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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.


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¿Será que me regalan a Akefia y un Umbreon?


xD

— ¡Becca! —la llamó Bakura, bajando a la primera planta del laboratorio donde la chica estaba junto a su Teddiursa, tumbada en un sofá, a punto de hacer la siesta luego del almuerzo.

— ¿Qué pasa? —se quejó la rubia, irguiendo el torso.

— ¿Sabes dónde está Ryou? Ese chico se me pierde de vista en un instante —planteó, llevándose una mano a la cadera.

—Creo que se adentró en la reservación —la chica tenía la suficiente pereza como para no hacer ninguna broma al respecto —debe estar jugando con sus pokemons, o eligiendo los que llevará consigo —supuso, llevándose un brazo sobre los ojos.

— ¡Gracias! —atinó a decir antes de echar a correr hacia la puerta que daba a los amplios terrenos del laboratorio.

—Rebecca —se escuchó a los pocos segundos.

La chica ahogó un gemido exasperado, solo porque era la voz de su abuelo — ¿Qué ocurre, abuelo?

—Tienes una llamada —explicó el profesor —Scott está en la línea.

—Ay, cielos —se quejó la chica —enseguida voy —largó un pesado suspiro antes de levantarse, dejando a Teddiursa en su lugar, medio dormido.

-

—Umbreon ¿crees que puedes encontrar a Glaceon?

El tipo siniestro olfateó un poco, notando el rastro de su compañera, pero estaba lo suficientemente lejos como para no lograr ubicarla desde allí, así que negó con la cabeza a su entrenador.

—Bueno, solo nos queda buscarlos —se resignó el peliplata, caminando hacia el lago donde estaban los pokemon agua/hielo de Ryou y su Frillish, quizás el chico estaría allí.

Lamentablemente no fue el caso. Los pokemons estaban descansando o jugueteando tranquilamente en el agua.

—Frillish, nos iremos pronto —informó, tomando la respectiva pokeball de su cinturón negro — ¿alguno sabe dónde está Ryou? —preguntó a los pokemons cercanos.

Dewgong, Walrein y Lapras se miraron entre sí, pero a fin de cuentas negaron con la cabeza, sin embargo Lapras lanzó un lindo canto en voz alta, lo cual atrajo al Gengar de Ryou, quien apareció justo frente a Bakura desde el suelo con su característica risa maliciosa —Gen gen gen Gengar.

Bakura torció un poco el gesto, a pesar de no ser intimidado por la presencia fantasmagórica — ¿puedes guiarme a Ryou?

—Geeeeengar —el pokemon variocolor asintió y flotó hacia las montañas.

—Regresa Frillish —lo devolvió a su pokeball —vamos Umbreon.

Gengar los guio hasta donde, Bakura reconoció, se ocultaba Articuno; quiso golpearse en la cabeza al no haber pensado en eso, si ellos se iban Ryou seguramente se estaba despidiendo del ave legendaria.

—Ya quiero ver su expresión —musitaba Ryou entre risillas, dándole la espalda y acariciando al ave legendaria. Bakura apenas alcanzó a oírle.

— ¡Ryou! —lo llamó cuando estuvo un poco más cerca.

El menor se dio la vuelta ente el llamado, manteniendo sus manos tras su espalda de forma nerviosa —Ah, Bakura ¿cómo supiste que estaba aquí? —el mayor sólo señaló al tipo fantasma que apareció a su lado.

—Geeeeen gar.

— ¿Tú lo trajiste? Gracias Gengar —el travieso tipo fantasma se llevó un par de mismos de su entrenador.

— ¿Qué estaban haciendo? —Bakura se sentó al lado de Ryou.

—Solo me despedía de mi amigo ¿verdad Articuno?

—Kuuuuuu.

Ryou acarició la cabeza del legendario —Articuno ya está completamente curado, y sin mi aquí ya es hora de que regrese a su territorio —el ave azul canturreó en acuerdo —Articuno se la pasa usualmente viajando entre las más altas y nevadas montañas de Jotho, Kanto y en las islas Naranja. Supongo que tu primera parada será Pueblo Caoba ¿cierto?

— ¿Pueblo Caoba? —consultó Bakura.

Ryou levantó el dedo índice derecho —Entre Pueblo Coaba y Ciudad Espina Negra hay una zona llamada ‘Ruta Helada’ —luego se llevó ambas mano a un lado de la cara, contra su mejilla —es mi parte favorita de Jotho, el lugar más frio de la región.

A Bakura le bajó una gota por la sien —no me sorprende —musitó con un risa nerviosa.

—Además, esas dos localidades son sede de los últimos dos gimnasios —eso llamó más la atención de Bakura —así que seguramente nos volvamos a ver muy pronto Articuno.

— ¡Kuuuu kuuuno! —el legendario aleteó alegre, esas eran buenas noticias. Bajó su cabeza para acariciar las mejillas de ambos albinos, provocando sus risas.

—Bakura —lo llamó de pronto — ¿puedo pedirte algo?

El mayor se apartó amablemente de los mimos del legendario para mirar a su chico — ¿qué es?

— ¡Cierra los ojos! —mandó con una sonrisa.

— ¿Cerrar los ojos? ¿Para qué?

—Tú sólo hazme caso —insistió, inclinando la cabeza muy cerca de él, con el ceño algo fruncido.

— ¡Uy! De acuerdo —Bakura hizo lo pedido para luego murmurar —que mandón.

Ryou sonrió, guiñándole un ojo a Umbreon que lo miraba extrañado, luego se levantó para pararse detrás de Bakura. Colocó entonces una delgada cuerda de color vino alrededor del cuello del mayor, dejando la piedra de colores oscuros que fungía de dije colgando por su nuca.

—Ya puedes abrirlos —indicó.

Totalmente intrigado Bakura descubrió sus orbes caoba, bajando a mirar la cuerda que ahora estaba en su cuello — ¿Ryou, qué es esto?

El menor apoyó sus brazos sobre los hombros de su par, deslizando las manos por el pecho de Bakura con coquetería mientras se recargaba un poco en la espalda del mismo —dale la vuelta y míralo tú mismo —le susurró al oído con voz igualmente coqueta.

Bakura reprimió un escalofrió y jaló la cuerda, trayendo el dije hacia el frente —esto es…

—Una piedra noche —afirmó en el mismo tono —te prometí que te la conseguiría ¿cierto? Sé que Misdreavus está en su momento perfecto para evolucionar y no dudo que Murkrow también —mientras sus manos se paseaban aún por la camiseta de rayas, acariciando y apretando a veces la tela, Ryou depositó unos suaves besos en la mejilla de Bakura, cerca de su oreja.

