado.


La puerta secreta y el cajón "maldito" - como los había llamado en sus sueños -


Ambos se despidieron y él cortó la llamada, era un día hermoso, tan hermoso como para volver a bajar y ya con más luminosidad encontrar esa maldita llave.


- No me la va a ganar ese cajón estúpido... - el último sorbo de té sabía demasiado bien -


Lavó su taza, ordenó un poco su cama y volvió a tomar la linterna, al despertar había confeccionado una especie de palanca con ramas del exterior para la puerta secreta que no tenia nada más que la absoluta nada.


Al abrirla, el polvo no se elevó tanto como él pensaba, lo que le permitió respirar tranquilo sin sentir que su garganta se quemaba nuevamente, bajó sin dudarlo como la noche anterior por la primera escalera y apretó fuerte la segunda al casi caer por la emoción.


- Estúpido ¡estúpido!


¿Qué hubiera pasado si caía? nadie lo sabría, nadie, tal vez moriría allí si se quebraba una pierna, porque eran alrededor de 2,5 metros de profundidad que no podría subir con una pierna o brazo roto. 


Al bajar, caminó directamente hacia el elegante escritorio lleno de polvo como lo recordaba, agradece que la luminosidad del día le dejara ver todo el subterráneo sin la necesidad de prender la linterna, aunque para cosas específicas era necesaria. Miró por todas partes, revisó libro por libro, cuadro por cuadro, mueble por mueble y basurero por basurero - sí, habían unos 3 basureros diferentes - pero no podía encontrar la llave, "tal vez se la llevaron", no le gustaba ser melodramático pero el pensamiento lo desilusionó un poco, no quería romper el mueble pero... quería saber qué había dentro, tanto que no se le ocurrió lo más obvio.


Luhan se golpeó internamente para luego agacharse y revisar el escritorio por debajo y por todos lados, sus colores y texturas eran finísimas, pasó sus manos por todas ellas hasta encontrar un pequeño bulto escondido, al revisarlo con la linterna notó que era un "cajón secreto"y al abrirlo encontró la llave.


- No eran tan listos...- esas cosas eran tan típicas de esa época que se sintió un poco tonto al no recordarlo.


Tomó la fina llave, sus decorados, la forma en la que estaba hecha, a juzgar por solo verla una sola vez parecía ser de oro puro. El chico de los ojos achocolatados comenzó a pensar cuánto valdría semejante objeto si fuera a venderlo. Luego de observar detenidamente la tan preciada llave, nuevamente se agachó, pero esta vez, para estar frente a frente al cajón tan esperado por toda la noche.


Lentamente, la llave entró en la cerradura, se escuchaban los sonidos metálicos de ambos objetos tocándose y rosándose a la vez, con un solo giro, un "click", el cajón medio tembló por su antigüedad, la llave había cumplido su trabajo.


Al abrirlo algo de polvo salió, se notaba que era un cajón un poco más viejo que los otros dos, cuando Luhan miró que había dentro, encontró un simple y viejo libro. Se maldijo mil veces por esperar algo fabuloso o muchas joyas ocultas como un tesoro, solo había un viejo libro de tapa azul oscuro, antiguo, elegante como el mismo escritorio y lleno de polvo, pero con algo peculiar: cadenas.


El libro estaba rodeado de unas cuantas cadenas pequeñas que lo amarraban impidiendo ver a cualquier persona su contenido, parecían no tener candado, es como si estuvieran unidas desde el origen.


- Esto si que no puede ser... -se quejó el chico tomando el objeto con sus manos.-


Había algo en ese libro, estaba seguro, se sentía... diferente, muy diferente a los demás, no podía explicar que era así que no atinó a hacer ninguna otra cosa que llevarse el libro hacia la superficie. Nuevamente con linterna en la boca, el libro protegido entre uno de sus brazos y la otra mano en la escalera, subió hasta volver a cerrar la puerta y sentarse en su cama. Sopló el libro con fuerza y delicadeza, dejando volar todo el polvo acumulado con los años. Tenía dos iniciales grabadas en la portada: "K.M." y nada más.


