Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último partido por Fullbuster

[Reviews - 472]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cuando Sasuke recibió aquella llamada de Naruto, jamás esperó que fueran a invitarle a hacer piragüismo. Por un momento, estuvo a punto de declinar aquella oferta, él nunca había practicado ese deporte y sinceramente… tampoco le llamaba en exceso la atención, sin embargo, recordó el rostro alegre de Naruto cuando comentó que sería capaz de involucrarle en lo que normalmente se hacía en la isla, y al final acabó aceptando. Si Naruto era capaz de incluirle en sus planes, él debería aprender a hacer un esfuerzo. Quizá llegase a entender mejor a esos muchachos si pasaba tiempo con ellos.


Para cuando Sasuke llegó al embarcadero, le extrañó ver allí a su hermano hablando con Deidara. Desde su distancia no podía escuchar nada de lo que decían, pero por la forma en que su hermano le abrazaba, sabía que esos tenían un pasado  más íntimo de lo que su hermano le había contado, tenían algo en común, se conocían demasiado bien para ser sólo una coincidencia o un viejo amigo de la universidad.


Caminó hacia ellos con lentitud, dejando que ambos se dieran cuenta de su presencia para darles el tiempo suficiente a apartarse el uno del otro. Tras saludarse, Deidara se marchó enseguida alegando que prepararía enseguida las piraguas.


- ¿De qué hablabais? – preguntó Sasuke mirando hacia su hermano, quien no perdía ojo de encima de la espalda de ese chico que se marchaba.


- Del pasado – dijo Itachi sin más – de mis estupideces y mis errores, supongo.


Itachi no entabló mayor conversación con su hermano, simplemente, comenzó a caminar hacia el embarcadero viendo cómo Deidara sacaba una canoa doble. Una sonrisa se le escapó de los labios, porque si iban a ir en parejas, desde luego quería ir con Deidara, así tendría la opción de preguntarle más cosas y averiguar todo lo que había ocurrido en esos últimos años.


Por suerte para Deidara, quien ya se dirigía hacia el interior del garaje a sacar la segunda piragua, Naruto apareció por allí. Aprovechó que le veía feliz y venía en su dirección para cogerle del brazo y decirle que le acompañase a por la otra piragua. Naruto con dudas, lo hizo sin rechistar. Sabía que era una excusa de Deidara para hablar con él.


- ¿Qué ocurre? – preguntó Naruto.


- Ni se te ocurra dejarme en la piragua con Itachi – se quejó.


- ¿Era él? ¿Del que hablabas ayer?


- Sí – comentó haciendo sonreír a Naruto.


- Quizá os venga bien pasar un tiempo juntos.


- Ni se te ocurra – le amenazó con el remo – yo he traído a Sasuke como me pediste, ahora no me dejes a mí con Itachi.


- Era una broma – se apresuró a decir Naruto con una sonrisa – iré contigo en la piragua.


- Gracias – agradeció finalmente Deidara.


Aquella noticia no sentó muy bien a Itachi cuando vio que ambos rubios sacaban la piragua y se preparaban para subir a ella. Su hermano apareció en aquel momento tras él y tocó su hombro con suavidad.


- Creo que me toca ir contigo – sonrió.


- ¿En serio? Yo no quiero ir contigo – aclaró Itachi.


- Soy tu hermano…


- Y nunca has hecho piragüismo, me vas a estorbar.


- Si quieres puedes remar tú solo y yo me entretengo mirando el paisaje.


- ¿Ahora soy tu esclavo? No contestes – se apresuró a decir Itachi pasándole un remo para irse indignado hacia la piragua.


Malhumorado como estaba Itachi porque las cosas no salían como él esperaba, cogió la esquina de la embarcación y la acercó hacia el agua. Fue sólo entonces, cuando Deidara se relajó al ver que Itachi aceptaba, aunque de mala gana, ir con su hermano en la misma canoa. Al girarse hacia Naruto, éste le guiñó un ojo mientras también cogía la esquina de la piragua para ir hacia el agua. Una vez todos subieron a las embarcaciones, empezaron a remar.


Deidara y Naruto se alejaban a cierta velocidad, sincronizando perfectamente sus remos para no obstaculizarse, pero no se podía decir lo mismo de Itachi, quien intentaba adelantar pero su hermano, sentado tras él, se lo impedía cuando al querer remar, golpeaba el remo de su hermano evitando así que Itachi pudiera remar.


- Sasuke… se supone que tienes que hundir el remo en el agua al mismo tiempo que yo.