—Gracias —esta vez, Bakura sintió su piel erizarse —pero ¿no necesitan una cada uno?

Una de las manos de Ryou subió hasta el mentón de Bakura para hacerle ladear la cabeza que lo mirara, su expresión coqueta dejó sin aliento al mayor. Para ese momento, todos los pokemons, incluso Articuno, se habían dispersado un poco por la zona, dejándoles a ambos un rato de intimidad.

—Tengo otra —le calmó —está en el bolsillo de mi pantalón —sin perder su sonrisa traviesa, Ryou dio una vuelta alrededor de Bakura para quedar en su frente, con sus manos ahora alrededor de su cuellos; y sin más, se le sentó a horcajadas, con las rodillas apoyadas en la liza roca sobre la que habían estado sentados, y flexionándolas lo suficiente como para que sus muslos descansaran en el regazo de Bakura, quien por cierto estaba mudo ante sus acciones —sácala tu —sin pena, acercó su rostro al del mayor, con los ojos apenas entrecerrados.

Bakura tragó en seco ¿Ryou estaba retándolo?, una pequeña sonrisa maliciosa bailó en sus labios, claro que iba a aceptar, pero que luego él no se retractara —Hmm —colocó una mano sobre la rodilla derecha de Ryou y la deslizó de forma ascendente, muy lento, acariciando a su paso por sobre la tela, sin dejar de mirarlo a los ojos. Suave chocolate e intenso café confrontados. Cuando al fin alcanzó el bolsillo, lo tanteó un poco pero no sintió nada.

—Lugar equivocado —negó con suavidad. Bakura regresó su mano izquierda y ahora dirigió la derecha a la rodilla izquierda del albino menor, repitiendo el mismo proceso, sonriendo aún más cuando percibió el temblor de Ryou sobre él. Finalmente llegó al segundo bolsillo, pero estaba igualmente vacío —fallaste de nuevo —rio suavemente.

Bakura abrió grande los ojos cuando entendió lo que pretendía Ryou — ¿estás seguro? —murmuró.

Ryou no contestó. Presionó sus brazos, que rodeaban el cuello de Bakura, para juntar sus labios de forma sorpresiva.

El beso fue delicioso, como todos los que se habían dado hasta ahora, sentían que podrían volverse adictos a la boca del otro, si es que no lo estaban ya. Los labios se restregaban con ardor y avidez mientras sus cuerpos se juntaban más de forma automática; sus pechos se encontraron, permitiéndole al otro sentir el desbocado latido de sus corazones acelerados.

Bakura no tardó en llevar ahora ambas manos a la parte posterior de los muslos de Ryou quien, coqueto, se levantó sobre sus rodillas lo estrictamente necesario para que las manos ajenas pasearan como quisieran sobre su pantalón.
La subida ahora fue más lenta, los dedos ascendieron con maestría hasta llegar a la perfecta y firme curva de su trasero. Una mano ahueco gustosa la forma redondeada, la otra se topó con el irregular y duro bulto que hacía la piedra evolutiva en el bolsillo.

Ryou se arqueó serpenteante un par de veces al sentir la forma, tan posesiva como curiosa, en que Bakura amasaba uno de sus glúteos; la otra mano retiró la piedra noche del bolsillo, dejándola a su lado en la roca para luego regresar a su trasero, acariciándolo esta vez completamente. 

Ryou dejó escapar un gemido ahogado cuando se separaron para respirar. Bakura sonrió con suficiencia mientras mordía ligeramente el labio inferior de Ryou.

—La has encontrado, bien. Creo que es hora de regresar al laboratorio —dijo entre jadeos.

—Después, creo que estoy algo cómodo aquí —presionó con más fuerza el trasero de Ryou, masajeándolo con deleite mientras volvía a poseer los deliciosos labios de su chico.

— ¡Mgh! —Ryou jadeó algo más fuerte mientras sus uñas presionaban sus espalda, ascendiendo, a la vez que sus muslos se presionaban más alrededor de las caderas de Bakura.

-x- un ratito más tarde -x- (¬w¬)

—Ten un buen viaje Articuno —se despedía Ryou de su amigo —cuídate mucho chico, y ten siempre en cuenta que, pase lo que pase, siempre puedes buscarme, estaré para ayudarte.

—Kuuuuuu —con las alas ya estiradas, Articuno acarició su costado contra el cuerpo de Ryou —Kuuuuno Kuuu.

—Sé que también cuento contigo, amigo mío —besó su cresta —nos veremos pronto.

—Hasta la próxima, Articuno —el legendario también permitió que Bakura lo acariciara antes de alzar el vuelo, dejando una fría estela de escarcha entre blanca y celeste tras su elegante vuelo.

—Regresemos entonces.

—Sí, vamos —Bakura no se sorprendió cuando Ryou tomó su mano para irse del lugar.

-x-

Tanto Ryou como Bakura observaron sorprendidos a Rebecca, quien traía una mochila amarilla sobre sus hombros — ¿Qué tu qué? —preguntó Bakura, que aún no procesaba lo oído.

—Que me voy con ustedes Baku —respondió la rubia con una sonrisa —tengo que llegar a Trigal para tomar el Magnetotrén hacia Kanto —explicó.

— ¿A qué viene esa urgencia por regresar a Kanto? —preguntó ahora Ryou.

—Scott tiene un nuevo retador y quiere que me prepare para recibirlo —explicó, acomodando sus pokeballs en su cinturón.

Ryou se mostró ligeramente sorprendido —si ya venció a Noland, Greta y Tucker debe ser alguien con algo más que suerte, debes cuidarte Becca.

—Bueno, de ser así será mejor que sea muy bueno, porque el símbolo de la fortuna no es algo que entregue a la ligera —aludió ella —no pasará de la Sierpe de batalla si no tiene lo necesario.

—Muy bien, si así están las cosas es hora de irnos —Ryou tomó sus cosas y salieron del laboratorio junto con el profesor.

—Que tengan muy buen viaje muchachos —abrazó a su nieta —mis saludos a Scott, princesa.

—De acurdo abuelo, cuídate mucho, regresaré apenas pueda.

—No te apures y mucha suerte en tu combate —la soltó —Ryou, tú también cuídate mucho y Bakura, muchos éxitos en tus combates restantes —sonrió con las manos tras la espalda.

—Gracias profesor —dijeron al unísono.

— ¡Casi lo olvido! —exclamó de pronto —Ryou —el mencionado lo miró —esto es para ti —rebuscó en un bolsillo interno de su saco color crema en lo que Ryou caminaba hasta él.

— ¿Qué es profesor?

