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Las cruzadas por yue-sama

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Notas del capitulo:

hola, hola!!!

TEGO DOS AVISOS IMPORTANTES!!!

primero, no creo actualizar el martes proximo estoy en periodo de examenes, espero que puedan comprender.

segundo, este cap esta narrado por naru!!

otra cosita antes de comenzar.

por favor a las que no les gusta el GaaNaru por favor no leer ghasta el final si quieren, solo evito que haya una confrontacion.

espero les guste .

Narra naru!!!

 

Solo pude sentir una pulsación de dolor en mi cabeza, estaba un poco enojado, Gaara nunca se quedaba atrás cuando se trataban de cosas pervertidas, y ahora estaba ahí parado, viéndome con grandes ojos de perro, como si esperara algo de mí.

 

¡¡Estaba avergonzado!! Por Dios, cómo se atrevía a comprarme todo eso, una tanga para doncel… nunca, pero nunca en mi vida ocupe una, vale, cuando dije gato solo me refería a unas orejas, y podían ser muy realistas si quería pero nunca ofrecí un espectáculo privado, con todo y lencería.

 

 

Quería golpearlo hasta matarlo para luego revivirlo y volver hacer lo mismo, suspiré y el dolor de cuerpo volvió a mí, metí todas las prendas en la caja y se la arrebate, este me miro con burla, me agarré bien la toalla y me dirigí hacia el baño.

 

 

—¡¡Oyee!! Pero quería verte.

 

 

—Cállate —rugí por lo bajo y Gaara sonrió, jodido seas, te encanta humillarme—. Cabrón.

 

 

—Huy que boquita tienes, creo que sé cómo la mantendré bien ocupada, ¿no crees gatito? Te gusta la lechita ¿no?

 

 

Eso fue todo, mis mejillas se encendieron y quise aventarle cualquier cosa pesada para partirle la cabeza. ¡¡Maldito pervertido!!

 

 

Me metí al baño, cerré de un gran portazo y le dedique a la puerta la mirada más iracunda que tenía.

 

 

Bien Naruto, es fácil, es como ponerse ropa normal.

 

 

Mierda que no, solté la toalla y termine de secarme, agarre la tanga y me la puse, se me pegaba demasiado en lugares incómodos.

 

 

—Vaya, ahora veo porque nunca me gustaron, pensé que había sido un trauma al ver a mi mama con una ja, ja, ja —paro de reír—. Mama… —quito esos pensamientos para volver a concentrarme en el presente.

 

 

Agarré las medias y las comencé a subir con cuidado para no romperlas, llegaban hasta la mitad del muslo y eran medio negras, agarré el baby doll y suspiré resignado, me lo puse, no estaba tan feo, aunque apenas tapaba mi trasero, no puedo decir que el rojo me quede bien, pero ya que, era medio transparente, me arregle mejor el vestidito, y saque lo último de la caja, las orejas de gato, me las puse eran peluditas y bonitas, me di una mirada en el espejo, me veía como toda una put… Vale si esto es sensual, pero a mí no…

 

 

Los golpes en la puerta del baño me sacaron de mis pensamientos.

 

 

—Oye ya llevas más de 15 minutos ahí adentro, bueno que digo 20… espero que ya estés listo.

 

 

—Vale.

 

 

No me había percatado de cuánto me había demorado, todavía luchaba con mi pudor al querer salir vestido así, agarré el pomo y estaba a punto de girarlo pero el pudor pudo más.

 

 

—Narutito, ¿te agarra la penitis?

 

 

—No existe eso —dije fuerte—. Es muy vergonzoso.

 

 

—Me muero por verte así…

 

 

—¿Cuantos ocuparon esta cosa? —dije apenado.

 

 

—Ammm vale, unas cuantas…

 

 

—¡Qué asco! — estaba por quitármelo pero él me detuvo.

 

 

—Oye, solo ocuparon el conjunto de arriba, compre una tanga nueva para ti —dijo orgulloso.