- Y eso intento – se quejaba Sasuke – Sé que tú has hecho piragüismo más veces y que te gusta, pero para mí es la primera vez y es un poco complicado sincronizarme contigo.


- Debería ser más fácil, se supone que soy tu hermano. ¿Es que no me conoces o qué? Contaré del uno al tres, uno hundes el remo derecho, dos lo mueves hacia atrás y tres lo sacas del agua para iniciar de nuevo el mismo movimiento, ¿vale?


- Vale.


Lo intentaron una vez y una segunda… y hasta una tercera pero Sasuke era incapaz de coordinarse con su hermano. Tras cinco minutos y haberse alejado muy poco del muelle, Deidara se detuvo y Naruto dejó de remar también para mirar hacia atrás, intentando averiguar el motivo por el que Deidara se había detenido y miraba la embarcación de aquellos dos.


- Están muy rezagados, ¿no? – preguntó Naruto extrañado - ¿No deberían haber avanzado más?


- Acerquémonos un poco a ver si es que les ocurre algo.


- Vale.


Los dos dieron la vuelta a la embarcación y volvieron sobre sus pasos, aunque cuanto más se aproximaban, más dejaban de remar dejando que el suave oleaje les acercase con mucha lentitud. Los dos rubios se quedaron atónitos al escuchar la discusión de esos dos y es que no podían entender cómo habían terminado peleándose nada más salir del embarcadero.


- Serás idiota. ¿Qué derecho tienes a darme órdenes? – gritaba Sasuke.


- El derecho de haber nacido antes, ahora ponte a remar y hazlo bien.


- ¿Por qué no remas tú solito si tan bien lo haces?


- Porque es una embarcación de dos y no voy a hacer más esfuerzo del necesario sólo para llevar a un vago como tú.


- ¿Un vago como yo? ¿Y me lo dices tú, que lo único que ha hecho en su vida es sentarse en una cómoda silla y hablar por un micrófono?


- Oh, ni que tu vida fuera tan agotadora, sólo eres un entrenador de lacrosse, te pasas el día durmiendo y tú única responsabilidad es ir por las tardes a entrenar a un puñado de niños pijos que creen que pueden jugar lo que les dé la gana porque sus padres les pagarán todos sus caprichos.


- Cállate y ponte a remar de una maldita vez – dijo Sasuke enfadado moviendo el remo para meterlo en el agua, pasándolo por encima de la cabeza de Itachi… o eso creía él.


El remo golpeó la cabeza de Itachi al tratar Sasuke de darle la vuelta. La risa de Naruto fue lo único que se escuchó en aquel tenso silencio que se había formado de repente. Sasuke tenso por el quejido que había dado su hermano al sentir cómo le había golpeado, Deidara atónito por cómo se estaban comportando ambos y un Itachi que intentaba tranquilizarse sin mucho éxito.


- ¿Me has… golpeado con el remo? – preguntó Itachi con voz profunda y aterradora.


- Se me ha escapado – dijo Sasuke a modo de excusa como si eso fuera una verdadera disculpa.


- ¿Se te ha escapado? ¿Eso es lo mejor que se te ocurre? Me has pegado con un maldito remo – gritó Itachi girándose hacia él.


La discusión que parecía zanjada, se reabrió bajo los atentos ojos de aquellos rubios que no daban crédito a lo que veían. Naruto no pudo dejar de sacar una leve sonrisa aunque por dentro, empezaba a preocuparle la situación.


- ¿Esto es lo que llaman una relación de hermanos? – preguntó Naruto.


- No lo sé, yo no tengo hermanos – dijo Deidara sin perder detalle de aquellos dos que intentaban golpearse ahora mutuamente con sus remos, moviendo y desequilibrando por momentos peligrosamente la embarcación.


- Si eso es lo que hay siempre… creo que no quiero un hermano para Kaito, no quiero jaleos en casa – sonrió Naruto.


Deidara se echó a reír de inmediato al ver cómo los dos hermanos peleaban como críos. Conocía a Itachi y sabía que aunque le gustaba la tranquilidad, su hermano siempre le había sacado de los nervios en algunas cosas, no tenía mucha paciencia para enseñarle, quizá era porque tenían demasiada confianza y eso al final… daba un poco de asco. Siempre acababan igual.


Los dos hermanos movieron tanto la embarcación sin darse cuenta de que la desequilibrada y frágil canoa se dio la vuelta dejándoles bocabajo en el agua. Los dos rubios se miraron fijamente esperando que le dieran la vuelta a la canoa y salieran pero al ver que Sasuke empujaba hacia un lado y que Itachi lo hacía hacia el otro, sonrieron de nuevo viendo que ni ahogándose, esos dos se ponían de acuerdo.