—Aquí tienes —le entregó una pequeña caja.

Curioso, y bajo las atentas miradas de Bakura y Rebecca, Ryou abrió la caja, dando con un aparato de colores azul y blanco — ¡Un pokegear nuevo! Gracias profesor.

—No me agradezcas, tu abuelo lo mandó.

— ¿En serio?

—Así es —asintió el hombre —dijo que había comprado uno para ti y para tu primo, para que se mantuvieran en contacto más fácil ahora que ambos iban a viajar, ya había registrado el número del laboratorio, el de Yugi y de aquí por supuesto —explicó.

—Es fabuloso, muchas gracias —le sonrió, guardándolo en su bolsillo.

Luego de eso Ryou y Rebecca tomaron, cada uno, una pokeball de su cinturón —Dragonair/Altaria, yo te elijo —llamaron a sus respectivos tipo dragón.

—Señorita —con claro juego en su voz, Ryou se acercó a tenderle la mano a Rebecca.

—Pues gracias, mi caballero —siguiéndole el juego, Rebecca tomó la mano de su amigo y este la ayudo a subir al tipo Dragón-Volador.

Ryou volvió junto a Dragonair y subió a su lomo, seguido de imediato por Bakura, Glaceon y Umbreon.

—Muy bien Dragonair/Altaria ¡hacia Ciudad Trigal!* —ambos pokemons de colores azul y blanco alzaron vuelo, mirando hacia el oeste.

Los tres chicos agitaron su mano hacia el profesor—Buen viaje, jóvenes.

Una vez se estabilizaron a buena altura Bakura levantó su pokedex hacia el pokemon de Rebecca.

Altaria, el Pokemon cantarín y forma evolucionada de Swablu. Cuando Altaria está volando parece una nube algodonosa, usa sus mullidas alas para atrapar corrientes y es conocido por su canto muy agudo.

—Altaria es un pokemon de tipo dragón y volador, típico de la región Hoenn —le añadió Ryou.

—Ya veo —musitó —oye ¿qué es exactamente un pokegear? —preguntó curioso.

—Un pokegear sirve como teléfono, te permite consultar un mapa de la región, trae una cámara integrada y también te permite sintonizar la radio —explicó Rebecca — ¿a que es chulo? —añadió con una risilla.

—Muy útil sí es —aceptó el mayor.

-x-

Cuando el sol casi se había ocultado en el horizonte, Ryou, Rebecca y Bakura llegaron a la entrada de Ciudad Trigal. Los albinos acompañaron a la rubia hasta la estación de tren para que comprara su ticket.

—Bien, el tren de la noche salé en unos 20 minutos pero ustedes tienen que llegar al puerto para conseguir su barco para mañana, así que lo mejor será que se vayan yendo —apuró la rubia.

— ¿Estás segura, Becca?

—Claro que sí —la rubia sacó una pokeball, liberando en sus brazos al pokemon que contenía —Teddi me hará compañía ¿verdad?

— ¡Teddi teddi! (por supuesto) —el pokemon osito levantó ambos brazos y se movió con ánimo.

—De acuerdo, cuídate mucho y da lo mejor —Ryou abrió los brazos para su amiga —llama cuando gustes.

—Glaaaace.

—Lo haré Ryou —ella lo abrazó con fuerza unos segundos, besando su mejilla de paso —mucha suerte contra Jasmine —se acercó ahora a Bakura —me gustaría ver tu batalla, pero confío en que sabrás dar una  buena pelea.

—Cuenta con eso Rebecca —Bakura le dio un abrazo rápido.

—Los veré pronto chicos, Glaceon, Umbreon —los despidió cuando estos salieron de la estación, con dirección al pequeño puerto a la izquierda de la ciudad*

Ryou condujo a Bakura a la zona portual de Ciudad Trigal, donde, luego de unas pocas averiguaciones, consiguieron un barco hacia ciudad Olivo que salía por la mañana; pillaron sus tickets y para cuando salieron, la luna, que apenas empezaba a menguar, tomaba su lugar en el cielo oscuro junto a las estrellas, apenas visibles sobre las muchas luces citadinas.

—Ya está todo listo ¿Qué te parece si vamos al centro comercial por algo de cenar antes de ir al centro pokemon? —ofreció Ryou, con una sonrisa.

—Suena bien ¿cierto Umbreon?

—Eoooon

—Muero de hambre —añadió.

Ryou soltó unas risillas —pues vamos —lo tomó de la mano y tiró de él para dirigirse al C.C.

—Me sorprende la facilidad con la que caminas por esta ciudad —comentó después de un rato Bakura —es tan grande que me costó un par de perdidas dar con el gimnasio.

—Bueno, después de las veces que he estado aquí ya es sólo cuestión de prestar atención por donde vas… —Ryou se quedó callado un momento cuando, al cruzar por una esquina, dieron con un callejón sin salida —…caminando —alcanzó a completar.

Bakura no calló su risa — ¿decías Ryou?

El menor hizo un puchero y sus mejillas se colorearon un poco —solo me distraje un poquito —se excusó.

Dieron la vuelta para regresar a la calle cuando Glaceon chocó con un pokemon rosa que venía caminando.

—Glaceee —se quejó la tipo hielo, cuando cayó de sentón por el choque.

—Eooon Breoon (¿estás bien?) —se le acercó Umbreon preocupada.

— ¿Un Clefairy? —reconoció Bakura, alcanzándolos con Ryou.

—Lo siento mucho Clefairy —Ryou se inclinó a tomar al pokemon en brazos —espero que estés bien —sobó suavemente el rizo de frente.

— ¡Ay no! —exclamó un voz femenina que corría hacia ellos — ¿Mi Clafairy te lastimó, Glaceon? —la chica cargó al tipo hielo para darle unos mimos en la frente.

Ambos albinos reconocieron a la pelirosa —mi Glaceon está bien, Whitney, no pasa nada.

— ¿Eh? —la chica se sorprendió cuando la llamaron por su nombre, por lo que miró mejor al chico — ¡Oh cielos, Ryou, cuanto tiempo sin verte! —reconoció al fin — ¿Bakura? —miró al chico a su lado.

—Hola Whitney.

—Vaya sorpresa, no pensé que conocieras a Ryou —comentó ella — ¿qué andan haciendo por aquí, muchachos?

—Zarparemos mañana hacia ciudad Olivo —explicó Bakura.

—Ahora estábamos camino al Centro Comercial por algo de cenar antes de ir al centro pokemon… aunque...

—Podría decirse que nos perdimos un poco —estableció, mirando a Ryou con gracia.