 

 

Era tan idiota, no tuve de otra más que abrir y lo primero que recibí fue un flash, el muy idiota me estaba…

 

 

—¿Me acabas de tomar una foto?

 

 

—Oh yes —dijo viendo su celular—, esto se quedará guardado en mi celular.

 

 

—¡Borra eso, ya! –exigí.

 

 

—Oh no nene, ahora pasémoslo bien.

 

 

No iba a permitir que difundiera esa foto por ahí, salí corriendo y me le aventé encima, él era más fuerte que yo así que mi impacto no le hizo nada, comenzó a reírse y levantó su celular fuera de mi alcance, odiaba ser un enano, comencé a saltar pero aun así no lo alcanzaba.

 

 

—¡¡Cabrón dame eso!!

 

 

—Después bro, si haces bien tu trabajo te lo daré —vi cómo bloqueó su celular, ahí iba mi oportunidad de borrar mi foto, se separó de mí y dejó el celular en el velador, él se sentó en la cama—. ¡¡Caramba bro!! Te ves fantástico.

 

 

—Ya lo sé.

 

 

—Nada humilde, ahora date una vuelta.

 

 

—¿Vas a cumplir tu fantasía sexual?

 

 

—Tal vez, no lo sé… ¿Estás dispuesto?

 

 

—¿Estamos jugando al gato y al ratón? —solo vi como sonrió, me daba mala espina pero qué más da, ya había aguantado a Gaara en sus fetiches así que no importaba—. Vale, acepto.

 

 

—Genial, ahora tócate un poco.

 

 

—¿Vamos a ser amo y esclavo?

 

 

—Mantente en silencio, solo puedes gemir y gritar, tal vez decir mi nombre así que ya no preguntes.

 

 

—Vale.

 

 

Ahí vamos, comencé a tocarme un poco, veo sus ojos verdes fijo en mi figura, se acomodó mejor en la cama, yo pasé mis manos por mi cintura bajando por mis caderas, subiendo un poco el vestido dejando ver un poco de la tanga, él sonrió gustoso, seguí tocándome suavemente, por mis muslos, delineando las medias, una de mis manos la llevé a mi pezón, apretándolo sin mucha ganas, no sentía absolutamente nada si era yo el que lo hacía pero sabía que a Gaara le gustaba, pude ver como sus ojos relampaguearon con deseo.

 

 

—Date vuelta y déjame ver ese hermoso trasero.

 

 

Me di la vuelta y se lo enseñé comencé a menear suavemente mi cadera y lo escuché suspirar, ah que era un pervertido, puedo apostar que ya está caliente y duro como un vara.

 

 

Me agache un poco dejando ver mi trasero.

 

 

Pinchis hijo de su madre me voy a ir al infierno por esto.

 

 

Pase mi mano por una de mis nalgas jalando un poco la tanga.

 

 

—Ven aquí —me acerqué con cuidado y vi como separaba sus piernas, me hinqué y tomé su pantalón con mis manos para desabrocharlo—. Sin manos.

 

 

Quise golpearlo pero me contuve, acerqué mi boca y como pude bajé su zíper y logré sentir lo duro que estaba, sonreí de lado, comencé a lamer encima de su bóxer, podía sentir lo ansioso que estaba porque mi boca se comiera ese pedazo de carne, Gaara me ayudo a bajarse el pantalón y el bóxer.

 

 

No quise mirarlo a la cara, solo me dedique a comenzar a lamer su pene, era pálido al igual que él,

 

 

—Lámelo y después métetelo en esa boquita sucia.

 

 

Agarre sus testículos y les di una jalada, el pegó un respingo por el dolor, y sus ojos verdes se oscurecieron, metió uno de sus dedos a mi boca haciendo que la abriera para después meter su pene con fuerza, casi me atraganté, comenzó a mover sus caderas imponiendo un buen ritmo, lo escuché jadear, chupé con fuerza y el agarró mi pelo siendo un poco rudo, mi cuerpo se llenó de calor.

