—No es gracioso me duele…
—¿El qué? —dijo ya sin ganas.
—Ya sabes, fuiste muy rudo.
—¿Qué? —se levantó de la cama, totalmente desnudo y se acercó a la chica pelos de chicle para su gusto y la sujeto de la cara muy fuerte haciendo que lo viera—. ¿Muy fuerte para la vagina virgencita que te andabas?
—…
Sakura se sentía humillada con esas palabras, acaba de entregarse a su prometido, con el cual compartiría el resto de sus años viva, el que sería el padre de sus hijos, pero esas palabras le habían lastimado, eso había sido especial para ella, era su primer hombre en todo.
—Agradece que te la quité —y la soltó—, es un privilegio acostarse conmigo.
—Fui la primera —dijo con estrellas en sus ojos.
—Puff —se rió en su cara, alejándose—. ¿La primera? No eres la primera y no serás la última niña estúpida —se burló de ella mientras se ponía sus pantalones y se vestía rápido.
—¿¡Qué!? —dijo con la voz temblorosa—. P-pero tú me dijiste que…
—¿Qué te amaba? ¿Qué eres especial y que todo iba a ser un cuento de hadas? —la chica asintió—. Bien no lo niego, pero es que, uff, se me da muy bien mentir ya sabes…
—Sasuke…
—Es muy duro fingir lo que no soy, pues aquí está pequeña idiota, ésta es mi verdadera cara. ¿A poco no te gusta? Ja, ja, ja.
Sakura tembló completa, se sentía muy estúpida y dolida, cuando vio que Sasuke iba a salir por la puerta corrió tras él y se lo impidió poniéndose en frente, estaba desnuda y muy apenada, pero solo quería arreglar las cosas con Sasuke, ver si algo que ella había hecho le había enfadado y por eso se comportaba como lo estaba haciendo
—Apártate estúpida.
Sasuke la empujó y cayó arrodillada junto a la puerta así que no pudo hacer nada cuando Sasuke se había ido.
Se sentía vacía, muy sucia de hecho, el tipo estaba completamente loco, ahora se daba cuenta de lo ingenua que había sido y si sus papás se enteraban la desheredarían, una condición para mantener su fortuna había sido siempre, el llegar virgen al matrimonio y ella ni siquiera tenía un anillo de compromiso en su dedo todavía, había sido tan rápido, había caído en la magia divina de ese hombre hermoso y despiadado. Era una belleza casi cruel.
Entró al baño y se bañó lo más rápido que pudo, restregando su delicada piel hasta dejarla roja mientras lloraba de frustración, por lo menos agradecía que ocupara condón.
Ahora tenía que pretender que nada había ocurrido y ya.
Asunto arreglado.
*
*
*
Asunto no arreglado.
Estaban todos reunidos en la mesa y todos la miraban a ella, como si notaran todo lo malo que había hecho una semana atrás, había estado confiada ya que nadie había sospechado nada y Sasuke no había abierto la boca, pero ese mismo día tenían una cena con los Uchiha y ahí estaban todos, bueno menos los hermanos Uchiha.
Mikoto alegaba que Sasuke estaba a punto de llegar pero aun así no dejaron de verla y eso la ponía nerviosa.
¿Tenía una lechuga trabada entre los dientes? ¿Apestaba? ¿Se había puesto mal el lápiz labial?
Que condenados tenía para que la vieran así.
Su padre tenía la mirada muy seria, y eso la ponía a temblar.
Cuanto la puerta de su casa fue abierta bruscamente se asustó, por ella entraba un colérico Sasuke, quien era arrastrado por uno de los guardaespaldas de la familia Uchiha.
—¡¡Déjame cabrón!! ¡¡¡Déjame idiota!!!
Cuando el hombre lo soltó, Sasuke lo fulminó con la mirada y arregló su ropa para imponerse como el hombre que era.
—¿¡Qué demonios quieren!? —rugió enojado viendo a sus padres sin importarle que hiciera un escándalo delante de sus futuros suegros.
—Te dijimos que teníamos la cena hoy —dijo calmada Mikoto.
—¿Crees qué me importa?
—Pues debería —dijo Fugaku.
—¿Creen que voy a casarme con esa pelos de chicle? Están mal… ¡¡Muy mal!!
—Respeta a mi hija —dijo la mamá de Sakura.
—Ja, ja, ja —se rió en su cara—, pues no quiero una perra en celo.
—¿¡Qué!? —dijeron alarmados los padres de Sakura, esta abrió sus ojos sorprendida y otra vez se sintió dolida, no se merecía que la tratara así, ella era un ser humano.
—¿Quién me garantiza que no le abrirá las piernas a otros hombres mientras está casada conmigo?
—Ella es virgen y honorable, joven —dijo la mama siendo educada.
—¿Qué? —dijo cínico—. ¿Acaso no les dijo? —sus papás se vieron confundidos—. ¡Oh! no les dijo —aseguró—. La muy perra me abrió las piernas hace una semana, ¿no cree que fue rápido? No quiero chicas rápidas —dijo molesto—, así que rompan el contrato. No me caso.
Y así comenzó a caminar sin importarle nada.