—Con gusto los llevaré si quieren —se ofreció —yo también pensaba en ir por algo de comer —les sonrió.

—Eso estaría bien —aceptó Bakura.

—Síganme, conozco el camino como la palma de mi mano —dijo con un deje de orgullo, tomando su pokemon de manos de Ryou mientras Glaceon saltaba a su hombro.

— ¿Está vez si te lo sabes? —jugó Ryou —cuando vine a conocerte no lo parecía realmente —continuó a modo de juego, recordando la perdida que se habían llevado en la galería subterránea para llegar al C.C aquella vez.

Whitney se rio de manera nerviosa — ¿conocerla? —preguntó Bakura.

—Cuando yo viajé retando a los gimnasios, Whitney aún no era líder de gimnasio, yo me enfrenté al anterior —explicó —aun así, como campeón debo conocer cada gimnasio oficial y a su líder, por eso, hace unos meses me llamaron cuando Whitney tomó el puesto —la pelirosa asintió mientras caminaban.

—Comprendo.

Para cuando se dieron cuenta, los tres estaban a las puertas del centro comercial —en la plaza de comidas de la terraza tienen las mejores pizzas de Ciudad Trigal ¿les apetece?

— ¡Es perfecto! —exclamó Bakura.

—Por mi está bien —aceptó también Ryou.

—Bueno ¡Vamos chicos! —con su característica energía, la pelirosa echó a correr por la puerta automática de la que salía y entraba mucha gente, hacia el elevador al fondo del lobby.

— ¡Espéranos Whitney, no corras! —los albinos fueron tras ella.

Mientras subían, pedían su orden y esperaban en la mesa entablaron una amable conversación sobre diversos temas. Ryou les dio de comer a los pokemons mientras, y no faltaron las bromas y risas entre ellos. Por suerte para sus estómagos vacíos la pizza no tardó en llegar y pudieron cenar.

Ya era bastante tarde cuando salieron del centro comercial, siguieron hasta la avenida principal dónde los chicos debían ir a la derecha para llegar al centro pokemon mientras que la chica tenía que seguir más adelante.

—Que pasen buena noche chicos, y suerte mañana Bakura.

—Gracias Whitney, que pases buena noche —se despidieron ellos.

La pelirosa abrazó a Ryou y luego besó la mejilla de Bakura —vámonos Clefairy, hay que ir a descansar —le sonrió a su pokemon y juntas emprendieron la marcha por el resto del camino.

Ryou y Bakura siguieron su pequeño tramo hasta el centro pokemon, el cual se veía bastante vacío ya, seguramente no demoraría en cerrar.

—Buenas noches enfermera Joy —se adelantó Ryou.

— ¡Que sorpresa Ryou! Buenas noches ¿en qué puedo ayudarte? —sonrió amablemente la enfermera.

— ¿tienes habitaciones libres? Tomaremos el barco matutino hacia Olivo.

—Por supuesto, tenemos unas cuantas libres ¿tú y tu amigo quieren una cada uno? —ofreció.

Ryou se mordió la mejilla interna —no te ofusques, podemos compartir una, no es problema —dijo como si no fuera nada.

— ¿Seguro? —Ryou asintió —de acuerdo —la enfermera tecleó un poco en el computador sobre el mostrador y luego sacó una tarjeta-llave —aquí tienes.

—Gracias enfermera Joy —le sonrió amablemente.

—Que pasen buena noche —le sonrió la dama.

Los albinos llegaron a la habitación correspondiente, era algo pequeña pues solo tenía dos camas individuales. Ryou dejó su mochila en el suelo junto a una de las camas y se estiró con los brazos hacia el cielo, con un gemido ominoso para luego dejarse caer de espaldas sobre la misma. Glaceon no tardó en acompañarlo.

Bakura dejó sus cosas en la otra cama, se sacó la chamarra roja y se sentó de piernas cruzadas, llamando a Umbreon mientras sacaba un pequeño cepillo de su mochila para empezar a cepillar el pelaje negro.

Ryou volteó el rostro luego de dos minutos de tener los ojos cerrados para relajar el cuerpo y sonrió ante la imagen —creo que iré a darme un baño antes de dormir —dijo el menor, levantándose para sacar sus cosas de baño de la mochila junto con el pijama—vamos Glaceon.

La tipo hielo saltó de gusto en su lugar, se notaba que le gustaba que Ryou la aseara.

—De acuerdo. Yo me ducharé por la mañana.

Mientras Ryou se bañaba Bakura se puso el pijama y acomodó un poco la habitación, dejando las cosas de ambos en una de las camas donde se acurrucó Umbreon, esperando a Glaceon, mientras que Bakura se recostó en la otra cama que compartiría con Ryou.                          

Como 15 minutos después regresó el de ojos chocolates con el pelo algo húmedo con una toalla por sobre los hombros y Glaceon apoyada en su hombro y brazo derecho. No le sorprendió ver a Bakura esperándolo en la cama pero aun así eso no evitó su sonrojo, fue a dejar a Glaceon en la otra cama y guardó su ropa habitual para luego sentarse al borde de la cama donde dormiría para terminar de secarse el cabello.

—Ven aquí —luego de unos pocos segundos, Bakura se sentó y lo jaló al colchón.

—Espera Bakura, aún tengo el pelo mojado —se quejó, tratando de revolverse.

—No importa —Bakura lo acomodó, quitándole la toalla de las manos para lanzarla por sobre la cabecera de la cama —hueles muy bien —el mayor pegó su nariz a los suave cabellos blancos.

Ryou suspiró, agradeciendo que por lo menos el chico no podía ver el sonrojo en sus mejillas. Uno de los brazos de Bakura se alojó alrededor de su cintura cuando se movió un poco para acomodar la cabeza mejor contra el pecho del mayor, deslizando una de sus manos por todo el torso con suavidad.

—Buenas noches, Bakura —murmuró sintiéndose ya adormilado y dejando un suave beso en el centro de su pecho.

—Duerme bien, Ryou —en respuesta, besó su frente, arrullado en el dulce aroma a helado de vainilla, intenso en el cabello recién lavado.

El sueño los pilló pronto, a pesar de que el día no había sido muy ajetreado ambos estaban cansados y la mañana les aguardaba un día movidito.

-x-

Ryou estaba en la cafetería del centro pokemon con su equipaje, Glaceon y Umbreon, consiguiendo el desayuno mientras Bakura terminaba de ducharse, vestirse y recoger sus cosas.   

No pasó mucho cuando Bakura bajó a la cafetería, Ryou estaba sentado al lado del gran ventanal, mirando hacia fuera mientras se llevaba una taza con leche de vainilla a los labios.