Comenzó a pensar en cómo podría abrir el libro ahora, sería peligroso tratar de abrirlo con el cuchillo porque podría romperlo o rasgarlo, y un martillo definitivamente no era una opción por obvias razones. No quería pedírselo a un profesional, ese era "su" libro, él lo había encontrado, y aunque tuviera dentro de él la cosa más sosa de todas, él sería quien lo descubriría.


Nadie más que él.


Incluso trató de abrirlo inútilmente con sus propias manos, pero como se dijo con anterioridad, fue totalmente inútil. No era un chico tan paciente, se estaba desesperando con un simple objeto y eso no podía ser, pero las horas pasaban y sus demandas internas por alimento le estaban ganando la batalla. Colocó el antiguo libro sobre una almohada de su cama y sin perderlo de vista se retiró de la habitación para prepararse algo de comer, un par de huevos servirían para su hambre voraz. Abrió la boca los más que pudo e introdujo todo el alimento que podía de una sola vez, comió muy rápido, tanto que sintió unos leves mareos que lo descolocaban. Lavó los platos, lo sucio y se sentó unos minutos en el sillón tratando de reposar un poco todo lo que había comido.


- Soy idiota...


Al sentirse listo se estiró unos segundos y caminó nuevamente - como por octava vez durante su corto período de tiempo en la casa - a la cocina. Tomó varias herramientas que había dejado allí la noche anterior en caso de emergencia, incluso tomó cosas que su madre le había regalado que no sabía ni para qué servían, pero tenían la apariencia necesaria para que el chico se convenciera. Con sus manos cargadas de muchas - e innecesarias - cosas escuchó su campana de viento sonar.


Al entrar a su habitación sintió que algo era diferente, no sabía qué pero algo había cambiado, dejó todas las cosas sobre la cama y al tomar el libro se sorprendió bastante, se podría decir que hasta se aterró por completo.


El libro permanecía con las cadenas.


Pero estas estaban abiertas.


¿Cómo era eso posible? soltó el objeto casi por instinto, una combinación de pánico, terror y sorpresa. Su campana de viento seguía sonando a un lado de él, había olvidado cerrar las ventanas y una brisa lo envolvía con fuerza. Pensó en llamar a su madre, contarle toda la historia e irse de inmediato, digo, ¿qué diablos había pasado? esto no era normal ni con mucho alcohol en la sangre.


Pero no podía dejar la casa que había anhelado por tantos años, simplemente no podía.


Se sujetó de su armario cuando notó que estaba comenzando a hiperventilar y desvanecerse. Con su mano y cerrando los ojos se calmó mentalmente para luego calmar su agotado cuerpo, lentamente había vuelto a la normalidad, aún con temblores de a poco lo racional volvió a su cerebro y su lado más curioso tomó el poder de su mente.


Debía revisar qué había dentro del libro.


Sin notarlo, en sus manos temblorosas ya se encontraba nuevamente aquella cosa - porque no se le podía llamar de manera diferente - siendo sujetada con fuerza, casi queriendo romperlo el chico suspiró pesadamente, más que en otras ocasiones. Se sentó en la cama comenzando a temblar con más fuerza.


- Oh no Luhan cálmate... tranquilo...


¿Cómo podría calmarse? todavía no entendía del todo lo que estaba pasando, digo, ¿esto era una broma? realmente lo era ¿no? miró a sus alrededores buscando inexistentes cámaras que le devolvieran la cordura, poco a poco Luhan comenzó a pensar que tal vez haber entrado a aquel cuadrado oscuro en el piso de su nueva y antigua casa fue la peor decisión que había tomado jamás.


- Te estás adentrando en algo que no necesitas Luhan, aléjate de ese libro, devuélvelo al cajón y todo habrá terminado.


- Ya nada terminará, ya lo encontraste, ya lo viste abrirse, nada volverá a ser como antes y lo sabes... solo debes terminar lo que empezaste.