Sakura estaba temblando, sin poder ver a sus padres, sus miedos más temidos se habían hecho realidad y de la peor manera, comenzó a llorar, se sentía la peor mujer del mundo.
Levantó la mirada y pudo ver como Sasuke le sonreía de lado, viéndola directo a los ojos con los suyos llenos de superioridad y egocentrismo.
Quería gritarle en la cara de lo que se iba a morir pero no hizo nada, los Uchiha se fueron y los dejaron solos, ni sus papás ni ella se habían movido.
Levantó la mirada y vio a su madre llorando mientras que su padre la mataba con la mirada para luego levantarse de donde estaba acercarse a ella y darle una cachetada muy fuerte, haciéndola llorar más.
—Te vas de esta casa, ¡no muestres tu desvergonzada cara aquí nunca más! ¡¡Fuera!!
Y se fue sin más.
Su madre no fue mejor, solo se había ido sin mirarla y eso le había dolido mucho.
No supo cuánto tiempo pasó pero toda ella temblaba cuando se levantó, vio a una mucama dejando una simple maleta en la puerta y le indicó que se fuera.
Esa maleta no tenía ni la mitad de sus cosas, quiso ir por más de ellas pero la mucama la detuvo.
—Lo siento señorita su madre dejó dicho que nada más eso, perdóneme —la mucama la miraba con pena, estaba tan avergonzada y enojada con Sasuke.
Agarró la maleta y salió de su casa.
—¡Maldita sea la hora en la que te conocí Sasuke Uchiha! Ésta me las pagarás, lo juro porque llevo el apellido Haruno, maldito bastardo.
Y así había acabado su dinero y su familia, después de eso, su familia había desaparecido del mapa dejándola completamente sola. Había sido duro sobrevivir en la calle, pero lo había lograda y así durante esos años siempre tuvo en la cabeza al hombre que tanto odiaba y que tanto mal le había causado.
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Actualidad…
Ahora temblaba, temblaba como hace años, viendo como Sasuke se acercaba a ella, salió corriendo, no quería que Sasuke le pusiera una mano encima pero no contó con que Sasuke fuera mucho más rápido que ella.
Oh Dios, no…
Le dio un empujón muy rudo que hizo que cayera y precisamente su suerte era una mierda, porque cayó en un callejón muy oscuro y sin nadie a la vista que pudiera ayudarla.
Sintió el fuerte jalón de Sasuke en su cabello y la levantó bruscamente.
—Maldita perra, jodiste mi carrera.
—Jodiste mi vida —escupió las palabras y le arañó la cara en un intento de escapar y eso fue todo para hacerlo explotar.
—Y no me arrepiento, ¿crees que no me enteré de cómo hacer para cancelar el matrimonio? Sabía que si te quitaba esa virtud que tan orgullosamente cuidabas te joderían todo; ja, ja, ja y así fue, no soy alguien a quién pueden encadenar, de ser así, tú, eres muy poca cosa comparada con él —dijo murmurando.
Sakura se sorprendió…
—¡Suéltame imbécil! —se quejó cuando Sasuke volvió a jalarle el cabello—. Nadie es mejor que yo.
—No le llegas ni a los talones —dijo enojado— y por tu culpa lo deje en el hospital pensando que él había hecho esto.
—No me arrepiento, ni siquiera porque tu angelito —dijo burlándose— salió lastimado.
Sasuke endureció la mirada y le dio un golpe en la cara con su puño haciendo que Sakura gritara y cayera con fuerza al suelo sin poder levantarse.
—Esto es poco para lo que te mereces perra.
Y le dio un pisotón en el estómago dejándola sin aire.
Sakura se quedó sollozando en el suelo y con su vista borrosa pudo ver como Sasuke se iba por segunda vez dejándola a su suerte sin importarle ni un poco. Y lo cierto era que le dolía más saber que Sasuke nunca se fijara ni la querría a ella.
Lloró colérica y frustrada.
*
*
*
Había pasado tres días investigando el caso de ese rubio que había llegado a poner una demanda, y no le había gustado mucho lo que había hallado, a veces no le gustaba para nada equivocarse pero al parecer si se había equivocado, porque habían hechos que lo comprobaban, había estado hablando con los vecinos y estos le habían informado que su joven defendido había estado en el hospital por más de un semana gravemente herido pero no sabían más que eso, así que por eso estaba ahí. Estaba en el hospital.
Resopló un poco y se aflojó la corbata, a veces ser apuesto le daba muchas ventajas, se adentró a paso seguro y cuando llegó a la recepción hizo su mejor cara y pose de galán para el doctor que estaba enfrente de él, pues todos los donceles se volvían locos por él pero grande fue su sorpresa al notar que el doctor no era doncel, era un varón y este le fulminaba con la mirada.
—¿Supongo que mi súper pose y mi belleza no lo sobornaran? —preguntó Kakashi.
—Usted esta en todo lo correcto, así que váyase.
—Bueno, no quería ponerme serio, soy agente especializado en investigaciones, estoy en una ahora mismo —enseñó su placa y el doctor comprendió.
—Pues usted no es muy profesional que digamos.
Kakashi sonrió de lado.