—Es una linda mañana ¿verdad chicos? —le sonrió a las Eevee-evoluciones que estaban comiendo a su lado, acariciando entre las orejas de la tipo hielo.

—Eoooon —los dos afirmaron, acariciando de vuelta el brazo del campeón.

Bakura se deslizó por el otro lado de la mesa —hola otra vez —dijo a modo de juego pasando un brazo por el espaldar, tras Ryou.

—Hola, tu —respondió de la misma manera — ¿te apetece desayunar algo? —señaló los varios platos en la mesa frente a ellos.

—Por supuesto, tenemos que conseguir energía para nuestra batalla de gimnasio ¿cierto Umbreon?

El pokemon mencionado levantó la cabeza de su plato, respondiendo con ánimo — ¡Breooon eooon!

Con los ojos cerrados, Ryou soltó una suave risilla tomando una salchicha con un tenedor de uno de los platos —me encanta ese ánimo tuyo. La mano de Bakura voló a su nuca tras el cumplido, sonriendo nerviosamente.

Desayunaron hasta satisfacer sus estómagos y entregaron la llave a la enfermera para partir hacia el puerto, justo a tiempo para tomar abordar el barco. No era muy grande, alrededor de 20 personas aparte de ellos.

—Disculpe capitán ¿Cuánto tiempo estima para llegar a Ciudad Olivo? —preguntó amablemente Ryou.

—Alrededor de tres horas, si no tenemos ningún inconveniente —respondió el marino —el mar hoy se ve tranquilo, pero con estás aguas nunca se sabe.

— ¿Cuál es el misterio con el mar de Jotho? —pregunto ahora Bakura.

—No es todo el mar, es aquí en la zona oeste, porque estamos cerca de las Islas Remolino —le explicó Ryou.

— ¿Las Islas Remolino? —repitió Bakura.

—Fueron nombradas así porque están rodeadas de fuertes corrientes marinas que hacen aparecer y desaparecer remolinos en cualquier momento —explicó el capitán.

—El archipiélago está conformado por cinco islas: Punto Azul, Roca Amarilla, Roca Roja, Roca Plateada y la pequeña isla Ogi —continuó Ryou.

—Si están rodeadas de tantos remolinos deben de ser islas desiertas ¿no? —preguntó de nuevo el mayor, sentándose en una banca cercana.

—Por el contrario —Ryou se sentó a su lado —a excepción de Isla Ogi todas están habitadas, especialmente por Isla Roja, allí se celebra la Copa Remolino cada tres años.

— ¿Qué es la copa Remolino?

—Una competencia exclusiva de pokemons de agua —explicó —el ganador obtiene un objeto llamado agua mística, la cual aumenta el poder de los movimientos tipo agua.

—Ya veo.

-x-

A media mañana estaban bajando del barco en los muelles de ciudad Olivo —gracias por todo capitán, que tenga un buen resto de viaje —se despidió amablemente Ryou.

—Gracias muchachos, después de mediodía zarparé a Ciudad Orquídea por si les interesa.

—Lo tendremos en cuenta, adiós —Ryou acomodó su mochila a su espalda y bajó a Glaceon para que caminara por su cuenta junto a Umbreon mientras el pequeño albino los guiaba hacia el gimnasio.

Llegarona un edificio con una peculiar forma romboide, por fuera las paredes eran de un color azul platinado, encima de la puerta había un letrero con la palabra ‘gimnasio’ y en la entrada habían dos estatuas de más de dos metros con pokeballs encima.

—Adelante —animó Ryou, sonriéndole cálidamente.

Bakura golpeó la puerta doble dos veces — ¿hay alguien? Vengo por una batalla de gimnasio —anunció en voz alta.

Las puertas se  abrieron lentamente hacia adentro —Bienvenido entrenador —respondió una voz femenina, algo infantil a opinión de Bakura, pero no le tomó importancia y avanzó sin notar el ceño fruncido de Ryou —avanza derecho y llegaras a la arena de batalla.

—Esto está más oscuro de lo habitual —murmuró Ryou, viendo la sala en penumbras —algo no me huele bien aquí.

— ¿A qué te refieres? —Bakura abrió una segunda puerta que se toparon en el camino, dando con la clásica arena de batallas delimitada por líneas blancas.

Sin darle tiempo a decir algo las luces se encendieron una tras una — ¿Quién de ustedes se atreve a retarme a una batalla? —la voz se escuchaba más cerca, pero no se veía a nadie.

Bakura dio un par de pasos adelantes junto con Umbreon —yo.

Hasta el otro lado de la arena, otra puerta se abrió, revelando una silueta femenina. Ryou se cruzó de brazos.

—Soy Jasmine, la líder del gimnasio Olivo —una niña de unos 12 años con corto cabello negro, un vestido amarillo y un pequeño bolso verde apareció frente a los albinos —me llaman la belleza luchadora —una de las cejas de Ryou se arqueó y su tez se puso seria.

—Yo soy Bakura Thief, vengo de pueblo Arcilla y estoy aquí para retarte por la medalla de este gimnasio —Ryou dio un par de pasos lentamente, esperando a que la niña dijera algo pero ella parecía no reconocerlo.

—De acuerdo, será un duelo con tres pokemons ¿Listo? —la niña camino hasta su lugar en la arena.

—Por supuesto.

—Muy bien —la niña tomó una pokeball de su bolso — ¡Onix, ve! —el gran pokemon de roca hizo su aparición en el campo con un fuerte rugido, aunque se veía algo extraño. Bakura, quien solo había visto uno en la acampada, no se percató, pero el agua vista de Ryou sí.

Ese Onix brilla demasiado” pensó.

¿Un Onix? ¿Qué no era un gimnasio de tipo acero?” pensó extrañado —muy bien Frillish, yo te elijo —el pokemon fantasma-agua hizo su aparición en el campo.

—Comencemos está batalla ¡Onix, Tumba Ro~! —empezó a decir la chica, pero fue interrumpida por un severo grito.

— ¡Alto ahí! —nada más ni nada menos que Ryou había vociferado aquella orden.

Onix se detuvo en seco, ‘Jasmine’ se tambaleó en su lugar y tanto ella como Bakura y sus pokemons voltearon a ver a Ryou.

—Oye, pero ¿qué ocurre? —le preguntó Bakura, sumamente extrañados.

—No puedes interrumpir así un duelo oficial —se quejó la pelinegra.

Ryou caminó junto con Glaceon hacia el centro de la arena, serio y de brazos cruzados, todo bajó la atenta y extrañada mirada de Bakura —precisamente… no puedo permitir que continúen con este duelo —Bakura cada vez entendía menos —muy bien señorita ¿sabes que suplantar a una líder de gimnasio es una falta muy grave? —miró seriamente a la pelinegra.

