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La primera cosa que notase Cavendish cuando le quitaran al otro rubio la toalla para dejarlo en la cama había sido el leve “problema” que Luffy le había causado, no había querido preguntar pero se le había informado con las meras miradas de ambos pelinegros que eso no había sido ni fortuito ni algo que se hubiera dado por sí mismo y al cabo de un rato, después de que le dejasen a solas con el chico inconsciente también había sido obvio que no iba a calmarse por sí mismo tampoco.
Cavendish intento ignorarlo por cuanto tiempo le fue posible aquello, no muy seguro si quería que su acompañante despertase pronto o no.
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Aun en aquella confortable penumbra el simple hecho de abrir los ojos había hecho que la cabeza de Sabo comenzara a punzar con un terrible dolor que le había hecho gruñir y removerse en busca de alguna posición más cómoda con su acompañante… su… acompa…
De golpe abrió los ojos, mirando hacia abajo para encontrarse con el largo y suave cabello rubio regado en su pecho, la blanca piel de porcelana y la largas pestañas de un color acaramelado que cubrían esos ojos hasta el momento un misterio le habían hecho detenerse a contemplar a aquel extraño por unos instantes, una vaga familiaridad se había presente en su adolorida cabeza pero no era capaz de reconocer a ese hermoso ángel desnudo entre sus brazos que cuando comenzara a incorporarse había abierto lentamente esos refulgentes ojos azules que brillaban con la sutil bruma del sueño, apegando más la dulce y tibia piel con la propia en un apretado abrazo.—Nhh… No quiero despertar aun…-- había escuchado al chico sobre su pecho quejarse, frotando su mejilla contra su abdomen mientras Sabo hacía caso omiso de aquella queja, sentándose en la cama por completo y tomando su cabeza para frotar las zonas adoloridas ¿Por qué era que le dolía tanto? Cerró los ojos de nuevo con bastante fuerza, restregando aquellos un poco en espera que eso le librara del sueño y el dolor a la vez, no había funcionado para ninguno de los dos propósitos.
Con un solo ojo esta vez observo de esa erótica visión en la cama (el chico del cabello y las curvas como de hermosa sirena) que ahora dormía sobre su regazo al resto de aquella desconocida habitación, la amplia cama matrimonial en la que se encontraba era iluminada por una pequeña ventana no mayor a 20 centímetros de alto por unos 45 de largo, dando apenas suficiente claridad para apreciar que se encontraban en alguna hora posterior a la media tarde, por las escaleras que podía ver un tanto más allá y las construcciones burdas del lugar lo más probable era que estuvieran en un sótano, entre la cama y una puerta que de momento se hallaba cerrada se extendía una gran alfombrado, sobre este un sillón de tres plazas lo suficientemente grande y amplio para albergar a unas 4 o 5 personas cómodamente y una pantalla de televisión de tamaño bastante considerable frente al sofá, de todo ello Sabo no reconocía nada, nada en absoluto y eso le molestaba, frunció el entrecejo levemente antes de remover a la única otra persona que estaba ahí con él.
Cavendish había tardado unos buenos segundos en salir de su estado de soponcio pues contaba con un sueño muy pesado y le costaba trabajo despertar por lo que su inconsciente y grosero acompañante había tenido que removerle varias veces.
Apenas esos claros ojos cerúleos se encontrasen con los índigo del contrario se había formado una expresión inconforme y caprichosa en el rostro del recién despertado, el que perturbase su descanso no parecía muy paciente —¿Quién eres? ¿Qué sucedió aquí?— escuchó a el otro rubio preguntar clavando sus ojos, ahora ambos, sobre su pulcro y desnudo cuerpo…
—¡S-Sabo! ¡Cómo puedes no acordarte de mí! — Exclamó Cavendish recordando lo que le había dicho Ace que tenía que hacer, para darle mayor realismo se había quitado la ropa antes de acostarse al lado del desmayado y tras superar los nervios iniciales y no encontrando otra cosa de mayor interés que hacer más que juguetear un poco con ese chico que no parecía querer despertar por mucho que picase sus mejillas o pasara sus uñas por su pecho, lo único que había logrado “despertar” por unos momentos había sido otra cosa… de nuevo…. pero tampoco eso le había entretenido más allá de la novedad inicial.
Al final se había ido quedando dormido, ahora que sentía la mirada del más alto sobre su cuerpo sin embargo sentía que había sido una mala idea.