—Ya lo sé, me lo han dicho mucho.
—Bueno señor agente, ¿en qué quiere que le ayude?
—Estoy investigando acerca de un paciente que estuvo aquí no hace mucho tiempo. El señor Uzumaki.
—¡Oh, claro! —dijo feliz el doctor—. Fue mi paciente.
—Perfecto, es mi día de suerte —dijo Kakashi—. Podría enseñarme su expediente médico.
—Permítame por favor.
Después de eso había tenido que esperar unos minutos para que el doctor volviera a darle los papeles para después correr hacia emergencias.
Kakashi se sentó y abrió el folder, viendo los datos principales y llegó un punto donde no le gustó nada. Su ceño se iba frunciendo mientras más leía, el chico había sufrido, muchos golpes, huesos rotos, y lo peor… un aborto.
Ok ya le quedaba claro que el chico si había sufrido una violación, ahora solo le quedaba averiguar si el que lo había hecho era Sasuke, si era así, ese desgraciado iría a la cárcel —claro, él lo metería ahí—. Sintió su corazón temblar, se levantó y fue a dejar el expediente en el cubículo y se fue de ahí.
Llegó a la estación de policía y fue directo a su oficina, tenía que pensar y saber cómo daría los siguientes pasos.
Claro que no contaba con que en su escritorio hubiera un CD que no había estado ahí antes, lo agarró desconfiado, cuando una voz habló, levantó la cabeza y vio a un hombre de traje y pelo castaño y supo quién era, había trabajado en muchos casos con él y siempre ganaban.
—Ahí están tus pruebas.
Vio como sonreía y le dio escalofríos, vaya, ese hombre daba miedo cuando se lo proponía.
Volvió a ver CD en sus manos y decidió verlo, aunque sabía que no le gustaría para nada lo que vería.
*
*
*
—Amor no corras tan rápido, puedes caer… —no terminó de decirlo cuando vio a su hijo en el suelo, Gaara estaba a su lado y se rió escandalosamente. Naruto suspiró al ver a su niño aguantado las ganas de llorar.
—Voy por él –dijo Gaara.
Estaban en un parque, habían decidido salir para despejar la mente y para que Sakuya se sintiera más tranquilo y no tenso con el ambiente alrededor de su padre, Naruto vio como Gaara lo levantaba suavemente y le revisaba las rodillas mientras su pequeño se abrazaba a Gaara soltando unas cuantas lágrimas. Su corazón se apretó, no le gustaba ver a su hijo así de triste.
Escuchó una campanilla de carritos de helado y lo divisó al otro lado del parque. ¿Qué mejor que un helado para subir el ánimo?
Se levantó de donde estaba y comenzó a caminar hacia el señor que tenía una fila llena de niños queriendo devorar helado, cuando llegó pudo ver a los padres cerca, al principio no lo noto pero luego se hizo muy incómodo.
Los papás varones se quedaban viendo fija y descaradamente su cuerpo, se sentía desnudo frente a ellos y eso no le gustaba, se había olvidado de vestir holgado y desarreglado, solo se había vestido normal pero aun así llamaba mucho la atención —no era para menos— teniendo un bello rostro, hermosos ojos azules y un cabello tan rubio y sedoso.
Comenzó a temblar, de verdad no le gustaba sentirse acechado por nadie y esos hombres le miraban como si fuera un pedazo de carne.
Al fin compró el helado y se dio la vuelta rápido para irse pero uno de los hombres le agarró el brazo.
—Hermoso… ¿dónde está tu pareja bebé?
—Eso mismo digo yo —se soltó brusco.
—No está por aquí, al igual que el tuyo.
—Pero eso no quiere decir que me fijaré en un idiota como tú.
Volvió a tratar de caminar pero lo rodeó otro tipo, amigo del que lo había agarrado.
—¿Vaya que tiene actitud no lo crees? —dijo uno.
—Pero por ser tan hermoso te dejaremos ir ¿eh? —mencionó el otro.
Le abrieron paso y Naruto se fue rápido de ahí, Dios mío, sus piernas temblaban tenía miedo de caer al suelo y que sus piernas no reaccionaran, llegó rápido donde Gaara y le dio el helado a Sakuya, este sonrío feliz, Naruto aún seguía tratando de controlarse y lo único que le quedaba era fingir en frente de todos para que no vieran lo frágil que estaba.
Al diablo todo.
—Gaara ya vuelvo.
—¿Qué?... pero…
Y no lo pudo detener, vio cómo su rubio se iba de ahí a pasos muy rápidos.
Tenía que quedarse con Sakuya para jugar y se preocupó por su amigo de verdad.
Naruto iba tan absorto en su caminar cuando sintió que alguien lo jaló y sus nervios se crisparon, lo primero que pensó fue golpear a quien lo estaba jalando pero ubicó su mirada encontrándose con la blanquecina de Neji y se tranquilizó.
—Iba en dirección a verte pero no espere que tú vinieras…
—Si bueno… estoy un poco abrumado.
—Tenemos el caso —dijo feliz.
—¿Qué? —preguntó sin aire.
—En estos momentos están arrestando a Sasuke Uchiha.