— ¡¿Qué?! —gritó Bakura.

—N-no sé d-de qué estas ha-hablando —tartamudeó la niña haciéndose para atrás.

— ¿Ryou? —musitó Bakura. La niña tembló al oírlo.

—Como dije, conozco a todos los líderes de gimnasios y está pequeña damita no es Jasmine —estableció —además ¿qué es lo que tiene tu Onix?

— ¿lo que tiene? —Bakura regresó a su Frillish a la pokeball y caminó hacía ambos.

La niña, viéndose descubierta y acorralada empezó con una serie de reverencias frente a Ryou —lo siento, no pensé que el campeón viniera, yo-yo.

— ¿Qué es lo que está sucediendo aquí? —una nueva voz femenina apareció desde las puertas, atrayendo la mirada de todos.

Una joven con un Magnemite en su hombro fue la responsable. Tenía el pelo castaño claro, largo hasta las espalda baja con dos pequeñas coletas altas de moños naranjas, un vestido celeste hasta las rodillas que terminaba en holanes blancos, a juego con un cárdigan del mismo color y un gran moño naranja en el pecho; tenía la piel clara y unos ojos color caramelo.

— ¡Jasmine! —reconoció Ryou —tiempo sin verte —caminó hacia ella, quien lo recibió con un abrazo — ¿cambio de look? Te vez bien.

—Gracias Ryou, es un gusto volver a verte —le sonrió dulcemente la castaño. Bakura hizo un puchero algo molesto —quiero disculparme por esto.

— ¿Quién es la niña?

—Esa jovencita es una de mis aprendices y ella debería saberlo —la miró muy severamente. La pelinegra tembló en su lugar y, cuando la castaña centró su mirada de vuelta en Ryou, trató de escabullirse — ¡Janina!

— ¿Sí? —pronunció temerosa.

—Ven, necesito que hablemos —la líder se dirigió a las gradas que rodeaban la arena, seguida de Ryou.

La llamada Janina se encogió en su lugar —está bien —tomó su pokeball y apuntó —Onix regresa.

Ryou llamó a Bakura con la mano para que se acercara, el mayor así lo hizo —primero que nada discúlpate.

La pelinegra se inclinó frente a los albinos —perdóname por engañarte.

—Ah, está bien.

—Jasmine, él es Bakura y ha venido a retarte —presentó Ryou.

—Comprendo, disculpa por favor lo que hizo mi aprendiz.

—Ya le dije que no es problema, en serio —negó Bakura.

Luego de darle una pequeña sonrisa Jasmine dirigió su atención a Janina — ¿cubriste a tu Onix con cera repelente al agua? —confrontó de inmediato, sorprendiendo a los albinos.

— ¡Sí! Me tomó mucho tiempo pero lo cubrí con ella de cola a cabeza —respondió.

—Sabía que había notado algo raro —murmuró Ryou.

Jasmine suspiró pesadamente, llevándose una mano a la sien —no está permitido hacer eso.

— ¡¿Eh?! ¡Pero he hecho lo que usted me ha enseñado! —rebatió la niña —me he comunicado con mi pokemon y he aprendido todo lo que puedo de él —argumentó —y yo creí que podría hacerlo más resistente contra el agua con esa cera —añadió, jugueteando con sus dedos índices.

Jasmine ahora se llevó ambas manos contra el rostro con otro pesado suspiro —ah, creo que no entiendes ¿verdad?

Janina volvió a inclinarse —lo siento.

—Lo que necesitas es pasar más tiempo a solas con tu pokemon lejos del gimnasio, quizás entonces comiences a entenderlo mejor —estableció la líder.

—Sí… señorita —aceptó la niña cabizbaja, inclinándose para luego retirarse.

Con ese asunto concluido Jasmine regresó su atención a los albinos —de nuevo les pido disculpas por la mala conducta de Janina y normalmente te lo compensaría concediéndote una batalla apropiada —Jasmine suspiró —pero ahora no estoy física ni emocionalmente apta para darte un buen duelo —agachó un poco la cabeza —lo siento.

Ryou la miró con gran preocupación, tomó las dos manos de la castaña que reposaban en su regazo y las sostuvo entre las suyas — ¿Qué te ocurre Jasmine? ¿Estás enferma? —la castaña negó — ¿tienes algún problema? Puedes decírmelo, tal vez pueda ayudarte.

—Oh Ryou —la líder se permitió inclinarse a recostar su frente en el hombro del albino, este simplemente soltó una de sus manos para acariciarle el cabello con suavidad —es que mi pequeño Sparkle está enfermo y no puedo concentrarme en otra cosa.

— ¿Tu Sparkle? —preguntó Bakura, algo mosqueado por la cercanía de aquella líder con Ryou.

Un timbre sonó y Jasmine se irguió en  su lugar para sacar de su bolso un pokegear —Disculpen. Habla Jasmine —contestó —sí… sí, voy para allá.

—Lo siento, tengo que irme —se levantó.

— ¿Es sobre Sparkle? —preguntó Ryou. La castaña afirmó —déjame acompañarte.

Jasmine se llevó ambas manos al pecho —no quiero molestarte Ryou, debes estar ocupado.

—Para nada, iré contigo —afirmó el albino, poniéndose en pie.

—Yo también —se sumó Bakura, sin dejar lugar a negaciones.

—Muchas gracias, vamos entonces.

Los tres salieron del lugar y las castaña los guio por el mismo camino que habían seguido desde el puerto — ¿a dónde vamos? —quiso saber Bakura.

—Al Faro Luminoso, en los muelles —explicó la chica.

Cuando se acercaron a una zona algo más alta en los muelles dieron con dos faros, uno más pequeño con techo triangular y otro más alto, visiblemente más moderno y de techo redondeado. Bakura sacó su libo-guía de su mochila, donde leyó que el más pequeño era el Faro Luminoso, por el cual Jasmine los guio.

Subieron todas las escaleras hasta el piso superior, cuyas paredes y techos eran de puro cristal. Allí había un pokemon de color amarillo, echado y visiblemente cansado.

— ¿Qué pokemon es ese? —Bakura sacó su pokedex.

Ampharos, el Pokémon luz y la forma evolucionada final de Mareep. Ampharos emite una fuerte luz por la punta de su cola que puede ser vista desde largas distancias y servir como faro para quienes están perdidos.

—Pruuuuu —murmuró el pokemon luz.

—Es cierto, Sparkle es como llamabas a tu pequeño Mareep —recordó Ryou —veo que ha evolucionado en un excelente Ampharos —comentó amablemente.