- ¿Va en serio? – preguntó Naruto sonriendo - ¿Cómo es posible que se lleven tan mal?


- Itachi nunca ha tenido mucha paciencia.


- Y a Sasuke no le gusta recibir órdenes de nadie – comentó Naruto.


- Será mejor que les ayudemos a darse la vuelta, no quiero que se ahoguen ahí.


Deidara se apartó la tela que recubría el hueco del kayak que evitaba que entrase agua y se lanzó al agua seguido de un Naruto que, primero, se quejó antes de entrar a la fría agua. Entre los dos, dieron la vuelta a la embarcación comprobando cómo aquellos arrogantes Uchiha tomaban aire a grandes bocanadas, pero sin ganas de seguir discutiendo tras el miedo que habían pasado.


- Serás estúpido – gritó Sasuke al recuperarse – casi me ahogas.


- ¿Que yo casi te ahogo? – preguntó Itachi – tú empezaste.


- Será mejor volver a tierra – dijo Deidara al final – creo que el piragüismo no está hecho para los hermanos Uchiha, la próxima vez os separaremos.


Itachi al escuchar aquello y pese a que no había sido su intención, sonrió, porque al menos tenía una oportunidad la próxima vez de ir con Deidara en la canoa. Sin más remedio, todos tomaron rumbo a tierra aunque a los hermanos Uchiha les costó bastante llegar a tierra.


Deidara se encontraba guardando la canoa en el garaje cuando Itachi apareció trayendo la otra embarcación. Por un segundo, ambos se observaron en un tenso silencio, hasta que los ojos del moreno se fijaron en aquella camiseta blanca que llevaba puesta ahora Deidara. Con su cuerpo todavía levemente mojado, hacía remarcar su cuerpo, permitiéndole ver algo extraño tras esa fina prenda, cicatrices que al parecer… Deidara no se había percatado que eran visibles tras esa camiseta. Cuando los ojos de Deidara se cruzaron con los de Itachi, éste elevó la cabeza al instante tratando de evitar que se diera cuenta de lo que miraba en realidad. No podía negar que ver aquellas cicatrices había revuelto su estómago y su corazón, supo que Deidara ocultaba algo y quería saberlo, pero también sabía que Deidara no se lo contaría. Necesitaba buscar otra forma de llegar a la información.


No dijo nada, ayudó a Deidara a colocar la canoa en su sitio y ambos salieron hacia fuera quedándose boquiabiertos al ver que no estaban precisamente solos, sino que un chico de largo cabello castaño al que no conocían se había lanzado al cuello de Sasuke abrazándole con pasión mientras le besaba, dejando a un perplejo Naruto que no entendía nada.


- ¿Neji? – preguntó Sasuke - ¿Qué haces aquí?


- ¿Tú qué crees? No respondías mis llamadas y he decidido venir. Tenemos un par de meses hasta el siguiente partido, final de temporada, ¿recuerdas? Tenemos que esperar a que los equipillos esos de segunda decidan quién va a subir. Como si tuvieran alguna opción contra nosotros – sonrió Neji con supremacía.


- Vaya – susurró Naruto con una sonrisa de incredulidad.


- ¿Quién eres tú? – preguntó Neji mirando hacia Naruto y molesto por cómo había respondido el rubio.


- Un conocido de Sasuke y al parecer… sólo un jugador más de uno de esos equipillos de segunda que no tienen nada que hacer contra vosotros. Será mejor que me vaya a casa, tendremos que entrenar – comentó Naruto con sarcasmo.


- Naruto – le llamó Sasuke pero Naruto ya había comenzado a caminar, así que Sasuke, se deshizo del abrazo de Neji para seguirle – espera un segundo. Sé que estás molesto.


- ¿Molesto? No, Sasuke, no lo estoy. ¿Por qué tendría que estarlo?


- Porque no te lo dije pero no es lo que piensas.


- ¿No es tu novio? – preguntó Naruto.


- Sí lo es pero…


- Da igual, Sasuke, no me debes explicaciones, tú y yo no éramos nada, sólo nos dimos un par de besos sin importancia, no nos íbamos a casar ni nada por el estilo – sonrió Naruto – ahora me voy a casa.


- Naruto, vamos… sé que te ha afectado.


- ¿Realmente? No – dijo Naruto ahora serio – No te pregunté si tenías novio, di por hecho que no era así, fallo mío. La próxima vez que sienta una ligera atracción por alguien o un impulso de besarle, preguntaré primero si tiene pareja. Ya nos veremos en el entrenamiento, si es que acudes…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).