 

 

—Mírame.

 

 

Levante mi mirada y el aire se me fue al ver como saca otra foto, ¡¡le estaba comiendo el pene y se atrevía a sacarme una foto así!!

 

 

Iba a apartarme pero hundió todo su pene y gimió ronco, estaba quedando sin respiración y mi boca ya dolía pero Gaara seguía, relajé lo más que pude mi boca y seguí lamiéndolo y de vez en cuando chupándolo.

 

 

Lo sentí estremecerse, su pene cada vez se ponía más duro, cuando terminó su momento de satisfacción personal, soltó mi cabeza y la alzó, haciendo que lo viera, mi saliva corría por mi barbilla, Gaara se acercó y la lamió hasta llegar a mi boca y besarme, su lengua entró y buscó la mía, su mano se posó en mi nuca ajustándome para que no escapara, sus labios posesivos arrasaban los míos, tan caliente y fogoso, mordió mi labio haciéndome jadear por el dolor.

 

 

Quería aire pero sus besos hacían que no quisiera despegarme, pude sentir como su mano libre comenzó a bajar lentamente por mi espalda, llegando hasta mi trasero, bajo un poco más y metió su mano entre mis muslos tocando mi entrada sobre la tela, gemí y eso le gusto.

 

 

—Abre más las piernas, si así.

 

 

Siguió presionando, sobándome así lento y sensual, se separó un poco de mí para ver mi cara, presionó más fuerte, y mi pene se puso duro, hasta el punto de ser doloroso.

 

 

—No aguanto, duele —pronuncie bajito, solo para él.

 

 

Mis rodillas dolían, ya había estado por mucho tiempo con ellas apoyadas en el suelo, Gaara me soltó y me indicó que me levantara y me acostara en la cama, pude ver como se quitaba la camisa, dejando ver su cuerpo —no cualquiera tiene su cuerpo—, se terminó de quitar el bóxer y el pantalón quedándose desnudo para mí. Se subió a la cama y me miró.

 

 

—Abre las piernas —cuando lo hice él se puso entre ellas y se dirigió a besarme, le recibí de la misma manera que él, comenzó a restregarse contra mí, yo suspiraba entre besos, su pene erecto se rozaba con el mío sobre la tela haciendo fricción humedeciendo la tela, quería moverme pero su cuerpo no me dejaba.

Sus labios húmedos siguieron el camino de mi cuello, tocando mi piel sensible, haciendo que me estremeciera y temblara, sus dientes me maltrataban pero su lengua aliviaba dejando ese camino húmedo, chupó con fuerza y gemí.

 

 

Sus manos se colaron apretando mi trasero, arqueé la espalda y él siguió su camino hasta llegar a mis pezones, apartó un poco el baby doll hasta sacar mi pezón y comenzar a besarlo, su mano libre se coló por mi tanga, tocando mi piel, haciendo que mi cadera chocara más contra su pene, mordí mi labio y él chupó mi pezón, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo,

 

 

—Mmhm…

 

 

Mordió con fuerza y casi lo golpee por ser bruto pero el agarro mis brazos inmovilizándome y comenzó a frotarse más fuerte, casi dolorosamente, mis piernas comenzaron a temblar y los gemidos se salían de mi boca, sus labios volvieron a los míos y los succionó.

 

 

Estaba caliente y la fricción me estaba matando, quería liberarme pero no pude.

 

 

Volvió a mi pezón y jugó con él hasta dejarlo sensible, rojo y erecto, lo podía sentir palpitar.