— ¿Este Ampharos produce la luz de este faro? —preguntó Bakura.

—Según tengo entendido cada cierto tiempo una nueva persona cría un Ampharos que le dará vida al faro —dijo Ryou.

Un hombre algo mayor se les sumó, presentándose como Myron, el abuelo de Jasmine —déjenme ver si puedo explicárselos mejor. Mucho antes de que hubiera electricidad, usábamos la luz de la cola de Ampharos para iluminar este faro —relató el hombre —y aunque después se construyó un faro eléctrico junto a este, el faro Luminoso siguió siendo una parte importante de nuestra tradición local, y querido por sus habitantes —concluyó.

—Sin embargo Sparkle no se ha sentido bien y la luz de su cola se ha vuelto algo débil —mencionó Jasmine, inclinándose a acariciar a su pokemon.

—Jasmine y yo hemos hecho todo lo posible pero nada ha servido —se lamentó Myron —la gente del pueblo está preocupada.

— ¿Y no hay nada que se pueda hacer para que se recupere? —preguntó Bakura, acercándose al pokemon eléctrico junto con Ryou quien se arrodillo junto a Jasmine para acariciar a Ampharos y analizarlo más de cerca.

—En realidad ordené una medicina natural muy rara y poderosa a la farmacia de ciudad Orquídea —dijo Myron —me avisaron que está lista y que podemos recogerla.

—Yo quería que Janina fuese a recogerla pero como la vi engañándolos la castigue y ahora no hay nadie que vaya —expresó la joven líder.

Ryou la miró con amabilidad y le puso una mano en el hombro —si te parece bien yo podría ir a recogerla —se ofreció.

Jasmine lo miró con ilusión brillando en sus ojos caramelo — ¿lo dices en serio Ryou? Te lo agradecería mucho.

—El barco que nos trajo desde ciudad Trigal zarpa después de mediodía hacia ciudad Orquidea ¿cierto Bakura? —rememoró Ryou. Bakura afirmó —aún hay tiempo de alcanzarlo.

— ¿Están seguros? —la líder miró finalmente a Bakura, quien no había dicho una palabra al respecto en todo el rato.

—Bueno, entre más pronto se recupere Ampha…, es decir Sparkle, más pronto podré obtener mi batalla —le restó importancia.

Yasmina quiso decir algo pero de repente el faro empezó a llenarse de humo — ¿Qué está pasando?

Ryou se tapó la boca con la mano —Lo averiguamos luego, hay que salir de aquí.

Myron tomó a Sparkle en su espalda —Jasmine, de prisa, lo tengo.

Bakura tomó la mano libre de Ryou con la suya y lo jaló para echar a correr tras la líder y su abuelo.
Luego de bajar las escaleras a trancas y barrancas, seguidos de cerca por el humo, alcanzaron a ver la salida; sin embargo Myron, que fue el primero en salir por la puerta, se vio atrapado en una jaula de metal junto con Ampharos. La jaula fue elevada por un globo de aire caliente.

— ¡Abuelo, Sparkle! —gritó Jasmine cuando los tres chicos salieron.

—Resistan…. ¡pero qué pasa!

—Mira Ryou, en el globo —señaló Bakura. En la canastilla del globo había un muchacho de cabellos castaños alborotados, vestía una playera rojo oscuro con unas hombreras de metal, unos vaqueros oscuros y botas largas de color gris con rojo.

— ¿Quién eres tú y qué crees que haces? —reclamó Ryou.

El castaño se sacó unos lentes de sol que llevaba puestos, revelando unos ojos color cian —mi nombre es Valon y a menos que estés ciego creo que es obvio que me estoy llevando a esta linternita —se burló, mientras se dirigía.

—Eres un cazador pokemon ¿no es así?  ¡Detente ahora mismo! —le gritó de regreso.

—Sueñas, nubecita —a Ryou le saltó una vena en la frente, oficialmente odiaba ese mote.

— ¿Nu-Be-Ci-Ta? —remarcó furioso, empuñando una mano — ve a llamar así a tu…

—Cálmate Ryou —Bakura lo sujetó por la cintura cuando el de ojos chocolates quiso dar un paso al frente —no lo vale.

Ryou suspiró para calmarse —tienes razón —susurró.

— ¡Devuélveme a Sparkle! —reclamó Jasmine —Magnemite, ve y usa tu Bomba Sónica.

—Maaaag-na-mait —las ondas sonoras salieron disparados de los imanes de Magnemite.

—Scizor, bloquealo con tu Garra Metal —mandó Valon, lanzando una pokeball. El tipo bicho-Acero usó su garras para bloquear el ataque —ahora Ida y Vuelta —Scizor golpeó a Magnemite y regresó al globo.

Jasmine se llevó las manos al pecho angustiada —el resto de mis pokemons están en el gimnasio.

Ryou miró a la chica con preocupación —Escúchame tu, y muy bien —miró a Valon realmente molesto — ¡Odio a los que son como tú! Cazador, me las pagaras muy caro el haber tratado de robar el pokemon de mi amiga —Bakura lo miró impresionado — ¡Glaceon…! —Ryou fue interrumpido cuando una lluvia de rocas golpeó la canasta del globo — ¿de dónde salió eso?

—Miren allá ¿qué no es Janina? —señaló Bakura a uno de los muelles donde, efectivamente, estaba la chica sobre la cabeza de su Onix.

— ¡Janina! —gritó la líder.

—Hazte a un lado niñita —legruñó Valón.

Pero Janina no le hizo ningún caso — ¡Ahora usa Atadura! —la cola de Onix sujetó la canasta del globo.

—Muy bien Scizor, haz que Onix no suelte ¡Garra de Metal!

—No, no lo harás ¡Glaceón, Rayo Hielo! —mandó Ryou rapidamente.

—Glaceeeee —el rayo blanco que salió de la boca de Glaceon fue tan potente como para atinarle a Scizor y, encima, congelar sus pinzas.

—Bien Onix, resiste ahí —Janina tomó una roca y trepó por el cuerpo de Onix hasta la jaula donde Myron estaba con Sparkle, logrando romper la cerradura —rápido —Jasmine estaba admirada. Finalmente pudieron bajar por Onix, llegando al muelle donde la líder y los albinos los alcanzaron.

—Bakura —lo llamó Ryou.

—Sí —el mayor tomó una pokeball —Murkrow, ve —el pokemon cuervo salió —As aéreo —Murkrow golpeó el globo, provocándole un serio desagarro.

—Muy bien, Glaceon...