La indignación y la fiera como dolida mirada en aquel chico con ojos como zafiros había hecho que Sabo reconsiderase al instante su tono de voz, no sería bueno enemistarse con quien era la única persona que en ese momento conocía en el mundo, porque por más que se esforzara no recordaba quien era ese sujeto o lo que hacía ahí… a decir verdad no recordaba nada en concreto, ni siquiera su propio nombre. — Lo siento pero… no estoy seguro de quien eres…—
Los ojos de Cavendish comenzaron a anegarse de lágrimas, claro que el más alto no sabía quién era pero se había metido tanto en su papel ya que esa afirmación le había lastimado de alguna manera — Tu… tu…— La voz quebradiza del hermoso joven había hecho que Sabo se sintiera un tanto nervioso, como si hubiera hecho algo verdaderamente malo y como por instinto sostuvo el cuerpo ajeno entre sus brazos tratado de calmarle. — ¡Tú me deshonraste y ahora ni siquiera lo recuerdas! —
—Lo… Lo lamento… yo… en verdad no recuerdo nada pero lo compensare… no fue mi intención. — comenzó a decir de manera apresurada, intentando calmar el naciente llanto de aquel ángel entre sus brazos, no le quería llorando ahí entre la confusión.
—¡No! ¡Es muy tarde Sabo! ¡El daño esta hecho! —
—A-al menos dime tu nombre…— imploro aceptando el nombre que el contrario había llamado como el propio, si no recordaba bien cuál era el que poseía de alguna manera tenía que llamarse y ese sonaba lo suficientemente bien (en realidad sonaba tan bien como cualquier otro) así que no lo había cuestionado de momento y su interlocutor parecía haberse calmado lo suficiente para considerar su propuesta, se hallaba abriendo la boca justo en aquel momento y de pronto un estruendo les había hecho voltear en dirección a las escaleras, de manera apresurada un par de morenos bastante parecidos habían asomado sus cabezas de forma poco discreta pero ocultando el resto de sus cuerpos como si con eso esperasen no ser descubiertos.
Ver a ambos rubios desnudos en la cama había hecho que los anteriormente decididos muchachos vacilasen en acercarse, había pasado demasiado tiempo y la curiosidad de Ace y Luffy se había llevado lo mejor de aquello hermanos a la hora de el sano juicio (o lo que se pudiera esperar como sano juicio por parte de ellos) y al final había bajado a cerciorarse de que no hubieran dejado a Cavendish con alguna especie de loco degenerado y al parecer las ideas que el monito le estuviere metiendo al pecoso durante la última media hora no estaban tan erradas…
— ¡Tu! — La acusadora voz de Ace resonó por todo el sótano. — ¿Cómo te atreves? — de manera resoluta y pronta el pecoso se había acercado hasta la cama, tomando por el brazo a Cavendish para jalarle lejos del otro rubio, exponiendo aún más ambos cuerpos en el proceso — Y ahora seguramente querrás huir, desaparecer y dejar a nuestra pobre calabacita desamparada, pero no se lo permitiremos señor, no claro que no, ¡Usted tendrá que hacerse responsable! —
—Me hare responsable. — había respondido simplemente Sabo al escuchar aquellos reclamos.
—¡No tiene derecho a negarse, solo un sinvergüenza como usted se atreve-rí-a… ¡Espere! ¡¿Qué?! — el pecoso había abierto los ojos cual platos y hasta se había rascado una de sus orejas en busca de cerilla que quizá le hubiera hecho escuchar mal.
—Que me hare responsable…— con completa seriedad y manteniendo contacto visual con aquel nuevo extraño Sabo comenzó a acercarse a la orilla de la cama hasta donde Ace sostenía al otro rubio. — Y si me disculpa no me gusta que toquen lo que ahora es mío. — quizá ni siquiera el mismo lo recordase pero Sabo era un poco celoso en cuanto a esas cuestiones, razón por la cual había cubierto de inmediato el cuerpo de Cavendish de nuevo con la sabana, atrayéndolo a sus brazos. — Ahora…— sosteniendo el rostro de su nuevo amante con una de sus manos le sonrió levemente al encontrarse de nuevo con esos hermosos zafiros. — Ahora, ibas a decirme tu nombre cariño. — exigió en un tono un tanto autoritario que había hecho a los otros tres presentes quedarse callados.
—Ca..vendish. — respondió el aludido sintiendo su labio inferior permanecer separado por un poco más de tiempo de lo que le habría gustado, convencer a Sabo de que se había acostado con él y debía hacerse responsable había resultado curiosamente más sencillo de lo que inicialmente habrían creído pero eso por algún motivo no le parecía a Caven ni la mitad de bueno que cuando Ace explicase el plan, es más, no le parecía para nada bueno, ya no estaba muy seguro de querer continuar con ese plan, no, decidido, no le gustaba el plan, es más, lo aborrecía, quería un plan nuevo, su mirada hubiera querido ir a suplicar a los dos morenos en la habitación pero estaba blindada al azul obscuro de un autoproclamado … umm… bueno, no quería decir novio pero algo.
Su nuevo algo.
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Continuara