 

 

—Te voy a soltar pero nada de movimientos bruscos —lo mire mal y él sonrió—, sí, así me gusta, una mirada sucia…

 

 

Aparté la mirada apenado. El aire se me fue al sentir como agarraba mi pene y comenzaba a pajearmelo, de arriba a abajo, sintiendo cuán húmedo estaba, arrebató la tanga que tenía dejándome desnudo, el vestido apenas cubría lo necesario y mi pene se miraba, no dejo de verme mientras me lo hacía, haciendo que abriera más mis piernas para ver mi entrada. Se relamió los labios se metió entre ellas y comenzó a besar mi pelvis, su lengua se paseaba por ahí, sacándome más suspiros, medio paso su lengua por mi uretra y se alejó rápido, rasgó las medias y besó mis muslos, para después morderlos dejándome un marca de dientes que estaba seguro no se iba a quitar pronto, entre más gemía él se encendía más.

 

 

—Ahh, mmhm —estaba por acabar.

 

 

Esa mano del demonio no dejaba de jalármela, me sentía acabar, mi cuerpo estaba un poco tenso, cuando sentí su lengua en mi entrada fue todo, me contraje y me vine, me quedé sin aire y traté de recuperarlo rápido, abrí más las piernas para sentirlo, su lengua jugueteaba con mi entrada, mmh delicioso, mis caderas comenzaron a moverse pidiendo más y él sabía que con su lengua no me lo daría.

 

Pude sentir un dedo entrar, me retorcí gustoso y él lo notó, se levantó y volvió a estar frente a mi cara, un segundo dedo entró y volví a gemir, sus ojos verdes lujuriosos me miraban y muy cerca de mis labios dijo.

 

 

—Estás ronroneando gatito. Te gusta esto verdad.

 

 

Sus dedos tocaron mi próstata

 

 

—¡¡Ahhh!! Mmhh Gaara…

 

 

—Oh si nene, así —siguió tocándome hasta hacerme cerrar los ojos y pedir por más, un tercero se abrió camino y yo estaba preparado para algo más.

 

 

Sacó sus dedos me levantó como un trapo y comenzó a quitarme el baby doll, dejándome solo con las medias medio rotas, me acomodó las orejas de gato y volvió a acostarme, se inclinó más sobre mi cuerpo en busca del preservativo y el lubricante, estaba ansioso quería sentir su pene en mí, cerré los ojos esperando, cuando lo sentí acomodarse entre mis piernas de nuevo abrí los ojos y vi cómo se ponía el preservativo y lo untaba de lubricante, aunque mi interior ya estaba húmedo, a la espera de él.

 

 

—Sabes nene, esto no está completo todavía —dijo pensativo—. ¿No crees qué te falta un cascabel?

 

 

Reaccioné, ¿qué me hacía falta el qué? Vi lo que tenía entre sus manos, un collar con un gran cascabel en medio, estaba loco si me pensaba poner eso pero no pude hacer nada cuando me penetró de un solo movimiento mientras me ponía el collar, gemí adolorido todo mi cuerpo tembló y me sentí lleno, estaba más grande de lo acostumbrado, abrió mis piernas rudamente y comenzó a moverse, no me dio tiempo, él gemía ronco cerca de mi oído mientras en cada estocada que me daba el cascabel sonaba, me estaba partiendo en dos y me gustaba, su pene entraba y salía a un ritmo constante y profundo, sus labios comenzaron chupar mi otro pezón y volví a arquearme.

 

 

Todos eran sonidos pecaminosos, mis gemidos con el tintineo, los jadeos roncos de él, el chapoteo de mi parte intima cuando su pene entraba.

 

 

Mi Dios, si, así, sigue…

 

 

—Oh bro, tu interior es… Mhhm me está succionando.

 

 

—Sí, Gaara entra más en mí.

 

 

—Como te pones, maldición.

 

 

Comenzó a penetrarme más fuerte mientras mordía mi pezón.

 

 

—¡¡Joder!! Gaa-a ahh

 

 

—Si así precioso.

 

 

Sus manos se posaron en mis caderas alzándolas un poco, con eso encontró mi próstata y comenzó a darle ahí sin descanso, apenas podía cerrar la boca, mis ojos estaban nublados, odiaba el tintineo pero a Gaara le gustaba, enrede mis piernas en sus caderas y él apretó las mías, mi pene hace mucho que estaba goteando y estaba seguro de que me iba a venir sin necesidad de que me tocara.