No reaccionó hasta que se dio cuenta que una lágrima recorría su mejilla, estaba asustado pero... siempre había un "pero". Respiró pesadamente de forma reiterada esperando volver a calmarse para continuar.


Él comenzó esto, él debía terminarlo.


Pasó su mano sobre las cadenas y la gruesa tapa de este, sentía como se tensaba con el tacto, pero algo lo relajó en un segundo. El "aura" que envolvía el libro lo envolvió también a él, una nube de tranquilidad atacó su necesitado corazón y las lágrimas se secaron, comenzó a sentir seguridad y confianza, la suficiente para acabar pronto con todo esto. Abrió la tapa del libro para ver que tenía la primera página, en ella solo había una línea que podía ser leída.


"La traición es algo que pagarás con tu alma"


Perfecto, ya no quería seguir, toda su confianza se fue al carajo con esa simple y directa frase, los escalofríos habían vuelto a su cuerpo, estaba tan cerca y tan lejos a la vez de saber que mierda pasaba con esa cosa y porque estaba tan oculto que lo aterraba, cerró sus ojos con fuerza y dio vuelta a la página.


Su visión se encontró con una hoja totalmente en blanco, cambió una página tras otra y solo encontraba páginas en blanco. Comenzó a desesperarse, página por página las cambiaba para no perder ningún detalle pero no había nada que observar. Páginas de un blanco tan puro y extraño para su época era todo lo que podía ver.


- ¿Qué mierda...?


¿En serio? ¿tanto para nada? comenzó a reír descontroladamente sintiendo como algunas lágrimas recorrían sus mejillas por la rabia y el relajo que sentía, ese era solo un maldito libro de broma que el antiguo dueño o incluso sus propios padres habían dejado allí para que el chico se divirtiera y no estuviera tan solo.


- Malditos todos... - continuó riendo a carcajadas - los odio, de verdad los odio...


Sus carcajadas resonaban en toda la habitación. Eran algo escalofriantes para cualquier persona que las escuchara y no conociera la situación. Alocadas, sin sentido, casi sin aire y a gritos. Tiró el libro al suelo de manera violenta, no quería saber nada más de él, lo odiaba, lo odiaba con su alma.


Pero después de las tan tenebrosas carcajadas, llegó lo inevitable.


- ¿Qué estoy haciendo?


Su voz, brazos, piernas, manos y cuerpo entero comenzaron a temblar nuevamente, casi sin control, su mirada se nubló y él ya sabía lo que vendría.


- Me veré ridículo...


Comenzó a llorar, comenzó a llorar con tanta fuerza que su garganta dolía. Las lágrimas corrían con fuerza y sin intención de detenerse en al menos un par de horas, aún en esa situación volvió a tomar el libro del suelo y lo abrazó nervioso. Nunca se había visto en esa situación con anterioridad pero, era inevitable, el truco de las cadenas que se habrían estaba tan bien hecho que él, la persona a la que más le costaba sorprenderse en comparación a los demás - a excepción de los ratones, los ratones siempre lo habían sorprendido no importa en que situación esté - se la había creído completamente, y podría apostar que no se había orinado encima porque simplemente no había nada de orina en su interior en ese momento.


No sabe cuánto tiempo estuvo llorando abrazado a esa cosa antigua y llena de polvo, pero cuando se calmó y vio sus ojos hinchados y rojos, decidió que era suficiente por hoy, y que debía relajarse un poco y descansar por su salud.    


El maldito objeto sin vida le había ganado..

Notas finales:

Luhan nena.

~ ¿Qué les pareció? sé que es una pregunta cliché pero es necesaria ;-;

~ Luhan le tiene un gran amor a esa casa, si esa hubiera sido yo me mato, bai mundo(?

~ Bueeeeno, casi nunca tengo muchas cosas que decir o comentar, solo que - reiterando ¬w¬ - si quieren dar una opinión positiva, negativa, una pregunta, o una corrección ortográfica(? - si, las necesito - por favor dejar un lindo review, porque todos son lindos<3

~ Muchas gracias por elegir esto y nos leemos en 4-5 días más jojojo<3


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