—Umbreon…

— ¡Bola Sombra, ya! —mandaron a la vez, estirando palmas hacia el globo que empezaba a caer.

Las dos bolas sombras chocaron contra el globo justo cuando Onix lo soltó provocando una explosión — ¡Me las pagaraaaaan! —alcanzó a gritar mientras era mandado a volar junto con su Scizor.

— ¡Abuelo, Sparkle!—Jasmine los abrazó a ambos.

—Hija, déjame decirte que tu aprendiz es muy buena —dijo Myron, dejando al Ampharos en el piso para que recibiera mejor los mimos de su entrenadora.

—Buen trabajo Murkrow —lo recibió Bakura en su hombro —y tú también, Umbreon.

—Maravillosa como siempre Glaceon —felicitó Ryou.

—Janina, muchas gracias —dijo la líder con gran sinceridad.

—No fue nada, señorita —respondió cabizbaja, como cuando salió del gimnasio antes.

—Tú y tu Onix trabajaron muy bien juntos —aduló —ver que ya te estás comunicando con tu Onix me hace sentir verdaderamente orgullosa de ti.

— ¿Pero aún estoy expulsada? —preguntó con ojos tristes.

— ¿Expulsada? —repitió extrañada —Yo nunca dije que estabas expulsada —aclaró la castaña.

Los ojos de Janina brillaron de ilusión— ¿entonces puedo volver al gimnasio?

—Por supuesto —Jasmine le sonrió.

— ¡Gracias! —y Janina no se contuvo en abrazarla.

—Estuviste muy bien, Janina —la felicitó Ryou.

— ¡Muchas Gracias! —la chica inclinó la cabeza en respeto.

—Por cierto Bakura —lo miró —creo que tienes algo pendiente —señaló a Murkrow.

Bakura lo entendió — ¿crees que es el momento? —Ryou asintió —muy bien —hizo que Murkrow bajara al suelo y sacó una de las piedras noche de su mochila — ¿listo amigo? Llegó la hora.

— ¡Kroooooow! —Murkrow tocó con su pico la piedra y su cuerpo se envolvió en luz brillante, creció considerablemente y cambió su figura — ¡Hooooonch!

—Felicidades, tu Murkrow es ahora un Honchkrow —le sonrió Ryou.

—Fabuloso —Bakura sacó su pokedex.

Honchkrow el Pokémon gran jefe, y la forma evolucionada de Murkrow. Honchkrow recluta muchos Murkrow para que viajen con él y se la pasa mucho tiempo en casa arreglando sus plumas. Si uno lanza un grito profundo, los demás acuden. Por eso se le llama también "Invocador de la noche".

El sonido de un barco apunto de zarpar les llamó la atención —Es mejor que se vayan, el barco está a punto de zarpar —anunció Myron.

—Quiero pedirte un favor Janina ¿te importaría ir a Ciudad Orquídea por la medicina de Ampharos?— pidió la líder.

—No es problema, señorita.

—Bueno ¿y qué hacemos nosotros? —le preguntó Bakura a Ryou.

— ¿No te lo dije? Ciudad Orquídea también tiene un gimnasio.

— ¿En serio? —exclamó entusiasmado.

Ryou le sonrió —Podemos ir allá para que consigas la medalla tormenta mientras Sparkle se mejora.

Bakura levantó una mano empuñada —Suena bien para mí ¡A la carga Umbreon!

—Pues hay que darnos prisa —apuró Janina —Onix regresa —lo llamó a su pokeball.

—Honckrow, regresa por ahora, ya tendremos tiempo de entrenar —le imitó Bakura.

—Nos veremos pronto Jasmine, cuídate mucho ¿sí? —la abrazó.

—Sí, tú también Ryou. Y gracias por todo, muchachos —los despidió mientras veía a los tres echar a correr.

— ¡Espere capitán! —gritó Ryou cuando estaban a punto de llegar al barco.

El buen hombre espero a que los tres subieran y se dejaran caer en las bancas con la respiración agitada —Vaya ¿tan pronto se marchan de ciudad Olivo?

Ryou se tomó un respiro profundo —pequeños contratiempos capitán, regresaremos después, pero primero tenemos asuntos urgentes en Ciudad Orquídea.

—Muy bien, en ese caso ¡todos listos para zarpar!              

-x-

Hasta que Sparkle se recupere y Jasmine pueda aceptar el reto de Bakura, nuestros albinos parten hacia su siguiente aventura en ciudad Orquídea ¿Qué desafíos le esperan a Bakura por conseguir la medalla tormenta?       

-x-

—Muy bien, creo que estamos listos para irnos —sonrió Yugi.

—Espera un momento hijo —lo llamó su abuelo —ten esto, es para ti —le tendió una cajita.

— ¿qué es? —Yugi abrió el obsequio, encontrando un aparato de colores morado y blanco —wow, un pokegear nuevo —se emocionó.

—Envié uno a Jotho para que puedas mantenerte  más en contacto con Ryou.

A Yugi le brillaron los ojos —gracias abuelo, lo cuidaré mucho.

—Sé que lo harás hijo, cuídense mucho los dos y que tengan un buen viaje —les deseó —Yami, cuida mucho a ese Gyarados.

—Sí señor.

—Avisen cuando lleguen a Pastoría y llamen de vez en cuando ¿sí? —pidió Miho, abrazada a Yugi.

—Lo haremos Miho, hasta pronto ¡Flygon, hora de volar! —lanzó la pokeball de su tipo dragon-volador.

—Flyyyyy!

Y así, Yugi y Yami reanudan también su travesía por Sinnoh, en busca de las cuatro medallas que le hacen falta a Yami. Ciudad Pastoría es su próximo destino ¿pero qué aventuras les aguarda el camino?            

Está historia continuará…

Notas finales:

 

*Se me ha venido a la cabeza la canción de “Vamooooos hacia ciudad Viridiiiian!” xD creo que les dejaré la canción por aquí x3

*Para los que conozcan los juegos de cuarta generación, vendría estando donde se ubica la Terminal Global.

Disculpen infinitamente la tardanza, la mitad de este cap me pilló con la semana de exámenes y me hundi y en la desesperación y el estrés. Es por eso que no ha subido NADA esta semana ¡Pero por lo menos ya he vuelto, y tengo el sgt cap de ‘La Persona Que Es Para Mi’ casi completo!

Probablemente este mañana o el lunes

Gracias por seguirme apoyando y espero que disfruten el cap ¡hermoso tender y le sigue puzzle! ¡Por fin nuestras parejas regresan al camino y nuestros yamis a los combates de gimnasio, aguardemos a ver que les deparará el camino a cada uno!

Ja ne~nya ^^/ 


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