 

 

—M-más despacio.

 

 

—Te gusta así de rudo, así de sucio, vamos nene acéptalo —lamió mi mejilla y sus penetraciones cambiaron a unas lentas pero aun así fuertes, quedé sin aliento, y me vine.

 

 

Dos veces… Dos malditas veces en una noche.

 

 

El respiró entrecortado y volvió a las mismas, lo sentí tensarse varias veces, alzó una de mis piernas y la puso en su hombro, mordía mi muslo mientras me lo metía duro.

 

 

Mordí mis labios, diablos…

 

 

Vamos acaba ya, no quiero ponerme duro de nuevo.

 

 

No soportaría venirme una tercera vez, soy doncel carajo…

 

 

Cuando dejó de moverse supe que había acabado, salió de mí y se quitó el preservativo, se puso encima de mí dándome una clara vista de su pene frente a mi cara, comenzó a masturbarse y supe lo que haría, lo maté con la mirada pero aun así no pude evitar que se viniera en mi cara.

 

 

Apretó mis mejillas haciendo que abriera la boca, parte de su semen cayó dentro y la otra resbaló por mis mejillas.

 

 

—El gatito al fin recibió su lechita.

 

 

Suspiró satisfecho y se quitó de encima para aventarse en la cama como niño pequeño abrazando una almohada mientras me sonreía.

 

 

Trate de limpiarme pero Gaara salió corriendo al baño y trajo una toalla mojada para luego limpiarme la cara.

 

 

—Eres un maldito pervertido —me quité las orejitas y el cascabel y los aventé lejos de mí—. No pienses que esto se repetirá.

 

 

—Vale, me queda el recuerdo —dijo señalando su celular. Casi me arranco el cabello por la frustración.

 

 

—Dijiste que las borrarías.

 

 

—¿Qué? —dijo inocente— ¿Cuándo dije eso? Creo que no salió nunca de mi boca.

 

 

—P-pero…

 

 

—Tengo muy buenos planes para estas fotos, así que tranquilo nene.

 

 

—Quiero golpearte.

 

 

Me levanté, ahora tendría que bañarme de nuevo, mi entrada estaba abierta y resentida, ya tenía un buen rato sin tener nada de sexo, me quité las medias mientras Gaara veía todo.

 

 

—Estuviste delicioso.

 

 

—No te quedas atrás —dije sonriendo.

 

 

 

—Por lo menos así se te quita el mal genio y quizás duermas mejor.

 

 

Sí quizá sí, lo que Itachi había encendido en mi cuerpo Gaara lo apagó, o eso es lo que me gustaría pensar.

 

 

¿Cómo se sentiría hacerlo con Itachi?

 

 

¿Sería rudo? ¿Sería gentil?

 

 

Oh diablos, no, me tire en la cama y aventé a Gaara de ahí.

 

 

—Es mi cama lárgate.

 

 

—Perooo… —lloriqueó.

 

 

—Haces el desayuno a cambio.

 

 

—Tramposo.

 

 

Solo se acostó en silencio y eso fue como la victoria, era una aceptación silenciosa, me tapé y él igual, estaba cansado, como dije había sido un día largo, así que nada más cerré los ojos me dormí gustoso.

 

 

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Me desperté un poco desorientado, el sol no era tan fuerte, me levanté perezoso, sentía mi cuerpo liviano y complacido, sí, ayer había sido un buen sexo, vi a la par y Gaara ya no estaba, me estiré y traté de arreglar mi pelo, me levanté y fui al baño a lavarme la cara, viéndome en el espejo, tenía marcas de besos por todos lados, las mordidas en mis muslos me dolían, quizá hasta se me hiciera un moretón, agarré mi bata y me la puse. Salí del cuarto y vi a Gaara tirado en el sofá comiendo palomitas mientras miraba un película.

 

 

—¡Oye! ¿¡Dónde está mi comida!?

 

 

El volteó a verme y señaló el reloj, ¡¡Dios mío!! Era ya pasada la tarde, ¿había dormido tanto?

 

 

—Ves un buen sexo te dejó fuera de combate amigo —comenzó a reírse.

 

 

Lo ignoré y fui por un vaso de agua, comencé a pensar un poco, que bien ya era viernes, día de descanso y podría ver a mi…

 

 

¿Viernes?

 

 

¿Era viernes?!

 

 

—¿¡¡Es viernes!!?

 

 

—Si es vienes —me miró—. ¿Qué te pasa? ¿Te pusiste inquieto rápido?

 

 

—T-tengo cosas que hacer —mentí.

 

 

No quería decirle que tenía que encontrarme con saber quién en un café, además ¡¡ya iba tarde!! Ese café quedaba lejos de mi casa. Salí corriendo al baño y tomé una ducha rápida, traté de alistarme en tiempo récord pero no estaba funcionando, me caí un par de veces dándole gusto a Gaara que se reía viéndome.

 

 

Agarré lo necesario y salí corriendo, pedí un taxi y le di la dirección, ese café quedaba lejos, el viaje me dejó pensar si estaba haciendo lo correcto.

 

 

¿Y si el que me citaba era algún maniaco?

 

 

Estaba un poco asustado y no sabía qué hacía en un taxi yendo a ese café.

 

 

Agarre mi celular y comencé a dudar si mejor llamaba a Gaara para decirle algo, así si desaparecía del radar del mundo él cuidaría de Sakuya.

 

 

Cuando al fin llegué vi el reloj eran las 8 en punto, le pagué al señor y me arreglé la ropa, el clima estaba un poco frío así que me puse la bufanda y caminé decidido hacia el café.

 

 

Era un poco caro y solo personas con dinero podían entrar, era como para la élite.

 

 

—Disculpe señor, ¿tiene reserva?

 

 

¿Hay que hacer reservas para un café? ¿En serio? Me contuve para hacer alguna mueca y solo negué con la cabeza, ella me vio e hizo un gesto de desaprobación, como odiaba que el mundo te juzgara de esa manera.

 

 

—¿Cómo se llama?

 

 

Eso importa… pensé.

 

 

—Naruto Namikaze.

 

 

Ella comenzó a revisar en la computadora y después de un rato dijo:

 

 

—Sí, aquí está, pase por aquí.

 

 

No puedo decir que no me sorprendió. ¡¡Tenía una reservación!! Caminé detrás de la chica y esta me condujo por todo el local, era enorme y lujoso, grandes candelabros caían de los techos, había adornos de oro, y el dulce olor del café y de los deliciosos pasteles.

 

 

—Es por ahí.

 

 

Me señaló la mesa y solo pude ver un hombre de espaldas, mis nervios se crisparon, no era Sasuke… No era nadie que conociera, tenía cabello castaño largo amarrado en una cola en alto.

 

 

Me acerque dudoso y toqué su hombro, este ladeó la cabeza y pude ver su perfil.

 

 

¡¡Dioses!! Casi gritó.

 

 

—Naruto cuanto tiempo…

 

 

Vi cómo se levantaba y no pude evitar mirarlo, cuanto había cambiado, él quiso abrazarme pero yo no reaccioné, estaba sorprendido.

 

 

—N-Neji…

 

 

—Si Naruto soy yo.

 

 

—Oh mierda.

 

 

Y él sonrió.

Notas finales:

les gusto??

me lleve 9 pag de word en el lemon...

espero que les haya gustado este el es

baby doll, que ocupa naruto.

vestidito.

es una mujer porque busque baby doll para hombres y jajajaja salieron cosas unicas, solo se tapan sus queridos penes, si tienen curiosidad busquenlo XD

les quiero pastelitos.

nos vemos.


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